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Maya Angelou y los sin voz

por Cordelia Rizzo

Monterrey.- A los catorce años, la prosa de Maya Angelou me abrió los ojos a la necesidad humana de lidiar con el sufrimiento. Antes de eso sufrir era para mí un concepto ambiguo, era una prerrogativa de los pobres o de mi abuela abnegada. Probablemente gracias a su primera autobiografía novelada (Sé por qué el pájaro enjaulado canta) comencé a entender que todos sufrimos.

Ese ser humano ‘entero’ que llegó a la adolescencia o a la vida adulta se balancea sobre un equilibrio precario. Esa mujer. De un día al otro, se muere, sufre un trauma o se desarma el entramado que le daba sentido a su vida.

Angelou no disfraza la emoción ni es la heroína victoriosa de la novela. Su ejemplo ha demostrado a lo largo de los años que la batalla por la vida y la dignidad se gana al ver el sufrimiento en la cara. Con apoyos y muchísima tenacidad, ella, como una joven adolescente negra, comienza a transformar el dolor en una especie de plano de piso de la existencia que se seguirá elaborando.

La politización del dolor lo cubre de significados y se comienza a tejer una trama nueva; eso lo supe después que me familiaricé con el activismo de Angelou. Mucho después tomé conciencia de que ella había sido una pieza fundamental en el movimiento en pro de los derechos civiles en Estados Unidos, liderado por Malcolm X y Martin Luther King Jr., del que no dejo de aprender.

Recoger agua de la noria del sufrimiento es una hazaña. En ese momento en el que un sufrimiento se comprende y transforma en alegría se puede hablar de un renacimiento. No todas las historias de víctimas (como en el caso de Angelou, de una violación) comunican la necesidad de seguir un impulso creativo para salir de la noria. Pero la suya sí, y es un testimonio valiosísimo sobre el contexto de marginación que habitaron los negros en Estados Unidos y su resiliencia como comunidad.

Todavía recuerdo la escena en la que es violada la protagonista y cómo esa penetración forzada comunica perfectamente el abuso y el trasfondo social de éste.

Gracias a la Maya Angelou personaje pude iniciar un profundo diálogo con mi femineidad, lleno de atavismos, planicies y baches. Creo que son estas historias de mujeres que se tuvieron que levantar y con mucha gracia retaron siempre al molde las que nos enseñan a ser mujeres, no el princesismo.

Sufrimiento innecesario legislado

El pasado 28 de mayo se aprobó en primera ronda una reforma a la constitución de Nuevo León que criminaliza a las mujeres. Sobre todo a las que han sido pobres en lo económico y en su educación para la sexualidad y deciden tener un aborto. En Estados Unidos éstas son las mujeres negras e hispanas, en México, las indígenas.

En ese mismo día en que me enteré del fallecimiento de Maya Angelou, a quien no volví a leer en novela pero sí en poesía y en filme, me vino el recuerdo insistentemente de todas las mujeres de mi vida: las que nacieron privilegiadas y las que han remado contracorriente. Las que tuvieron hijos que no querían, las que descubrieron en sus hijos su fortaleza, las que decidieron tomar la decisión más difícil de sus vidas al abortar.

Recuerdo todas las veces que se me retuerce la tripa al descubrir que la asimetría de un sueldo, la exclusión de ciertos grupos de poder, el acoso callejero, los exabruptos misóginos, todos tienen que ver sólo con el hecho de ser mujer.

Las mujeres de Nuevo León serán golpeadas si la reforma se aprueba. Aun las que creen en la reforma. No hay que olvidar que si se aprueba en septiembre en la segunda ronda, el país está más cerca de cambiar la constitución nacional en esta dirección tan nociva.

Si el autogolpe le produce placer a alguien y a su clica, no es motivo suficiente para convertir su experiencia personal en una ley general. La voz que busca proteger la decisión de una mujer de practicarse o no un aborto (ojo, que no es equivalente a estar en contra de la vida, o una afrenta contra quienes pugnan por el estatuto vital del embrión y el feto) no está presente en el dictamen de reforma que se busca aprobar.

Quien lidera la defensa de la reforma en la sociedad civil, una organización pro vida ad hoc sostenida por ex Legionarios de Cristo llamada Yo soy voz (a la que se le privilegió el acceso al congreso), expresa una serie de falacias éticas y científicas como sustento de su postura en su página web. Demuestra un conocimiento pobre de la biología reproductiva, los principios que rigen los derechos humanos, y una falta de ponderación absoluta a los argumentos en contra de sus posturas. Según ellos se basan en argumentos científicos (no hay una sola cita a estudios de publicaciones arbitradas médicas o de biología), y su discurso no deja de estar formulado en términos de un decreto de conciencia cuya naturaleza ni siquiera se explora adecuadamente.

Razonar implica comprender que los argumentos que esgrime una son susceptibles de ser discutidos. Aquí no hay razonamiento. ¿Existen criterios de validez?

El filósofo Bernard Williams bien dice que uno de los grandes vacíos de la ética racionalista es que no se plantea que los seres humanos deben vivir con sus decisiones. Pero bueno, los postulados pro vida en este caso no apelan a una cuestión bioética sino a un intento de secularización de interpretación teológica endeble.

Las mujeres que abortan, todas, deben vivir con su decisión, indistintamente de su manera de pensar o creencia religiosa. Así lo hacen inclusive quienes se practicaron un aborto creyendo que el producto no era un ser vivo. Se ha trivializado mucho –de ambos lados– el proceso deliberativo por el que atraviesa una mujer que decide interrumpir su embarazo.

Las legisladoras y los legisladores pro vida muestran demasiada frialdad respecto a los efectos de la legislación que quieren pasar. Me pregunto si no serán sociópatas, o si hay algo que ocultan que los motiva a ese nivel de obediencia.

Maya Angelou sabía usar su vida para mostrar la columna vertebral de una lucha que va más allá de ella y a favor de todos aquellos que no tenían voz y cuyas victorias están amenazadas constantemente. Recordemos el racismo que justificó el asesinato de Trayvon Martin, un adolescente negro, ante la corte de Florida el año pasado.

La decisión de la reforma al artículo 1 de la constitución de Nuevo León para incorporar la protección al ‘concebido’ como gran victoria moral, no llega a discusión ética, lamentablemente, y sí le da al traste a una lucha honesta e histórica por el reconocimiento a los derechos de las que no tenían voz: las mujeres.

Originalmente publicado en:

http://www.15diario.com/hemeroteca/15diario/hemeroteca/2014-05-29/rizzo29.html

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Cordelia Rizzo (DF 1982) Escritora y académica. Investiga temas relacionados con los derechos humanos y el simbolismo que da sentido y peso a hitos vitales como la mortalidad y otros tipos de procesos y transiciones. Escribe poesía. Actualmente investiga cómo se construye la memoria histórica en el fenómeno de bordado por la paz en México. Colabora con la plataforma de paz Nuestra Aparente Rendición y con Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos en Nuevo León, así como de la revista de periodismo narrativo Spleen! Journal. Ha sido profesora universitaria y capacitadora en temas de derechos humanos y es aficionada a la danza clásica desde que tiene uso de razón.

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Comunicando desde Oslo, Noruega: A propósito del aborto libre

Ilustración por Jessie Jack

Por Jessie Jack

Hace 10 años que no vivo en mi país de origen y ahora regresé por razones urgentes: me embaracé. Espontáneamente, indeseado, a love child, a love story, trágico y sin esperanza. Pues así lo dirían en mi patria que, en su mentalidad nórdica, prefieren tener todo planeado. Hasta su propio funeral.

