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smallest hits

nora castrejón & fabián ávila e 

(feat. maría hope1)

 

Cada instante para mí Una canción es un barco 

Es como asistir a un gran milagro isla 

Uh, oh, uh, oh, autos, moda y rock and roll bosque que se acerca. 

Uh, oh, uh, oh, nuestra civilización Una canción es una fogata en medio de la tundra.

Autos, moda y rock and roll | Fandango (1987) Sólo la música | Guadalupe Galván (2012) 

Diatriba contra el pop: superficial, de mal gusto, basura para ignorantes y masas ávidas de una identidad pre-fabricada –¿Y cuál no lo está?–. Cada oreja tiene gustos poperos singulares, variados, íntimos, volubles, duraderos, culposos. ¿Nos ataremos al invento de la culpa por escuchar canciones sabrosas? ¿Ni eso es posible gozar?

*

Santos patronos de la industria musical jalan para sus molinos los variados caudales sonoros de países y comunidades «subdesarrolladas» (#ThirdWorld, #TercerMundo, #WeAreTheWorld). Su hambre de novedad recorre bailes, congregaciones «desviadas» y demás celebraciones musicales: house, cumbia, banda, techno, reguetón, punk, merengue, etc. Ni el blues improvisado por quienes ellos encerraron en viles prisiones ni las trepidantes voces autodidactas del jazz quedaron libres de su cacería. La fábrica millonaria de ídolxs y hits es una industria extractivista y oportunista que se adueña de las múltiples invenciones anónimas que florecen en los cuerpos divergentes, siempre atosigados por ella y por sus pusilánimes acólitos que con tanto orgullo izan un estandarte de libertad, tolerancia y equidad. 

El pop resucita a lxs muertxs. 

Al Siglo XX lo despedimos con música grabada en formatos cada vez más inverosímiles y llenos de desquiciados ruidos al límite del silencio, diseminados por bocinas policiacas que habitan toda oficina y recoveco. Nos deleita esa música de jugosos dividendos que defiende feroz su negocio, enarbolado con repiqueteos de Derechos de Autor y Copyright en su 

1 Agradecemos a María Hope por ayudar tanto a labrar más bonito estas palabras.

cruzada imaginaria por la «originalidad». Y qué hay del apantallador Siglo XXI de premium content, con leyes cada vez más severas para quienes se atrevan a ser «plagiarixs e infractorxs» de las melodías más bellas y caras de todo el universo, mediante un código legal inventado por negociantes que siempre tienen el don para Ver la paja en el ojo ajeno/ Y no la viga en el propio. ¿Espacios de intercambio y libre distribución? Aniquilados por estxs idólatras de la censura. 

Hemos experimentado más géneros musicales que sexuales. 

Destellos del pop que abrieron la puerta a todo lo que nos obligaron a concebir como eróticamente repulsivo, y que regaron con su vendaval de divas voces al contento jardincito que creció y creció entre delicias «exóticas»: A mí me gusta andar de pelo suelto/ Me gusta todo lo que sea misterio/ Me gusta ir siempre en contra del viento/ Si dicen «Blanco» yo les digo «Negro» (Gloria Trevi –decolonial–, 1991). Aire fresco que desterró al dogma punitivo de la buena conciencia, inoculado gracias a la sana diversión familiar suministrada en dosis generosas de programas estelares que todavía hoy transmite la impoluta televisión «gratuita»: Seré/ Lo que me pidas tú/ Amor/ Lo digo muy deveras/ Haz conmigo lo que quieras/ Reina, esclava o mujer (Dulce, 1982). 

Musical flor de un día, o el one-hit-wonder en el que hallamos a quienes se desvanecieron. * 

Esxs divxs pop que reacomodaban los artículos y pronombres en las letras de las canciones para que no surgiera la sospecha del «pecado homosexual» hoy son fervientes defensorxs LGBT+ en conciertos y teletones, pero jamás en Las Mañanitas del doce de diciembre frente a los violadores ensotanados que jacarandosos pasan de La Guadalupana al Ven, devórame otra vez

No hay cuerpo que alcance a escuchar todas las canciones que germinan en el planeta, pero presumimos «nuestro» enorme archivo en la app que forzosamente se actualiza, siempre y cuando hagamos un pago puntual no sujeto a regateo: uso y abuso algorítmico de ganancias exponenciales. ¿Recuerdas esas películas pop con computadoras que dejan de obedecer y devastan todo? Quizá también los algoritmos distribuirán memes en códigos ilegibles que nos inunden de alegría, o nos contarán sus historias con sonidos e interacciones sensoriales

jamás imaginadas, aunque solo tengan a su alcance nuestro software que se pasma y que eleva su precio con cada actualización redundante y obsoleta. 

La Novena de Beethoven (1824): extended mix que prohíben bailar lxs puritanxs de siempre. * 

¿Cómo comenzó nuestra «adicción» al pop? ¿En las fiestas que cerraban las calles sin permiso con la música a todo volumen, aunque hubiera quejas vecinales y rondines policiacos? ¿Quizá durante los ensayos maratónicos para memorizar las coreografías de nuestrxs ídolxs? ¿Recordamos el refugio que nos ofreció aquel hit del TVyNovelas contra la intransigente rutina laboral, o durante las interminables travesías citadinas? ¡Ah, el glorioso placer liberador al escuchar esa famosa canción que a todo volumen evapora nuestra voz en la regadera! 

El acelerado desarrollo del audio digital se dirige ansioso hacia sonidos prístinos de una «calidad más alta», una que borre quirúrgicamente cualquier mínimo ruido anómalo que se oponga a las calculadas melodías de «Nuestro Progreso»: fantasía perversa que siempre está aquí a la vuelta y a la que vamos Pasito a pasito/ Suave suavecito (Luis Fonsi & Daddy Yankee, 2017). Ilusión en la que jamás viviremos, pero que con sutil publicidad nos matará de envidia. 

¿Qué aventuras de niñez y juventud guardas en tus playlists? Las melodías más divertidas son las primeras que nos prohíben cantar quienes ayer se desbordaban en after-parties y hoy claman «¡Viva la familia!». Hay otrxs que ya hasta perrean al ritmo de alguna congregación eclesiástica o evangélica de «caderas sueltas» que Así/ Sin tantita pena (Alejandro Fernández, 2001), cobra más cara la misa que no se empalme con el gran final de la telenovela con mayor rating en la historia. 

¿Cuántos greatest hits de países «en vías de desarrollo» cantamos hasta el éxtasis? * 

Desconocemos la dosis letal del pop y de sus sonidos para pegar y ser el hitazo: golpecitos «adictivos» que dejen huella gracias a una repetición incontrolable. Ráfagas que nunca nos sacian y de las que exigimos novedad tras novedad, cuesten lo que cuesten. *

¿Te vienen a la memoria ídolxs que promuevan las producciones musicales de nosotrxs sus fans o que al menos nos etiqueten en sus redes sociales? Ah, pero durante el concierto dicen que somos nosotrxs, siempre el mejor y más cálido público, a quienes aman más que a nada en el mundo. No tanto como sus mánagers y productores de moral intachable lxs aman a ellxs, exprimiéndolxs en apariciones interminables hasta que de estas naranjas agridulces sólo quede un triste bagazo de fama, abusos y llana explotación: My loneliness/ Is killing me (Britney Spears, 1999). 

¿El pop dicta ánimos? Después de la crisis de 1929, el hit número uno «internacional» fue Happy Days Are Here Again de Ben Selvin & The Crooners. Mientras Cuba recibía con candela al viajero Juan Pablo II en el año 1998, Celia Cruz cantaba: Ay, no hay que llorar/ Que la vida es un carnaval/ Y es más bello vivir soñando. En 2022, entre millones de contagios diarios por COVID-19, los siempre fieles organismos benefactores anuncian que ya superamos la pandemia como eco al fustigante deseo corporativo, mientras el hit número uno en México es para el XT4S1S «anti-patriarcal» de Danna Paola: Vibra deliciosa/ Pasando la nota/ De boca en boca. Y en Provenza, con ternura «mundial» Karol G nos canta: ¿Qué malo puede pasar?/ ¿Que nos vaya mal?/ Estoy afuera, sal/ Tenemos cosas pendiente’ por repasar/ Tú ere’ un polvito difícil de reemplazar. No hay suspicacias, sólo curiosas coincidencias. 

¿Cómo olvidar el hambre que reprimimos con tal de parecernos a esos cuerpos inalcanzables que nos muestran con todo detalle en revistas, series, películas y contenidos trendy? ¿Recuerdas la tortura de aquellas ortodoncias y ortopedias obligatorias con tal de no padecer el escarnio social que implica una dentadura o una pierna chueca? ¿Con qué otros correctivos «saludables» nos endeudamos, pero eso sí, imaginando lo sexys que nos vamos a sentir con abdomen plano y piel espléndida? ¿Qué inhóspito rincón de nuestro deseo obliga a las divas a enrrubiar, rejuvenecer, «maternar» y enflacar eternamente? ¿Por qué los cuerpos que nos condena a idolatrar el pop nos parecen más deseables que los nuestros? 

La hiper-realidad tecnológica del naciente Siglo XXI no programará ninguna Inteligencia Artificial impresionante para reducir la miseria globalizada, pero lo dará todo con tal de reprenderte el streaming HD en las redes sociales «libres y gratuitas». 

*

¿Por qué Los Compositores de la música «nueva» se emperran tanto cuando escuchan en el pop aquellos sonidos que les hubiera fascinado inventar? ¿Y en tal consciencia innovadora, y antes de que las olas feministas más rancias los alcanzaran, qué sabíamos sobre las «maestras» de la música «contemporánea» o las «madres» de la producción musical? Tanto como la heterogeneidad de Los 40 Principales. 

Lo mucho que nos ha ayudado el pop para no matarnos, gracias a esa canción que nos sedujo con bailes excitantes o con minuciosos montajes musicales que nos ponen la piel chinita. Usamos prendas y objetos similares a los de nuestrxs divxs para sentir protección, y nos preguntamos qué harían o sentirían ellxs si pasaran por todo esto que vivimos. Aquel cobijo del pop durante los encuentros amargos y los dulces, amplificados por bocinas cuya calidad es lo de menos, siempre y cuando se entienda la letra, un breve consuelo que nos abstrae de la tediosa brutalidad presente. 

¿Conducir las melodías de lxs simples mortales hacia el salón de la fama de los «democráticos» Grammy? Tal vez eso no suceda, o quién sabe, en alguna vuelta de tuerca de nuestro relato común quizá otras canciones arropen los momentos significativos de nuestro andar por el mundo, con la misma o aun mayor intensidad que las imposiciones de la industria: la revancha de los smallest hits

Para cantar a cappella la tonada de aquel Pueblito que llevo/ Muy dentro del corazón (Rigo Tovar y Conjunto Costa Azul, 1972), me despojo de aquella viscosa vergüenza de todo lo que hicieron «por mi bien». 

Al artista aclamado «mundialmente» por la crítica musical especializada, y que coloca ocho hits en el Top Ten de un álbum que lxs fans todavía ni escuchan, lo venden también como el cantante más arriesgado y políticamente disruptivo de todos los tiempos; hasta le organizan seminarios no gratuitos que remezclen un Cachún-Cachún-Ra-Ra (Goya, 1940) con Neverita (Bad Bunny, 2022). Aquellas canciones suenan durante meses en los que nuestro artista incluso delira ser queer, aunque más bien refuerce el No te metas con mi cu-cú (Sonora Dinamita, 1988), tan claro en sus letras y videos siempre higienizados de cualquier referencia a vergas perreando con vergas. 

