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Conversación entre Croissant y Nads: Resistiendo desde los fuegos

?Croissan y  ?Nads se conocieron por el drag. Han estado desde entonces escribiendo, compartiendo pensamientos y sentires en torno a temas diversos, como los placeres/deseos, la performance, las neuro diversidades, el burlesque, el drag, los duelos. etc. De ahí viene esta charla/entrevista en torno a lo que nos prende/erotiza, cómo construimos intimidad y nuestras prácticas como forma de resistencia al capitalismo/ capacitismo/ heterosexismo.

*Cómo re-descubriste tus deseos y como los transmutaste?

Nads: Había tenido relaciones sexoafectivas hetero, a pesar de que yo me vivía como bisexual, empecé a entrar en mucho conflicto porque me di cuenta que lo que estaba creando, es decir a nivel artístico, a nivel gráfico, como yo me expreso, como creo, pues no iba muy alineado con el proyecto heterosexual en el que estaba, o sea en ese sentido el vínculo que tenía. También por lecturas y por oídas de amigues que el deseo se construye, tanto el deseo de ser mamá, el deseo por otros cuerpos, como el deseo en general. De repente pensaba, no estoy muy segurx de si deseo esto o más bien como que me dejo llevar como por lo que se supone que es lo que debo de desear y lo empecé a transmutar cuando me reconocí trans no conforme con mi género y fue muy evidente cuando empecé a tener una relación de larga distancia y me di cuenta que la cuestión física no era tan necesaria y empecé a experimentar otras formas de desear, ser deseadx a través del sexting, de las videollamadas, hacía vídeos performeando o haciendo lip sync o haciendo acciónes que tuviera que ver con lo sensorial y que involucraba sensaciones con otros seres y se las mandaban a mi pareja. Entonces ahí empecé a transmutar eso porque yo
pensaba que mi deseo por una relación física era como vital, ¿no? Y cuando empecé a tener esta relación a larga distancia me di cuenta de la posibilidad de poder ampliar eso, me encontré muchas posibilidades y mucha creatividad en mí.

Croissant: yo tengo déficit de atención, estoy dentro del espectro autista y luego las relaciones penetrativas la verdad se me hacen raras, como demasiado estímulo, muy frenéticas, a veces también muy performativas. La mayoría de las veces que me he relacionado sexualmente, pues ha sido con hombres cis y he anotado que como que interpretan un papel, no? Y que yo también me pongo en un papel y las pocas veces que me he relacionado con mujeres sexualmente también como que las chicas interpretan ese papel masculino. No me permite concentrarme porque como que estoy analizando todo. Y de igual manera, me gusta mucho empezar una relación generando está expectativa por medio de las fotografías, de los videos, como dejar estos pequeños ,ahora sí que como Hansel y Gretel ¿Como saber que estoy siendo mirada pero desde cierta distancia? pues me ya desde ahí me genera placer ,no sé si sea considerado como for play, a veces me causan más placer que la misma actividad sexual. También siento que es una manera de conocer a la otra persona, porque te das cuenta que tanta imaginación tiene, como cuáles son sus temas favoritos,etc. Muchas veces ni siquiera hay imágenes, es puro texto. ¿Cómo huele el lugar ? ¿Cómo vamos vestidos?, cosas así. Y entre más detallado es me causa más placer y expectativa.

*Cómo construimos intimidades de ahí?

Nads: creo que es muy chido porque parte de esta transmutación que hacemos de lo que para nosotros es placer ,es que la intimidad no solamente se refiere a la cama o tener una relación sexual sino también creamos intimidad al compartir fantasías, imaginarios o creaciones. Yo encuentro mucha placer y mucha intimidad cuando comparto , por ejemplo la otra vez que hablábamos sobre burlesque y recordé los rituales de los pájaros como referentes , es algo muy sensual desde el ritual. Y siento que nos involucramos a un nivel que va más allá del del like, de la inmediatez. Me he inspirado mucho en el texto de Audre Lorde de Los usos de lo erótico para reconocer otras formas de experimentar placer de maneras que no me había imaginado nunca pero que si había experimentado, como cocinar, leer, masajear, amarrar, perforar, etc. y que sin duda cuando comparto pues se crea esa intimidad.

Croissant: Regresando al tema de las neurodivergencias, las personas autistas tenemos como este mecanismo de defensa de estar actuando todo el tiempo para tratar de encajar, sobre todo en relaciones hetero me he encontrado a mi misma tratando de ser la mujer que me dijeron que tenia que ser como para seducir y eso como que dificulta el poder crear intimidad. Desde que descubrí que era pansexual las relaciones con cualquier otra persona que no sean hombres cis han mejorado drásticamente, aunque todavía hago masking ( enmascarar). Yo creo que para mí situándome (como pansexual, mujer cis, neurodivergente), crear para mi intimidad es que mis amigos me acepten como soy, ese recibimiento fue muy bonito y generó intimidad, algo que nunca en mi vida había tenido, el saber que no era un problema y simplemente eres tú. Nunca dijeron ah que hueva, incluso a veces hasta con mi familia, que me dijeron “Yo no creo en eso” “yo te creo muy capaz”. Y pues una cosa que genera intimidad es la aceptación y poder ser yo misma, de estar relajada, de decir, aquí puedo descansar y se que no me van a juzgar, incluyendo los deseos sexuales y las pasiones.

*Que prácticas eróticas/ sensuales realizas? Son colectivas o privadas?

Nads: Hablando sobre prácticas eróticas que tengan que ver con la creación en general, ese fuego que nos mueve a hacer las cosas que amamos, he encontrado prácticas que me llevan a estados de mucho éxtasis, sobre todo aquellas que me regresan a habitar mi corporalidad, ya que como persona trans y seguramente alguna neuro divergencia no diagnosticada me deshabito muy seguido. El drag se me hace una práctica muy sensual por lo mismo de que creo más conciencia con mi cuerpo y cuando lo comparto/colectivizo se crea esa intimidad y posibilidad desde lo marika, monstruosx, desde lo masculino, etc. También otras prácticas como estar en contacto con otros seres, las texturas de las plantas, los sabores al cocinar, la texturas de las cuerdas, el escarbar un grabado. Estas prácticas pueden ser privadas pero también colectivas, en ese sentido creo que no tengo mucho pedo, solo me fijo en poder generar esa intimidad con quienes estoy compartiendo.

Croissant: Creo que ambxs estamos en la misma pagina en que lo erótico y sensual esta en lo creativo y no como tal en el acto sexual, y extender sexualidad y placer a áreas comunes en nuestras vidas. Tu mencionas lo de cocinar y yo también lo comparto, estoy aprendiendo a cocinar para mí. Cocinar y comer es una práctica de cuidado, a mi la verdad me causa mucho placer, para empezar, comer algo rico, y luego que a otras personas se les antoje. Hablando de la colectividad porque vivo con otros rommies y la cocina es un lugar que se comparte y me da mucha alegría cocinar. Creo que por eso escogí ser artista, porque la actividad de planificar, de mi siguiente movimiento, como todo el trabajo que nadie ve, sacar referencias, pues me causa mucho placer. La cuestión del maquillaje se me hace muy fuerte porque estás tocando a una persona desconocida, el hecho de que me den permiso de tocarles, de aplicar los productos con mis manos, sentir su piel, la textura, evaluar que necesitan, y pues es un momento muy vulnerable, las personas luego se disculpan conmigo, se sienten muy expuestas y me gusta decirles que aquí no hay juicios, más bien gracias por permitirme ver esta parte de ti. Obviamente es un momento muy erótico, no en el sentido de que quiero besar a esa persona, sino esa cercanía, sobre todo porque las normas sociales no nos permiten ese acercamiento.
Las brochas y mis dedos se empiezan a extender y me parece fascinante esa transformación, sobre todo irrepetible porque probablemente no voy a volver a ver a esa persona.

*¿Cómo relacionas tus prácticas eróticas/placenteras como resistencia a un sistema cisheteronormado/ capacitista/ capitalista?

Nads: Para empezar sacar toda esa experiencia erótica/sensual del ámbito coger/objeto de deseo/penetración y traer a la mesa la vulnerabilidad, la intimidad en otros niveles, creo que en el momento en que nuestras prácticas toman otro sentido, otro significado y otra intención se goza mucho y se resiste, de manera colectiva cuando lo compartimos. Hablamos un poco de las neurodivergencias y personas con condiciones de salud complicadas muchas veces no tenemos acceso al placer o lo erótico de manera normativa pero nos hemos ingeniado otras formas de sentir placer, de cambiar nuestros deseos y sobre todo explorando las posibilidades de fluir y experimentar nuestra sexualidad. Yo encuentro mucha potencia en el eros ( vida) cuando veo crecer las plantas en contraste con la muerte que es fomentada por el capitalismo, donde todo se desecha, todo tiende a la
destrucción, a la homogeneización. Y ahí también entran las propuestas que se hacen desde las posibilidades, de corporalidades diversas, de maneras de sentir, de habitar, de existir, de estimularnos o no.

Croissant: Durante todas las prácticas que he realizado en mi vida, desde la danza, las artes visuales, la pintura, el drag, el burlesque, que tienen como cierta pautas de lo que “es lo correcto” que es “que es ser buenx artistx”, desde la academia, siempre han sido super capacitistas y siguiendo el ideal blanco. Cuando una personas sigue haciendo aunque no sea lo que se enseñó o está bien pues ahí ya hay una resistencia. Es una declaración como tu dices de brotar vida hacia ti, aunque me
digan que estoy mal pues yo lo voy a seguir haciendo porque es lo que me da alegría, placer y vida. En la actualidad vemos a alguien feliz o nos ven felices, sobre todo disfrutando, tendemos a atacar mucho el disfrute personal, entre mas intimo sea el disfrute la gente más lo ataca, se preguntan cómo se atreve a disfrutar, a hacerlo público y colectivizar? Incluso con el mismo maquillaje que tiene un lado muy normativo y muy blanqueado, hay muchas críticas alrededor de tus capacidades cuando no haces lo normado, revelarte en eso se me hace muy digno y se está resistiendo a todas estas conversaciones ajenas que a veces pesan más que lo personal.

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Nad MA (elle/they) Nads es deformadorx, geografx disidente, artista transmutante, practicante de tecnologías expandidas
y masajista. Vive en Culhuacán CDMX, le encanta la papaya, el pulque y subir al cerro a hacer rituales.
Sus redes sociales
@nadnadius
@nadartetransmutante

Croissant (ella)  Gabriela Contreras MartínezEs Licenciada en Artes Visuales por parte de la Facultad de Artes y Diseño de la UNAM. Es autora de “El diseño activista y el drag” artículo publicado en la revista Inventio de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos.
Actualmente – además de realizar proyectos de maquillaje profesional – es diseñadora de experiencias e interfaces web y construye un número de performance burlesque con su personaje “Cuerita Croissant”.
Redes: @croisssaaanttt

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¿Que es lo queer en la educación queer? – Lucas Platero

El Grupo de Educación y Género de la Facultad de Ciencias de la Educación de la UAB, nos comparte un registro del seminario que tuvieron con Lucas Platero, titulado «¿Qué es lo Queer en la educación Queer?».

El Grupo de Educación y Género estudia y fomenta experiencias de contrapedagogías que en sus palabras «retan las convenciones, destruyen el closet, y se permiten reinventar las relaciones en el aula».

 

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Respetttrans: La Casa de “Mami” Grecia

por Alejandra Rojero

Vivo en Ciudad Juárez, Chihuahua, ciudad fronteriza, ciudad de paso, donde desde 2018, se ha observado un incremento en el flujo de personas migrantes internacionales que llegan a la localidad con el objetivo de solicitar asilo en Estados Unidos. Tras la llegada de miles de personas, la sociedad civil se organizó para brindar apoyo humanitario. En Ciudad Juárez se establecieron nuevos albergues, la mayoría de ellos gestionados por grupos religiosos de la iglesia católica y evangélica, en los cuales la comunidad LGBTTTIQ no tenía cabida. En este contexto nació Casa Grecia Respetttrans Chihuahua, un albergue que abre sus puertas a todas las personas, pero que de manera especial, protege a las mujeres trans.

En este artículo se transcriben fragmentos de una entrevista que se realizó a Grecia Herrera, mujer trans, activista, enfermera, fundadora y directora del albergue Respetttrans Chihuahua, mujer incansable que lucha cada día porque a las chicas que habitan su casa no les falte nada. El texto se titula “La casa de ‘Mami’ Grecia”, porque así es como las mujeres migrantes se dirigen a ella y esto es porque en realidad, en Grecia encontraron a una madre y en su albergue, un verdadero hogar con todo lo que esto implica: techo, alimento, vestido y mucho amor.

Grecia Herrera en el albergue Respetttrans

Grecia llegó a Ciudad Juárez a los 13 años, en la década de los noventa, como ella dice su activismo empezó a temprana edad: “mi lucha no inicia diferente a la de cualquier otra niña, fui rechazada por mis compañeros de escuela por mi apariencia física porque era más femenina y no era acorde a mi nombre masculino, entonces me fui a la calle y fue muy complicado, ahí empezó mi activismo, luchando contra la vida y contra la adversidad”.

Añadió que los primeros años en Ciudad Juárez fueron muy duros, por ese entonces no se conocía ni siquiera la palabra “transgénero”, a estas personas simplemente se les decía que eran “hombres vestidos de mujer” y sufrían múltiples agresiones por parte de la policía, “si veían a una chica con aretes, con poquito labial o con zapatos de mujer era de arrestarte 36 horas, era mucho muy cruel la vida en ese tiempo para una mujer trans”.