    Yo amo a México con todo mi mal de emigrante, ahí prefiero estar. Pero rápidamente entendí que México no puede compararse a los beneficios que puedo ahora extraer como cargadora del pasaporte noruego. Es decir, seguimiento médico y nacimiento gratuito. O bien, aborto gratuito…

Yo nunca he deseado tener hijos

Estoy en Noruega, la razón de mi correspondencia. Literalmente pues, del lado contrario de Latinoamérica. Aquí no existen los embarazos adolescentes, la edad promedio para tener el primer hijo es de 28.6 años y el promedio de natalidad es de 1.7 hijos por persona (2013). Yo tengo 28 años, soy de la capital y ninguno de mis amigos de la secundaria, ni la prepa tiene hijos.

    Al entender que cargaba una vida, también entendí el grado de egoísmo en que vivía. Como artistas comúnmente pensamos que hacemos trabajos para los demás, idealmente para un mundo mejor, pero me parece que, ante todo, ejercemos una libertad individual: de nuestro cuerpo libre, de nuestros derechos personales, nuestros valores humanos. No obstante, y en consecuencia, ya que el manifiesto personal es manifiesto social, al sanarme, sano el mundo.

    Pero pensar que yo, que he vivido como quiero, cuando quiero y donde quiero los últimos diez años, de repente tenía que poner todo de lado y volver a Noruega -mi peor pesadilla- por otro ser humano, era algo inconcebible. El protagonismo de mi vida radicalmente se cambiaba, literalmente, desde adentro.

    Al llegar, enfrenté el debate sobre el derecho de reservación, una nueva ley que asegura que los médicos, también vistos como cuerpos libres de acción, puedan reservarse de ejercer un aborto. Tal como el cuerpo femenino puede ejercer un aborto libre hasta la semana 12. Ahora bien, la mujer que quiere hacer el aborto puede llamar directamente al hospital y hacer otra cita pues, si su médico se abstiene, otros médicos se pueden encontrar en una lista del internet. El debate del derechode reservación surge por la preocupación de algunos médicos sobre el abuso del aborto libre, lo cual actúa provocadoramente en la sociedad noruega general, pues esta ley está vista como retrógrada y conservadora.

     Resulta interesante que para los vikingos era común ejercer el infanticidio, esto es, matar al bebé si era bastardo, indeseado, imposible, con discapacidad, etc. Los vikingos no veían al infante como un ser humano hasta que era reconocido por el padre, al noveno día de su vida. Era entonces que entraba a la sociedad, con derechos humanos.

    Ahora reconocemos al feto como humano después de 12 semanas -a menos que tenga discapacidades y entonces podemos abortarlo aún, porque, ¿no es humano entero?-, lo cual va de la mano con el desarrollo científico y nuestras capacidades de reconocer el micro universo. Ahora el padre reconecedor es la ciencia.

    Yo no conozco mujeres madres noruegas de mi generación, pero sí las que han ejercitado un aborto, algo mas común entre mujeres de mi edad. En la capital creo que la mayoría intenta tener hijos a sus treinta y tantos años, una vez conseguido lo necesario, pero entonces irónicamente muchos se encuentran en la imposibilidad de tener hijos, o bien frente a un embarazo arriesgado.

    Según un informe de WHO (World Health Organization) de 2012, los números de abortos en Europa del Norte -donde es legal-, son de 17 por cada 1000 mujeres, unos de los números más bajos del mundo, contrariamente a las estadísticas en América Central y México -donde es ilegal-, que tienen 32 abortos por cada 1000 mujeres. Además WHO informa que 95% de todos los abortos en Latinoamérica fueron inseguros (2008). Las complicaciones relacionados con aborto y maternidad en Nepal cayeron de un 54% en 1998 a un 28% en 2009, tras legalizarlo en 2002. Cuando fue legalizado en Africa del Sur en 1997, el número anual de muertes relacionadas con la interrupción del embarazo cayó 91%.

    Es evidente que las leyes no tienen que ver con la cantidad de aborto ejecutados. Lo importante es la seguridad de las mujeres, de su salud y de sus derechos: NUNCA NADIE debe ser criminalizada por cualquier elección íntima sobre su cuerpo.

    Durante mis 8 años conociendo México y viviendo mucho tiempo ahí, nunca conocí hombre que propusiera por sí solo, o demostrara una preocupación en usar condón. Algo que me pareció horroroso en comparación con Noruega, donde el no-uso de condón es el tabú. Tampoco conocí a alguien que tuviera como costumbre preocuparse por su salud sexual, o hablar del tema en público.

    Se trata de educación. Pero la educación no puede existir, si el mismo país ilegaliza el tema. Es urgente la información sexual y normalización del tema, además de -o primordialmente- solucionar el tema de aborto.

    Sé que los mexicanos son cachondos, y a la mayoría de mis amigos a quienes pregunté si habían en algún momento sido infieles a su pareja, me contestaban que sí. ¿O sea que el sexo es libertino, pero la responsabilidad es un tabú? Catolicismo clásico. Festeja hoy, confiesa mañana.

    Una de las cosas que me pesan más allá de la discusión de aborto o no aborto es la preocupación capitalista de asegurarse ciertas comodidades antes de poder empezar a vivir o dar vida. El embarazo no planeado es visto como un incomodidad. El embarazo es un producto, un objeto, que se ordena en el momento planeado y deseado, inclusive puedes cancelar tu pedido. No estoy contra del aborto, al contrario, agradezco la posibilidad de elección libre sobre mi cuerpo. Algo opuesto sería una ofensa.Pero me extrañó que mi médico de cabecera me dijera hasta tres veces en la misma cita: «hey, estamos en Noruega, y lo bueno con Noruega, es que puedes hacerte un aborto». Hasta que lo sentí: sentí la pregunta de que si soy o estoy en una situación apta para ser madre. ¿Debería pensar más en mi, en mi situación económica, por ejemplo? Ahora mi padre insiste en que estudie otra carrera.

Yo elegí no abortar

Me enfrento con el miedo de perder mi soledad, mis vicios, mi carrera, mi vagina -mi cuerpo juvenil, en fin- mi libertad como la conozco y como se entiende desde esta sociedad nórdica del primer mundo (una competencia propuesta por los mismos ganadores, los güeros que eligen güeros como ideal… ¡que hueva!). A menos que me vuelva un súper MILF, aunque ahora también es un estereotipo legal (televisado).

    Me encuentro en un momento donde yo, artista, en mi contexto noruego, resulte quizás algo radical o progresiva en comparación con mis conocidos noruegos, al ser la primera en elegir tener un hijo. Lo progresivo en Mexico sería, quizás, abortar. Mis padres, mis amigos, la sociedad, ven que sin las comodidades necesarias destruyo mis posibilidades de tener una vida plena, por una acción cuya gracia misma es mi existencia. Y la suya.

    Pero cada historia es diferente y felicito la lucha latina e internacional por el aborto. México, entre otros países, tienen la posibilidad de ir hacia lo que quizás perciben como ideal, hacia países como Noruega, donde el aborto libre es legal desde 1978. Pero es importante buscar un equilibrio.

    El mundo capitalista individualista propone la libertad como independiente de interdependencia humana, aunque a la vez es dependiente de tantos bienes materiales. Creo que la libertad entonces se entiende como independiente de la naturaleza misma; que libertad es la conquista de ella y el hombre estápor encima. «Compra hoy, paga mañana», así parece que vivimos sin preocupación de la interdependencia de los tiempos.