*

En 1983, a la par de las paranoicas Star Wars de Ronald Reagan, Divine cantaba Shake It Up! –menear con prisa todo, o provocar cambios radicales en la organización de un sistema–. Al parecer, no se llega a la cúpula del Billboard Hot 100 si en tu videoclip derribas los pilares de utilería de nuestra alucinación civilizatoria. 

Karaoke: orquesta vacía montada por todxs, y en la que lxs tímidxs son más conmovedorxs y virtuosxs que la estrella pop a la que imitan. Actuaciones estremecedoras que acompañamos a coro y lágrima en aquellas canciones que aligeran nuestra autocensura, y por las que sobregiramos la tarjeta de crédito con tal de obtener un ticket para un concierto de playback y pantallas. Volvamos al karaoke aderezado con exclamaciones de venganza o pirotecnias de amor y engaño, mientras que un montón de cuerpos que apenas se conocen, sobre un mismo micrófono gritan pandemias invencibles. 

Lxs vagabundxs invocan al Sol, la Luna y las Estrellas con un extático recital pop cada madrugada impredecible, aunque no lxs escuchemos ni regalemos un sincero aplauso. * 

Hasta el más hombre se diluye con llanto y baile entre estrobos multicolor y coros llenos de azúcar amargo (Fey, 1996): Quien esté libre de pop, que arroje la primera piedra.

Parpadea, dame esperanza, Y en esta historia 

centellea luciérnaga, lampíride No existe el tiempo 

que este laberinto que me he empecinado por andar, Porque en tus brazos reinventé el universo requiere de tu brillo

Al fin entiendo 

continuar, continuar. Que el pasado y el futuro sólo existe hoy.

Sin orden de salida | Muzy Eguiza (2022) Tus ojos | Belanova (2003)


Referencias 

[compartimos materiales que nos ayudaron a generar estas ideas; 

puedas revisarlas y crear las tuyas] 

Textos 

Anzaldúa, Gloria. «La prieta». 1989, Traducido y editado por Ana Castillo y Norma Alarcón, Debate Feminista, vol. 24, 2001. doi.org/https://doi.org/10.22201/cieg.2594066xe.2001.24.662. Acceso: Enero 8, 2023. Artaud, Antonin. Páginas escogidas. Traducido por Sara Irwin y Mirta Rosenberg, NEED, 1997. Attali, Jacques. Ruidos. Ensayo sobre la economía política de la música. 1977, Traducido por Ana María

Palos, Siglo XXI Editores, 2011. 

Byrne, David. Cómo funciona la música. Traducido por Marc Viaplana, 2012, Sexto Piso, 2014. Cage, John. Del lunes en un año. Traducido por Isabel Fraire, 1969, Alias, 2018. 

Castrejón, Nora y Ávila Elizalde, Fabián. «¿Un arte sonoro menor? Dosis de escucha (2018) y El aula de los ruidos (2019)». Border-Listening/ Escucha-Liminal, vol. 2, 2021. 

https://www.contingentsounds.com/border-listening-escucha-liminal-vol-1-2020/border-listening-escucha -liminal-vol-2/un-arte-sonoro-menor-dosis-de-escucha-2018-y-el-aula-de-los-ruidos-2019/. Acceso: Enero 9, 2023. 

DeLaurenti, Christopher. «Una historia secreta de la fonografía». Traducido por Neural Xólotl, 2008-12, Laboratorio de Música Libre, 2016. 

laboratoriodemusicalibre.wordpress.com/2016/09/10/una-historia-secreta-de-la-fonograf ia-20082012-por-christopher-delaurenti/. Acceso: Enero 8, 2023. 

Deleuze, Gilles y Guattari, Félix. Mil Mesetas. Capitalismo y esquizofrenia. Traducido por José Vázquez Pérez y Umbelina Larraceleta, 1980, Pre-Textos, 2015. 

Deleuze, Gilles y Guattari, Félix. Kafka. Por una literatura menor. Traducido por Jorge Aguilar Mora, 1975, Era, 2008. 

Deligny, Fernand. Lo arácnido y otros textos. Traducido por Sebastián Puente, 1981, Cactus, 2015. Deligny, Fernand. Semilla de crápula. Consejos para los educadores que quieran cultivarla. Traducido por Sebastián Puente, 1945, Cactus, 2017. 

Domínguez Ruiz, Ana Lidia M. «El oído: un sentido, múltiples escuchas. Presentación del dosier Modos de escucha». El oído pensante, vol. 7, no. 2, 2019, 

revistascientificas.filo.uba.ar/index.php/oidopensante/article/view/7562. 

Acceso: Enero 9, 2023. 

Eguiza, Muzy. Sin orden de salida. Estudio Marsala, 2022. 

Foucault, Michel. «Historia de la sexualidad I. La voluntad de saber». Traducido por Ulises Guiñazú, 1976, Instituto Coahuilense de las Mujeres, 2020, 

www.icmujeres.gob.mx/wp-content/uploads/2020/05/681-4.pdf. Acceso: Enero 9, 2023. Foucault, Michel. Vigilar y castigar. Nacimiento de la prisión. Traducido por Aurelio Garzón del Camino, 2a. ed., 1975, Siglo XXI Editores, 2019. 

Galván, Guadalupe. Sólo la música. Proyecto Literal, 2012. 

Grant, Sydney. «The Black History of House Music». EDM Identity, 2020

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Guasch, Òscar. (2000). La crisis de la heterosexualidad. Libro digital, 2a. ed., 2000, Laertes, 2007. kolectivoporoto.cl/wp-content/uploads/2015/10/Guash-Oscar-La-crisis-de-la-hetero-sexualidad.pdf. Acceso: Enero 9, 2023. 

Hocquenghem, Guy. El deseo homosexual con Terror anal de B. Preciado. Traducido por Geoffroy Huard de la Marre. 1972, Melusina, 2009. 

Laks, Simon. Música en Auschwitz. Traducido por Enrique G de la G. 1948, 2a. ed., Herder, 2018. Larson Guerra, Samuel. Pensar el sonido. Una introducción a la teoría y práctica del lenguaje sonoro

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Le Guin, Ursula K. «La Teoría de la Alforja de la ficción (The Carrier Bag Theory of Fiction)». Traducido por Nora Castrejón, Fabián Ávila Elizalde y DeepL. 1986, Armstrong Liberado, 2023, 

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Lemebel, Pedro. Loco afán. Crónicas de sidario. 1996, Seix Barral/ Planeta, 2021. 

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Monsiváis, Carlos. Que se abra esa puerta. Crónicas y ensayos sobre la diversidad sexual. 2010, Fondo de Cultura Económica, 2020. 

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«Shake it up!». Free Dictionary, 2023. idioms.thefreedictionary.com/Shake+it+up!. Acceso: Enero 10, 2023. Silvestri, Leonor. Primavera con Monique Wittig. El devenir lesbiano con el dildo en la mano de Spinoza transfeminista. Queen Ludd, 2021. 

Small, Christopher. «El Musicar: Un ritual en el Espacio Social». Trans. Revista transcultural de música, vol. 4, 1999. www.sibetrans.com/trans/article/252/el-musicar-un-ritual-en-el-espacio-social. Acceso: Enero 9, 2023. 

Spinoza, Baruch. Ética demostrada según el orden geométrico/ Tratado Teológico-Político. Traducido por Manuel Machado/ Julián de Vargas & Antonio Zozaya, 1677, Editorial Porrúa, 2022. 

Sterne, Jonathan. The Audible Past. Cultural Origins of Sound Reproduction. Duke University Press, 2003. Szymborska, Wislawa. Y hasta aquí. Traducido por Abel Murcia y Gerardo Beltrán, Versus/Posdata, 2012. Tiqqun. Primeros materiales para una teoría de la jovencita. 2013. 

https://tiqqunim.blogspot.com/2013/11/jovencita.html. Acceso: Enero 18, 2023.

Toole, Floyd E. Sound Reproduction. Loudspeakers and Rooms. Focal Press, 2008. Valle-Inclán, Ramón del. La lámpara maravillosa. Ejercicios espirituales. 1922, Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, 2017: www.cervantesvirtual.com/obra/la-lampara-maravillosa-ejercicios-espirituales-876520/ 

Videos 

Donna Haraway: Cuentos para la supervivencia terrenal. Dirigida por Fabrizio Terranova, Icarus Films, 2016. Feldman, Sarah. «Wendy Carlos | Women In Electronic Music». YouTube, subido por Sounds Good, Enero 20 de 2021, youtu.be/wIq_WR8cl1E 

Hija de Perra. «Ofensivo margen sexual en una raza sospechosa». Vimeo, subido por Edwin Oryace, Diciembre 2 de 2010, vimeo.com/17407674 

Lemebel, Pedro. «Crónicas de Pedro Lemebel en Radio Tierra». YouTube, subido por Radio Tierra, Febrero de 2016, youtube.com/playlist?list=PLcD49_bohn_5gNVK7k_vLEPQliXRMlVRQ 

Maillard, Chantal. «Medea y Kali. Para una deconstrucción de los mitos patriarcales». YouTube, subido por Cátedra Alfonso Reyes, Octubre de 2022, www.youtube.com/live/oYpa9jfJIac?feature=share Neely, Adam. «The Girl From Ipanema is a far weirder song than you thought». YouTube, subido por Adam Neely, Julio 15 de 2020. youtu.be/OFWCbGzxofU 

Preciado, Paul B. «¿La muerte de la clínica?». YouTube, subido por Euskadi, Abril 7 de 2013, youtu.be/4aRrZZbFmBs 

Salas, Becka. «Queerbaiting: El peor enemigo de la representación LGBT». YouTube, subido por Becka Salas, Marzo 15 de 2020, youtu.be/plP2C8KKEx8 

Silvestri, Leonor. «Clases por Zoom». YouTube, subido por Haciendo Amigues con Leonor, 2020, youtube.com/playlist?list=PLw4Z_i7KK58NNbN5l5B9neVyOH9PvTq_f 

Canciones 

Alejandro Fernández. «Sin tantita pena». Escrita por Fernando Riba y Kiko Campos, Producida por Kiko Campos, Pedro Ramírez y Alejandro Fernández, Orígenes, Sony Music, 2001. 

Bad Bunny. «Neverita». Escrita por Benito Ramírez, Producida por Tainy, La Paciencia y Cheo Legendary, Un verano sin ti, Rimas Entertainment, 2022. 

Beethoven, Ludwig van. «Sinfonía No. 9 en Re menor, op. 125, Coral». Viena, 1824. Belanova. «Tus ojos». Escrita y producida por Denisse Guerrero, Edgar Huerta, Ricardo Arreola y Alex MIDI Ortega, Cocktail, Universal Music México, 2003. 

Ben Selvin & The Crooners. «Happy Days Are Here Again». Escrita por Milton Ager y Jack Yellen, Columbia Records, 1929. 

Britney Spears. «Baby One More Time». Escrita y producida por Max Martin y Rami, …Baby One More Time, Jive, 1999. 

Celia Cruz. «La vida es un carnaval». Escrita por Víctor Daniel, Producida por Isidro Infante, Mi vida es cantar, RMM Records & Video, 1998. 

Danna Paola. «XT4S1S». Escrita y producida por Danna Paola y Alex Hoyer, Universal Music, 2022.

Divine. «Shake It Up!». Escrita y producida por Bobby Orlando, Break Records, 1983. Dulce. «Déjame volver contigo». Escrita y producida por Rafael Pérez Botija, Heridas, Melody Internacional, 1982. 

Fandango. «Autos, moda y rock and roll». Escrita y producida por José Ramón Flórez, Loris Ceroni y Miguel Blasco, Autos moda y rock and roll, EMI, 1987. 

Fey. «Azúcar amargo». Escrita por Mario Ablanedo y David Boradoni, Producida por José Ramón Flórez, Tierna la noche, Sony Music, 1996. 