Desgraciadamente en la actualidad, la vida para las mujeres trans no es muy diferente, algunas de las chicas migrantes que habitan el albergue han comentado en repetidas ocasiones que son insultadas cuando salen a la calle o que son agredidas por los policías y la comunidad en general, por eso es que el trabajo que hace Respetttrans, de brindar un espacio seguro y libre de discriminación para ellas es de un valor incalculable.

Como se refirió antes, Respetttrans inició en 2018, cuando comenzaron a llegar miles de migrantes a Ciudad Juárez: “el 19 de noviembre, me abordan unas mujeres trans migrantes que estaban en situación de calle y es a las primeras que les tiendo la mano”, “con ahorros míos voy y rento una casita pequeña y pienso que las nueve chicas que encontré van a estar bien ahí, no teníamos absolutamente nada más que unas colchonetas y unas cobijas, más nada”, “poco a poco nos fuimos haciendo de muebles, recogíamos los muebles que la gente echaba para afuera, fue la manera como fuimos armando nuestra casita”.

En la primera casa que habitó Respetttrans se llegaron a albergar hasta a 36 chicas, pero el espacio era reducido por lo que Grecia comenzó a buscar un lugar más grande: “fue muy complicado, duramos prácticamente dos meses recorriendo las calles, encontrábamos casas más cómodas pero pues lamentablemente los dueños de las propiedades cuando les decíamos que era para personas migrantes renegaban un poquito y cuando les decíamos que era comunidad LGTB nos decían que no”, “en una de las ocasiones encontramos un edificio rosa en ruinas, de hecho, acababa de haber un acto de violencia muy grande en esa propiedad, logramos conseguir a los dueños de ese lugar que estaba en abandono y nos rentaron, sacamos la basura y trabajamos en acondicionarlo con nuestros medios, pero prácticamente no tenía techo”, “era horrible la situación que vivíamos ahí, pero duramos un año y medio en esa casa, llegamos a tener hasta 120 chicas trans migrantes”.

Pronto las condiciones del albergue obligaron a las habitantes a buscar otro sitio donde establecerse, de esta manera, encontraron un edificio más grande, a unos cuantos metros de la frontera entre México y Estados Unidos, y aunque este también se encuentra muy descuidado, han podido arreglarlo poco a poco con recursos propios y donativos de organizaciones internacionales.

A lo largo de dos años de trabajo, Grecia y las chicas del albergue han vivido momentos de mucha alegría, especialmente cuando alguna de las mujeres consigue su asilo en Estados Unidos, sin embargo, también “ha habido momentos muy tristes por dos hermanas que murieron en detención en Estados Unidos y una caminando en Tapachula que venía con dirección a Ciudad Juárez, y bueno las mujeres trans que murieron en las caravanas o fueron desaparecidas”, “a veces recibía llamadas de familiares que preguntaban que si estaban aquí y pues no. Nos dábamos a la tarea de buscarlas por medio de organizaciones y albergues para migrantes y no pudimos dar con estas chicas y hasta la fecha seguimos en espera de saber qué pasó con ellas”.

Finalmente, Grecia señaló que desde que está la pandemia de COVID-19, el albergue ha sufrido de múltiples carencias ya que no cuentan con un apoyo fijo y son muchos los gastos que se generan entre renta, alimentación y reparaciones del edificio. A pesar de ello, la directora del albergue indicó que seguirá luchando porque “un día Casa Grecia deje de tener todas estas limitaciones, para brindar un mejor servicio a la comunidad” y “para crear un mundo mejor para todas”.

Hoy mami Grecia, tiene a decenas de hijas en su casa y ha tenido a más de 700 desde que inició el albergue en 2018, estas hijas que no le nacieron del vientre, pero le vinieron de múltiples latitudes: Honduras, El Salvador, Guatemala, Cuba, etc. Al igual que una madre, Grecia procura que sus hijas sean felices, por eso algunas veces con lágrimas en el rostro, las despide mientras cruzan la frontera para buscar su sueño: llegar a los Estados Unidos.

Referencias:

Rojero, A. (2020, 10 de septiembre), comunicación personal con Grecia Herrera.

Información sobre la autora:

Alejandra Rojero es maestra en Acción Pública y Desarrollo Social por El Colegio de la Frontera Norte, sus temas de investigación son migración, salud y derechos humanos.

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Entrevista con Majo de Lara sobre identidad trans no binaria, feminismos, heridas y alianzas.

Entrevista por Georgina González

Majo de Lara es una persona trans no binaria. Hace unos años participó en acciones activistas en el espacio público de la Ciudad de México. Ahora su potencia política se sitúa en su actuar cotidiano, en la construcción de afectos, en el fomento de diálogos.

“Todavía tengo esperanza de encontrar un lugar habitable, amoroso, potente y reflexivo dentro del feminismo para mí, para mi cuerpo trans no binarie que ocupa la masculinidad y la feminidad con una historia y un contexto muy particular”. 

¿Cómo fue el primer diálogo entre tu identidad de género y los feminismos?

Desde la prepa empecé a cuestionar mi orientación sexual y a la par vino un cuestionamiento de si soy o no soy trans. Ese cuestionamiento no me lo pude resolver hasta mediados de la universidad y un seminario de Judith Butler me permitió medio entender que esto que experimentaba y vivía no era producto de mi cabeza sino que hay toda una serie de reflexiones y teorizaciones al respecto. 

Asumirme trans vino a la par de mis aproximaciones a la teoría y a la praxis feminista. Y un poco mi transición se vio pausada por ese acercamiento. Era un espacio donde yo me sentía cobijade, pero me sentía cobijade a partir de las experiencias de vivir en un cuerpo feminizado al que le asignaron la categoría mujer. Y a partir de esa intersección de experiencias compartidas fue que encontré cobijo donde ya me respondía ser no binarie. 

¿Qué importancia tuvo esa relación con los feminismos en tu transición?

Ha sido un viaje sin rumbo y sin fin, aunque suene trillado. A veces se siente como saltar al vacío y que aunque estés saltando al vacío sientes que es tu lugar. 

El decidir transicionar socialmente hacia donde estoy fue a la par y acompañade de una aproximación a textos y saberes feministas. Esa tacha explotó en el momento en el que el feminismo llegó y en ese sentido me siento super privilegiade porque creo que mi transición y mi construcción de identidad ha estado bañada de todas estas reflexiones, deconstrucciones y convicciones.

Pero sé que (a través del feminismo) no es la única manera de transicionar. Esa fue mi historia y a mí me ofreció un montón de herramientas que no solo obtienes a partir de esos círculos. 

O sea, las reflexiones feministas son necesarias pero ahora llego a un punto donde me cuestiono mucho acerca de, a qué llamamos feminismo. Aunque feminismos hay muchos y esa es la respuesta que siempre me regreso cada que cuestiono si lo que hago, pienso, y desde dónde vivo es feminista o no, me digo, pues es que hay muchos feminismos. 

Pero mi transición no habría sido la misma si no hubiera tenido los feminismos ahí y si no hubiera tenido redes feministas alrededor. De no haber sido así mi transición habría sido súper diferente y posiblemente encasillada más en lo binario y en encajar en ciertas normas sociales cooptadas por el sistema hegemónico heterosexual y cisgénero. Y tal vez también por la blanquitud. 

¿Con quiénes has tejido alianzas? 

En 2017 los conversatorios que armamos con la Colectiva Nadie sirvieron para socializar ciertas cuestiones identitarias y para eso nos ayudaron morras que siempre se identificaron como morras lesbianas. Esas alianzas eran súper chidas. Y el espíritu que rondaba en la colectiva, nuestro actuar, era en esas intersecciones donde además teníamos bien claro que partíamos de lugares bien distintos. 

Ahí entendí no nada más qué onda con el transfeminismo sino la intersección de varios feminismos; que puede existir y existe un diálogo entre diversos feminismos y entre cuerpos y experiencias que distan mucho entre sí. En ese momento mis esperanzas estaban más prendidas porque lo vivía. Vivía estos espacios seguros en los que podía estar con otros cuerpos que no compartían todas las experiencias conmigo, obviamente. Y habían afectos y cuidados. Y nos cuidábamos entre nosotres. 

¿En dónde están situadas hoy tus esperanzas y tus alianzas? ¿Cómo te sientes en relación a tus acercamientos con las redes feministas en contraste con la olas y discursos violentos que vienen de mujeres que se asumen feministas?

Por ahí del 2016 ya veíamos venir una ola fuerte de fascismo en México con la marcha del Frente Nacional por la Familia. Eso fue como un golpe en la cara de la realidad fascista que cohabitaba la ciudad. Viví con compas trans, maricas, lesbianas esa marcha, fue un día muy potente para los ánimos y muy potente para darnos cuenta de la urgencia de alianzas. 

Y ahora, a lo largo de estos cuatro años veo mutar y hacerse más complejo eso porque ya no nada más es el enemigo de allá afuera: ultraderechas, hombres cis fascsitas. Sino es ver cómo van mutando y colándose estos discursos que en realidad son añejos, son discusiones que se venían dando pero ahora cobran vida como zombies que están adentro y están a lado de nosotres. 

Y sé que las alianzas son posibles entre los feminismos. Por ejemplo, en 2017 en la marcha del 8M en las asambleas de organización con ciertos grupos feministas surgieron estas discusiones de si incluir o no a los cuerpos no binarios. Y lo recuerdo y eran discusiones muy genuinas que venían de temores muy profundos de la banda feminista de gente que violentara en los espacios que consideraban seguros y de lucha. Porque lo que implica para muchas, un macho es alguien que violenta, que no cuida, que destruye, que ejerce violencia sobre otros cuerpos. 

Y creo que los machos, no sé si se colaron o mutaron y… no quiero decir macho como tal pero, esa parte del concepto mutó para transformarse en algo que no es macho ya, sino es otra cosa… banda que excluye, banda que lucha para quitar derechos. 

¿Cómo te sientes con el feminismo hoy?

Después de vivir estas experiencias, de ver en primera persona cómo se han modificado los espacios y las alianzas, veo a mi feminismo lastimado, herido. No como víctima sino como parte de un proceso donde esto nos obliga a seguir reflexionando, construyendo y mutando. 

Me cuestiono dónde colocarlo. Sé que ese feminismo del que yo venía o donde yo practicaba ya no es. Las cosas han mutado tanto que, las respuestas que encontré hace siete años no son las respuestas que necesito ahorita para las problemáticas y los sentipensares en los que me encuentro hoy. Y siento que los feminismos todavía tienen que aportar a mi experiencia y reflexiones. Pero no solo eso, creo que los cuerpos que viven cosas similares a las mías también tienen mucho que aportar a los feminismos. 

¿Cómo crees que pueden ampliarse las reflexiones en los feminismos? 

Creo que diversificando las experiencias a partir de otras vidas y otras potencias. Nos encontramos en este momento histórico, donde si bien ya circulaban reflexiones en torno a los cuerpos trans, ahora están adoptando una visibilidad muy grande por múltiples razones. Tal vez porque las alianzas fueron orgánicas pero siento que tenían los ojos cerrados durante el proceso y que cuando los abrieron se dieron cuenta que estábamos ahí, las urgencias hicieron que, cuando miraran, estábamos ahí. 

Y las pequeñeces, que no son pequeñeces, al momento de hacer alianzas, no son esenciales, no tendrían que ocupar tanto espacio en la discusión.  

¿A qué te refieres con pequeñeces? 

A las experiencias desde las cuales tú consideras que puedes encontrar un lugar dentro de los feminismos y de repente te das cuenta que no. Pienso en los momento en los que dejé en segundo plano mi cuestión identitaria con temas relacionados al aborto. Estuve en acciones a lado de morras cis que, tal vez no les pasa por su cabeza la experiencia trans, y que yo la tengo presente pero no fue el eje rector para mi participación en ese espacio. 

Encontré una alianza ahí porque para mí el tema del aborto implica que estamos luchando por decidir sobre nuestros propios cuerpos que también comparto desde mi corporalidad con vulva y sistema reproductor, pero no es la única. La lucha de decidir sobre mi propio cuerpo atraviesa cosas que a ellas también, desde el acoso en las calles hasta la violencia del sistema médico, de la violencia obstétrica hasta la violencia desde la psiquiatría. Y ahí yo encuentro una grieta, una puerta para una alianza porque existe ese fin en común. 

Y creo que nosotres (les trans) lo tenemos claro en el sentido de que el punto es luchar contra el control sobre nuestros cuerpos del Estado, del patriarcado, de lo que sea sobre nuestros cuerpos. No me hace ningún ruido que estas otras luchas trans tengan cabida aquí (en el feminismo). 

Para mí ese no ruido, esa sintonía que proyecto en el actuar desde una alianza de mujeres cis con personas trans es evidente. Y creo que a mí y a otras personas nos resulta una terquedad o necedad intentar hacer de eso un tema fundamental en el actuar feminista. Pero para otras personas no lo es. Para las mujeres cis que han luchado por sus espacios, por visibilidad, entiendo que se sientan amenazadas por una experiencia ajena que viene a compartir los espacios con ellas y que para su forma de ver el mundo o el actuar político es una invasión a sus espacios, porque generalmente esa es la conclusión a la que llegan, «están invadiendo nuestros espacios». 

¿Por qué eso es esencial si contra lo que estamos luchando es más grande? En relación me parece una pequeñes, pero desde nuestras experiencias trans y sus experiencias cis, viene a llamar y a hacer eco de un montón de heridas. Y ahí es cuando se complejiza todo. Y hay quienes de ese dolor sacan acciones muy potentes, desde la rabia, las heridas, la tristeza. 

¿Cómo reparas tus heridas y con quiénes te encuentras para sanar?