    La interdependencia y la pluralidad, si no necesarios, son para mí, la belleza. Y yo quiero concebir mi lucha como libertad, pero también que mis acciones libres, sean hipotéticamente dependientes de cambios imprevistos, porque dentro de la libertad todo es posible. La libertad es lo sublime, el ser humano en su naturaleza, donde todo puede suceder. Y la libertad va de la mano con responsabilidad, el enfrentar e intervenir en su naturaleza, donde todo sucede. Desde una sociedad ultra materialista, así busco yo mi libertad como mujer y como futura madre, al manifestar que no tengo que elegir una vida adaptada a un modo patriarcal y de ideales materialistas.

Así formo yo parte del cambio,

desde este polo, del norte,

-over and out.

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Jessie Jack Mayo, 2014

www.jessiejack.tumblr.com

 

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¿Y ustedes pa’ cuándo?

Ilustración Iurhi Peña
Ilustración Iurhi Peña

Por Karla Patricia Gómez Sotelo 

Mi pareja y yo tenemos una relación desde hace casi 6 años y como seres humanos, hemos tenido conflictos, situaciones de alegría, retos, silencios y momentos incómodos como cuando algunas personas, ya sea familiares, amigos y conocidos nos comenzaron a preguntar: ¿no tienen hijos?,  ¿cuándo piensan tener hijos?, ¿quieren tenerlos?

La cosa aquí es que antes de ello nunca nos lo preguntamos, ni si quiera era algo que nos afectara o beneficiara, pues nuestra relación tiene como frutos el conocernos, disfrutar y amarnos.

 Una vez mi suegra extendió con más énfasis al respecto de los vástagos, frases como: “Que no le dé miedo a Karlita”, “un hijo es ninguno” salieron de su boca y entraron a mi oído como la muestra de que para muchas personas la experiencia de procrear no es algo de qué preocuparse; sin embargo, ¿cuál fue mi postura? creo resolví en dos, una individual y la otra en relación con mi pareja. La primera resultó, después de muchas meditaciones, conflictos emocionales y chaquetas mentales, que sí, quiero ser mamá algún día; tengo ganas de experimentar la sensación de alegría al sentirlo crecer dentro de mí, reconocer que el amor que le he prodigado a este ser masculino ha resultado en un punto de común acuerdo con las leyes de reproducción que dictan este universo, donde somos animales. Me fascina la idea de hablarle, de enseñarle todo lo que me parece maravilloso y genuino en este mundo, acompañarlo en su dolor y contribuir a su crecimiento, creo que me derretiría al momento de conocerlo, de sentir su peso fuera de mi cuerpo. Concluí que de manera subjetiva me encanta la idea, aún y cuando  existan toda serie de cambios no tan positivos, como despertar en la madrugada con horarios fijos para darle de comer, un aumento considerable de stress por la preocupación del sistema económico y las relaciones sociales violentas. Como bien dicen por ahí toda alegría conlleva dolor y ¡esta sería una inmensa alegría!

 Por otra parte, considerando que elegí a mi pareja al cien por ciento y ahora tenemos una comunicación más estable, pensé que juntos seriamos buenos padres, etiqueta que llevan las nociones de amar incondicionalmente y aprender en el camino a ser, pero cuando platiqué con él acerca de la concepción me desanimó su respuesta: él no quería tener hijos. Yo no soporté el hecho de que no quisiera un producto bellísimo de nuestro amor, así que intenté convencerlo de que la idea era más que linda, divina, pero él insistió  «si a duras penas puedo conmigo, además la sociedad esta muy difícil en estos tiempos», mientras yo contesté «entonces no estás agradecido por tu vida, ni tampoco crees que el mundo está colmado de cosas que valen la pena». No obstante, no me sentía bien con esa posición de defensora de la gravidez, donde me sentía casi como una víctima, así que asumí mi responsabilidad emocional y comprendí que independientemente de mi opinión, él también tiene derecho a crear la suya y no sólo en este caso sino siempre, me liberé y sentí que no importa si no estamos de acuerdo en ser papás, ya lo haremos cuando ambos sintamos la misma necesidad, o incluso si mi deseo fuera tan grande, entonces llevaría a la práctica el amor propio y seguiría mi camino hasta encontrar lo que llene a mi persona y sin rencores. Esta decisión me devolvió la paz.

Con el tiempo, también hemos tenido la oportunidad de explorar más información a través de las diferentes situaciones de vida, por ejemplo, nos hemos interesado por convivir de cerca con los niños para saber más sobre la infancia, algo de lo que no me arrepiento ni un instante y les aseguro que Jorge (así se llama mi pareja) tampoco. Otro ejemplo es el día en que creí estar embarazada, sentí tanto miedo e inseguridad que pensé en el aborto, entonces la frase popular de “del dicho al hecho hay un buen trecho” tuvo mucho significado para mí, por lo que yo ya no soy tan tajante al expresar la decisión de querer ser madre. Así que en resumen no tengo una postura ideológica o una elección al cien por ciento definida, tan sólo tengo una imaginación que me gusta y un hombre con quién reproducirme, ya solamente queda, como casi todo en la vida, la parte por descubrir del azar y de la naturaleza.

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Amamantar como subversión e insurgencia

Por Albeley Rodríguez

Todos somos terroristas fue una propuesta de la venezolana Argelia Bravo, realizada duranteel VI Encuentro de Arte Corporal (2011). La artista convocó al público a hacerse partícipe de la acción llevada a cabo en uno de los dioramas del Museo de Ciencias de Caracas. En esta propuesta el público fue convidado a exponer sus posturas o inconformidades políticas a través de la composición de una autoimagen relativamente distanciada de la cotidiana, que evidenciara una afrenta terrorista ante aspectos distintos que oscilaron desde la violencia institucional, pasando por varias expresiones contra el patriarcado, la heteronormatividad, las farmacéuticas o la patologización psiquiátrica, entre otras muchas. El retrato fotográfico fue impreso y entregado a cada una de las personas convertidas en co-creadoras. Particularmente, lo que más valoro de esta acción es que desató un ambiente que aglutinaba lo lúdico y la creación con posicionamientos que devenían micropolíticos, teniendo consecuencias en las redes sociales, entre distintos colectivos interesados en lo planteado por cada acción-declaración y en la obra articulada posteriormente por Bravo1. El público afloró su terrorista al salir del círculo demarcado por la dominación y resaltar su más necesitado espacio de diversidad.

    Yo, quien por mi trabajo de curadora de arte conocía a la artista y sus planes, no quería faltar, y estuve allí temprano junto con mi pequeña -que entonces tenía 1 año y unos meses. Quería sacar a la luz mi propia terrorista porque, desde que estaba embarazada y comencé a reflexionar e indagar sobre las condiciones adecuadas de desarrollo de la nueva vida en mi vientre, tuve la fortuna de conseguir otras madres investigadoras que se habían transformado en activistas de la imperativa modificación de varios aspectos de la formación humana (parto respetado, lactancia materna y prolongada, colecho y contacto corporal vs. coches, sillas para arrullar y otros productos «sustitutos» de la madre, crianza respetuosa, etc). En este contexto, comencé a comprender que el acto de amamantar tenía varios aspectos temibles para el violento sistema contemporáneo de control de los cuerpos y, por extensión, de la sociedad.