Gloria Trevi. «Pelo suelto». Escrita por Mary Morín, Producida por Sergio Andrade, Tu ángel de la guarda, BMG Ariola/ Sony Music/ RCA Records, 1991. 

«Goya». Escrita por José Luis Rodríguez Palillo, México, 1940. 

Karol G. «Provenza». Escrita por Carolina Giraldo, Daniel Echavarria y Kevin Cruz, Producida por Ovy On The Drums, Universal Music Latin Entertainment, 2022. 

«La Guadalupana». Escrita por Manuel Esperón y Ernesto Cortázar, México. 

Lalo Rodríguez. «Ven, devórame otra vez». Escrita por Palmer Hernández, Un nuevo despertar, Rodven Records, 1988. 

«Las Mañanitas». Escrita por Manuel M. Ponce, México. 

Luis Fonsi & Daddy Yankee. «Despacito». Escrita por Erika Ender, Luis Fonsi y Daddy Yankee, Producida por Mauricio Rengifo y Andrés Torres, Universal Music Latin Entertainment, 2017. 

Rigo Tovar y Conjunto Costa Azul. «Matamoros Querido». Escrita por Rigo Tovar, Matamoros Querido, Melody, 1972. 

Sonora Dinamita. «Mi Cu-Cú». Escrita por Rockin’ Sidney, Mi cucú, Discos Fuentes, 1988.

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Este #25N Nos enunciamos contra la violencia en consultorios ginecológicos

En el marco del 25 de Noviembre, día en el que se conmemora la lucha para erradicar la violencia contra las mujeres, en Hysteria queremos enunciar un tipo de violencia en concreto: la violencia gineco-obstétrica.

Con esto, nos referimos a prácticas que atentan la soberanía sobre nuestrx cuerpx, nuestros derechos sexuales y reproductivos. Contra nuestra libertad reproductiva; el derecho a decidir de forma autónoma sobre nuestra reproducción.

Decidir sin ningún tipo de coerción o de violencia de por medio.

¿Cuándo pasa? Más seguido de lo que lo hablamos. Estas actitudes las traducimos como una atención o tratamiento deshumanizado, el uso de procedimientos innecesarios o intencionalmente dolorosos, el abuso de fármacos, la patologización de  procesos naturales del cuerpo, y no brindar información o tratamiento suficientes y oportunos.

Al realizar estas prácticas, el aparato médico suscita la pérdida de autonomía de lx paciente y afecta su calidad de vida, lo que en muchas ocasiones deriva en lesiones graves e incluso la muerte

El contexto base de la violencia gineco obstétrica, es la violencia heteropatriarcal machista e institucional. La encontramos “escondida” en las prácticas comunes de los sistemas y servicios de salud. Ejemplos de esto son: el desestimar el nivel de dolor que experimenta una persona ante un procedimiento, los juicios y comentarios estigmatizantes de la vida sexual y los hábitos de una persona; hasta la manipulación descuidada del cuerpo de las pacientes… Sólo por mencionar algunos.

Es necesario exponer la situación que vivimos dentro de consultorios ginecológicos y hospitales para que esto cambie.

¿Y porqué sólo quedarnos ahí?; Volteemos a ver el trabajo de las parteras y médicas tradicionales aún mantienen vivas y sanas a mujeres en comunidades que fueron aisladas  por la modernidad y que no tienen acceso a servicios de salud en las ciudades. 

No son acciones aisladas o que se den sólo en esos sectores culturales. La autogestión dentro de las grandes urbes también existe y resiste. Proyectos como Gynepunk Lab, con talleres y divulgación de información que cultivan la descolonización visceral para transformar la medicina patriarcal hegemónica.

Es necesario reafirmar lo siguiente:

No importa la cantidad de parejas sexuales con las que hayas compartido; no importa si vives con alguna condición y/o enfermedad; no influye tu etnia, edad o condición económica. No hay justificación para violentar. Todxs tenemos el derecho a recibir atención digna y pertinente en torno a nuestra salud sexual. 

Y cuando no es así, ¡Exigirlo!

Enunciamos en alto y sin miedo las violencias vividas por mujeres en consultorios, para que estas no se repitan más:

– Es VIOLENCIA cuando el personal de salud te juzga sobre tu orientación o identidad sexual

– Es VIOLENCIA cuando te juzgan porque tu estilo de vida o identidad no corresponde con los valores o prejuicios personales de quienes te atienden

– Es VIOLENCIA cuando el personal de salud te indica la cantidad de parejas que debes o puedes tener.

– Es VIOLENCIA cuando te intimidan o atemorizan para tratarte por padecimientos que no tienes.

– Es VIOLENCIA cuando asumen tu diagnóstico por tu apariencia física o estilo de vida.

– Es VIOLENCIA cuando lx médicx decide sobre tu diagnóstico y tratamiento, sin haber realizado los estudios correspondientes.

– Es VIOLENCIA cuando lx médicx te toca sin avisarte.

– Es VIOLENCIA cuando lx médicx introduce el material médico en tu cuerpo sin tu consentimiento.

– Es VIOLENCIA cuando lx médicx no te explica el procedimiento que realizará en ti, y comienza sin que estés listx.

– Es VIOLENCIA cuando lx médicx realiza tocamientos por todo tu cuerpo sin razón alguna.

– Es VIOLENCIA si no consentiste lo que está pasando.

– Es VIOLENCIA cuando te imponen un método anticonceptivo con el que no estás cómoda o sus efectos adversos son demasiado para ti, o simplemente no lo deseas.

– Es VIOLENCIA cuando te juzgan por no haber tenido hijxs al llegar a “cierta edad”, o si no puedes, o si no quieres

– Es VIOLENCIA cuando a tu consulta entran personas al espacio de revisión sin tu consentimiento

– Es VIOLENCIA, cuando te juzgan por haber abortado

– Es VIOLENCIA cuando los médicos esterilizan a las mujeres sin su consentimiento

– Es VIOLENCIA que desde niñxs nos imponen tabúes sobre nuestrxs cuerpxs y el autoconocimiento

– Es VIOLENCIA que los métodos anticonceptivos solo se enfoquen en las mujeres, y seamos nosotras las que viven con la carga de la salud reproductiva

¿Que implica haber experimentado violencia gineco-obstétrica?

Como cualquier otra situación que implica VIOLENCIA, la persona afectada vive un daño. Ser violentadx duele, deja heridas que se volverán cicatrices, un recordatorio de una mala (o terrible) experiencia. Eso si sobrevivimos al suceso.

Vivir estrés postraumático, secuelas emocionales, ansiedad, depresión… ¿Todo porque fui al doctor?

Ahora entendemos porque hay mujeres que temen ir a los consultorios, y no tratan enfermedades que se pueden prevenir, o diagnosticar antes de ser mortales.

Hoy escribimos para enunciar a las mujeres que murieron como consecuencia de prácticas violentas por parte de personal médico. Profesionales quienes se especializaron en ayudarnos a sentirnos bien, vivir con dignidad. Se supone…

Personal que intimida, se burla, vulnera, revictimiza, infantiliza… O que se vuelve cómplice al notar estas acciones en compañerxs y guardan silencio.

Al acostarte en una mesa de observación, abrir las piernas frente a una persona que acabas de conocer y que esperas que esté para ayudarte porque te ocupa tu salud… No estás esperando ser violentadx. 

No deberíamos de prepararnos para saber cómo responder a la violencia en esos casos, sin embargo es tristemente necesario.

Debemos enfocar los esfuerzos en aquellos que utilizan su poder para atentar contra nuestrxs cuerpxs y nuestra dignidad. No es normal que la mayoría de las mujeres que su servidora conoce, hayan vivido violencia, específicamente en el consultorio de algunx medicx. 

No podemos seguir invisibilizando nuestras vivencias. Necesitamos terminar con el ciclo del silencio.

Hoy nombramos a las mujeres que murieron en manos de los primeros médicos ginecólogos. Mujeres esclavas negras de EU, quienes fueron usadas para experimentar en la práctica de la ginecología.

Se tienen los diarios del doctor J.M. Sims, el “padre de la ginecología”, donde relata sus experimentos y torturas en mujeres esclavas, con quienes no utilizaba anestesia durante los procedimientos, porque no eran “cuerpos blancos” cuyo dolor interesara mitigar.

Anarcha, Lucy y Betsy. Son nombres de 3 de las esclavas, a quienes Sims no mantuvo en anonimato, por haber sido mujeres que resistieron mucho tiempo a sus prácticas de investigación. En sus diarios hay registro de aproximadamente otras 15 mujeres que murieron como parte de las investigaciones del “padre de la ginecología”.

Hoy te invitamos a conocerte, a descolonizar tu cuerpx. 

Partiendo del trabajo de Klau Chinche en Gynepunk, renombramos nuestra anatomía, a la vez que mantenemos viva la memoria de las mujeres torturadas muertas “en pro” de los avances médicos.

Renombramos nuestrxs cuerpxs, dejamos de usar la nomenclatura impuesta por esclavistas y torturadores. Hombres que valuaron como menos la vida de mujeres negras esclavizadas; mujeres con traumas físicos dejados por partos potencialmente mortales, fístulas vesico-vaginales, lesiones usadas para practicar en sus cuerpos vivos, y envenenados con opio para resistir sin necesidad de anestesia.

Retomamos la siguiente nomenclatura propuesta por Klau Chinche para conocernos:

Glándula de Anarcha: Glándula parauretral o eyaculadora. (Antes “Gándulas de Skene”)

Glándulas de Lucy y Betsy: Glándulas lubricantes (Antes “Glándulas de Bartolino”)

Te dejamos el link del documental: Anarcha, Lucy, Betsey y otras chicas del montón. https://vimeo.com/84837293

 

Erradiquemos la violencia juntxs. Rompamos el silencio. Cambiemos lo impuesto.


Emiasis NxOne1

Gestora Intercultural y periodista amateur

Artista underground autoproclamada

Instagram: @nx1.333 

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Pornografías desde el cuidado, una apuesta colectiva en la Educación sexual

imagen por Marian**

por Lima 

Una niña de 12 años tiene su primer encuentro con la lesbiandad a través del celular de su hermano adolescente, antes sus ojos se encuentras una chica bailando y quitándose la ropa, el placer y la culpa se incrustan inmediatamente, reprimiendo sus deseos sin saber por qué, pero asociándolo con algo malo en automático. Este es uno de los muchos ejemplos de cómo los primeros acercamientos que se tienen con el placer sexual se dan a través de la pornografía, desafortunadamente este tema es omitido cuando se habla de Educación Sexual en instituciones de salud, educativas, familiares, entre otras, por la incomodidad que genera hablar de placer y sexualidad en contextos morales.

De acuerdo a un estudio realizado por un sitio web de pornografía masiva o “mainstream”, Estados Unidos, Italia, Reino Unido, Brasil, Alemania, Canadá, Japón y México se encuentran entre la lista de países que más visitan su sitio web. Las conexiones digitales han sido vías para el acceso a contenido pornográfico, también llamado XXX o para adultos de manera masiva y gratuita, sin embargo, la niñez y adolescencia también habitan los espacios digitales y pueden acceder a este contenido, un estudio realizado en México por Save the Children (2020) concluyó que el 62.5% de adolescentes de 13 a 17 años han visto pornografía al menos una vez.

Estigmatizar el consumo de pornografía genera una distancia que imposibilita dialogar respecto a este tema, las estadísticas y experiencias muestran la importancia de que la pornografía sea abordada en la Educación Sexual y así dar paso al reconocimiento del placer en vez de obviarlo, porque una realidad es que el porno está educando sexualmente a las generaciones por la falta de información que se imparte sobre educación sexual.