Decidí tomar distancia porque el costo emocional es muy alto. Une se nombra feminista sobre todo desde la propia experiencia y es desde esas propias experiencias que nuestra emocionalidad está ahí y cuando surge algo que pone en cuestión o que ataca esas experiencias o esa pertenencia no sé si seguir nombrándome feminista, tampoco sé si sigo teniendo cabida en los feminismos. Trato de no aferrarme a eso porque resurgen heridas a partir de ciertos discursos trans excluyentes pero también tengo claro que mi feminismo no está ahí. 

Encuentro un lugar para sanar en lo más inmediato y lo más… cerca del corazón. Con la familia elegida compuesta por banda trans, marica, neurodivergente, racializada que obviamente incluye mujeres. También creando alianzas con personas que quieren modificar el sistema. Ahí he encontrado más potencia y cobijo. Mientras más mutantes sean mis alianzas más enriquecedor se vuelve el golpe hacia eso que queremos destruir. 

Sana el cariño, escucharnos, dejar de buscar cobijos dentro de la norma. Sana poder tener el oído receptivo a otras experiencias, cuerpos y heridas desde la empatía y el cariño. 

¿Qué crees que hace falta en términos de organización política a las personas trans? 

Hacer más visibles las alianzas que las diferencias. No porque las diferencias no estén ahí, no porque las diferencias no haya que cuestionarlas y no porque estas violencias no haya que combatirlas. 

Para los ánimos y el actuar político hace falta hacer visibles las alianzas entre mujeres cis y personas trans, y digo personas trans porque incluyo a mujeres, hombres y personas no binarias. Hacerlo puede fortalecer movimientos atravesados por los feminismos sin dejar de tener presente que hay discursos que sí son violentos, que sí hacen daño y no nada más los discursos sino ciertos actuares de exclusión u otros. 

No creo que necesitemos permisos para actuar y reflexionar pero sí una inclusión en el sentido de hacer explícita la alianza. No de «te incluyo porque esto es mío y te agrego» sino porque somos aliades. Hay que llenar más al feminismo de esto: no de inclusiones sino de alianzas. 

¿Vamos en camino o ya estamos en el momento de hacer visibles esas fortalezas?

Creo que vamos para allá, comienzo a ver espacios que explícitamente incluyen. El incluir explícitamente invita a personas que, de no ser explícitamente incluidas, posiblemente pensarían en una probable exclusión. Y eso deja una sensación de estoy pero no estoy.

Y hay diversas potencias en el feminismo y tengo claro que no todas me atraviesan, por lo tanto no puedo tomar la voz desde ahí pero puedo llamarme aliade. Es decir, yo soy una persona trans, mi urgencia está ahí pero no dejo de lado y no quiero dejar de escuchar, no quiero dejar de luchar o aliarme con cuerpos que viven otras opresiones porque es el mismo sistema el que nos oprime… o sea, una persona fascista no discrimina entre personas trans, maricas, cis, una persona con Síndrome de Down y una persona con diagnóstico de esquizofrenia, ese sistema se materializa en los cuerpos, entonces para esas personas fascistas somos la misma basura. 

¿Se puede imaginar una especie de feminismo para todes?

Creo que los feminismos para todes no están, vienen. No hemos llegado a ese punto. Pero a mí no me gustaría buscar un feminismo para todes porque lo homogeniza y la realidad material es todo excepto eso. Está bueno que haya muchos feminismos, está bueno que haya reflexiones situadas desde lugares distintos eso es muy enriquecedor. 

El feminismo es necesario y tiene mucho que ofrecer pero no para todes, exigirle eso al feminismo es muy… o sea, tal vez estamos pretendiendo demasiado. Tal vez algunos feminismos muten para ser otra cosa enriquecida por reflexiones feministas. 

Dentro de mi cabeza situada en esta realidad y este tiempo no se me ocurre una construcción de conocimiento a la que no le sea pertinente un lente o un punto de partida feminista. Eso es algo bueno que le veo al feminismo, suma. Pero en el momento en el que deje de sumar se quedará corto y vendrá algo más, no sé qué, pero será algo más que también sea potente.

Mientras tanto creo que todavía necesitamos a los feminismos. Ojalá llegue un momento en la historia en el que dejemos de necesitarlos y dejemos de tener esta necesidad de llamarnos feministas porque la realidad misma entonces será feminista. Pero de aquí a que pase… una utopía. 

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Georgina González (México) Periodista, le interesa escuchar, escribir y contar historias sobre Derechos Humanos, temas LGBT+, género, luchas y resistencias sociales.

Estudió Comunicación en la UNAM y se especializó en Periodismo.

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Entrevista a Kani Lapuerta sobre transfeminismo, encuentros, desencuentros y alianzas

Entrevista por Georgina González

Kani Lapuerta viene de Madrid, España. Para cuando entró a la universidad comenzó a militar en Mantis, un colectivo madrileño feminista. Fue ahí que, de la mano de sus compañeras feministas, Kani comenzó a descubrir en los encuentros, en las conversaciones, en los libros, el cine, sus primeras referencias feministas y transfeministas. 

“Y yo siempre lo digo, fue gracias al feminismo que pude plantearme una transición de una manera mucho más consciente porque estaba atravesada por los feminismos. De otra forma habría sido una transición… no sé cómo llamarla… despolitizada de alguna manera”. 

¿Cómo fue el primer diálogo entre tu identidad de género y los feminismos?

Estuve seis años en el colectivo Manits y para mí fue una época de mucho crecimiento personal. De darme cuenta de un montón de cosas que, tal vez estaba viviendo, pero no era consciente (…) Fue un espacio en el que empecé con el transfeminismo, feminismo queer. Y fue ese un espacio seguro donde pude cuestionarme un montón de cosas. Y yo siempre lo digo, fue gracias al feminismo que pude plantearme una transición de una manera mucho más consciente. Me permitió justo eso y poder nombrarme en masculino pero siendo consiente de lo que implicaba. 

Todas mis compañeras fueron súper chidas conmigo y en ningún momento me sentí juzgado. En ningún momento sentí que el hecho de ser trans me estuviera expulsando de esos círculos. 

Para mí fue un espacio de contención y acompañamiento en mi transición. Después también no sólo estaba en ese colectivo, comencé a juntarme con más gente y comencé a hacer otras redes y a involucrarme en círculos transfeministas, queer y en las ondas de postporno. Ahí nació mi interés en temas de la representación y de cómo construir otros imaginarios del deseo en el que también aparecieran otros cuerpos que no estaban dentro del porno más convencional. Luego viajé a México a presentar un corto a la Muestra Marrana y me quedé.

¿Qué herramientas te brindó el feminismo para una transición politizada?

No fue algo tan consciente, fue un proceso desde lo que iba aprendiendo y compartiendo con mis compañeras. Tratar de hacer ese proceso y de construir una masculinidad un poco más crítica y distante a lo que había visto. Y en eso fue muy importante para mí conocer a otros chicos trans que también estaban en las ondas de los feminismos.

Las herramientas que me dio el feminismo fue poder tener una visión crítica de qué implica la masculinidad, la feminidad, qué implica no estar en ninguna de las dos o no estar mucho en ninguna de las dos y a nivel social cómo te relacionas desde ahí. 

A mí sí me salvó el feminismo, la verdad, sinceramente creo que sí y el poder plantearme mi transición fue porque tenía todo ese bagaje de la experiencia de compartir con otras compañeras y compañeras trans y compañeros trans. 

¿Cuál fue la importancia de encontrar referentes trans dentro de los espacios feministas?

Fue vital. Sobre todo por el miedo al rechazo, de que sientes que ya has construido estos círculos que son de seguridad, de contención, donde puedes compartir con personas y de repente el miedo de que ya no vayan a ser tus círculos por esta decisión (transicionar) pues estaba cabrón. 

Y me di cuenta que una cosa no quita la otra al juntarme y platicar de esto con los chicos que son muy amigos, que ya tienen como 50 años, y que ellos también habían estado en colectivos feministas de siempre y en un punto hicieron su transición pero no se alejaron de los feminismos. Y eso para mí fue un: sí se puede. Sí se puede estar aquí desde otro lugar también y para mí eso aportaba un montón porque era construir desde otro lugar pero siempre yendo a lo mismo. 

¿Al llegar a México cómo te vinculaste con los feminismos? ¿Con quiénes te encontraste?

Hay una diferencia grande porque el contexto es completamente diferente. Allá (en España) estábamos hablando de otras cosas muy diferentes y acá llego y la situación que hay es otra cosa. Aquí asesinan a 10 mujeres al día, entonces creo que la urgencia política es otra y la realidad es otra. Y eso me hizo reubicarme dentro de esto. No sólo como euroblanco sino como chico trans.

Lo que me sorprendió mucho aquí es que había muy poca gente trans dentro de los espacios feministas, eso me llamó mucho la atención porque allá… bueno ahora no sé cómo está la cosa porque creo que también está bastante odiosa, pero cuando estaba allá (en España) había un montón de personas trans dentro de los espacios feministas y nunca fue un pedo, ni un punto a cuestionar de no poder estar ahí. Las personas trans siempre éramos bienvenidas a esos espacios y pues también los estábamos construyendo de alguna manera. 

Aquí comencé a intentar acercarme a los espacios feministas, a los colectivos y demás y aquí fue donde empecé a sentir ese rechazo. Conocía a algunas personas y las personas me conocían pero los espacios eran más separatistas en el sentido de ‘solo para morras’. 

Al principio me enojaba un montón. Decía: por qué si yo también soy feminista y no sé qué. Pero llegó el momento donde dije: bueno, son procesos diferentes y por el momento no es mi espacio y tal vez no lo sea. Fue un aprendizaje de mucho tiempo, de años. De darme cuenta que sí, que tal vez ya no eran mis espacios y estaba bien y lo que tenía que hacer era construir otros o buscar construir con otras personas otros espacios.

¿De qué forma te afectó encontrarte en espacios feministas con poca participación y personas trans?

En un principio me afectó un montón porque para mí estos son mis espacios de seguridad y donde yo he crecido y me he relacionado. Pero también fue darme cuenta que el contexto y la realidad es diferente y en vez de estar topándome con la pared pues traté de ver por qué las personas trans tampoco están en esos espacios. 

Aprendí de personas trans que tienen un recorrido distinto al mío. Yo soy súper privilegiado porque me pude plantear mi transición con un montón de herramientas críticas que al final también sirven para estar un poco mejor en este mundo. 

Hace un año hubo una actividad que realizó la Red de Juventudes Trans a la que vino Blas Radi, un filósofo argentino. Y yo al principio estaba así, super peleonero y lo debatía todo pero al final lo que estaba diciendo fue muy fuerte porque habló de su experiencia en Argentina de que muchos chicos trans han sido mucho más violentados en espacios feministas que en cualquier otro espacio por el que han transitado. 

Eso fue como wow. Es verdad, sí hay mucha violencia y sí hay mucha transfobia y está muy difícil crear esas alianzas cuando de plano te están diciendo que ese no es tu espacio y que de plano están negando tu identidad. Como que no dan muchas ganas de seguir picando piedra. 

A esa actividad llegué con el pensamiento en la cabeza de lo necesario que es la alianza con los feminismos y posicionarnos. Y al final mi pensamiento fue que tal vez no. Eso me puso en la cara que no es tal que así la cosa en este momento.  Pero yo sigo en ese debate interno todo el tiempo. 

¿En cuanto a luchas de los feminismos dónde está puesta tu postura, cómo te entiendes políticamente?

Personalmente creo que sí tengo que estar ahí independientemente de que yo no vaya a abortar, no solo porque haya hombres trans que también aborten, que también. Y creo que eso es súper importante visibilizar sino porque independientemente de que no haya espacio para las personas trans en los feminismos vivimos en un sistema patriarcal. Y por mucho que ahora mismo haya esta separación no van a dejar de asesinar a 10 mujeres al día y evidentemente también hay que visibilizar los transfeminicidios y también hay que visibilizar la violencia que viven los chicos trans y las personas no binarias. Creo que una cosa no va sin la otra. 

Creo que no debería estar peleándome con una feminista cis para decirle «qué onda, nosotros también tenemos que estar ahí» … es absurdo y es que nos está jodiendo lo mismo.

Es muy triste y creo que también hay una desmemoria muy grande en cómo se han articulado los feminismos con la disidencia sexual históricamente porque, sin ir nada lejos, hay personas trans en las marchas contra los feminicidios, en fin. 

Creo que, independientemente de que a mí no me van a matar en la calle por ser mujer, no quita que me indigne y quiera poner el cuerpo para que eso deje de pasar. Pero creo que la reflexión ahora está justamente en ver dónde poner el cuerpo y de ver a las opresiones y las categorías de opresión no como un freno sino como una potencia para construir, articular y encontrarse. Y que no nos paralice. Ni siquiera cuando tú vives un privilegio sobre las otras personas. 

¿Desde dónde es importante para ti crear alianzas políticas?

Para mí es muy importante que la gente tengan una crítica feminista y anticapitalista. A mí me da igual si eres trans y eres policía, no voy a construir contigo. Necesito algo más. Obvio voy a estar, a poner el cuerpo y acompañar lo que haga falta pero necesito que haya afinidad en otros aspectos. 

Y creo que es ahí donde el transfeminismo es muy importante porque justo es transversalizar un montón de luchas que no es solo la lucha trans, sino es la lucha antirracista, anticapitalista, feminista, un montón de cosas que son clave y que no podemos perder esas líneas y ejes de acción. Para mí perder eso hace que quede un poco vacío el discurso y la lucha. 