    Entre los diversos encuentros a los que asistí, fue reveladora la intervención de la Cooperativa Lactarte y sus conversatorios para desmontar los mitos erigidos en contra de la lactancia materna y a favor de las fórmulas mal llamadas maternizadas2.

    A través de esos intercambios y otras indagaciones, reforcé cada vez con mayor intensidad la idea de que el amamantamiento, además de la capacidad de alimentar e inmunizar a mi bebé, era un acto simbólico que evidenciaba la importancia de una práctica primordial de la soberanía alimentaria y de la autodeterminación de nuestros cuerpos, desde que nacemos y desde que participamos en la floración de una nueva vida.

    El amamantamiento desafía la imposición moderna que ha hecho de éste un acto prohibido y anticuado, con la función -nada ingenua- de favorecer las expectativas del mercado de poder entregarnos por entero a la ingesta de no alimentos que atentan pronto contra la salud y, lo que es lo mismo, contra la cultura del contacto cálido, placentero e imprescindible de madre y pequeñx. Un ejemplo visible para todxs es el hecho de que en la actualidad, grandes senos sean expuestos y ampliamente aceptados si se muestran en monumentales pancartas para la satisfacción de las demandas patriarcales, pero son rechazados si se ofrecen en público para dar ternura en estado lácteo, en ese caso hasta la denigración y la expulsión han parecido válidas.

    Pensé desde entonces en que, cada vez que amamantaba, hacía una especie de rebelde manifestación erótica contra la lógica del marketing homogeneizante y enajenante, entendiendo las expresiones de amor maternal como un acto profundamente político y subversivo.

    Quizá pensar y asumir el amamantamiento implique también meditar acerca de un uso del tiempo que cuestiona las dinámicas de sobrexplotación del trabajo de la mujer y el cercenamiento de la diversidad de maneras de vivir, operado por las formas modernas de esclavitud, para aproximarse a posibilidades de trabajo de características heterogéneas pero, sobre todo, donde el transcurrir del día se vincule más al ritmo de la tierra y al tempo de los vínculos interpersonales, que al de las exigencias de productividad empresarial.

    Fue así como aquel día ya impreciso en mi memoria del mes de septiembre de 2011 en el Museo de Ciencias, cuando la artista Argelia Bravo me ofreció los elementos disponibles para sacar la terrorista que llevo dentro, que no dudé en colocarme una capucha, tomar un racimo de plátanos y disfrutar de la importante compañía de mi pequeña tomando en sus manitos y en su boca, su mejor alimento afectivo y efectivo, retomando el conocido programa iconográfico de la virgen de la leche, pero despojado adrede de la dominante santidad cristiana.

    La autodeterminación de nuestros cuerpos pasa por empoderarnos de una comprensión propia y ampliada de la maternidad, así como por liberarnos de los dictámenes religiosos, médicos y jurídicos que -desde el esquema heteropatriarcal- vienen decidiendo por nosotras y nuestra descendencia, mutilando posibilidades diversas y alternas de ser madre, de ser humanxs.

    Creo que asumir los afectos más allá de los modelos industrializados, plantarnos insumisas ante las dicotomías de género, así como abiertas al descubrimiento de prácticas ancestrales que han sido ocultadas a conveniencia del patrón hegemónico moderno-occidental-patriarcal-capitalista, son opciones que, lejos de pretender instaurarse como en un nuevo canon de enjuiciamiento de las diferencias, intentan develar campos de elección.

    En este sentido, el grupo Polvo de Gallina Negra y artistas como Mónica Mayer, Maris Bustamante (antes parte del grupo nombrado) o María Llopis, entre varias más, han venido aportando potentes dispositivos de subversión de los imaginarios sociales y las prácticas de la maternidad que vulneran algunas de las muchas normatividades pendientes por ser reconfiguradas o despachadas de nuestra existencia.

    Es posible que conocer, discutir y difundir estas propuestas pueda significar un paso inmenso hacia el destierro de una larga, dolorosa y absurda cadena de opresiones y, más aún, la apertura de senderos con expectativas de relaciones sociales menos mecanicistas y más plenas de experimentación libertaria.

1 En 2012 la artista presentó una exposición individual en el Museo de Arte Contemporáneo de Caracas titulada Aula 7. Escuela de cuadros y pepas. En esta exhibición mostró una selección de 18 de las numerosas fotografías resultantes de aquella convocatoria. En esa ocasión decidió llamar la serie Galería de terroristas, teniendo una conmovida respuesta de gran parte de los espectadores.

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 Aquellas que la publicidad pretende vendernos instalando la idea de que es posible imitar los componentes de lo que las madres proporcionamos a nuestrxs hijxs al ofrecerles nuestro pecho.

Fotografía por Argelia Bravo

Fotografía por Argelia Bravo

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[1] En 2012 la artista presentó una exposición individual en el Museo de Arte Contemporáneo de Caracas titulada Aula 7. Escuela de cuadros y pepas. En esta exhibición mostró una selección de 18 de las numerosas fotografías resultantes de aquella convocatoria. En esa ocasión decidió llamar la serie Galería de terroristas, teniendo una conmovida respuesta de gran parte de los espectadores.

[2] Aquellas que la publicidad pretende vendernos instalando la idea de que es posible imitar los componentes de lo que las madres proporcionamos a nuestrxs hijxs al ofrecerles nuestro pecho.

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"Refugio" por Susana del Rosario

Mi cicatriz en el vientre

Por Sat Trejo

Mi cicatriz en el vientre. Diez centímetros de piel cortada y remendada, muerta. Tenía 17 años, dijeron que se vería como una cesárea, pero lo que me quitaron fue un quiste y parte del ovario izquierdo. Diez años después empezaba la maestría y regresé al quirófano para que sacaran otro quiste. Aun anestesiada y algo aturdida, escuchaba que había sido peor de lo que se imaginaban, si quería tener hijos necesitaba apurarme, sería difícil…tendrían que inducir con inyecciones la menopausia, y condenarme a tomar una pastilla cada día para mantenerla.

A un año y medio de ese momento, lejos del día en que pueda plantearme si quiero o no ser madre, me revelo. Yo. Sin pastillas, sin hijos. Me rehúso a obligar a mi cuerpo a vivir una menopausia adelantada. La primera vez que decidieron parar mi menstruación tenía 14 años, fue una imposición. Mi cuerpo no paraba de sangrar…un año entero me mantuvieron con hormonas para obligarlo. Nadie se molestó en compartir, en ese momento, que me habría podido cambiar la voz. Mi cuerpo no era mi cuerpo, las decisiones las tomaban otros. La justificación, evitar un posible problema, parar algo que no saben como arreglar, minimizando las consecuencias desfavorables que se pueden producir.

A la mejor no podré tener hijos, a lo mejor volverán los quistes, pero me prometí no tomar decisiones basadas en miedo. El miedo con el que arropan cuerpos adoloridos o que no funcionan como los demás. Ser mujer joven significó someter mi cuerpo a las decisiones de expertos y familiares. Luchar contra las expectativas sociales, re-pensar mi identidad de mujer que sangra y que no sangra, hacer las paces con un cuerpo fragmentado, pedirle perdón por abandonarlo a las decisiones de quienes lo alejaron de mi.