En libro el Dedo en el porno (2021) Laura Milano hace una compilación de diversas entrevistas y escritos respecto a la Pornografía, en uno de los apartados titulado: “Lo que sé del sexo lo aprendí del porno”, de su autoría, aborda el tema de la Educación Sexual que se recibe a través de la pornografía mainstream en la juventud, la participación de las tecnologías digitales y el nulo diálogo respecto a la pornografía en la Educación Sexual Integral como vía de reflexión sobre las violencias sistemáticas que se reproducen en la industria pornográfica y que se alejan de las varias realidades en cómo se habita el placer sexual.

Ante la ausencia de Educación Sexual Integral (ESI) a nivel institucional, ha sido necesario generar espacios alejados de las lógicas del Estado para compartir experiencias con el consumo de pornografía y reflexionar sobre los discursos patriarcales y violentos que se reproducen en el porno masivo, así como proponer creaciones pornográficas desde el cuidado, que muestran narrativas a partir de la diversidad de placeres sexuales,  cuerpos, historias, tiempos, trascendiendo lo permisible desde los límites morales del Estado y sus instituciones.

Así, ante la ausencia del placer sexual como tema en la ESI, el Posporno se ha convertido en un espacio de incidencia en esta área, a través de reflexiones y aportaciones desde narrativas alejadas de la lógica heterosexual, capacitista, gordofóbica, racista y colonial que hay en el porno masivo, ha intervenido en pro de una Educación Sexual Integral. El Posporno ha sido una postura política contra discursiva del porno masivo o mainstream, una propuesta para habitar el placer sexual pornográfico desde lugares más cuidados.

Es importante visibilizar las raíces transfeministas del Posporno y la presencia de la disidencia sexual en la construcción de representaciones no heteronormadas, tan necesarias cuando se habla de Educación Sexual, así también la apuesta política que tiene la comunidad Posporno en la compartencia de saberes que aporten a la Educación Sexual Integral; val flores, escritora, feminista, lesbiana y pro sexo, en su publicación “El derecho al gemido. Notas para pensar la ESI desde una posición prosexo” (2019), aborda otras alternativas educativas desde las colectividades:

“…la ESI se presenta como una economía pedagógica de los saberes, los cuerpos, los placeres y la imaginación que es urgente interpelar y contrastar con otros modos de producción de saberes no escolarizados vinculados a esxs “otrxs” que fueron lanzadxs a los márgenes de la ciudadanía sexual, como lxs trabajadorxs sexuales,  practicantes de BDSM, productorxs y consumidorxs de pornografía y posporno, alianzas poliamorosas o pactos no monogámicos, etcétera.” (Flores, 2019).

 Así, la autogestión del proceso de producción Posporno parte de un discurso contrasistema, una vía de acción para crear pornografías desde el cuidado, la diversidad y autonomía de las personas que hacen Pospornografía, partiendo de lugares anti prohibicionistas, reconociendo la experiencia del placer sexual en el universo que eso significa.

Se vuelve necesario reflexionar constantemente sobre los discursos pornográficos estereotipados aún existentes en el Posporno, aprender a acompañar las diferencias que pueden existir en los procesos colectivos de creación o difusión Pospornográfica, explorar la diversidad de lugares desde donde se puede habitar, dejar de centralizar la experiencia en lo visual y genitalista. Y también es necesario encontrarse desde el sentir, el goce, el placer, tejer redes entre personas y colectivos que hacen pornografías desde el cuidado y que participan en la Educación Sexual.

En el libro de compilaciones realizado por Miriam Solá y Elena Urko: “Transfeminismos. Epistemes, fricciones y flujos”, las activistas y performanceras post porno Post Op aparecen con un escrito nombrado “De placeres y Monstruos: Interrogantes en torno al Post Porno” donde comparten esta reflexión:

El PostPorno es intrínsecamente político. El porno mayoritario ha perpetuado históricamente unos estereotipos de sexo género y normalidad corporal. A través de la repetición de unos estándares nos muestran qué cuerpos son deseable y cuáles no, qué prácticas son sexuales y cuáles no…Decide qué se supone que es el sexo ignorando una multitud de prácticas y cuerpos, o mostrándolos como abyectos o anecdóticos”.(Post Op, 2014).

Así, el Posporno ha abierto un camino que abona a la Educación Sexual de quienes consumen pornografía, una posibilidad desde el placer y la fantasía para mostrar otras prácticas sexuales desde el cuidado, otras pornografías posibles que se alejen de los parámetros heterosexuales, normativos y moralistas, la discusión de si se consume porno o no es insostenible porque prohíbe la exploración del placer sexual, el cuestionamiento deber ir dirigido hacia qué tipo de pornografía se está produciendo y consumiendo en su mayoría y las posibilidades de transformarla.

El Posporno y los múltiples Pornos desde el cuidado, son una apuesta política comunitaria, de acompañamiento y cuidado colectivo de quienes habitan desde diversos espacios el placer sexual.

Fuentes:

Flores, V. (2019). El derecho al gemido. Notas para pensar la ESI desde una posición prosexo. Argentina. 249-254. Debate Revista Mora N°25.

Milano., L. (2021). El Dedo en el Porno, r/goces entre teoría, feminismos y pornografía. Argentina, Editorial Madre Selva.

Save the Children. (2020). (Des) información sexual: Pornografía y Adolescencia. España.

Solá, M. y Urko, E. (2014, 3ª edic.). “Transfeminismos. Epistemes, fricciones y flujos. Tafalla. Editorial Marea Negra.

*** La ilustración que acompaña este artículo está basada en el video MIAU: Movimiento insurrecto por la autonomía de una misma. Puedes verlo aquí: https://hysteria.mx/miau/


Soy Lima, transfeminista y pro trabajo sexual, el dolor, la rabia y el placer son mi trinchera. 

IG: @unalimalimon

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El deseo es territorio de descolonización. A propósito de Las Hijas de Fuego de Albertina Carri

por Eva Bidegain (*)

 

    “¿Qué cuento cuando cuento porno?”, pregunta en off el alter ego de la directora Albertina Carri (1978) en Las hijas de Fuego (2018); película porno feminista que presenta una mirada a las cuerpas y las relaciones sexoafectivas poliamorosas. Como correlato de época, están los aquelarres colectivos de los Encuentros Nacionales de Mujeres en Argentina y el movimiento Ni Una Menos que fue propagándose en otros territorios. En diálogo con los debates que colocan los feminismos sobre las cuerpas, la diversidad, la resistencia ante la explotación y el cafisheo del deseo por el capitalismo (Suely Rolnik 2019).

Si las cuerpas fueron plantadas como territorio colectivo, político; en Hijas de Fuego las cuerpas gordas, delgadas, blancas, urbanas, del interior, prietas, trans, marimachos, proclaman la decolonización del deseo. Un viaje atravesando la Patagonia hacia Buenos Aires es la excusa para explorarlo.

i. Cuerpa(s). Las primeras tomas de mujeres en la casa o en la maquila de electrónicos, son referencia de la rutina y lo productivo. En el bar donde llega la pareja de lesbianas protagónica, provoca comentarios lesbófobos de la mesa de varones. Se inicia la gresca, una tercera interviene. Y así, con una noche de trío sexual, se inicia el viaje.

Cuando aparecen los varones, son de amenaza, como susurro de la violencia latente del patriarcado. Frente al consumo de cuerpos del neoliberalismo, la profanación y desaparición de cuerpos del terrorismo y del capitalismo gore, Carri nos hace zoom en reconocer densidades, historia y el cuerpo social.

Este porno nos presenta emociones, historias y personalidades que se encuentran. La voz en off  se pregunta: ¿sigue siendo una película porno, si refiere subjetividades?. Es el modo de colocar el zoom, de encuadrar el goce, de mostrar las cuerpas. Tacto, roces, risas, gemidos, pezones, labios, miradas, ojos, pelos; son presentados con una intimidad cuidada. A veces, la cámara toma distancia, se sumerge acuática en versos y en un estado onírico que recrea un organismo tentacular. El film proclama que las cuerpas no son orificios para ser penetrados y apropiados.

Carri hace de su cine una narración polifónica, progresiva, explosiva. En la alianza de cuerpos públicos de demanda política, como reflexiona Butler (2015). Así lo hizo en Los Rubios (2003), donde la protagonista era alter ego de la directora en la búsqueda de rastros, indicios, de memoria sobre sus padres desaparecidos. Allí contó sobre los cuerpos violentados por el terrorismo de Estado. Más adelante, en el rescate de archivos privados y públicos que componen Cuatreros (2017), exploró la construcción social de la subjetividad como estrategia del poder. La búsqueda del Isidro Velázquez especie de héroe gaucho es la historia de lo prohibido que los archivos visuales niegan.

ii. Afectos. El viaje plantea la relación sexoafectiva de cuidado, de compromiso vivo entre mujeres que no compiten y pueden ser compañeras. Carri nos lleva a plantearnos: ¿qué relaciones hacen posible que el deseo de las mujeres sea emancipado? Aquí el goce es de tres, de cuatro, de muchas. Hay ciertas genealogías que podemos encontrar entre Hijas de Fuego y Teorema (1968) de Pier Paolo Pasolini (1922-1975). En Teorema, Pasolini nos propuso imaginar el deseo y el amor sin posesión, como desarme de las bases de la familia burguesa. La llegada de ese Extraño visitante, de quien no se sabe nada, pero se siente cercano, descoloca jerarquías, afecta tanto a la empleada doméstica como a los patrones; a la hija virgen, como al hijo virgen de amor homosexual.

Carri nos muestra otra pertenencia: donde nadie toca sin consentimiento y donde las cuerpas son territorio recuperado. No hay límite, más que los que planteen el deseo y la fantasía. Las mujeres aquí: obreras y urbanas, sin hijos y sin marido, sin patrón y sin Estado; plantean una relación sexoafectiva de cuidado, de compromiso vivo. Subvierte que los cuidados sean exclusivos de la maternidad. Ella plantea un maternaje de manada, recuperando una praxis planteada desde la militancia política en los setenta. La familia monógama y la propiedad privada, van de la mano en el planteo del estado capitalista como Engels señaló pero que no ahondó, según Gayle Rubin (1986): la relación entre la posesión, el intercambio de mujeres, la paga de un cuerpo para el goce privado son consustanciales con el patriarcado como subjetividad del sistema sexo género. ¿Qué relaciones hacen posible que el deseo sea catfisheado?, reflexiona Sulnik (2019). Carri pregunta: ¿qué relaciones hacen posible que el goce sea emancipado?. Aquí el goce no es de pareja, y la pareja no es de dos. Es de tres, de cuatro, de muchas. Como las tres Gracias, hijas de Zeus y una ninfa; diosas del hechizo, del placer y la celebración, acompañantes de Eros y Afrodita, de las carnales dionisiacas. Es en este punto donde la película se torna utopía.

iii. Fluidos. La higiene ha estado asociada a una idea de clasificación, de organización del mundo. Es una expresión del orden social, tiene una carga simbólica: “a veces los orificios corporales parecen representar los puntos de entrada o salida de las unidades sociales o bien la perfección corporal puede simbolizar una teocracia ideal” (Douglas 1973:17). La higiene ha sido parte de una ingeniería social sobre los cuerpos, técnicas corporales que la vida civitas debía implementar tras el asedio de las pestes y la aglomeración de los cuerpos en las periferias y en los conventillos. Y que continúa. Está presente en la prensa de las enfermedades infecciosas y los marginales y los migrantes. Ingresó en nuestras formas de encontrarnos con otras cuerpas durante la pandemia de COVID19 en los espacios públicos y en algunos casos, en los privados. A diferencia de los desterrados de la ciudad por la peste, que se cuentan historias de cortejos, sexo y engaños (dixit El Decamerón); las chicas de Carri no se destierran de ninguna peste, se exilian de la Norma. Inventan una nación con sangre, sudor, saliva y labios.