Hoy las alianzas son fundamentales porque estamos cada vez más aislades y cada vez las luchas identitarias son más identitarias, y nos perdemos de todo. 

No tienes por qué tejer solo con la gente que piensa exactamente igual que tú, que caga como tú y que come lo mismo. Creo que hay momentos de encuentro y de separación y eso es súper valioso. Y saber que cuentas con la gente que no todo el rato está pegada a ti pero saber que puedes convocar y vamos…  igual que si me convocan estaré ahí para cualquier cosa. Para mí ahí está la política, ahí está lo interesante de tejer.

¿Son posibles las alianzas hoy con los feminismos y las feministas? 

No sé. Ahora en concreto me da mucha tristeza y mucho miedo que haya esta explosión de este discurso transfóbico dentro de algunos feminismos que no es que sean transexcluyentes, es que se están centrando en odiar a las personas trans y no veo para dónde más va su agenda política.  

Yo soy muy optimista y muy inocente, hace un par de años la gente me decía «es que las Terfs y esto y lo otro», y yo pensaba que eran tres chavas. Pero fue este año que me di cuenta que, no mames, sí va en serio, sí tienen poder, sí tienen muchos medios donde esparcir su mierda y es grave. Platicando con compas trans que sí les han amenazado de muerte desde estos colectivos, que sí les han dicho que si ponen un pie en ciertos espacios les matan; fue cuando me di cuenta que no son tres chavas, que no es ninguna broma y esto va en serio. 

¿Cómo reparar las heridas que han dejado estas olas de violencia?

Yo creo que justo viendo con qué personas concretas se puede hablar de esto sin que haya un juicio de ninguna parte. Y ha sido muy a pequeña escala las personas que veo que sí son aliadas y sí les preocupa, que sí quieren construir puentes y construir un diálogo y alianzas. 

No se dará con todas ni en todos los espacios. Necesitamos construir ese proceso en donde sí haya esa posibilidad de no perder alianzas que son fundamentales. La cosa es ser capaz de articularnos, encontrarnos y desencontrarnos. 

¿Cómo crees que las personas trans pudieran fortalecerse frente a las violencias?

Creo que es urgente contrarrestar eso de alguna manera y creo que hay que hacer muchas líneas de acción. Desde la autodefensa hasta tratar de crear alianzas con gente que sí esté sensibilizada y es fundamental posicionarlo y que se posicionen porque esta gente está ganando terreno y es importante hacerlo para decirles a todas las TERFS que en esos posibles espacios seguros no van a poder llegar con su mierda. 

No es mi lucha estar en las instituciones pero creo que sí es importante estar en todas partes. Y creo que es muy importante tener alianza, tener espacios de contención porque sí está cabrón, si afecta un montón, te pone triste y es importante tener estrategias de autocuidado para no enfrascarse pero claro que no lo podemos obviar. Y creo que es importante entrar a otros terrenos como la seguridad digital porque al final todo lo que vemos en redes también afecta un chingo. ¡Organicemos ese taller!

¿Se puede imaginar una especie de feminismo para todes?

Me caga esta idea de lo incluyente porque es como «te doy permiso para estar aquí». Para mí la propuesta está en el transfeminismo porque propone transversalizar un montón de cosas. 

No es algo de que alguien incluya a alguien sino es un espacio que se crea entre todes. Tampoco es un espacio fijo. Muchas veces estarás y otras no porque no es tu lugar y está bien pero no significa que estés excluido, excluida, excuide, sino que son articulaciones esporádicas que se dan y que en algunas te sentirás más llamade o no pero igualmente apoyas desde otro lugar. Creo que el transfeminismo hoy es muy necesario.

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Georgina González (México) Periodista, le interesa escuchar, escribir y contar historias sobre Derechos Humanos, temas LGBT+, género, luchas y resistencias sociales.

Estudió Comunicación en la UNAM y se especializó en Periodismo.

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Klau Chinche en entrevista: arte, medicina y brujería para decolonizar lxs cuerpxs

foto Liz Misterio

por Liz Misterio

Liz Misterio.- Hola Klau, me da mucho gusto por fin poder hacerte esta entrevista, después de tanto comadrear y editar juntas este bonito #27 BioDIVA.

Klau Chinche.- El gusto es mio queridxs!!! soy admiradora de Hysteria! desde mucho antes de que nos conociéramos (lease con mi cara de fan) y estoy extasiada y contenta de poder conjurar y tramar cositas juntas…ahora y en el futuro!

 L.M. ¿Quién es ese ser que a veces se hace llamar Klau Chinche? ¿Cuáles son tus otros alter egos/ reencarnaciones?

K.C.- jajaja, esta alimaña nace entre un bautizo desculonizador gomorriano y la “sensación de ataque” de una hipotética manada inquisizorra. Me encantó cambiar de especie, ajjaja, creo que las plagas son más fuertes, resististen atacando descontroladamente, joden descentralizadamente y no tienen ciclos mamíferos.

Eso sí, el tema identitario fue por muchos años un rollo pa mi. Desde que me inicié a la digitalidad he ido cambiando de avatar continuamente (aunque de manera analogica tb, como en las fiestas que hacía de VJ, me cambiaba el sobrenombre cada vez). Total, que me uní a una red social por primera vez el 2009, a crabgrass/we.riseup, red que sigo habitando activamente. También he transitado por algunos experimentos en elgg (por ej summerlabs 2008 – 2011 ) y luego me uní en su momento a las recién tejidas redes de lorea (n-1, artelibre digital, ecoxarxes), ahí me metí mucho y a saco, pero lamentable y mierdosamente ese proyecto de años, se cayó de mala manera y se perdió tanta información y redes que generó una desconfianza y recelo por quienes confiaron en las redes libres, además de frustración cabrona ante todo lo desaparecido e irrecuperable (luto digital). Total, tampoco hacia perfiles públicos con fotos en redes comerciales, es que tenía muy metido el tema del anonimato hacker en las venas hasta que lo anterior pasó. Además necesité vitalmente re-comunicarme con redes y afectos que estaban en otras estratosferas digitales y carnales. Solo a finales del 2017 cree mi primer avatar personal mediático en fachabuk como chinche en donde me importa una mierda ser publica ni salir en fotos cualquiera, ni publicar estupideces y mierdillas sin tener que seguir una “linea editorial” como ya lo hacía con el perfil fb de Anarcha, los blogs, etc.

L.M.- ¿Qué te llevó a trabajar desde el arte y el activismo con el tema de la salud, y más específicamente con el de la ginecología?

K.C.- La rabia y la necesidad como motores base y por otra, la influencia de la cultura hacker, el conocimiento libre y el postporno. O sea, gracias a haber leído un texto sobre eyaculación femenina en un contexto hacker mientras el sistema médico me estaba ninguneando. Por una parte necesitaba descargarme de todas las cosas negativas y las historias de terror de la ginecología y medicina que me estaba comiendo mientras investigaba psicoticamente sobre ella, me estaba poniendo mala, estaba somatizando todo ese daño cruento y despiadado. Por eso de hecho decidí empezar a organizar de alguna manera la info, las historias y la avalancha de infos que estaba tragando porque no daba abasto ni crédito de lo que estaba leyendo. El primer impulso fue organizar imágenes y contenido, así que empecé a buscar plataformas, con pinterest organicé las imágenes, con tumblr organicé historias y links, con hotglue arme la historia por temáticas, pirate pad pa los links y referencias, la biblioteca en we.riseup. Solo en 2015 decidí abrir un facebook y no con una identidad personal sino como parte de la difusión del proyecto, eso paso bajo circunstancias concretas en Istanbul. Estaba organizando con un espacio cultural independiente KOMA, un grupo de feministas anarquistas y el periódico meydan (tb anarquista) unas charlas. Me quede impresionada dándome cuenta que esa (fB) era la única manera de difusión que iba a ser efectiva, rápida y viral, porque yo no tenía teléfono móvil en ese tiempo (estuve 4años y medio sin uno) y me comunicaba casi únicamente por correo electrónico. Y bueno las amigas y los movimientos y redes con las que quería conectar estaban usando ya facebook… fue una gran impresión, pero bueno, funciono y no solo para eso si no que para empezar a coordinar con gente de diferentes partes. Fue maravilloso cuando conecte con vulva sapiens, ginecosofia!!.

L.M.- A menudo hablas de la descolonización visceral, ¿A qué te refieres con ese concepto?

K.C.- Históricamente el colonialismo e imperialismo han sido pretextos para saqueos, genocidios, explotación y esclavitud. El proceso de colonización se inicia con la ocupación física de la tierra y la dominación de los pueblos. Dominar pueblos es someter, torturar y/o exterminar los cuerpos que los componen y con ellos su memoria, todo esto en la creencia de que una auto-proclamada raza superior tiene derecho a imponer su mandato sobre unos seres inferiores a los que se puede explotar. En 1492 (como dice Galeano) los nativos “descubrieron” que eran indios, que vivían en América, que estaban desnudos, que existía el pecado, que debían obediencia a un rey y a una reina de otro mundo y a un dios de otro cielo, y que ese dios había inventado la culpa y el vestido y había mandado que fuera quemado vivo a quien adorara el sol, la luna, la tierra, la lluvia.

En este sentido la “colonización corporal” ha sido que hombres blancos apunten son su dedo el cuerpo/territorio ajeno y lo nombren como suyo, lo vuelvan parte de sus “conquistas” lo marquen con una banderita y pongan su apellido/bandera ahí, como x ej las trompas ováricas (Falopio un anatomista italiano), glándulas de lubricación (Bartolino, un anatomista holandés), próstata femenina (Skene, un ginecólogo irlandés) o punto G (Graffenberg un ginecólogo alemán), ejercicios de suelo pélvico (Kegel un), examen e frotis para cáncer de cérvix (Papanicolau, un ginecólogo griego). Y no solo, también definir los “cánones” de salud y ser expertos en un cuerpo que no les pertenece. Como dice Carrie Show “Un hombre que sea ginecólogo es como un mecánico de automóviles que jamás haya tenido uno”. Ahora esta colonización también afecta por ejemplo el ano, la estigmatización homofóbica que ronda en torno a la próstata “masculina” y el recto.

La descolonización corporal es una descolonización visceral, es quitar sus nombres, sus caras, sus odios de nuestrxs cuerpxs y renombrar nuestras vísceras y practicas con personas, cuerpxs que han sido ocultados en la historias, honrando la memoria de lxs anonimxs, lxs torturadxs en experimentaciones y prácticas que desembocaron en la fama de quienes ostentan sus nombres en nosotrxs.

L.M.- Uno de tus proyectos que me voló la mente es Anarcha Gland, ¿nos puedes platicar como surge la idea de renombrar la “próstata femenina” y las glándulas lubricantes como Anarcha, Lucy y Betsey?

K.C.- A principios del 2013, era mi turno de proponer un texto para el Grupo de Lectura de Calafou (donde viví 7 años), y decidí presentar “Mi Placer se Corre como Puñales” de Chiara Chiavone (colectivo ideasdestroyingmuros) ya que era un momento bien clave en que recién estaban empezando a hablar de cosas básicas de género en ese lugar. Preparando la presentación del texto, empecé a investigar más a detalle sobre las glándulas de eyaculación (ya que Pucha Potens aún no existía), desde la composición de los fluidos que excreta hasta la historia y origen de su nombre, y sobre quien era Skene, ginecólogo cuyo apellido es usado para denominarles comúnmente. Esto me llevó irremediablemente a investigar sobre los inicios de la ginecología y conocer a Sims, el gurú de Skene, y su experimental investigación de la fistula vesico-vaginal en esclavas negras en las plantaciones de algodón en Alabama alrededor del 1840.

Así llegue a conocer la desgarradora historia de Anarcha y muchas otras mujeres. Ellas y una cantidad incalculable de mujeres anónimas e invisibilizadas que han inscrito la historia de la ginecología con su propia carne.

Me dio tantísimo asco pensar y ver la cara de Skene y todo lo que significaba mientras me venía que se me empezó a hacer desagradable hasta masturbarme.

Extremadamente enrabiada y afectada por la impotencia que me generó haber sido tan ignorante sobre estas historias mientras tenia normalizado llamar a partes viscerales intimas de mi cuerpo con apellidos de “hombres ilustres”…. me sentía rebosada en mierda al saber lo fácil que normalizamos palabras sin saber que implican.

Así que no pude cargar más con el patriarcado medico a cuestas, y decidí que en mi cuerpo habitaría la memoria de de esxs cuerpxs invisibilizadas, torturadas y ninguneadas, con ellxs comparto entrañas y fluidos inmemoriales.

Mysfita y Klau. foto por Liz Misterio

L.M.- ¿Qué hay en el Gabinete de la Dra. Kaligari?

K.C.- El gabinete es una maravillosa y explosiva combinación-colaboración que desarrollamos desde 2016 junto a Mysfita Terata, una maravillosa fakir, performer, contorsionista y mutanta en devenires subacuáticos.

El gabinete de la Dra. Kaligari es una performance en continua mutación, una experiencia audiovisual en forma de cabaret darks, una charla, juego interactivo, un escenario-instalación bizarras adjuntas a técnicas de biohacking, tecnologias DIY, objetos híbridos y rituales corporales.

Se compone de 5 actos flexibles y adaptables a cualquier contexto, una especie de «escenario performático» un viaje a través de los sangrientos horrores de la historia de la medicina (cirugía, anestesia, asesinatos anatómicos de la sadista uroginecología y la violencia obstétrica). Un progresivo ritual corporal para mantener la memoria de los cuerpos silenciados: brujas, sanadorxs, esclavxs, migrantes y todos los cuerpos sacrificados por la ciencia desde una perspectiva crítica e irónica donde se usan recursos interactivos y acciones corporales extremas.