Cuando le comenté a mi mamá que quería empezar el doctorado dijo “entonces, ¿cuándo vas a tener hijos?’ A lo largo del camino me han hecho ese tipo de preguntas y comentarios. Me refiero a preguntas que asumen mi cuerpo es fértil o que yo quiero ser madre algún día. Eso no lo sé. Lo que sé, es que este proceso me ha confrontado con la necesidad de re-pensar, crear y aceptar mi propio significado de lo que es ser mujer. Lograr ser honesta conmigo para elegir vivir como yo quiero. Sobre todo reconciliarme con este cuerpo que poco a poco se ha ido sacudiendo expectativas ajenas. Reconstruyendo esquemas donde sólo quedaban cicatrices.

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Si me caigo, me levanto y sigo

Por Penny Lane

 Soy la noviera de mi grupo de amigos, siempre les cuento que conocí a alguien, encantador y diferente, quien termina haciendo una jalada peor al anterior. Y así he vivido, en la fugacidad y en lo efímero. A veces entre lágrimas, muchas veces entre sonrisas y sólo una vez entre golpes.

En diciembre del año pasado comencé a sentirme extraña: me mareaba fácilmente, todo me daba asco y los vestidos me apretaban tremendamente los senos. Me imaginé qué pasaba. El problema es que de por sí yo soy irregular, todo ese año me bajaba un mes si y un mes no. Cuando en noviembre no hubo menstruación no me saqué de onda, fue el malestar de diciembre que me alertó.

En el instante en que me cayó el veinte de que podría estar embarazada, le llamé a mi mejor amiga. Le conté todo y le dije había hecho cita en un lugar donde hacen ultrasonidos y te dan atención psicológica y orientación. Al día siguiente me acompañó, pues decidí no contarle nada al individuo ya que siempre he creído que una carga sus cosas sola y muy fácil alguien más puede lavarse las manos e irse.

Pasé al consultorio, me hicieron el ultrasonido y tenía casi dos meses. Seguido de eso me pasaron un video que duró una eternidad. Miles de testimonios de chavas. Unas, se arrepentían de haber abortado y otras, que luego de ser violadas decidieron no abortar. Me pareció un asqueroso lavado de cerebro con sangre innecesaria, peor que una película de Tarantino.

Terminó el martirio del video y regresó la chica que me atendía a «aclarar mis dudas». Me preguntó si lo tendría o que si quería irme a casa a pensar o qué. Le pregunté que qué método me tocaba para las semanas que llevaba y ella, sacada de onda de mi firmeza me dijo que medicamentos. ¿De verdad quieres abortar? Me dijo. ¡Claro! Le respondí. Tengo 22 años, estoy acabando mi carrera, no tengo empleo y por ende nada que ofrecerle a un nuevo ser humano y más importante que todo: no quiero ser mamá ahorita y me rehuso a caer en el estándar social de cumplir con un cometido biológico. Me rehuso por completo. No seré madre pronto.

Me salí del consultorio, y entre lágrimas le dije a mi amiga: «tenemos que conseguir lana para que aborte». Checamos precios y conseguimos la lana de un día a otro. Tres mil pesos más las treinta mil toallas que usé… ¡La mejor decisión de mi vida! Fue un infierno, a decir verdad, el dolor,  conseguir el dinero, sangrar por días y días. Fue un infierno, pero me doy cuenta de que hice lo correcto, sé que hacerlo fue lo mejor, para mí y para todos.

Y tengo que decir que no estoy peleada con los hijos o la crianza, es más algún día quisiera ser madre yo misma, pero cuando yo quiera no cuando se de y me amuele «por cagarla». No me arrepiento, jamás tuve una lucha moral sobre si tenerlo o no. Jamás dudé. Ahora cada día cargo con ello, no me define, pero sí me motiva a ser mejor cada día en todos los aspectos, y cuando pueda, cuando quiera, cuando realmente pueda, seré madre. Y seré la mejor.

Mi vida ha dado un giro de 360 grados desde que «interrumpí legalmente mi embarazo» y me encuentro completamente bien, y feliz. Estoy acabando la escuela, tengo proyectos por delante que un hijo sólo hubiera detenido, tengo un futuro planeado y un sin fin de ganas de cumplirlo. Sobre todo, mi compañero es ahora el ideal, lo que siempre quise: un imperfecto que aceptara mi imperfección, que me viera por lo que soy y por lo que siempre he sido. Encontré a alguien de quien no depende mi felicidad pero que seguro la incrementa, que a pesar de mi historia no me juzga, sino me comprende y me valora. Encontré a mi persona.

Estaría en un lugar completamente distinto si no hubiera abortado. Y no estaría aquí si mis amigos no me hubieran apoyado hace 3 años que viví una relación destructiva y violenta. No estaría viva y el día que aborté decidí no arrepentirme nunca, opté por vivir primero yo, armarme de una buena vida, para cuando decida decida ser madre, vivir a su lado.

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Entrevista a Fondo María

Por Liz Misterio

Entrevisté a Oriana Lopez Uribe y a María Eugenia Likar, quienes trabajan en Fondo MARÍA, una asociación que se dedica a facilitar el acceso al aborto legal y seguro para mujeres fuera de la Ciudad de México,  siendo esta ultima el único estado en donde es legal el aborto libre hasta las 12 semanas de gestación.

Esto fue lo que me platicaron.

-Liz Misterio: Primero que nada, ¿cómo surge Fondo María?

Oriana Lopez Uribe: Bueno, después de que la Suprema Corte de Justicia declara como constitucional la Ley de Interrupción Legal del Embarazo en la Ciudad de México, activistas que habían estado involucradas en la parte comunitaria de movilización ciudadana durante todo el proceso de la ley y de la constitucionalidad había tres mujeres, Vanesa González Rizzo, Eugenia López y Emily Barclowe, que estaban preocupadas por cuál sería el impacto de esta iniciativa en el resto del país, por que eso significaba una ganancia para las mujeres del D.F. pero una diferencia y una injusticia muy grande con el resto de las mujeres. Emily Barclowe tenía experiencia en grupos de aborto de Estados Unidos, así que empezaron a coordinarse para formar lo que ahorita es el Fondo María.

-L: ¿Cómo es el proceso que sigue una mujer que requiere de sus servicios?

OLU: Puede hacer el contacto con alguna organización o con algún o alguna profesionista (psicólogas o médicas) que tengan información sobre Fondo María y cómo contactarnos. Estas personas quedan en contacto con ella desde el momento de saber que está embarazada. También puede buscarnos en internet y meter su información a través de la página o llamarnos directamente, lo cual es más adecuado para que nos digan sus necesidades, las especificidades de su embarazo y lo que necesitan para la interrupción.

-L: Una vez contactadas, ¿ustedes dan el seguimiento necesario?

OLU: Si, lo que hacemos es una especie de acompañamiento telefónico en primera instancia en la que damos bastante información, revisamos con ellas cuáles son las necesidades, qué cosas en específico pueden aportar, y vamos trabajando con ellas el plan para poder tener acceso a un aborto seguro.

-L: ¿Porqué consideran que es importante la interrupción legal del embarazo para el avance de los derechos de las mujeres?

OLU: Para nosotras es reconocer la libre determinación de las mujeres, también reconocer la libertad reproductiva de las mujeres y reconocer su capacidad de toma de decisión. O sea, esta ley en específico parte de la decisión de las mujeres, no de la de un médico o de un ministerio público como con las otras causales, reconociendo específicamente la capacidad de las mujeres para tomar decisiones sobre su cuerpo, su sexualidad y su reproducción, y también nos pone en un nivel más equitativo con los hombres, en el sentido en que podemos controlar nuestra capacidad reproductiva, que es una de las cosas que ha limitado muchas veces a las mujeres y que las han retraído de la vida social, relegándolas al hogar y las funciones meramente de crianza.