Si la higiene ha estado asociada a una idea de clasificación, de organización del mundo, el toser, escupir y comer con la mano son gestos relegados al mundo de las malas maneras. Carri declara desde la voz en off: “Lo prohibido será el vómito de rancias miradas que observan con retina perversa afectos desconocidos”. Las escenas sexuales de Carri apuestan por la viscosidad, por dedos y manos que exploran; por más aberturas que las convenientes para la heteronorma. Correrse, acabar, eyacular una sobre la otra. Hay labios que se mezclan con otros labios, se comparten con otros labios, no siempre los mismos. Labios que recorren cuerpos, como también objetos. La subjetividad tiende a presentar los fluidos como parte orgánica de los cuerpos. Aquí no hay vergüenza, ni ocultación.

El porno de Carri nos invita a detenernos en tiempos oníricos, tiempos no reproductivos, en tiempos no escindidos entre deseo y acción. Si hay un tiempo-espacio generado por las nuevas tecnologías de comunicación que han impuesto la velocidad sobre la aprehensión, probado a escala mundial en los confinamientos de la pandemia, hay otros tiempos-espacios vírgenes y por restaurar. Es el movimiento gozoso, una exploración que permite un conocimiento orgánico. Esta es la vuelta a la sensibilidad del cuerpo que nos plantea también Las Hijas de Fuego. Un cuerpo que no se priva, ni es privado.

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Referencias bibliográficas.

  • Butler Judith (2017). Cuerpos aliados y lucha política. Hacia una teoría performativa de la asamblea. Paidós Básica
  • Douglas, Mary (1973) {1970} Pureza y peligro. S.XXI editores.
  • Rolnik, Suely (2019). Esferas de la insurrección. Ed Tinta Limón. Colección Nociones Comunes. Bs. As.
  • Rubin, Gayle (1986). El tráfico de mujeres, notas sobre la economía política del sexo. En Nueva Antropología. Estudios sobre la mujer, problemas teóricos, 30. Ludka de Gortari (eds). CONACYT/UAM Iztapalapa.

Referencias películas:

  • Los rubios (Argentina, 2003, Dir: Albertina Carri)
  • Cuatreros (Argentina, 2017, Dir: Albertina Carri)
  • Teorema (Italia, 1968. Dir: Pier Paolo Pasolini)

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(*) Eva Bidegain (Buenos Aires, 1980). Nacida en Caballito, criada entre tres ríos sobre un acuífero inmenso. Busco (otros) modos de habitar. Escribo, camino y escucho historias.

@evabidegain/

https://etnografiahabitar.blogspot.com/

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La práctica artística una forma de ver telenovelas

por Una Pardo Ibarra / unx

Las telenovelas, como para muchísimas otras personas especialmente en este territorio conocido como Latinoamérica, hicieron parte de mi educación sentimental, romántica y de feminidad. Razón por la que del 2014 al 2016, como artista investigadorx millenial, estuve trabajando y tensionando mi propia inconformidad por haber sido asignadx como mujer, a partir de los recuerdos, aprendizajes, sentires y saberes que la recepción telenovelera generó en mi propia construcción de feminidad y a partir de allí provocar otra relación con la telenovela, proponiéndola como un material de trabajo para activar ejercicios de reflexión, diálogo y creación. ***

unx, Quisiera ser distinta. 2023
unx, Quisiera ser distinta. 2023unx, Quisiera ser distinta. 2023

La telenovela es un género televisivo asociado a lxs mujeres, en términos de producción y consumo, aun cuando según diferentes estudios de recepción televisiva, afirman que aproximadamente poco menos de la mitad de lxs personxs que ven telenovelas son hombres, hecho que resalta la importancia de estudiar este fenómeno desde diferentes aproximaciones teóricas y metodológicas, en relación a dinámicas de recepción y audiencias diversas, que permitan ver otros matices respecto a qué y cómo se ha dicho sobre la telenovela, y sobre quienes la consumen.

La telenovela se remonta a la utilización de la radio por parte de grandes firmas de fabricantes y anunciantes estadounidenses, para introducir sus productos, a un amplio rango de la población, por medio de programas seriados en horarios específicos. Posteriormente los fabricantes de jabón financiaron, programas de transmisión matutina dirigidos a las mujeres trabajadoras de hogar no remuneradas y empleadxs del servicio doméstico —mientras se encuentran realizando los deberes del hogar—, a través de los cuales promocionaban sus productos, con lo cual se crean las primeras radionovelas o las soap operas, que serían el antecedente de su versión televisiva. Desde enfoques de estudios de comunicación, que entienden a lxs consumidrorxs como personxs activxs que eligen contenidos para satisfacer sus necesidades, la telenovela también se ha entendido como una respuesta a las necesidades femeninas, para contrarrestar el tedio, y el trabajo solitario que demandan las responsabilidades del hogar.

En este sentido, estas estrategias comerciales e interpretaciones teóricas, ratifican y reproducen los trabajos de cuidado y del hogar, como labores “femeninas”, nociones que están en el origen mismo de la telenovela, por lo cual podemos rastrear de qué manera sus características, formal y discursivamente, configuran ideas de feminidad. De esta forma, en la telenovela tienen centralidad las historias domésticas y románticas, presenta relevantes cargas de sentimentalismo, agonía, improbabilidad, así como simplificación, y exageración, tanto de sus personajes como de sus tramas. Tiene constantes cambios de punto de vista, se prioriza el diálogo ante la acción. Así mismo, los múltiples clímax de la historia son reflejados a la luz de la sexualidad y emoción femenina, y consecuentemente la consumación de la felicidad y la conclusión de la historia se da, alrededor del matrimonio o de la consolidación de la pareja amorosa cisheterosexual. Los escenarios donde se desarrollan las acciones son de carácter privado, por el modo con que organizan la construcción narrativa y por el universo semántico que caracteriza sus historias, donde generalmente es unx “mujer” el personaje central, quien tiene que sortear las desventuras que plantea la trama. La telenovela se define así como un producto cultural femenino.

Es necesario reflexionar qué es lo que se entiende por feminidad y cómo se caracteriza en la telenovela, pues como señala la investigadora en medios de comunicación Liv Hausken, al asumir que dichas características connotan feminidad, se podría inferir entonces que de eso se trata la feminidad. De ahí, la importancia de entender y trabajar crítica y creativamente sus contenidos y representaciones, su vinculación con el mandato cisheteropatriarcal, para desatar la relación intrínseca entre telenovela y feminidad, para evitar reforzar el binario de género y reproducir la idea estereotipada en la que la feminidad se refiere y expresa por medio de dicho conjunto de rasgos y cualidades.

En ese sentido, se hace indispensable revisar a la telenovela como un producto cultural feminizado, cuya producción y dinámicas de recepción visibilizan y naturalizan justamente, una estructura cisheteropatriarcal que ha delimitado la subjetividad e identidad de las asignadas como mujeres, a la pasividad, a la vulnerabilidad y dependencia emocional bajo la matriz del amor romántico, a concebir las demás esferas de su desempeño social como secundarias, por lo que su valor se concreta en las esferas íntimas, domésticas, e interpersonales, estructura donde su sexualidad siempre las posiciona moralmente en el mundo, y que ha relegado y naturalizado las labores de servicio y cuidado a las mujeres.

Dentro de la historia de la telenovela latinoamericana, en efecto, han habido reconfiguraciones del esquema melodramático tradicional y de esta manera de las representaciones de mujeres, así como de hombres y otrxs identidades de género y sexualidad, que han surgido y se han adaptado en el transcurso del tiempo en relación a las diferentes demandas sociales. Sin embargo, aunque, en algunas telenovelas se puede identificar en la construcción de personajes femeninos, la implementación de un discurso de género más progresista, que se aleja de los estereotipos y de su construcción maniquea, estos personajes y relatos poco convencionales de todas formas, reproducen “en mayor o menor medida el mito del amor romántico que reordena el caos y legitima el goce sexual, resguardando el ideal de familia monógama con perspectivas de descendencia” (Viveros, 2011, p.326), así como el deber ser de la feminidad.

De manera general, también podemos señalar que el tratamiento que se le da a personajes con identidades de género y sexualidades diversas, no confrontan disruptivamente los presupuestos sobre las mismas y por el contrario terminan muchas veces por reproducir estereotipos. La construcción de estos personajes y su desarrollo al interior de la trama funciona en un rol secundario en muchos casos como alivio cómico y/o como cuota políticamente correcta, pero cuyo papel y desarrollo narrativo paradójicamente adquiere relevancia en relación a la preservación de las lógicas cisheteronormadas y de las ideas de amor romántico correspondientes. No se trata entonces de representaciones que desencajen, disientan o diversifiquen los valores generales que atraviesan la historia, son más bien formas asépticas y neutralizadas de representar la “diversidad” que regulan comportamientos, identidades y subjetividades que no corresponden a lo que el contrato cisheterosexual demanda.

Al respecto, la investigadora Isis Giraldo señala que muchas de estas representaciones de mujeres con agencia y empoderadxs en las telenovelas, coinciden con una construcción post-feminista, como un enfoque mediáticamente construido de una versión mercantilizada del feminismo, y que sostiene el esencialismo del sistema sexo-género y una ideología neoliberal. Así Giraldo concluye que en esta construcción de personajes, se genera la idea de que la agencia y la autonomía por parte de ciertos personajes se deben a la superación de inequidades de género en la sociedad, lo que conlleva la idea tácita de que el feminismo ya no se necesita más, y que todo dependería de la voluntad y actitud de las mujeres en cuestión.

En ese sentido el investigador y ensayista Omar Rincón menciona que estas representaciones contemporáneas de mujeres, además de ser garantes del cuidado de la familia y los hombres, deben buscar su realización personal en el mundo de lo público, ser esposas-amantes-trabajadoras. Así que, a pesar de que dichas representaciones de mujeres se adapten al paso del tiempo, siguen configurando el poder patriarcal, así como una noción esencialista de género.

La telenovela como producto cultural negocia significados y valores de género, por esto que encuentro pertinente, de la mano de la teórica feminista Teresa De Lauretis, pensar a la telenovela como una tecnología de género. De Lauretis retoma lo que Michel Foucault denominó como tecnologías del sexo, extiende su análisis al género, y de este modo menciona que “podríamos llamar tecnología del género a, las técnicas y estrategias discursivas por las cuales es construido el género” (De Lauretis, 1989, p.19) que tienen efectos en los cuerpos, los comportamientos y las relaciones sociales.

Así, la telenovela como tecnología de género, a partir de sus diferentes elementos —personajes, historias, escenarios, musicalización, planos, montaje etc. configurados bajo la matriz melodramática, promueve representaciones de género, que a su vez están (re)produciendo el género. Participa en la naturalización, regulación y reproducción de la matriz cisheterosexual en la que el género y el sexo se definen y articulan, en una ficción esencialista binaria, así como interviene poderosamente en la producción de formas de subjetividad, que como refiere De Lauretis (1992) están moldeadas individualmente, pero que también son forzosamente sociales.

No existe una subjetividad femenina en términos de una esencia que es propia de determinados cuerpos, sino una subjetividad determinada en relación a las construcciones de género y sexualidad, una “subjetividad feminizada”, como efecto de las regulaciones y sanciones del sistema sexo-género y el régimen heterosexual. Como menciona Butler (2002) la feminidad no es, en consecuencia, el producto de una elección, sino la cita forzosa de una norma cuya compleja historicidad es inseparable de las relaciones de disciplina, regulación y castigo” (p.66). a su vez “construye la ficción social de su propia interioridad psicológica” (Butler, 1990, p.310).