Pueden leer una reseña que nos emociona mucho en el blog de silvia resorte.

El gabinete es una trabajo visceral lleno de complicidad y guarrismos extremos que seguiremos alimentando, moviendo y mutando.

L.M.- ¿Cómo responden las sanadoras- brujas- hackers- whitchborgs a la violencia de la medicina occidental – patriarcal?

K.C.- Con autodefensa, con reacción visceral, corporal, reapropiándose de conocimientos, redistribuyéndolos, diseminándolos, reuniendo y rumiando ciencia, tradición, experiencia, técnica, hibridando lenguajes y prácticas, autoformándose, reuniéndose, compartiendo, contaminando, molestando en los templos de salud hegemónica, accionando, encarnando las historias de otrxs, haciendo memoria, quemando con memoria la historia misógina, racista, hómofoba, colonialista y genocida de la medicina y los avances técnico-corporales, re-estructurando espacios para practicar autocuidado radical y comunitario. Conjurando tácticas y estrategias, organizándonos en infinitos akelarres descentralizados, permeando recetas y maldiciones, hablándonos al oído de boca en boca y de red en red, fortaleciendo servidores y comunicaciones digitales.

Ahora, desprogramarnos del sistema medico normativo hegemónico no es tarea fácil, siglos de manipulación en torno a la salud, es un gran desafío, algo que ha de construirse constantemente.

L.M.- Para terminar ¿que proyectos tienes en puerta?

K.C.- Ahora mismo estoy compilando un libro a pedido de la editorial italiana Golena sobre estos temas, sobre como comenzó, las múltiples historias que le componen, la info que se ha ido recopilando, el conocimiento que se ha creado y compartido, las redes y personas que le inspiran, forman  y atraviesan. A ver como resulta =P es una tarea compleja pa mi este ejercicio de estructuración.

Por otra parte después de las recientes segundas jornadas de hacktivismo feminista nos hemos enredado varias colectivas y seres en continuar tramando desobediencia digital y tecnológica.

Y claro, se acerca el cyborgrrrrrrrrrrls 2019 y cositas van a salir a la calle!!!

L.M.- BONUS TRACK: ¿Algo más que nos quieras decir? ¿Algo que no te hayamos preguntado que nos quieras contar?

K.C.- Quiero aclarar que se me sigue relacionando (y a Gynepunk) con el lugar en donde viví 7años, la colonia catalana Calafou. Desde el 2017 Gynepunk ya no se identifica con ese lugar y yo dejé de habitarlo a finales del 2018.

En los últimos años las personas que trabajamos y construimos ahí desde el transhackfeminismo fuimos ninguneadas sistemáticamente, cuestionadas y hasta agredidas en diversas formas, tanto que ya no vivimos ahí. Hay que dejar claro que NO hay vínculo alguno con ese lugar ya que su falta de apoyo y cuidado como colectivo-asamblea fue escandalosamente ruin e hipócrita, hasta el nivel de llegar a graves consecuencias en temas migratorios (léase de papeles) para mí.

Así que eso, con ese espacio ya no hay vínculo, relación o complicidad con Gynepunk, Pechblenda, Anarchaglam o Kaligari, ni conmigo.

Atentxs a quienes vayan buscando eso que hubo y que ellxs mismxs desecharon. Cuidado.

 

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Estoy sufriendo por ti

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Fotografía: E.Ross

Por Berenice Vargas García 

*Este escrito es la recreación de una charla que mantuve con una mujer afromexicana de la Costa Chica de Oaxaca, en el 2013. El título está tomado del bolero costeño del mismo nombre, compuesto por Emiliano Gallardo de Los Cumbieros del Sur.

Yo lloro mucho ¿sabe?

A lo mejor usted piensa que lo digo porque estoy borracha, porque me gusta tomarme mis cervecitas, así como hoy, cuando el calor castiga. Pero no es por eso, o sí… pero no nada más.

Yo lloro todos los días, desde que me levanto y hasta que me acuesto. La vida se me iría en lágrimas si no fuera porque vengo aquí y me echo mis cervezas. Canto, me río tantito pa’ que se me olvide ¿sabe?

Tengo razón en llorar. Porque soy pobre. Porque soy fea, vieja, negra. Porque soy sola.

¿Mi marido? me dejó con mis niñitos y se fue con una de sus queridas. Estaba yo jovencita, y como pude le hice para crecerlos. Ahora que hicieron su vida me dejaron también. Ya casi no me llaman, ¡menos vienen a verme! Se fueron pa’l norte, al pueblo ya no regresan… ¡ni esperanza! Le juro por Diosito que no fui mala madre.

Yo como puedo vivo y me mantengo: le ayudo a una señora de por allá, que hago mis tortillas, mis tamales y vendo… Porque yo soy pobre, mi niña, ya se lo dije. Aquí mi amiga me fía mi mamadera, ella sí me quiere y yo la quiero mucho a ella. Y así vivo como puedo, que no como quiero, pero vivo.

Seguro que usted no llora como yo… ¡mírese! tan jovencita, tan bonita y blanquita… ¿la han de pretender mucho verdad? ¡Uy! pero no les crea, son mañosos ¡si lo sabré yo! Porque así como me ve, de vieja y fea, también me perseguían cuando era muchachita. ¿’Ora quién me mira siquiera? No, pa’ las viejas no hay amor. El de los hijos y los nietos nomás. Pero para mí ni eso, nada.

Yo he oído que dicen de las mujeres negras que somos alegres, que la mujer costeña es arrecha, que ji-ji y ja-ja. Y no mi niña, también sufrimos, sufrimos mucho.

Yo por mi color, que está feo… dicen, por lo oscuro, por mi pelo canoso y cuculuste. Porque me puse gorda y vieja, arrugada como chayote pasado. Soy sola, soy muy sola. Y lloro mucho, ¿ya le dije?

¿Le gusta la música? Es bonita. La hace a una acordarse… aunque sea de cosas tristes, pero el recuerdo es todo, mi niña. Yo pienso en mis hijos, mis niños. Y lloro. Hay una cancioncita de por acá que dice: “estoy sufriendo por ti, desde que tú te marchaste, por las noches yo en ti pienso, pienso que ya me olvidaste… mi vida regresa pronto, que yo aquí te esperaré”.

[divider]

BereniceBerenice Vargas García (CdMx). Antropóloga por la Escuela Nacional de Antropología e Historia y la UNAM. Su trabajo se centra en el estudio de la otredad, la música, el arte verbal, las afectividades y los movimientos sociales de reivindicación. El centro de todo: lxs afromexicanxs, particularmente de la región de la Costa Chica.

https://www.facebook.com/laberinais

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Aborto retrospectivo de la heterosexualidad como régimen político: Leonor Silvestri desde Argentina entrevista a Frida Cartas

Aborto retrospectivo de la heterosexualidad como régimen político, y uno de los mayores mecanismos de control y reproducción de las violencias contra las mujeres: Una entrevista de la escritora-filósofa Leonor Silvestri desde Argentina, a Frida Cartas, feminista incómoda hasta para los feminismos, en México.

Leonor Silvestri.-  Si mal no me equivoco, México fue el primer país del continente americano en legalizar el aborto. Sin embargo, vos das talleres de aborto autogestivo en casa. Me da la sensación que la situación de legalidad de México alerta al feminismo sobre este fetiche que se suele tener con las leyes, el Estado y la alianza médico-jurídica. Sin ir más lejos, acríticamente el slogan local de la buena conciencia sobre este tema es “ educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir”. Quisiera que expliques cómo ves vos este tema con respecto a las ventajas de continuar realizándonos abortos autogestivos en casa versus la confianza ciega de ciertos feminismos en las instituciones médico-jurídicas, y cuáles son tus motivaciones para realizar estos talleres y reinventar estos conocimientos.

Frida Cartas.- Bueno, la “grandísima” condescendencia y el “generoso permiso” de México y sus gobiernos es sólo en la Ciudad de México, eh, conocida como la capital del país, ahí legalizaron como tal el aborto a libre demanda de las mujeres agregando una causal más a las 6 que ya existían. Así que sólo en la Ciudad de México esta afamada legalidad es posible, en el resto de los 31 estados sigue cada vez más criminalizado y perseguido como ejercicio simple de autonomía corporal y sexual, ya ni se diga como uno de los derechos humanos anclados en los derechos sexuales y reproductivos que todas tenemos. En estos estados hay de 3 a 5 causales, y una de ellas está asentada como “permiso” principal y general, que es en el caso de violación, pero la experiencia nos demuestra que aún con esa causal siempre están los ministerios públicos y las misoginadas médicas que evalúan los casos, impidiendo que uses la ley con todo y causal. No les importa que hayas sido violada igual te torturan para que no abortes, igual te culpan de la situación e impiden que abortes.

Esta propuesta de ley y exigencia para agregar la causal 7 nombrada muy antiespanto “Interrupción Legal del Embarazo” en la capital, vino por supuesto de las feministas institucionales, activistas AC u ONG, y de las que militan en alguna otra colectiva oficial. Y yo también percibo como tú, que lo hicieron más como vender una foto en el tema de avance, inclusión, progresismo bienpensante, “mírennos cómo trabajamos”, que en abrir un abanico más amplio de posibilidades y soluciones a las problemas estructurales de violencias cotidianas y sexuales contra las mujeres. Más adelante tendré espacio para detallarte este punto.

Ahora quisiera decir que persiste por encima de todo la rancia idea de que el aborto TIENE (así imperativamente en mayúsculas) que ser dentro de un hospital y con un médico porque si no es así entonces NO PUEDE SER: “No está bien”, “es sumamente riesgoso”, “qué irresponsable, no, no, no, muy mal, cómo te atreves”, “atenta directamente con la vida de las mujeres”…

Y fíjate, es rancia porque es una idea falsa, qué digo falsa, ¡es tramposa y manipuladora! Alimenta esa falacia buenrollista, polite y muy del activismo progre derechohumanista victimizante, y maternalmente arropador; le hace el caldo gordo al Estado, al progresismo bienpensante, redentor, salvador, único, verdadero; repito: falso.

A mi esa consigna todoterreno y muy “transgresora” de “Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar” que mencionas, me da nausea y urticaria, es como si la dijera cualquier señora burguesa católica que se las dá de incluyente, consciente, leída y académica, pero no deja de alzar el dedo rector y misógino a la menor provocación. Se asume que cuando te dan educación sexual ya no tendrías que embarazarte jamás, porque ya lo sabes todo y sabes cómo “cuidarte”, entonces si te pasa será “por tonta, por irresponsable”, ¡porque tú lo sabías y mira lo que te pasó! Culpabilizando con ello, otra vez, una vez más, para no variar, a las mujeres. Además, ningún método anticonceptivo es cien por ciento seguro, ni uno. ¿Por qué se asume entonces que si usas alguno no tendrías que embarazarte? Muchas quedan embarazadas con el DIU puesto o el implante. Y por último, eso de aborto legal para no morir, bueno, qué te digo Leonor, la creencia generalizada que los hospitales y los médicos salvan vidas y son dioses, ah, y que allí todo se resuelve y no pasa nada, nada, más que el bien, ¡sí cómo no! Cuando lo cierto es que en el hospital también muere mucha gente por negligencia, por misoginia, porque los médicos por muy médicos que sean han sido criados y creados en este mundo heterosexual y macho, y las violencias que ahí se generan de parte de ellos y la ciencia médica hacia los cuerpos de mujeres y una decisión de aborto, son altas y muy violentas. Aborto legal para no morir, gritan, ¿viste? Por lo tanto aborto “ilegal”, como sería el aborto autogestivo en casa para esta consigna y sus simpatizantes, es igual a muerte, así en vulgar dicotomía. He ahí la consigna católica y burguesa implícita. ¡Asco! Te dejo el enlace con el demenuzamiento que he hecho por separado de esta consigna. 

Pero nadie lo dice, nadie dice que los médicos no son dioses y también matan gente, la matan socialmente, y físicamente se les mueren, y menos lo dicen las activistas derechohumanistas que viven del erario público y de las políticas que papá Estado a través de sus organismos esposos e instituciones machistas otorga. Porque lo importante será siempre salir en la foto, en portada, con el encabezado “ya avanzamos, enhorabuena, lo logramos, ya hay una ley digna, esto es un logro en la lucha”; para este activismo, igual que para la democracia y el Estado, las mujeres son sólo una estadística, un número, las cifras importan y pesan mucho más para hacer el reporte mensual y anual de la ONG y/o la asociación civil, o del periodo de gobierno. Y nada más.

Hartita estoy del cuento de que si no es con leyes que el Estado “generosamente reconoce y otorga”, no podemos abortar de forma segura, de que si no es en un quirófano todo lo demás es igual a hemorragia, charcos y charcos de sangre, dolor, tortura y muerte, ¡y pues no! De ninguna manera, ¡claro que podemos abortar en casa de forma muy segura! El aborto autogestivo en casa con pastillas o hierbas, puede ser una opción segura, tan segura como la del hospital. Y eso no te lo dicen quienes abogan por la dupla médico-jurídico. Es más, te niegan e invisibilizan la opción, y con ello la decisión de autogestión. Cuando la realidad es que las mujeres necesitan además de herramientas de empoderamiento, varias opciones para tomar decisiones y soluciones, muchas opciones, cuantas más opciones mejor. Que en el aborto tengan más que la opción del hospital. Que lo tengan.