María Eugenia Likar: También creo que lo que se podría ampliar a lo que está diciendo Oriana es que el cuerpo de las mujeres históricamente es y ha sido todavía como un campo de batalla y pareciera que se la restringe a determinados destinos reproductivos, dentro de los cuales la maternidad pareciera que no puede ser una opción sino que es casi como un destino, que es algo que se va a elegir en todos casos en todas circunstancias, y que pareciera que las mujeres no pueden poner antes de la maternidad otro tipo de elecciones o que no pueden elegir la no maternidad como una opción de vida, entonces creemos que la posibilidad de decidir sobre su sexualidad y sobre sus opciones reproductivas tiene que ver con los más íntimos de los derechos humanos.

-L: A todo esto, ¿consideran que debería de ser un asunto de política pública garantizar la ILE?

OLU: Lo que ha permitido que sea una política pública es que el acceso a los servicios sea gratuito, que el sistema de salud que tenemos, que es un sistema sólido, nos permite que las mujeres de todos los estratos sociales puedan tener acceso a una interrupción legal del embarazo en la Ciudad de México. Hace falta que tenga mucho más apoyo y mucha más voluntad política para hacer la difusión, para garantizar que al menos todas las mujeres del D.F. cuenten con la información, pero también difundirlo en todo el país, decir que es una ley que puede beneficiarlas a todas porque todas las mujeres pueden venir al D.F. a tener una ILE. Si fuera una cosa que no estuviera legislada, que no fuera parte de una política pública y solamente estuviera permitida y que se fuera solamente al ámbito privado, eso implicaría que muchas mujeres, sobre todo las más marginalizadas, las más vulnerables no tuvieran acceso equitativo a la interrupción. Es una de las cosas que pasan en Estados Unidos y por eso se fundan los fondos de aborto en EUA, que tiene un sistema de salud en donde no se puede garantizar y donde la derecha ha metido un montón de influencia para que no se paguen con el dinero del estado los servicios de aborto. Eso hace que aunque está reconocido el derecho al aborto en el país, las mujeres más marginalizadas, las más pobres, las que han sido vulnerabilizadas históricamente, son justamente las que no tienen acceso a esto, entonces, los fondos de aborto allá buscan poder apoyar a estas mujeres pues el costo de los procedimientos es muy alto. Eso es lo que se logra y se consigue atender a una cantidad de mujeres significativa.

Además, institucionaliza el hecho de que haya una capacitación constante del personal sobre el procedimiento y hace que podamos hacer una rendición de cuentas de cómo se está implementando esa política pública, por lo que podemos tener seguimiento de los números de las mujeres que están yendo, las características que tienen etc., de lo cual no se tiene mucha información por parte de los servicios privados porque no hay una regulación al respecto, entonces, también nos permite tener acceso a esos datos, tanto para saber más sobre cómo está funcionando y el impacto del programa como para poder evaluar el programa en sí.

-L: A propósito de las cifras, ¿como a cuántas personas ha atendido el Fondo María?

MEL: En total desde 2009 hasta el año pasado han sido 2,930 mujeres de toda la República, pero principalmente del Estado de México, Puebla, Jalisco, Veracruz y Querétaro.

-L: Los estados más cercanos al D.F.

MEL: Exacto, sí, porque también sucede que cuando las mujeres se encuentran ya más en la periferia del país, las que tienen suficientes recursos para hacerlo o que cuentan con una red que las puede apoyar prefieren muchas veces cruzar la frontera y cruzar a EUA a hacerlo, eso es muchas veces lo que sucede, pero en sí hemos apoyado a mujeres de todo el país.

El tipo de apoyo que ofrecemos es:

Hay mujeres que se ponen directamente en contacto con nosotras a través de la línea telefónica gratuita que tenemos o a través de la pagina web, también canalizadas por organizaciones de los estados o por conocidas, conocidos , o ingresan su solicitud en línea o mandan un correo y en función de eso nos ponemos en contacto con ellas, vemos sus necesidades específicas. El apoyo puede ser desde información , acompañamiento, pago total o parcial del procedimiento cuando es en servicios privados, la logística, el transporte hacia el D.F. y dentro del D.F. también, y el hospedaje, la alimentación o pueden ser todos juntos. También hemos incorporado recientemente el apoyo psicológico posterior para aquellas mujeres que lo soliciten porque nos dimos cuenta de que es algo muy importante también y que muchas veces así lo solicitan. Necesitan un apoyo para procesar la experiencia, para asimilarla de otra manera, ese es un tipo de apoyo que brinda el Fondo María, y otro tipo de apoyo es con insumos médicos, también con alimentación y hospedaje pero en este caso las mujeres no se ponen directamente en contacto con nosotras sino que llegan a los servicios de la Secretaría de Salud con los que trabajamos de manera conjunta y es a través de estas clínicas especializadas que reciben nuestro apoyo.

-L: ¿Con qué otras organizaciones públicas o privadas colaboran?

MEL: El Fondo María trabaja de manera muy cercana con la ANDAR que es la Alianza Nacional por el Derecho a Decidir, conformada por un grupo de organizaciones de la sociedad civil que trabajan a favor por el derecho a decidir, como IPAS, Católicas por el Derecho a Decidir, Equidad de Género, Population Council, GIRE, y también trabajan con organizaciones de los estados que son aliadas y que nos canalizan y a las que también canalizamos. Esto siempre es para cubrir un mayor espectro de acuerdo a las necesidades de las mujeres, por ejemplo, si las mujeres tienen algún tipo de necesidad de asesoría legal podemos canalizarlas con organizaciones que están especializadas en ese tema, si identificamos que la mujer se encuentra en un contexto de mucha vulnerabilidad, que es víctima de violencia y demás podemos canalizar a organizaciones que trabajan y se centran en esa temática y así mismo recibir canalizaciones de ellas.

Y en relación con las clínicas trabajamos de manera colaborativa con todas las qe se especializan en ILE de la Secretaría de Salud y tenemos convenios colaborativos con servicios privados. Muchas veces las chicas no pueden acudir a las consultas en servicios públicos por los horarios, por que sólo atienden de lunes a viernes y muchas de ellas trabajan y no pueden faltar al trabajo; tienen ciertas responsabilidades de cuidado de la familia y demás, entonces de acuerdo de las necesidades de las chica también tenemos convenio con servicios privados.

-L: ¿Qué cambios sociales han observado desde que se ganó este derecho en la Ciudad de México hace 7 años ?

OLU: Desde 2007 a la fecha hemos podido observar un cambio fuerte en cómo se habla del tema en la sociedad, en los salones de clase, como que es una cosa de la que se puede hablar más pensando en otras cosas que no sean en el pecado y charcos de sangre, que es lo que el imaginario nos llevaba a pensar antes de que hubiera acceso al aborto legal y tan abierto como ahorita en la Ciudad de México, siempre nuestros referentes eran los videos de Pro-Vida y los Casos de la vida real de Silvia Pinal. Nos hemos dado cuenta de que cada vez más personas conocen a alguien que ha abortado porque las mujeres también hablan más del tema e incluso las personas más conservadoras van poco a poco abriéndose al tema y dicen “ bueno es que a veces es necesario”, “bueno es que a veces es muy difícil”. Incluso las personas a quienes les costaría más trabajo por la educación que han recibido están empezando a abrirse un poco más y es un tema que puede hablarse más abiertamente, al menos en la Ciudad de México, seguimos estando desde esta trinchera trabajando, pero nos hemos encontrado con activistas de otros lugares que están buscando que eso se logre también en los distintos estados y hemos logrado estar en espacios fuera de la Ciudad de México en donde también se puede hablar abiertamente, y creo que eso es una ganancia para todo el país, es una experiencia de mexicanas con mexicanas y es algo que cada vez vemos más factible. Antes, nuestro único referente era Cuba, con un régimen completamente diferente al nuestro o Estados Unidos, con un nivel de desarrollo completamente distinto al nuestro, entonces como que no lo veíamos factible en un país como el nuestro, y creo que la Ciudad de México ha demostrado que puede ser una política exitosa y que las mexicanas lo están ocupando, que no es una necesidad de otras mujeres, sino de nosotras.