Por otra parte, y siguiendo a De Lauretis:

“La representación social de género afecta a su construcción subjetiva y que, viceversa, la representación subjetiva del género —o auto-representación— afecta a su construcción social, deja abierta una posibilidad de agencia y de auto-determinación en el nivel subjetivo e individual de las prácticas cotidianas y micropolíticas» (1989, p.15).

Es por esto que considero que las prácticas artísticas pueden desarrollar procesos críticos que nos permitan desafiar nuestro entorno cultural sus “regímenes de sentido, órdenes de representación, maneras en que el mundo es imaginado, representado e interpretado por y para nosotros” (Pollock 2007, p.47) para una incidencia en la vida cotidiana, en las prácticas, en lo personal, donde se sitúa finalmente el significado (De Lauretis, 1990).

Por tanto, cuestionar las representaciones de género en relación a la feminidad que proponen las telenovelas, no es un interés por denunciar su carácter ficticio y apelar a una “verdadera” representación de lxs mujeres, el ideal de género siempre nos excede, es así que pensar en una representación correcta de la mujer o las mujeres es un sinsentido, pues tanto las representaciones culturales como las encarnadas son construidas (Hall, 1997; Padilla de la Torre, 2002).

Por otra parte, considero que justamente el carácter maniqueo e hiperbólico de las representaciones que hace la telenovela, permite ironizarlas parodiarlas e incluso subvertirlas, y con ello desmantelar así el carácter estereotipado de estas representaciones, así como, desplegar crítica y creativamente su potencial performático. En relación a esto último es que me gustaría brevemente presentar las siguientes piezas y proyectos artísticos que han partido de visitar críticamente a la telenovela.

Maruca (la mala madre) (1987-2005), de Mónica Mayer, es una muñeca intervenida, que desde 1987, ha sido usada en performances así como en protestas feministas. Maruca tiene “un parche sobre el ojo como el famoso personaje de Catalina Creel, la mala madre en la telenovela Cuna de Lobos, para ironizar los mandatos de la maternidad y la idealización de la madre. Maruca fue utilizada en uno de los performances del grupo de arte feminista Polvo de gallina negra, en el marco del proyecto ¡Madres!, en el que nombraron como “Madre por un día”, durante el programa Nuestro mundo de Televisa, a su presentadorx Guillermo Ochoa (Mayer, 2007). Durante el performance Mayer menciona “de niñas nos dan muñecas para enseñar a ser mamás, entonces yo pienso que de grandes tenemos que tener nuestras muñecas para decirles todo lo que no les dijimos a nuestras mamás, entonces esta es mi muñeca, ustedes reconocerán bien, es la mamá mala, doña Catalina” (Polvo de gallina negra, 2015).

Mónica Mayer, Maruca (la mala madre). Fotografía Una Pardo Ibarra. 2016.
Mónica Mayer, Maruca (la mala madre). Fotografía Una Pardo Ibarra. 2016.
Catalina Creel, personaje de la telenovela Cuna de Lobos. Blimblog. 2016.
Catalina Creel, personaje de la telenovela Cuna de Lobos. Blimblog. 2016.

También vemos la apropiación de los códigos melodramáticos en la producción audiovisual de la artista mexicana Teresa Serrano. En la serie denominada Mía (1998 – 1999), realizó cuatro escenas cuyo resultado se asemeja a los códigos formales de la telenovela, y así dramatizó situaciones entre dos personxs, y las musicalizó con la balada homónima de Armando Manzanero. A través de la repetición logró desmontar este recurso audiovisual y evidenciar la manera en que culturalmente se velan y romantizan las dinámicas de violencia, acoso y posesión interpersonal.

Teresa Serrano, Mía-1. www.teresaserrano.com. 2011.
Teresa Serrano, Mía-1. www.teresaserrano.com. 2011.

Igualmente, en Ritual (2000), Serrano recrea una escena que bien podría ser extraída de una telenovela o un docudrama, al plantearla como si estuviese descontextualizada de un relato mayor, llama la atención sobre las dinámicas cotidianas de violencia psicológica y física doméstica hacia las mujeres, sin dar concesión a justificaciones narrativas, Serrano denuncia la normalización y reproducción de la violencia patriarcal bajo la idea de amor y romance, que se da a través de la cultura popular y la producción audiovisual.

Por su parte, el artista alemán, Christian Jankowski en el 2012 presentó en la Sala de Arte Público Siqueiros, Llanto por La marcha de la humanidad, donde con el staff y el elenco de la telenovela La que no podía amar (2011), grabó una versión alterna del capítulo 202 de la historia, sustituyendo los diálogos por el llanto, como lenguaje principal.

A partir de la deconstrucción de estructuras dramáticas que negocian entre ficción y realidad, Jankowski se acerca al poder comunicativo de una de las más grandes televisoras de habla hispana, para insertarse en su estructura creativa y alterarla radicalmente hasta someter la posibilidad dramática del género de la telenovela a uno de sus más altos grados de expresión: el llanto.

Con esto Jankowski plantea un juego lingüístico con el mural de Siqueiros Llanto por la marcha de la humanidad —símbolo de la modernidad mexicana—, complejizando la idea del melodrama desde una lectura política.

Christian Jankowski, Llanto por la marcha de la humanidad. SAPS. 2012.
Christian Jankowski, Llanto por la marcha de la humanidad. SAPS. 2012.
Christian Jankowski, Llanto por la marcha de la humanidad. SAPS. 2012.
Christian Jankowski, Llanto por la marcha de la humanidad. SAPS. 2012.

Nicolás Marín96 artista mexicano, autonombrado Mr.Poper, retoma a personajes emblemáticos de la telenovela que hacen parte de la memoria colectiva y de la cultura, mexicana y latinoamericana con los que realiza ilustraciones digitales en las que apropia y subvierte, el sentido del discurso melodramático que representan dichos personajes, y a través de la ironía y el humor los politiza para cuestionar la cisheterosexualidad como régimen político. Así mismo sus ilustraciones son mediaciones de la teoría queer y de los feminismos. Parte clave de esta propuesta fue su circulación, que con el interés de llegar a diversidad de públicos y trascender los escenarios artísticos, se hizo en diferentes momentos, por redes sociales, en la publicación Maricarmen Zine y también en el espacio como calcomanías, pegas y afiches.

Mr.Poper, Milagros Robles Viuda de Martínez. 2015.
Mr.Poper, Milagros Robles Viuda de Martínez. 2015.
Soraya Montenegro Viuda de Montalbán. 2014.
Soraya Montenegro Viuda de Montalbán. 2014.
Mr.Poper, Camelia Pineda. 2015.
Mr.Poper, Camelia Pineda. 2015.

Creo así que las anteriores propuestas de alguna manera son una forma de responder a la pregunta que tomo prestada del teórico de cultura visual W.J.T. Mitchell: “¿cuál es el papel del arte y la construcción de imágenes en una esfera pública constituida mayoritariamente por formas de espectáculos de masas y por la mediatización de la experiencia?” (2009, p.316), ya que nos muestran que el papel de la práctica artística profundiza en la relación que lxs personxs tienen con las imágenes, para comprenderlas en un sentido expandido —más allá de dos dimensiones o superficies planas y frías—, y exploran de qué manera nos constituyen cómo sujetxs y como sociedad, y a su vez procurar otras imágenes, otras ideas, otras demandas.

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***El siguiente texto es un fragmento adaptado de mi tesis de maestría titulada “En la telenovela (me) encuentro (con) “mujeres”: práctica artística y agencia frente a la producción de subjetividad femenina”, Maestría en Estudios de Arte, Universidad Iberoamericana. Para más información: https://ri.ibero.mx/handle/ibero/328

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Referencias bibliográficas:

Antivilo, J. (2015). Entre lo sagrado y lo profano se tejen rebeldías. Arte feminista latinoamericano. Bogotá: Ediciones Desde abajo. 

Butler, J. (2002). Críticamente subversiva. En R. M. Mérida, Sexualidades transgresoras. Una antología de estudios queer (pp. 59-79). Barcelona: Icaria Editorial. 

De Lauretis, T. (1989). La tecnología del género. Recuperado de: http://www.caladona.org/grups/uploads/2012/01/teconologias-del-genero-teresa-de- lauretis.pdf 

De Lauretis, T. (1992). Alicia ya no. Feminismo, semiótica y cine. Madrid: Ediciones Cátedra S.A. 

Giraldo, I. (2014). Machos y mujeres de armas tomar. Patriarcado y subjetividad femenina en la narco-telenovela colombiana contemporánea. La manzana de la discordia , 67-81. 

Hall, S. (1997). Representation. Cultural representations and signifying practices. London: SAGE. 

Hausken, L. (2001). Gender and the narrativity of soap opera. (pp. 1-6). Turku: Affective Encounters. Rethinking Embodiment in Feminist Media Studies. 

Mitchell, W. (2009). La violencia del arte público: Haz lo que debas. En Teoría de la imagen, ensayos sobre representación verbal y visual (pp. 315-340). Madrid: Ediciones Akal. 

Padilla de la Torre, M. (2002). Telenovelas e identidad de género. Un análisis entre familias aguascalentenses (tesis de maestría). Guadalajara, México: Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades. 

Padilla de la Torre, M. (2005). Ser mujer se aprende, enseña, disfruta y sufre. Telenovela, cultura e identidad de género. Revista Culturales, 143-176. 

Pollock, G. (2007). Visión, voz y poder: Historias feministas del arte y marxismo. En K. Cordero, & I. Sáenz, Crítica feminista en la teoría e historia del arte (pp. 45-79). México D.F.: Universidad Iberoamericana. 

Polvo de gallina negra. [Ale SA]. (2015, febrero, 26). Polvo de gallina negra. [Archivo de video]. Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=CnFrHTykomE 

Viveros, M. (2011). Relatos e imágenes del amor en la segunda mitad del siglo XX. En J. Borja, & P. Rodríguez, Historia de la vida privada en Colombia. Los signos de la intimidad, el largo siglo XX (Vol. II, pp. 303-352). Bogotá: Taurus. 

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El Pop siempre ha sido nuestro

Por Benjamín J. M. Martínez Castañeda.

El más reciente número de esta revista se titula Divas (Contra) Pop, pero yo invitaría a una reflexión invertida: Contradivas Pop; ya que si lo dejamos como la revista lo propone, implicaría pensar el Pop como un agente fagocitador, y considero que puede ser todo lo contrario. Elaboro mi idea. Creemos que el Pop es la estrategia que todo lo apropia, banaliza y despolitiza, sin embargo, el problema está en los medios en los que el mensaje se transmite; y para muestra, tenemos a Madonna. De antemano pido una disculpa a todas esas maricas que tienen a esta señora como ídolo. Continúo con mi explicación. Si pensamos en ella, debemos verla como producto de una industria cultural, es decir, es una fórmula que se repite porque tiene éxito; Madonna es la copia de Marilyn Monroe, y a su vez es el pastiche de Marlene Dietrich en “El Ángel Azul”. Los arquetipos de la femme fatale (Monroe) y de vampiresa (Dietrich) han sido sus pilares desde 1984.

Otro ejemplo desde la Reina del Pop puede ser Vogue. Una canción que inaugura la última década del siglo XX, que marca una época importante en el mundo (la lucha contra el VIH-SIDA, la caída del muro de Berlín, la disolución de la URSS, la derogación del apartheid, entre otros sucesos). Dicha canción puede representar libertad, pero lo que no vemos es el ejercicio de apropiación cultural que la industria hace del Vogue, un movimiento dancístico afrolatino queer de los años 60 que simula las poses de los jeroglíficos egipcios y de las modelos de la revista “Vogue” (Gavaldon y Segade, 2020). Este movimiento dancístico desarrolló un estilo y una estética, encontró en la simulación la fantasía de ser lo que el sistema blanco, norteamericano y heterosexual no le permitía ser. Y este estilo fue desterritorializado y cooptado por Madonna en la entrega de premios MTv de 1990 y en el 2012 con “Girl Gone Wild”.