Y es que las mujeres han abortado desde siempre con o sin ley, y lo seguirán haciendo. Que han muerto muchas mujeres en ese hacerlo, es cierto, yo no lo estoy negando, pero no es por el proceso en sí sino por la falta de información o la información errónea sobre cómo llevarlo a cabo y la estigmatización, el miedo y la culpa que siembran sobre realizarlo en casa y no en el nosocomio. Nuevamente consumimos el cuento que la medicina y los médicos salvan vidas como con superpoderes y son los únicos que pueden hacer algo en estos (mal)llamados espacios de “salud”, ¡porque, oh, oh, tampoco es verdad! En casa tú puedes cuidar además tu salud psicoemocional que en los servicios de ILE en hospitales públicos de Ciudad de México no les importa cuidar porque se trata de tí: una (mala)mujer que aborta.

El aborto en casa no tiene que ser con un gancho o una tiara, ni golpeando el vientre o rodando por las escaleras, como hicieran muchas mujeres al sentirse solas, desesperadas y vulnerables. Ahora ya no están solas, no tienen que estarlo. Hay que informar e informar sin sesgos y feministamente sobre cómo hacerse un aborto seguro en casa, amplia y detalladamente paso a paso, con todos los detalles alrededor, con todas las medidas de seguridad pertinentes, y también hablar y señalar la solución a posibles problemas secundarios que pudieran ocurrir durante el proceso de aborto en casa. Se puede monitorear una hemorragia y actuar sobre ella si ocurriese, incluso antes que suceda.

Así que habiendo hecho este pequeño e ilustrativo paréntesis, déjame contarte que mi taller de aborto en casa pues es, qué te digo, ¡es una monada! Básicamente se trata de desmontar esta falacia de que la legalidad es una maravilla y la “ilegalidad” así entre comillas, es horror, tragedia y muerte. También fugamos de la dupla: Vida-muerte, ese debate tan trillado y que no le ayuda a nadie más que al discurso opresor. ¿Y cómo lo hago? Lo hago con especial énfasis en el lenguaje y toda la carga sociocultural que conlleva, porque es con la manera de nombrar y señalar cotidianamente como han logrado cimentar, reproducir y perpetuar todo este sistema que oprime y asfixia a diario, así lo han construído. Analizamos sus contextos en particular, y la cultura opresiva sobre la autonomía sexual de las mujeres y/o cuerpos feminizados. Mi motivación me preguntas, es sólo compartir y socializar la información que he aprendido en los contextos de trabajo, la información no tiene que ser un privilegio de nadie, sino un bien común y una bomba de poder y autogestión para destruir un régimen opresor.

Por ejemplo, les digo cosas como que dejemos de decir que el aborto es ilegal, porque no lo es, no lo es de verdad. Decir ilegal tiene un peso de terror psicosocial, y por lo tanto de control sistémico. El aborto como tal ha estado desde décadas en la constitución mexicana, como ha estado en muchas otras constituciones del mundo también… Lo que varía son las causales, y a partir de ahí le llamamos restricción, porque eso es lo que es, restricción y no ilegalidad, por eso te decía hace un momento lo de las entrecomillas. Y como este ejemplo de empezar a desmontar el aborto desde el lenguaje y/o analizar la fragilidad del estigma social para romperlo, hay montones más en el taller. Así empezamos las sesiones y luego ya encarreradas nos seguimos hablando de sexualidad más allá de la genitalidad y el coito, que es donde manipuladoramente la han sumido y reducido. Nadie te dice nunca que cogemos sólo porque nos gusta, porque nos calentamos, porque sentimos rico, y que coger no es equivalente a un embarazo, pero que si este ocurre, un embarazo no es igual a un parto, para eso hay un proceso largo de más de 35 semanas, y antes, es donde se sitúa el tan satanizado y estigmatizado aborto. Lo que yo trato de hacer con las amigas que van al taller es que tiren la culpa al inodoro y le bajen tres veces a la palanca para que toda esa mierda se vaya lejos al caño, así metáforicamente te lo digo.

Y finalmente les comparto un protocolo de aborto con pastillas, que he usado en los distintos acompañamientos por 3 años en los cuales llevo trabajando el tema, la acción y el acompañamiento. Son dos sesiones de 5 horas cada día lo que dura este maravilloso taller feminista antinorma y antiestado que doy.

Nos centramos en concientizar nuestro cuerpo no como genitalidad sino como biopolítica, como medio de producción, y como lugar legítimo para la autogestión; concientizamos en hacernos fuertes con las armas que ya tenemos desde antes y que muchas veces no miramos como tales por toda la parafernalia que a diario nos arrojan encima. En este taller nos convertimos un poco más autónomas, todo eso que no le gusta al sistema, al Estado, al mundo social ayudado por el onegeísmo, las instituciones y las buenas conciencias, que lo que quieren siempre es que hagamos las cosas y vivamos como ellos y ellas mandan, detestan la autonomía. Yo voy por la independencia, la autogestión, nuestro empoderarnos a través de nuestro cuerpo y todo lo que acontece allí, sin seguir la pauta y la guía de “las grandes”, las ilustradas, las líderes, las directoras, ¿porque adivina con quienes están líadas y casadas ellas? Con el mismo Estado macho, misógino y feminicida, que nos mata.

Considero que cuando aceptas con la mano extendida lo que una ley benefactora te da, estás aceptando que te controlen y te hagan creer y sentir lo contrario, así funciona el sistema y el mundo. Y eso es algo de lo que vemos en este taller, que por eslogan dice: taller entre amigas. Las que no dejan de alzar el dedo rector y culpabilizándonos sutilmente y a veces no sutil sino directamente, esas, no son nuestras amigas. Y acá no entran.

¿Cuáles son mi motivaciones me preguntas? Y yo te digo que mi interés y motivación surgió justo haciendo trabajo de acompañamiento a mujeres que abortan por casi un año a hospitales públicos y privados de acá de la ciudad de México, de ver todo el maltrato simbólico, cultural y discursivo que padecen por parte de esa gente que se dice Provida, y también del personal médico, y de pilón de la gente fanática religiosa que aguarda a las puertas de los hospitales para agredirlas en aras de “yo también tengo derecho a la libertad de expresión”… Hay hasta secuestros por parte de esta gente para que las mujeres no aborten, secuestros fíjate bien la gravedad del asunto, secuestros para que no lo hagan o tortura verbal para que lo lleven a cabo sintiéndose lo peor de este mundo, casi asesinas seriales, y vivan con esa carga el resto de sus vidas. Yo lo ví y lo viví, a mi nadie me lo cuenta. De modo que es muy bonito que enaltezcan una ley, hablen maravillas, se hagan muchas selfies en el senado, vayan a congresos, hablan ante la ONU mujeres, blá blá blá… pero se callen toda esta violencia y abuso, y muerte social que se da en la legalidad, porque lo importante es la ley y tener un aborto en el hospital, ¿verdaaaaaad? Como les vaya a ellas en ese ejercicio o derecho, pues “ya veremos después”.

En algunos lugares privados como Marie Stopes ni anestecia local les ponen a las mujeres para hacerles el AMEU porque “tienen pocas semanas de embarazo”, argumentan… Misoginia pura, eso es, que sufran, “para que abrieron las piernas”, y a ver si aprenden, ¿o cómo? ¡Viva la legalidad!

Yo no creo que esté descubriendo el hilo negro ni reiventando nada con este taller de autogestión, lo que sí sé es que estoy contribuyendo un poco a hacer justicia y reconocimiento a muchas otras mujeres que estuvieron antes de nosotras, trabajando y haciendo mucho en este tema, y dando su vida por ello, para que ahora con el boom de un activismo académico, bienpensante, o progresista, se les relegue al olvido y la minimización sólo porque “no impulsaron o crearon leyes”.

Te digo Leonor, tú y quien quiera puede hacerse un aborto en casa sin ir a que una sarta de gente pelotuda te agreda, te estigmatice, y hasta te secuestre, lo puedes hacer en tu casa, con suma tranquilidad y sin sufrir una tortura, o un calvario, de verdad que se puede. Aunque claro está, la decisión será siempre de las mujeres, que lo decidan: Casa u hospital. Ambas opciones tienen ventajas. En hospital es casi gratuito, en casa tu comprarías lo necesario. Pero en casa no tendrías que exponerte ante la mirada y juicios de nadie, te harías acompañar y cuidar de tus emociones por quien quisieses. En el hospital duras un par de horas, en casa la jornada es larga. En casa, se sigue respetando más cercanamente tu intimidad y tu autonomía, sin duda.

RO via Gráfica Pro Aborto Chile
RO via Gráfica Pro Aborto Chile

LS.- Sé que estás interesada en lo que llamaría los devenires animales o por lo menos el devenir post-humano por fuera de las categorías humanas como hombre y mujer, es decir, categorías siempre sexuadas. ¿Cómo relacionás vos esto con tu trabajo en relación al aborto y en especial a las maternidades lésbicas, tan moda en por estos lares, cuando se suponía que las lesbianas no eran mujeres, tal como había dicho Monique Wittig?

FC.- Yo soy antimaternal te lo digo. Podrán hablar de maternidades subversivas, lésbicas, dos mamás, familias homoparentales, de maternidades alternas, clap, clap, clap… Pero tácitamente seguir pariendo es seguir reproduciendo la etiqueta de que una mujer es igual a una vulva, y una vulva igual a una fábrica de bebés, y que es lo más natural, normal y hermoso de la vida, el mejor regalo de quién sabe quién, el fruto del amor y demás pavadas. La primera gran liberación del cuerpo de las que han sido construídas y son leídas mujeres en este mundo capitalista y heterosexual, misógino y macho, es poner cese a la fábrica. Huelga de vientres. Ni más ni menos.

¿Pero qué crees? Si lo dices eres una microfascista, no eres buena feminista, una feminista de verdad, ¡cómo te atreves! Siempre será mejor escudarse manipuladoramente en el discurso de los derechos humanos y las maternidades elegidas, y agredir a quienes decimos esto desde la rebeldía y la deconstrucción de raíz, antes que autocuestionarse lo aprendido, lo que les fue enseñado desde que un médico, la ciencia y la vida les determinó mujer aún cuando ni sabían qué era cuerpo, qué era sexualidad humana, y ni hablar podían.

Además que seguir pariendo y criando, no sólo reproduce el mundo normal, sino que continúa estigmatizando y criminalizando a todas las que tienen útero y no quieren ser mujeres, ni mamás, ni mucho menos embarazarse jamás. ¿Te molesta severamente que te tachen de mujer a medias, de que no tienes el famoso instinto maternal o no se te ha desarrollado, que no sabes lo que quieres, que no has hallado un buen hombre, el indicado para la familia, que no has madurado, que esto, que lo otro? Agradécelo a las que siguen con su práctica alimentando la idea de maquila de bebés en pos del amor a la vida y a la pareja. Al sueño de realización princesa disney, princesas hasta en el lesbianismo que arropa la figura de la madre como consumismo y amor… “Y vivieron felices para siempre”. A ellas todo el logro y el estigma.

No se les ocurre que hay mil posibilidades de hacer o de dejar de hacer familia, pues parir no tiene que ser reproducción del heteropatriarcado, y en específico reproducción de las raíces estructurales y simbólicas de las violencias contra las mujeres o demás corporalidades con vulva, porque ya hay mayores datos e información de hombres transexuales con embarazos, partos y/o decisiones de aborto también. Pero el chip del bebé les fue muy bien introyectado, y el del coitocentrismo que es donde se unen el ovario y el esperma, lo tienen hasta tatuado. Aunque en el caso de las lesbianas el embarazo ocurre en muchas maneras fuera del coito, eso sí.

¿Pero sabes? Ni se les va a ocurrir esas mil posibilidades mientras sigan lloriqueando inclusión, y no entiendan que tienen la oportunidad histórica de desmontar toda una estructura y un mundo que les oprime, y que no es rosa, ni de colores arcoiris elegebetero, ¿cómo? Dejando de alzar banderas y rogando inclusión, y abortando la normalidad. Eso, la normalidad, es lo que nos ha jodido siempre. En la norMALidad va el mal.

En este contexto el aborto, y más en específico el aborto autogestivo, sigue siendo lo único deconstructor y una manera digna de ingobernabilidad al cuerpo, pienso y siento. Wittig estaría revolcándose en la tumba si pudiera ver el panorama.

LS.- Es decir, el aborto como desobediencia sexual del heterocapitalismo… Diría que nos encontramos en un momento post-wittig y su idea de que las lesbianas no son mujeres; y a pesar de que también estamos en un momento donde los varones (trans) pueden embarazarse y las mujeres (trans) embarazar, cierto feminismo continúa considerando el aborto como un tema pura y exclusivamente de cuerpos cuya denominación es “mujer” al momento de nacer sin atisbo de duda, generando toda una serie de exclusiones y malos entendidos tales como suponer que el coito o la penetración y sus riesgos es siempre de matriz heterosexual, cuando un muchacho trans podría quedar embarazado de otro chico no trans durante una relación homosexual. ¿Cómo entendés vos desde tu cuerpo desobediente este tema, cómo lo vivís y cómo te lo hacen vivir esas feministas escencialistas hembro-mujeristas biologisistas que reafirman las políticas binarias de la heterosexualidad como régimen político?

FC.- El aborto como absoluta radicalidad a los roles de género, ¡exacto! En ese sentido todas las que abortan son más feministas en la praxis que las que se pavonean de conseguirles leyes, jajaja. Aún cuando sus razones sean unas u otras, y ni conciencia de nombrarse feministas tengan, su acción como radicalidad de los roles de género opresivos están en la acción y el hacer. ¡Tomen eso, gente!