-L: Y ¿que queda por hacer?

OLU: Pues nos queda el resto del país…

MEL: También seguir trabajando para desestigmatizar el tema, si bien se ha avanzado mucho, todavía hay sectores muy conservadores que difunden información que no está basada en evidencia y terminan confundiendo y cargando de estigma y de información errónea en relación al tema.

OLU: Y eso es parte de lograr que que haya cambios legales en el resto del país, poder hablar abiertamente, saber cuáles son las ventajas de poder tener acceso a aborto seguro y legal, lo que implica que el estado apoye a las mujeres durante este proceso, ver los beneficios que implica y saber que es la responsabilidad del estado que las mujeres cuenten con la mejor salud posible, y eso implica que tengan acceso a una interrupción segura, y hace falta mucha información tanto de la ley como sobre cuáles son los procedimientos de abortos seguros, cuáles son los procedimientos inseguros. También hay que saber que hay abortos clandestinos que están ocurriendo en el resto del país, que siguen ocurriendo muchísimos y que las mujeres tengan las herramientas para discernir cuándo están poniendo en riesgo su vida y cuándo no, porque hay abortos clandestinos que son seguros y otros que son inseguros, entonces hace mucha falta esa parte de la información y de la educación al respecto.

MEL: También hace falta el poder concebir que una parte de las opciones reproductivas es abortar, entonces, en el momento en que estás embarazada sólo es ua posibilidad tener al hijo, también puedes abortarlo o darlo en adopción.

-Liz: Si alguien quiere apoyarlas, ¿qué puede hacer?

MEL: Si alguien quiere pertenecer a la red María y apoyar tanto con donaciones económicas como con trabajo voluntario no tiene más que ponerse en contacto vía correo electrónico a redmaria@redbalance.org o comunicarse al teléfono 55325353. También pueden ingresar a nuestra página web www.redbalance.org, hay una pestaña que es de aborto, que es la de María y hay una plataforma para donar en línea por medio de tarjeta de crédito.

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* Oriana López Uribe es Licenciada en Comunicación Social por la Universidad Autónoma Metropolitana. Desde los 15 años comenzó su activismo por los derechos sexuales y reproductivos como voluntaria en Mexfam, participando dentro del Comité Juvenil para desarrollar estrategias que generen servicios de salud sexual y reproductiva amigables para jóvenes y adolescentes. Durante el 2005 tomó el proceso de formación de jóvenes activistas en el tema de aborto convocado por Decidir, Coalición de Jóvenes por la Ciudadanía Sexual, Balance e IPAS. Desde 2007 ha sido colaboradora en varios proyectos de ciudadanización de los derechos sexuales y reproductivos de las y los jóvenes aportando contenidos y asistencia técnica para crear estrategias que integran el teatro cabaret y la lucha libre, generando espectáculos informativos que permiten una interacción y comunicación con el público de manera lúdica.

Desde el 2008 participó en la exposición artística Bodies 4 Diversity con la intención de generar reflexión durante la XVII Conferencia sobre SIDA realizada en México. Participó como artista invitada durante el XI Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe, realizado en la Ciudad de México en el 2009. Actualmente coordina el Fondo de Aborto para la Justicia Social MARIA para incrementar el acceso al aborto seguro en el país. En 2011 Oriana recibió la medalla Omecíhuatl como reconocimiento a la contribución que a través del Fondo MARIA ha realizado para la construcción de una sociedad más justa y democrática.

* María Eugenia Likar es Licenciada en Psicología graduada de la Universidad Nacional de Córdoba, en Argentina. Se ha desempeñado como acompañante terapéutica en el Hospital Neuropsiquiátrico de la Provincia de Córdoba y como terapeuta psicoanalítica del área clínica en la Ciudad de México.

Actualmente cursa una maestría en psicoterapia psicoanalítica en la Asociación Psicoanalítica Mexicana y brinda apoyo psicológico a las mujeres en situación de post- aborto que se ponen en contacto con el Fondo MARÍA.

Además, es responsable de la coordinación y fortalecimiento de la Red MARÍA, una red conformada por organizaciones y personas que apoyan el Derecho a Decidir a través de difusión, voluntariado, donaciones en especie y económicas. Esta tarea comprende la coordinación y producción de eventos de procuración de recursos para el Fondo MARIA y la difusión de actividades y mensajes organizacionales a través de los medios de comunicación.

 

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Reseña del webcómic «I think you´re sauceome»

por Pola RG

    Detrás de un diario ilustrado (que además se publica a la vista de quien quiera y tenga la paciencia de revisarlo) siempre hay un subtexto de lo personal que me fascina, y el caso de Sarah Becan (ilustradora que vive en Chicago) y su “I think you’re sauceome” no es diferente al del resto de artistxs que hacen lo propio. Empezó a publicarlo en marzo del 2010 y actualmente ha tomado un giro, no inesperado, pero sí muy agradable.

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Las ilustraciones no son demasiado complicadas aunque sí muy coloridas. Al principio, su diario hablaba sobre la manera de mantenerse en forma y controlar lo que comía, pero eso y la interacción con las personas que visitaban su blog dieron pie a preguntas más profundas acerca de la relación con su cuerpo.

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    Me parece curioso enterarme tan tarde que “los diarios de dieta” son al parecer algo más o menos común (se me viene a la mente Ana Casas). Quizás -ya que los problemas de autoestima e imagen van pegados a una terrible sensación de no tener control y por lo tanto uno empieza a anotar y revisar todo-, es mas fácil analizar la situación a través de la producción de otra imagen, una que finalmente nos muestra más de lo que se planeaba al final. O quizá sea de lo más normal que una ilustradora dibuje y una fotógrafa se tome fotos para revisar/analizar esa cosa llamada cuerpo.

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    La aceptación es un proceso que toma tiempo y Becan demuestra que ese camino está plagado de baches llenos de lágrimas y autoestima. Actualmente parece haber hecho las paces con ella misma y con la comida, por lo tanto la página nos presenta más ilustraciones con colores deliciosos de recetas y platillos, donde se nota el cariño por ambas cosas: las ilustraciones bonitas y la comida sabrosa.

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El humor de Becan es muy suavecito y a veces algo ñoño; se burla cariñosamente de cosas que a nadie ofenden sinceramente ya que en realidad el enfrentamiento directo no es uno de sus objetivos.

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Porque a veces se necesitan colores pastel y frases cursis para recordar que todos somos salsabrosxs.[1]

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[1]     Todas las imágenes pertenecen a Sarah Becan, queda estrictamente prohibida su reproducción sin el consentimiento de la artista.