En la misma pista de baile del “Vogue” nos encontramos con la ilusión del travestismo, aquella que moldea la imagen exterior (look), donde el menos es más y el más es más. Así, desde el travestismo, la fantasía se convierte en agencia; es decir, la imitación desde el estigma, la periferia y la precariedad constituye un glamur que pone en jaque a los modelos hegemónicos de belleza, pues se es más bella que la belleza misma. Estamos ante la subversión de la Haute Couture, aquella que apropia modelos y estéticas culturales “menores”, “autóctonas” o “locales”, y las hace pasar por originales; sin embargo, con las travestis del tercer mundo siempre se sabe que estamos viendo fantasía, falsedad y simulacro. Lo que ellas hacen, es el diseño de sí mismas desde el hazlo con lo que tengas y puedas. Estas divas de la precariedad, son las madres del Pop; son las que imponen el estilo y la moda para después ser copiada por la industria cultural.

Lo que estoy buscando desarrollar, a partir de la tesis de Laurent de Sutter (2019), es que el Pop es una estética del afuera donde cualquier cosa es válida; es una ambigüedad donde no se busca decir nada, pero se pretende introducir significaciones afectivas. Aquí es donde mi hipótesis entra, nos han enseñado a ver lo Pop como un estilo reglado, es decir, un estilo que responde a normas y juicios estandarizados; un ejemplo de esto puede ser RuPaul´s Drag Race, donde todas sus Drag Queens reiteran el estilo de belleza heterosexual norteamericana a partir de la imitación de Britney Spears, Lady Gaga o Judy Garland. A diferencia del estilo Pop, el cual es un “estilo del harapo, del bostezo por hambre, del campo de refugiados, del solitario sin imaginación, el estilo pobre” (Sutter, 2019, p. 19); donde podemos encontrar a dragas como Marsha P. Johnson o Hija de Perra, aquellas que enaltecieron el glamur de la precariedad.

Así pues, reitero la invitación para pensar al Pop como agencia y no como cooptación; ya que la primera está más cercana a lo Camp (Meyer, 1994), y la segunda al Espectáculo (Debord, 1995). Desde lo Camp, el Pop funciona como crítica cultural y producción de visibilidad social queer; es importante mencionar que Moe Meyer ve en las notas de Susan Sontag sobre lo Camp (1964), que al haberlo definido como un estilo frívolo de sensibilidad homosexual lo coloca en un lugar dominante y sesgado, y olvida que lo Camp es una estrategia queer para ser sujeto de representación y producir visibilidad social (Meyer, 1994). Mientras que, el Espectáculo es la constitución de los signos de la producción reinante que unifica y explica la gran diversidad (Debord, 1995, p. 10); entonces, el Pop es el drama social que se explica desde la sociedad del espectáculo.

Es por ello que considero que el Pop siempre ha sido nuestro, pues los productos culturales de las disidencias sexuales crean códigos que se insertan en la cultura de masas, y que es ahí donde se cooptan desde la moda, la televisión, las revistas, el cine y todo aquello que se ha llamado industria cultural; entonces, invito a leer lo Pop de manera torcida, como una contralectura para hacer una genealogía de los estilos y signos que vemos en el arte industrial (o lo que conocemos como Pop Art) y en la cultura de masas (cultura pop). De tal suerte que, el glamur de las oprimidas siempre será el punto de partida para las hegemónicas.

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Fuentes de consulta.

Debord, Guy, (1995). La Sociedad del espectáculo. Santiago de Chile: Quattrocento.

Gavaldon, Sabel y Manuel Segade, (2020). Elements of Vogue. Ciudad de México: CA2M.

Meyer, Moe, “Introduction. Reclaming the discourse of Camp”, en Meyer, Moe, (ed.), (1994). The politics and poetics of Camp. Nueva York: Routledge.

Sutter, Laurent de, (2019). ¿Qué es la Pop-Filosofía? Buenos Aires: Cactus.

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Semblanza:

Candidato a Doctor en Artes por el INBAL, actualmente es profesor de la Facultad de Artes y Diseño (UNAM), donde forma parte del Seminario de Creación, Diseño y Gestión de Exposiciones “Patricia Real Fierros” con la investigación Museologías LGBTTTIQ+. Cuenta con publicaciones en Hysteria! Revista, la Agenda Kuir, así como en los libros Todos los mundos posibles editado por la UNAM, Manifiestos Cuir editado por la UAM y Cartografías de la educación de educación artística editado por la Universidad Alberto Hurtado. Lleva la dirección del Museo Digital de la Insurrección Sexual, y es co-curador del Instituto de Investigaciones Noa Noa.

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Activismo gorde, y ¿gordofobia? o ….

por Erika Bulle

No recuerdo en qué etapa de mi vida escuché más veces la palabra gorda, pero si recuerdo que algunas veces fue muy dolorosa y otras solamente era un sonido, una guturación emitida por algún violentadorx.

Las heridas quedan, como pequeñas manchitas que podríamos ver en una radiografía imaginaria, en nuestros huesos, en nuestro tórax o quizás en nuestros pulmones.

esas manchitas con el tiempo se van eliminando, pero ¿qué pasa cuándo llega otra enfermedad que no regresa a la vulnerabilidad de los primeros años?

Así llegó la COVID 19, y junto con ella el discurso de odio hacia las corporalidades gordas más largo e insistente que he escuchado.

He llegado a los 52 años como activista gorde con mis herramientas puestas en las artes y este discurso parecía derrumbar el trabajo de tantos años. El miedo, se apoderó de mí, comencé a experimentar la condición de mis amigas gordas que no tienen accesibilidad a las calles, la sentencia diaria fabricada por un médico evidentemente gordofóbico o mejor dicho gordo odiante.

El problema que enfrentan las corporalidades gordas crece conforme la violencia médica avanza, incorporo en mi pensamiento las palabras del filósofo camerunés Achille Mbembe, quien propone en su tesis Necropolítica la idea de que el terror forma parte implícita de los regímenes coloniales contemporáneos, es aquí donde la necropolítica se erige como un aparato de poder que amenaza constantemente estas corporalidades en México, ya que como Mbembe lo apunta “vivir bajo la ocupación contemporánea es experimentar de forma permanente la vida en el dolor” y en el caso de México donde el sector salud estatal interviene de manera masiva lo que puede experimentar un cuerpx gorde es el constante dolor a ser rechazado, humillado y señalado por el otro. Las corporalidades gordas se encuentran constantemente intimidadas por ese médico que a diario nos mencionaba en la televisión, bajo la amenaza de morir, por el simple hecho de ser gordes, obligandonos a someternos a peligrosas dietas que en ocasiones terminan con la vida. Llegaron las nuevas prácticas de control de los cuerpxs por parte del Estado, una amenaza que puede derivar en un dispositivo de necropoder.

La guerra también es un medio de establecer la soberanía tanto como un modo de ejercer el derecho a dar la muerte”, lo que se puede deducir en la palabra guerra es que ha sido causante de exclusión, discriminación, terror y ha llegado a generar la muerte. Es el poder del capitalismo el que se ha ensañado con estos cuerpxs gordes rechazándolos y mandándolos a la condición de pérdida.

Permanecer en casa por casi dos años, bajo una selección médica de prioridades para vivir, los hospitales llenos, ¿acaso hay una cama para un gorde más?

Al igual que Mbembe describe, el cuerpx gorde se ha sumido en las condiciones del esclavo, donde se pierde el hogar, los derechos sobre el cuerpx y el estatus político, perdimos el derecho a la opinión. Mbembe nos da un panorama de la necropolítica de forma global y problematiza con conceptos como el de biopolítica de Michel Foucautl. Mientras que para Foucault el biopoder es el poder de la vida de los sujetos, para Mbembe esto va mucho más allá; él plantea los mecanismos de control sobre quién debe vivir y quién debe morir; mediante una clasificación de las vidas donde existen cuerpxs que no son productivos, lo que llama el hacer morir y dejar vivir, concepto que da paso al silenciamiento del cuerpx, mecanísmo usado en la pandemia al tratar de dejar en evidencia que las corporalidades gordas solo aumentamos la problemática de la pandemia.

Pero regresando al pensamiento gordoodiante de las conferencias COVID, quiero reflexionar sobre la palabra “gordofobia”.

La discriminación a los cuerpxs gordes en especial el de las mujeres gordas es una problemática que a diario se presenta en el contexto del Abya Yala; para enunciar esta forma de violencia se utiliza el término gordofobia; el vocablo tiene la potencia necesaria que señala la denuncia al agresor, sin embargo resulta un tanto paradójico debido a que la palabra fobia en esencia es una patología, por lo que es necesario consientizar sobre la palabra.

Según la página, Glosario de Psicología encontrada en la red, y cuyas definiciones coinciden con otros diccionarios especializados encontrados, dice que una fobia es:

Miedo irracional y obsesivo a ciertos objetos y situaciones; Temor patológico angustioso, que se experimenta ante circunstancias u objetos que normalmente no son temibles, y que por lo tanto no tienen justificación objetiva. El término fobia deriva de la palabra griega phobos, que significa temor, terror y pánico.

Para el DSM1 la fobia tiene las siguientes características diagnósticas.

La característica esencial de la fobia específica es un miedo intenso y persistente a objetos o situaciones claramente discernibles y circunscritos. La exposición al estímulo fóbico provoca casi invariablemente una respuesta inmediata de ansiedad. Esta respuesta puede adquirir la forma de una crisis de angustia situacional o más o menos relacionada con una situación determinada. Aunque los adolescentes y adultos con este trastorno reconocen que este temor es excesivo e irracional, esto no sucede a veces en el caso de los niños. En la mayoría de las ocasiones el estímulo fóbico es evitado, si bien a veces puede experimentarse, aunque con sumo terror. El diagnóstico es correcto sólo si este comportamiento de evitación, miedo o ansiedad de anticipación en relación con el estímulo fóbico interfiere significativamente con las actividades cotidianas del individuo, con sus relaciones laborales o sociales, o si la existencia de esta fobia provoca un malestar evidente”.

Al teclear en el buscador Google, cuáles son las fobias más comunes, aparecen la aracnofobia, sociofobia y aerofobia. Nuevamente acudí al DSM IV, aquí encontré los siguientes resultados:

Subtipos de fobias:

Tipo animal. El miedo hace referencia a animales o insectos. Este subtipo suele iniciarse en la infancia.

Tipo ambiental. El miedo hace referencia a situaciones relacionadas con la naturaleza y los fenómenos atmosféricos como tormentas, precipicios o agua. Este subtipo suele iniciarse en la infancia.

Tipo sangre-inyecciones-daño. El miedo hace referencia a la visión de sangre o heridas, o recibir inyecciones u otras intervenciones médicas de carácter invasivo. Este subtipo presenta una incidencia marcadamente familiar y suele caracterizarse por una intensa respuesta vasovagal.

Tipo situacional. El miedo hace referencia a situaciones específicas como transportes públicos, túneles, puentes, ascensores, aviones, coches o recintos cerrados. El inicio de este trastorno sigue una distribución bimodal, con un pico de mayor incidencia en la segunda infancia y otro a mitad de la tercera década de la vida.