Pero bueno, respondiendo a tu pregunta, claro que hay muchos hombres transexuales que se embarazan y tienen partos, en relaciones homosexuales o de pareja heterosexual, acción que por supuesto evidencia que el tema de aborto es de cuerpos y no de género ni mucho menos de orientaciones sexuales, ¡pero alégale a las feministas biologicistas! Pesadas. Tontas. ¡No las soporto! Y no las soporto porque sean “separatistas” o incluso terf’s, sino porque insisten en vender ese feminismo suyo como un “único y un todo” en medio de la multiplicidad de feminismos. Y eso es lo desagradable y estúpido.

El coito apesta y es enfermo, ya lo dijo Alicia Murillo, no sólo por las infecciones que pueden surgir de allí, o de los embarazos no deseados, o de las maternidades forzadas que desatan, ¡es enfermo socioculturalmente! Y mira que lo digo sin fansear a la Murillo, ya lo dijo ella y estoy muy de acuerdo con sus puntos y disertaciones del tema.

Yo, además de recuperar mi condición biológica de intersexual, y mi alegre resignificación post-humana con un devenir trans, me reapropié de mi cuerpo, y lo intervine alterando todo el mundo que me educaron, desde el esencialismo y demás mierda desde que tuve el infortunio de caer en este mundo de humanos.

Como una lucha ética y política desde mi cuerpo contra las estructuras, hice una automutilación o autocensura del pene y fugué. ¡Jamás embarazaría a un chico trans! He tomado muchas malas decisiones en mi vida, pero no reproducirme es de las pocas mejores, acertadas, ecológicas y contranormales decisiones que pude pensar y actuar.

Y aquí es donde la comunidad chic y fashion de colores o la gente trans-normal, me odia y pide que ruede mi cabeza, en unión religiosa con quienes piensan que la heterosexualidad es sólo una orientación sexual. No me importa. Te lo digo. Yo cuestiono y critico estructuras, raíces, no a gente que ni conozco, idiota estaría si perdiera mi tiempo haciendo críticas individuales personales, son a las estructuras, a las raíces, si se sienten aludides es su asunto, el no autocuestionarse, no soy yo Frida Cartas quien les está atacando, honestamente lo digo.

4. Existe un ala radical dentro de cierto feminismo, usualmente acallada entre tanto feminismo de la buena conciencia, la paz, la cordura y las instituciones, que considera el infanticidio como aborto retrospectivo y el aborto en sí como el último bastión no sólo de un método anticonceptivo de emergencia sino de desobediencia sexual anti-heterosexualidad como régimen político. ¿Cuál es tu postura al respecto?

Jajaja. Me encanta. ¡Post-aborto!

A mí todo lo que sea desobediencia me alegra. Estoy convencidísima que cuando pides aceptación, inclusión, un poquito de respeto, que te miren porque tú como el resto son parte de la ciudad, la sociedad y el mundo de cajita feliz mac donalds, ahí ya te fuiste directito al carajo, y ya te domesticaron felizmente como al resto, con burbujitas de una gaseosa o unas sabritas.

La desobediencia, la ingobernabilidad, la rebeldía, es lo único para existir en este mundo de la re-gran mierda que no te deja vivir, y que te orilla (mientras el produces gratis) a (sobre)vivir. Toda inclusión es subordinación, no hay mucho que escarbarle ahí, me parece.

Hay una frase que no sé de quién es y que me fascina, dice: “La lucha contra el sistema que nos rodea, no es más importante que la lucha contra lo que del sistema tenemos interiorizado”, y es ahí, en el autocuestionarnos y enfrentarnos con ética a nosotres mismes, donde nace toda esta moda-revolución de redes virtuales: muchos posts, mucho tuit, mucho tumblr, mucho compartir y retuitear, pero apagan la compu y vuelven a ser la misma gente normal y pelotuda de siempre. La revolución es ahora de mucha palabra y de poca o nada práctica, tristemente.

LS.-  Han circulado dos textos tuyos por los cuales se ha generado ya sea gran rencor, ya sea gran fascinación, ambas de maneras viscerales. Me refiero tanto al texto donde abordas el tema de las maternidades y lo trans, y otro donde arguyes la imposibilidad de ser varón y feminista, donde también incluís el tema de las nuevas masculinidades y de los varones trans; lo cual exige de tu parte un gran valentía porque es como ponerle el cascabel al gato. Me gustaría que nos comentes cuál es la relación entre estos temas y aborto, y cuál ha sido en general la recepción de tales críticas que nadie en la actualidad se atreve a realizar.

Maternidades y lo trans

Hombres no son feministas

¡No sabes cómo se ofendieron! Tan sensible la gente. Muy culta, muy preparada, muy open mind, muy revolucionaria, de izquierdas, tan Marx, tan Beauvoir o Rosa de Luxemburgo, pero les tocas tantito el mundo heterosexual y se ofenden cual artista plástico al que no le alabas la porquería de obra que todavía osa y se atreve a exponer.

Me han amenazado con golpearme o matarme por “feminazi”, por “hembrista”, me han insultado hasta el hastío, retirado amistades, echado de asociaciones civiles, por “grosera y no respetar”, llamado microfascista, impositiva, pendeja, puta, y hostil. Hostil me gustó. Puta yo no sé cómo alguien puede pensar que es insulto, pero bueno, te decía, me ha ido terriblemente mal. Además que las putas cobran por un trabajo sexual, yo cojo gratis, ¡por mensa! Jajaja.

Yo siempre digo, que uno de los mayores problemas mundiales de eso que llaman educación en la escuela es el déficit de comprensión de lectura, la gente no sabe leer aunque lea. Jamás dije que no sean hombres, y jamás dije que hombre es un pene, y jamás dije que nadie se embarace y ejerza una una crianza. Pero ahí tienes a la horda sensible y lastimada en su mundo natural y normal. Pobre gente, pobrecita, pobre gente, toda la gente, dijera Liliana Felipe en su maravilloso canto.

Aunque también han habido quienes entendieron perfecto los textos, que déjame te presumo ya se tradujeron al inglés, portugués e italiano. Mucha de esa gente son hombres, y muchas de ellas madres. No todo está perdido y podrido como se ven tan a menudo, supongo.

¿Cómo lo relacionaría con el tema de aborto? No lo había pensado fíjate, pero indudablemente me remite al cuerpo político, al cuerpo ya no como campo de batalla, como el estira y el afloja, como el asunto de voto en el senado, sino como arma de destrucción a todo este heteroimperio, ese cuerpo político que se pierde en la mar de los discursos esencialistas, médicos, legales, capitalistas, feministas de la buena conciencia… quienes son los que finalmente te construyen el cuerpo como algo fijo de nacimiento y como sexo biológico. A eso me remite. Recomendamos aquí consultar a Spinoza, Foucault, y a Beauvoir, que lo explican mejor que yo.

Con el aborto en un útero-cuerpo abortas sólo un cigoto, pero con el abortar la normalidad y el heteropatriarcado capitalista en un modus vivendi y praxis, que también implica cuerpo, mente y acción, ¡abortas todo! Y eso nos hace tanta falta, abortar todo lo establecido porque nos lo impusieron, no lo elegimos. A veces digo: Si sólo vamos abortar fetos o cigotos, ¡que chiste!

LS.- Al momento de nacer se te asignó al sexo privilegiado al cual abdicaste posteriormente en pos de un devenir crítico contra el binomio. Esta desobediencia de género, este despojarte de tus privilegios de una masculinidad hegemónica, esa renuncia al órden mayor en una región con políticas claramente aniquiladoras de formas de vida antagónicas al heterocapitalismo te otorga, no obstante, un estatuto de “modelo” o “superioridad” por sobre aquellos varones que, pese a postular afinidad con las luchas de “minorías sexuales, mujeres y lesbianas”, lato sensu, nunca realizan los actos performativos y nunca adquieren las formas de vida que les removerían de su lugar de privilegio dentro de la heterosexualidad como régimen político. Lo que intento decir es que ese devenir menor en el cual vivís, por el cuál te conocemos y nos interesa tu labor es también la posible puerta de entrada a una peligrosa reterritorialización. Me gustaría que nos cuentes como estás viviendo una existencia como ejemplo personificado de que que para ser varón anti-patriarcal se debe dejar de ser varón, lo cual, paradójicamente produce un efecto de voz privilegiada por sostener materialmente un devenir radical: aquello que te desposee de tus privilegios de género te convierte en una interlocutora más legítima que otras voces, y por lo tanto voz más atendida y oída que otras desobedientes. Asimismo, ¿cómo se podría desmontar el binomio desde una corporalidad asignada políticamente a “mujer” al momento de nacer desde tu implacable crítica a las nuevas masculinidades y cierto “machirulismo” con concha, en tiempos donde hasta las lesbianas desean ser mujeres heterosexuales, a la altura de los deseos?

FC.- Sí claro, con todo lo que hago y soy, también sigo luchando diariamente con la heteronorma, desde luego. Nos la sembraron perfectamente desde antes incluso de nacer, cuando le decían a la mujer que nos cargaba en el vientre: ¿Y qué es, niño o niña? Sacársela y quemarla no es tarea nada fácil, aún con un cuerpo bomba como el que me hice yo sola.

Yo no sé si renuncié a algo a lo que nunca me adscribí o sentí membresía, ¿sabes? Yo salía a la calle desde la infancia y era a recibir puros insultos y hasta golpes por “parecer niña”, por “hablar como niña”… Cuando crecí un poco más fui hasta violada varias ocasiones, y tras concluir la universidad fui siempre excluída del mundo del éxito, el desarrollo profesional y el mercado laboral, por verme como “mujer”, “como una nena”. Es decir, claro que nunca fui hombre tal como se conoce en este mundo, con todos los privilegios y los roles y estereotipos de género, ni tampoco era mujer de la misma forma para el mundo y la sociedad binarios, pero el mundo y la sociedad sí fueron muy buenos para maltratarme como si fuera una por esa feminidad, ¿te das cuenta? Hoy día yo ando por todo los espacios y las lecturas sociales son mujer, eso me hace una mujer en la realidad cotidiana, háganle como quieran queridas transfóbicas, yo tengo las mismas posibilidades y probabilidades de ser asesinada en un feminicidio, y el acoso sexual es el pan de cada día. Sólo por mencionarte dos de mis realidades y contextos. Aún así yo me vivo una mujer que no llena las peticiones y estándares del mundo, y no les llena porque se me da la gana no llenárselas. Mi desaprendizaje y dinamitación están implícitas ahí incluso en lo que se puede mirar como un simple resto de la dicotomía de género. Pero bueno, ya está por salir un libro que escribí donde dejo en claro que yo siempre fui Frida, no transicioné, sino retomé lo que quisieron mutilarme, y me tuve que hacer justicia a mí misma en un mundo donde las mujeres no tienen justicia, precisamente.

Soy antihombres totalmente, lo digo frontal y sin tapujos, y no como genocidio, sino como destrucción-extinción de la categoría social de poder, no hay manera de reivindicar esa categoría, por más nuevas masculinidades, copy and paste de las teorías de género feministas, que hagan. No la hay. Pero ese es hoy día el nuevo discurso y política pública del Estado y el onegeísmo, hacerles creer y sentir y pensar al progresismo consciente y revolucionario, que sí, y que a los hombres hay que reeducarlos y llenarlos de nuevas masculinidades. Una mierda tragada con gusto y consentidamente por donde le mires. El sólo tema me enerva. Si los hombres quieren dejar de ser patriarcales, que lo hagan solos y por allá lejos, sin esperar que se les agradezca o se les aplauda, pues no están haciendo un favor. Es lo mínimo que podrían hacer, y callarse. Y dejar de violar y matar.

Y hay por supuesto muchas corporalidades leídas mujeres en los espacios, que en realidad son hombres socialmente, te voy a dar ejemplos, las “mujeres en el poder”: Margaret Tatcher, Bachelet, Elba Esther Gordillo, Hillary Clinton, quien ejerce roles de género misóginos y opresivos sobre las mujeres, es un hombre. Las violencias provienen de las dinámicas, las prácticas, los ejercicios y los roles, no de los genitales. Ni de un cariograma. Hay que ser muy idiota para pensar ésto.

Las lesbianas feministas, que actualmente son unas pesadas y enloquecieron terriblembente, han llegado al grado de culpar al resto de las mujeres de su propio feminicidio por intentar construir relaciones sexoafectivas con hombres, y han llegado hasta desear matarnos a nosotras las trans porque no podemos ser mujeres dicen, y no podemos siquiera vivir argumentan. Pero el lesbofeminismo sigue siendo fuera de ellas, y tiene un máquina potente de destrucción sistémica, en esa máquina hay que centrarse. Vayamos con armaduras para no morir en el camino a manos de estas autoguardianas y copyrighteras.

Yo no tengo nada qué enseñar, Leonor ni quiero, yo no soy pedagoga, soy combativa. Me niego a ser un modelo o ejemplo de algo, o de cualquier cosa. Considero que la gente tiene que pelear con lo que en su cabeza tiene de heteropatriarcado, sola. Eso es autonomía, eso es emancipación. Me cagan los llamados líderes o lideresas. Si la gente no fuera por ahí aprendiéndoles, o siguiendo líderes, o admirándoles, tal vez no iría leyendo hombre o mujer sin ton ni son, a quien no quiere ser leíde ni viste así. Ni iría legislando o legitimando el culo de nadie. Yo si acaso hago algo con mi trabajo feminista, es ponerles cerca de la propia concientización de la raíz de la opresión, y de ahí abono a la pauta para que se construyan sus propias herramientas y verdades.

Yo no voy a cambiar el mundo, pero indudablemente yo ya cambié el mío. Ojalá más personas cambien el suyo, por su propia sobrevivencia y resistencia.