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Playboy Mommy: Porque se puede ser madre y puta

imágenes y texto por Azucena Blanco 

La vi [a Playboy Mommy] muy como una figura de Magdalena. La vi como alguien cuya reputación se ha vuelto bastante mala a causa de los medios que usa para sobrevivir. Hubo algo en mí que se alineó con esta mujer de mala fama con la cual la gente tiene problemas. A veces tienes que lograr cosas de maneras no tan bonitas. Vi fuerza en ella. Puede hacer cosas que esas mujeres que son aceptadas en los círculos literarios no pueden hacer, porque ella puede tragar… Esta mujer en Playboy Mommy, ella tragará. Se tragará un billón de semillas para proteger a su pequeña niña.

Tori Amos en referente a su canción playboy mommy

Contra la maternidad asexuada, dulce y delicada, por una maternidad subversiva, empoderada, mutable y gozosa, por ese estado sexual del cuerpo y de reconocimiento. Por ese cuerpo expandido hasta sus límites, por esos pechos llenos e hinchados, por esa espalda arqueada y elástica, por ese galope hormonal que me hizo sentir fuerte y cachonda,  por ese vaivén de la niña que cohabitó éste útero pues éramos dos ella y yo, por ese cuerpo que recuerdo con cariño y a veces extraño rompo etiquetas, hoy escribo desde la rabia:

Mi maternidad no está sometida a un modelo absurdo e inexistente, no hay una forma de vivir la maternidad; la idealización, la abnegación y el sacrifico son una ficción del sistema. Mi lucha va de mi propia experiencia de dar testimonio de la violencia sistemática de la que una es objeto y el miedo patológico en el que se es introducida hago un ejercicio de memoria desde el momento en que estaba gestando momentos en que yo era muy joven y el feminismo era una incógnita por plantearme; fui bombardeada de normas a cumplir, me sentí a como un conejillo de indias un objeto de estudio por el aparato médico , familia y la sociedad todos podían aconsejarsobre el cómo ser una “buena madre” a base de juzgar. Vista desde su empañada lupa como un bulto en estado de convalecencia embrutecido por su condición física y hormonal se nos condena a un estadío  de permanente de soledad, una maternidad cargada de culpas y miedos, bases de control de este sistema patriarcal

Hoy me apropio de esos modelos anatómicos las llamadas “Venus Grávidas” y la hago mías. Modelos utilizados con fines “didácticos” para la instrucción médica sobre el funcionamiento del cuerpo femenino. El prototipo de belleza durmiente alcanzado con las Venus médicas, en el que la piel pálida, el cabello suelto y el estado de reposo contribuían a sugerir un estado de pasividad frente a la acción del hombre que procedía a analizar su cuerpo hoy les inscribo PUTA Y TOMO ESE INSULTO QUE NO ME PUDIERON DECIR A LA CARA, los vuelvo stickers para invadir los espacios públicos.

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La cotidianidad de la violencia contra las mujeres

Por Yuli Rodríguez

“Señorita Extraviada” de Lourdes Portillo

9 de mayo de 2014

En el año 2000, Lourdes Portillo nos obsequió este relato cinematográfico en el que, por primera vez, se le dio rostro y voz a las víctimas de feminicidio en Cd. Juárez. Se empezó a utilizar esta palabra para nombrar un problema social gravísimo que comenzó a suscitarse de forma alarmante hace ya algunas décadas y, para tristeza de todos, en la actualidad lejos de disminuir ha seguido aumentando y haciéndose presente no sólo en aquella ciudad norteña, sino en el resto de nuestro país.

    El pasado 9 de mayo, un día antes de la gran celebración anual con motivo de las madres, el Colectivo Habitajes, en coordinación con la Embajada de Estados Unidos y el Centro de Estudios Cinematográficos, organizaron una proyección de Señorita Extraviada, con la presencia de su realizadora y acompañada de una comitiva de mujeres de diferentes formaciones integrada por la periodista Mariana Berlanga, la antropóloga Abeyamí Ortega, la documentalista Amaranta Díaz y la abogada especialista en derechos humanos Andrea Medina para reflexionar en torno al tema de la película.

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Vine a Ciudad Juárez para ser testigo del silencio y el misterio que rodea las muertes de cientos de mujeres”

Lourdes Portillo, “ Señorita Extraviada” –

    Lourdes Portillo es una documentalista chicana, nacida en México pero criada en el país vecino del norte, una de las directoras que nos transmite a través de su obra el compromiso que tiene con las temáticas que aborda. Más allá de simplemente acercarse a los protagonistas de sus documentales para contarnos una historia, podemos ver el grado de compenetración que tienen realizadora y personajes, de modo que es casi palpable el profundo respeto y empatía que Lourdes tiene con sus entrevistados.

    Al final de la película, Amaranta Díaz nos regaló un excelente análisis para hacer honor a la maestría con la que Lourdes Portillo hace uso del lenguaje cinematográfico. Está compuesta de principio a fin como un réquiem dedicado a las mujeres asesinadas y sus familias. La música juega un papel fundamental en la experiencia estética que el espectador va a tener aunada al tema principal, las metáforas visuales hacen referencia a los pies, a los zapatos, el camino recorrido y los objetos encontrados, el cuerpo como un territorio y el documental como una herramienta de sanación.

Las imágenes de la violencia nos dejan en la inmovilidad”

Mariana Berlanga –

    El filme, estrenado hace más de 10 años, constituye una investigación intensa y además una nueva perspectiva para adentrarse al tema de las Muertas de Juárez. Al contrario de lo que se podría pensar, en esta película no vemos ni una sola imagen explícita de lo que han sido las violentas y crueles muertes que han sufrido cientos de mujeres en esta ciudad fronteriza, lo que veremos es una pieza de cine combativo, que toma una postura clara y asume una responsabilidad reflexiva y catártica sin hacer uso del morbo.

¿Cómo se construye cotidianamente la discriminación? Comienza con una mirada.”

Mariana Berlanga –

    La reflexión en torno al tema de esta película, nos lleva a un terreno peligroso en el que se tiene que responsabilizar también a la comunidad de lo que está ocurriendo en nuestro país con respecto al feminicidio. A pesar de lo que se maneja mediáticamente, Ciudad Juárez no es la ciudad con mayor número de asesinatos de mujeres. Andrea Medina nos relataba el descubrimiento de hace poco tiempo, en el que los resultados arrojaron que los más altos índices de feminicidios se encontraron en el estado de Nayarit, y ya no hablemos del Estado de México.

    Lamentablemente en la sociedad mexicana sigue existiendo un problema de discriminación hacia las mujeres, prevalece la visión hacia nosotras como si fuéramos un objeto desechable y esto se ve reflejado en el nivel de violencia perpetrado en los sucesos acaecidos en Juárez. También se nos ve como esclavas nativas de los quehaceres hogareños; el valor más grande de las mujeres viene únicamente con la maternidad que tan fervientemente celebramos cada 10 de mayo y que la televisión se encarga de perpetuar. Es necesario pensar en las faenas cotidianas que siguen haciendo prevalecer estas representaciones sociales en relación a las mujeres, la degradación a través del lenguaje, de las acciones y la diferencia en el trato, como nos compartió Mariana Berlanga: “la discriminación comienza con una mirada”. Es necesario reflexionar en nuestras formas de expresarnos, desde lo corporal y lo verbal, pues la cosificación de la mujer llega a traducirse en formas de violencia que nos afectan a todas y todos.

    Señorita extraviada, un filme necesario en el entendimiento y la investigación de la violencia de género, una ola de emociones guiadas por la forma cinematográfica y un instrumento de reflexión y lucha en contra de la violencia hacia las mujeres.

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