FC.- ¿Cómo te posicionás acerca del valor cósmico y kármico que se le da a los fetos abortados? ¿Cuál es tu postura respecto a esta simbología que me atrevería a decir pretende pacificar la culpa que crea en ciertos activismos la radicalidad de extirpar de nuestros cuerpos la humanidad que en ellos puede habitar, para devenir algo que no estamos siendo ahora?

FC.- ¡Eso! Pacificar la culpa. Sobre la culpa han cimentado muchísimo de lo que nos oprime, y se han hecho transnacionales y empresas exitosas y productos con la culpa: la iglesia católica y papa Francisco, dos grandes muestras fehacientes.

¿No abortes en martes porque el feng shui dice que te da tres años de mala suerte, o cómo? ¿Al abortar hazlo de noche y prende una veladora para que dios y la vida te perdonen, o cómo?

Yo te decía hace rato que a la culpa la botamos al excusado en mi taller, ¿recuerdas?

Comentarios como el aura del bebé, me han venido por supuesto, desde gente muy radical y anarquista, ¡no te creas! Pero es que te digo, una cosa es el discurso, otra la práctica, ahí es donde se les acaba su “vamos acabar con la opresión”.

Te dejo aquí un enlace sobre un texto para desgenerar la culpa en relación al aborto.

Siempre he dicho que no basta con enunciarse feminista, sino terminamos por desheteropatriarcalizarnos, desheterosexualizarnos, abortar no sólo fetos, sino principalmente la familia como el primer y más grande enfermo agente socializador que hay; no basta sino abortamos además la culpa, el amor romántico, la presión estética, la gordofobia, el capitalismo, el colonialismo, sino abortamos todo. DesEducarse, DesAprender, Destruir. No hay más. Y abortar, abortar, abortar, ese es el inicio del gran fin opresor.

Srta. Jess via Gráfica Pro Aborto Chile

LS.- Finalmente, me gustaría que te expreses acerca de cómo hacés para homogenizar unas lecturas críticas locales y un saber de las subalternidades propias de contextos no europeocéntricos cuando se nos dice todo el rato que las teorías post-identitarias y las desobediencias sexuales pertenecen a grupúsculos artistoides con pasaportes de privilegio.

FC.- Jajajaja. Yo llegué al feminismo “sin saber” nada de feminismo, déjame decirte, mi acercamiento fue mediante el psicoanálisis, en terapia, luego con activistas y onegeístas, y me maravillé, pero luego asenté muchas cosas en mi cabeza, y en retrospectiva miré mis viejas lecturas, miré mi infancia, mi adolescencia, entonces me dí cuenta que yo feminismo hacía desde que no permití, por ejemplo, que la mujer que me parió me pusiera unas botas de piel de víbora, porque yo “era hombre” y vivía en el norte, y entonces tenía que verme como charro o vaquero lógicamente. Oponerme a lo socialmente establecido con mi accionar y mi corporalidad, eso es un feminismo, ahí hay feminismo. Desde ese momento de remembranza consciente, empecé a abortar también toda la escuela, toda la teoría y toda la universidad que había hecho. El feminismo a la calle, con las mujeres y no mujeres de a lado, en el mismo piso, a pié; el feminismo con la experiencia de realidades sin libros, con las cotidianeidades de las que siempre han conocido la voz y rostro del opresor. El feminismo con no despreciar el conocimiento empírico de quien sobrevive todo este sistema. Así se podría comprender mejor tanto privilegio de “ir a la escuela y/o aprender en teorías”

El feminismo dejó de ser un movimiento para mí (gracias por conseguir que las mujeres votáramos y fuéramos a la universidad, pero perdón, no sirve mucho si hoy día mis opciones en esta democracia androcéntrica son votar por los mismos rateros, nepotistas y misóginos de siempre, ni sirve mucho poder ir a la facultad a que me viole un profesor con doctorado en Londres y me digan puta por denunciar), no lo vivo como un movimiento que busca iguales derechos blá, blá, blá, a mi se me hizo praxis cotidiana, porque ya lo había sido mucho antes sin ser consciente y darme cuenta. Mi práctica radical y ética no cabe en ningún libro, ni mi cuerpo, ni mi hacer diario.

Creo que no ocupé resumir u homogenizar textos ni las lecturas hechas, creo que lo que hice fue bajarlas del limbo donde las ponen todas estas gentes que piensan y sienten que publicar un libro o hacer la tesis y complejizar a Foucault o seguir a Preciado como los 12 apóstoles a Cristo es un activismo académico, las bajé y las aterricé en la señora religiosa de Puebla con dos hijos adolescentes, que fue a un taller mío, y terminó diciéndome luego de que les pregunto al final que qué pueden concluir de las sesiones, y ella responde: yo por muchos años me he visto obligada a tener relaciones con mi marido, pero ahora, luego de escucharte, sé que eso era violación, y que no tengo qué aguantarme ni siquiera por los hijos.

Y eso, querida, ya quiero ver que lo logré Marcela Lagarde dando conferencias rimbombantes en auditorios escolares, o la mismo Butler en una clase de la universidad. Lo quiero ver. Quiero ver que el activismo académico logré algo, un día.

Mientras llega ese día, yo seguiré acá, auto-abortándome y abortando todo.

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Frida Cartas (Mazatlán, México) 16649474_215166265625049_5565678843790032355_n
* La encuentran en Twitter como @friedducha

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Testimonios Trans-UIG: Unidad de Identidad de Género

El sistema de salud suele ser paternalista. Pretende decidir sobre nuestros cuerpos, pretende saber qué necesitamos, de qué «adolecemos» sin tomar en cuenta nuestras emociones, nuestros sentires, nuestros pensares. Patologiza lo que para él no es normal asumiendo que son las figuras médicas las expertas en nuestras necesidades sin consultarlas. Cuando muchas veces lo único que se necesita es acompañamiento y apoyo en decisiones que no incumben a nadie más que a la persona que las solicita.

¿Cómo hacer para que las personas, no sean agredidas por esos binarismos de género sobre el «deber ser» hombre, mujer?

Trans Forma la Salut nos comparte testimonios sobre el paso de distintas personas en dos instituciones que asisten en la reasignación de género: la UTIG y TRÀNSIT, y el modelo sanitario necesario para llevar a cabo un acompañamiento humanitario.

Entrevista a activista y trabajadora sexual de la ciudad de Morelia, Michoacán, México.

por Fernando Zarco Hernández

Con la finalidad de escuchar las voces de las personas que se dedican al trabajo sexual, presentamos esta entrevista acerca de este polémico tema, que aporta argumentos al debate sobre las políticas respecto al trabajo sexual, la diferencia con la trata y los derechos de quienes ejercen este trabajo, desde la perspectiva de una activista y trabajadora sexual de la ciudad de Morelia.(1)

¿Cuáles son los problemas principales que encuentras por parte de los políticos de esta ciudad y del Estado respecto al trabajo sexual?

Pues, antes de finalizar el año escuchamos una noticia de que el secretario del ayuntamiento piensa cobrarnos impuestos por estar trabajando aquí en la calle. Para mí eso es una estupidez, primero debería  de regularizar el trabajo sexual para poder dar el siguiente paso, que es organizarnos bien como debe de ser, incluirnos bien dentro de la sociedad. El cobrarnos impuestos a todas las trabajadoras sexuales, me imagino que se refiere en verdad a todas, no nada más a las que la sociedad tiene a la vista, que somos las que trabajamos en la calle, las que trabajamos en la zona centro. Porque tenlo por seguro que estas personas no están bien ubicadas, no saben bien en realidad cuánta es la población de trabajadoras sexuales y en dónde están ubicadas las demás, porque somos muchas, no somos nada más las que estamos en la zona centro, somos bastantes. Al pretender cobrarnos impuestos, para mí eso sería como empezar a entrar al negocio de la trata, al lenocinio pues. En realidad primero tendría que regularizar el trabajo sexual, permitirlo y aceptarlo tal como es, como un trabajo, para poder dar el siguiente paso.

¿Qué diferencia encuentras tú entre el trabajo sexual y la trata?

Es muy grande, es un abismo la diferencia entre el trabajo sexual y la trata de personas. En la trata hay un padrote, hay una persona que las está mangoneando, las está manejando de lugar en lugar, esa persona está cobrando por ella, esa persona hace el acuerdo por ella, y aquí con nosotras, en lo que es en verdad el trabajo sexual, es muy diferente. Aquí nosotras venimos a ganarnos un peso porque nosotras lo ocupamos para nosotras mismas, para nuestros hijos, para nuestra familia, pero no tenemos ninguna persona que nos esté vendiendo y que él esté cobrando. Es muy diferente. Siempre hay que diferenciar eso, lo que es trabajo sexual y trata. Aquí habemos muchas personas que salimos a trabajar, mas no estamos inmiscuidas en la trata.

¿Qué derechos como trabajadora sexual crees que has ganado actualmente y cuáles faltan todavía por trabajar?

El respeto de mucha gente porque saben que andamos luchando por los derechos de los y las trabajadoras sexuales y tratamos de que todos sus derechos se hagan válidos, ante las instancias de gobierno, que al fin de cuentas hay veces que nos rechazan, nos discriminan pues. Hay bastante por hacer, hay que educar a la sociedad, hay que educar al mismo gobierno, hay que educar a las autoridades de seguridad pública, hay que estar constantemente haciéndolo, porque desgraciadamente hay mucha ignorancia. Hace quince días la [patrulla] 3003 aquí se le ocurrió parar a dos carros, ponle que uno por hora. Me tocó ver a mi eso. Yo me acerqué junto con otra compañera para pedirle que se retirara y que no hiciera eso aquí en nuestra zona de trabajo por el acuerdo que tenemos con el ayuntamiento y con seguridad pública. Tenemos acuerdos con ellos. Este personaje optó por dejar ir al cliente, porque era un cliente para mí y un cliente para él, porque lo iba a extorsionar, optó por dejarlo ir y se acercan los dos patrulleros preguntándome que entonces dónde sí podían parar carros para extorsionarlos. Yo le dije que yo no le podía dar esa respuesta, porque al fin de cuenta ellos no están para extorsionar, están para servir a la ciudadanía, porque son empleados de nosotros como ciudadanos, se les paga un sueldo de los impuestos que pagamos. Como trabajadoras sexuales nos quieren cobrar un impuesto, pero como ciudadanos estamos pagando impuestos. Fue lo que le indiqué, yo no podía darle esa respuesta, él sabía lo que hacía, su trabajo es su trabajo y yo no podía decirle cómo elaborarlo. Si él quería robar o extorsionar que se retirara nada más de la zona donde nosotras trabajamos porque espantaba a nuestros clientes. Por eso te digo, hay mucho por hacer, hay que educar a la mayoría de los que están dentro de estos sectores de gobierno.

¿Cuál es el acuerdo que tienen con el ayuntamiento, en qué consiste?

Consiste en no salir tan encueradas, salir a trabajar con decencia, un pantaloncito, un suetercito, ya la gente sabe quiénes somos y a qué nos dedicamos, no es necesario un escote muy pronunciado, con unas minifaldas que se ven hasta las anginas, no es necesario andar así. Ese fue el acuerdo que tuvimos con el ayuntamiento. El dar la garantía de que no se va a robar en estas calles, al menos con nosotras, porque robos sí se dan, con los lavacoches, con los policías que no saben que tenemos acuerdos, se da con gente aquí que se dedica a la delincuencia, al robo, sí se da. Pero al menos entre nosotras tratamos de evitar esos problemas. De no tomar, no drogarse, de dar un buen servicio y siempre protegernos y proteger a los clientes, siempre usar un condón. Esa es la garantía que nosotros dimos al ayuntamiento, ya tiene mucho rato de eso. Tendrá unos ocho años o nueve años de ese acuerdo.

¿Qué crees que sea lo más urgente para trabajar respecto al trabajo sexual en Morelia?

Que se nos respeten nuestros derechos y que se nos den más garantías como ciudadanos, porque somos parte de Morelia. Estamos haciendo un trabajo que, la sociedad lo ve mal y pega de gritos, se espanta, se escandaliza, pero al final de cuentas es una actividad que también las mujeres amas de casa la tienen. Porque ya se llega la quincena y… -a ver si no se molesta una que otra por ahí-, ya se llega la quincena y se pone cariñosa con el marido porque ya sabe que trae dinero. Ya se llega la quincena y se pone complaciente porque sabe que hay dinero, o sea, eso también es un negocio para ellas, como saben que ya hay dinero, ya se ponen cariñosas. Aquí nosotras todo el tiempo estamos cariñosas por dinero. Este es un trabajo. Que la gente lo vea mal, es una sociedad de doble moral y eso nunca lo vamos a poder cambiar, pero ahora sí que cada quien en su amplio criterio que lo juzgue. No estamos haciendo mal a nadie, porque no venimos a violar, no venimos a secuestrar, no venimos a violar niños, nada de eso. Venimos simplemente a ganarnos un peso, con el sudor de… la parte que tú quieras, pero a ganarnos un peso.

(1) A petición de la entrevistada no se ha hecho público su nombre.

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Semblanza personal: Doctor en Psicología Social, licenciado en Psicología, ingeniero en Sistemas Computacionales y ex-seminarista. Después de múltiples crisis, ahora quiere ser artista de la literatura y el performance para utilizar el arte contra la homofobia, el racismo, el sexismo y la privatización del espacio público. Actualmente realiza una estancia posdoctoral, con el apoyo del CONACYT, en el Doctorado Interinstitucional de Arte y Cultura, de la Universidad de Guanajuato.

Página personal: http://fernandozarco.wordpress.com

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