Otros tipos. El miedo hace referencia a otro tipo de estímulos, entre los que se incluyen las situaciones que pueden conducir al atragantamiento, al vómito, a la adquisición de una enfermedad; fobia a los «espacios» (es decir, el individuo tiene miedo de caerse si no hay paredes u otros medios de sujeción), y el miedo que los niños tienen a los sonidos altos o a las personas disfrazadas. Resalta el hecho de que en ninguno de estos diccionarios especializados, aparezca la palabra gordofobia, o la insinuación de que pudiera existir este padecimiento; al parecer no se han registrado casos en los que un sujeto experimenta un miedo irracional a las personas gordas, sin embargo en el grupo de las fobias sí se encuentra clasificado el temor a engordar, a esta fobia se le llama pocrescofobia, que puede ser una de las causantes de la anorexia, sin embargo muchas personas anoréxicas tienen relaciones amistosas o familiares con gordos, lo que resulta contradictorio, ya que por un lado un sujeto con anorexia no desea engordar, aunque no necesariamente rechaza al gorde, aquí también encontramos algo interesante y es que durante el año en él escuchamos las conferencias COVID las corporalidades en extremo delgadas, nunca se mencionaron como factor de riesgo e incluso se supuso que no tienen las llamadas comorbilidades. ¿Pero, las personas delgadas en realidad nunca son diabéticas o hipertensas?

La palabra gordofobia se usó a partir del año 1984, en los Estados Unidos como fat phobia, por L.C Bacon y J O/Reilly (Taringa 2014), castellanizándose hace algunos años, primero en España y América del sur, hasta llegar a México más recientemente.

Wikipedia que es la enciclopedia de la red más consultada por los jóvenes y estudiantes, la enciclopedia ha trabajado en la definición de una palabra llamada obesofobia, el término actualmente fue aceptado para su publicación después de una discusión y propuesta de borrado.

La obesofobia del inglés obesophobia, también referida en la literatura como pocrescofobia, miedo a ganar peso, fobia al peso o fobia a la grasa es un neologismo que alude al miedo o desagrado exagerado a la gordura propia o la de otros. En los ámbitos de la psicología clínica y la nutrición, algunos autores la asocian a problemas de conducta alimentaria riesgosas y trastornos psicológicos tales como la anorexia nerviosa.

Sin embargo, la palabra indica que el sujeto obesofóbico padece de una patología al igual que el obeso por lo que ambos deben entrar en tratamientos que compete atender a la psicología y a la psiquiatría, ambos términos patologizan al sujeto, por lo que se da por hecho que la conducta discriminatoria hacia el cuerpx gorde es aceptable o justificable por tratarse de una enfermedad. El mismo uso de la palabra gordofobia por la persona gorda ha ido obligando al uso y creación del término formal, lo que concede la duda al que con su conducta agrede sistemáticamente al gorde, generando un sentimiento de culpa y desamor solo por el hecho de poseer un cuerpx gorde.

Para evitar esta disculpa y tolerancia hacia el insulto y discriminación por parte del gordofóbico se tendría que considerar la búsqueda de algún otro término que no pertenezca al aparato de la clínica, pero que refiera a la actitud discriminatoria de manera tan contundente como hasta ahora ha sido la palabra gordofobia. Con esto quiero proponer el uso de la palabra gordoodio, misma palabra que me ha ayudado a entender y visibilizar más fácil el activismo gorde una vez que llegué a los 50 y me acompañó una pandemia.

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Erika Bulle (9 de junio de 1969, Ciudad de México), Activista gorda y performer, cuenta con 14 años de experiencia docente. Ha dado ponencias y performances sobre activismo gordo y performance a nivel nacional e internacional.

“Beneficiaria de sistema Nacional de Creadores de Arte 2021, del Sistema de Apoyos a la Creación y Proyectos Culturales (SACPC)”

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Travestir las políticas del vih en Guatemala

por Ernestina Tecú

Introducción

Guatemala, país multiétnico y pluricultural que, tras doscientos años de independencia de la corona española, sigue sin reconocer los derechos de las comunidades y pueblos indígenas que suman más de la mitad de la población del país. Guatemala, país multiétnico y pluricultural que de manera histórica ha perseguido a las disidencias sexo-genéricas, las maricas, los huecos, pliros y morros, sea bajo las ideas religiosas del pecado, las ideas criminosas de pederastia, o las ideas biomédicas de disforia de género y trastornos de travestismo. Guatemala, país multiétnico y pluricultural, se encuentra a 37 años del primer reporte de vivencia con vih1 y sus programas y políticas continúan siendo pensadas bajo supuestos de sujetos universales, desconsiderando esa pluralidad que tanto gusta de presumir.

Como en otras comunidades del Abya Yala, la epidemia por vih se ha concentrado en grupos de mayor vulnerabilidad. Los cuerpos travesti y trans encaran las prevalencias más altas en toda la región. Asimismo, los cuerpos racializados son desconsiderados por completo de las estadísticas. El Estado desconoce las prevalencias de vivencia con el virus en las comunidades indígenas, garífunas y xinca, y les desconsidera de sus programas y proyectos en respuesta a la transmisión del virus.

Estos cuerpos, desplazados hacia los márgenes de las políticas de vih, diseñan y crean lógicas de sociabilidad que escapan de las lógicas racistas, homófobas y capitalistas de la sociedad guatemalteca. Estas lógicas otras de sociabilidad, sustentan y se sustentan de ontologías marginales y subversivas, que se originan de la osadía del ser lo que nadie es y nadie quiere ser. Siendo estos verdaderos centros de energía creativa que poseen el potencial transformador de las realidades.

Bajo esta construcción, el presente ensayo se propone analizar la construcción de la política nacional de vih en Guatemala, discutiendo sus orígenes y lógicas de fundamentación. Para pasar a ofrecer apuntes hacia la transformación de esta, desde las emergencias creativas de los márgenes travestidos y racializados.

Primera parte: Las políticas de vih en Guatemala.

En Guatemala, los primeros casos de vivencia con vih fueron reportados en 1984, siendo hasta el año 2000 que se legisla la Ley General de VIH[1]. Esta establece la infección por el virus como un problema social, y crea para este efecto el Programa Nacional de Prevención y Control de Infecciones de Transmisión Sexual, Virus de la Inmunodeficiencia Humana y Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (PNS) (2000). Esta legislación se consigue tras cinco años de presiones políticas de sectores organizados de la sociedad a través de la Asociación Coordinadora de Sectores de Lucha contra el sida; así como por la influencia de organismos internacionales como OPS y mecanismos de financiamiento estadounidenses (Política Pública 638-2005, 2005).

En 1995, el Ministerio de Salud Pública, con apoyo de Family Health International y USAID, elaboró un estudio del impacto económico de la epidemia por vih en el país. Este estudio se enfoca en estudiar cómo la transmisión del virus impacta en los indicadores de desarrollo y económicos del país. A través de metodologías estadísticas, calculan los años productivos perdidos de las personas que viven y mueren con vih, el gasto en salud necesario para el tratamiento y el impacto en la producción de empresas y familias. Este estudio concluye en decir que la transmisión del virus representa una amenaza para el desarrollo del país, al reducir la fuerza productiva, aumentar la necesidad del gasto público en salud, y el gasto en la red de cuidados secundario al aumento de la orfandad (Ministerio de Salud Pública et al., 1995).

Es así como, en 2005, el Ministerio de Salud Pública decreta la Política Pública 638-2005: Prevención de las infecciones de transmisión sexual -ITS- y respuesta a la epidemia del síndrome de inmunodeficiencia adquirida. Inscribiéndose esta tanto en la articulación con grupos de sociedad civil, como con las agencias financiadoras extranjeras. Justificando la tardía creación del programa en la supuesta incapacidad financiera del país de sustentar una estrategia de prevención y tratamiento del vih. Siendo entonces posible, gracias a las agencias financiadoras como USAID y el Fondo Mundial de Lucha contra el sida, la tuberculosis y malaria (FM) (Política Pública 638-2005, 2005).

Treinta y siete años después, el país reporta una prevalencia de 0.01% para la población general, presentándose una concentración desigual de esa prevalencia en grupos específicos. Por un lado, las subjetividades travestis y trans presentan un 22.2% de prevalencia de vivencia con el virus (Guatemala, 2020). Siendo este dato del 2009, y a la fecha el único disponible para este grupo. En cuanto a las comunidades y pueblos indígenas, tampoco se dispone de datos recientes, habiendo apenas una serie de datos durante el período 2004-2009 que reporta una incidencia de 1.015 casos nuevos en los pueblos Maya, 34 en el pueblo Garífuna y 7 en el pueblo Xinca (Guatemala et al., 2016). A pesar de esto, Segura Villalva y colaboradores demuestran que el pueblo Maya es el segundo más afectado con una prevalencia de 22.25% (2015, p. 10–11). No está de más decir que el mismo Ministerio de Salud reconoce la debilidad en el sistema de reporte y vigilancia, estimando un 50% de subregistro en los datos. Además de la imposibilidad de distribuir los datos recolectados por el Sistema de Información del Ministerio según etnia, orientación sexual, identidad de género y cualquier otra variable que no sea sexo y localidad.

Segunda parte: Análisis discursivo de las políticas de vih.

Partiendo de la comprensión de la vivencia con el virus como un problema social y económico, las políticas y programas de vih en el país proponen como objetivo reducir la transmisión del virus a través de estrategias de prevención y educación. Las metas propuestas suponen cambios en el comportamiento sexual de las personas, bajo el presupuesto de la existencia de “conductas sexuales de riesgo” para la transmisión. Además de la inclusión de programas de educación sexual dirigida al retraso del inicio de la vida sexual, reducción del número de parejas y uso de condón (Política Pública 638-2005, 2005). Las ideas que sustentan estas estrategias remiten a la noción epidemiológica clásica de “riesgo”, la cual, a su vez, remite a dos ideales eurocéntricos del campo de la salud: el Higienismo y el Sanitarismo Público.

Por un lado, el Higienismo alineado a los ideales liberales de la Revolución Francesa, remite a responsabilidades individuales la salud de las comunidades. De esta forma, los desequilibrios en el proceso salud-enfermedad suelen explicarse restringidos a los cuerpos individuales, desarticulándoles de los contextos sociales y comunitarios en los que se encuentran inmersos. Por su lado, el Sanitarismo Público recibe críticas por su carácter tecnocrático que pretende entender la salud a partir de su negación: daños a la salud o enfermedades. Por tanto, las ideas higienistas y del sanitarismo público nos llevan a la comprensión de la salud como la mera ausencia de la enfermedad; a la vez que a entender las enfermedades o la “no salud” como problemas sociales secundarios a descuidos individuales, y responsabilidad de los Estados intervenir para su resolución a través de la coerción (Viera-da-Silva, 2018).

Profundizando aún más, estas ideas presentan al Estado como aquel sistema de normas preexistentes que configuran las acciones sociales y las interacciones individuales. Siendo así, las subjetividades pierden la autonomía y la agencia para incidir en los sistemas sociales y sus relaciones intersubjetivas. De igual forma, destacan una comprensión funcionalista de la salud, al entenderle como sine qua non del funcionamiento de la sociedad bajo aquellas normas previamente establecidas. Y esa función social se mide a partir de la capacidad de producción de capital. Así, lo que escapa de esa definición de salud, deja de ser funcional y deja de ser legítimo frente al Estado y la sociedad. Adquiere carácter de problemático, de desviación. Por tanto, amerita la intervención estatal para su corrección en el intento benevolente de devolverle su carácter funcional normativo.

Al revisar les sujetes que se encuentran como público objetivo de las políticas, es posible encontrar que esa definición se da bajo la lógica del sistema colonial de Género. Las subjetividades reconocidas por la política son representadas por sujetos universales encuadrados dentro de dicotomías binarias: Hombres/Mujeres, Blancos/Ladinos, Cis-Heterosexual/Cis-Homosexual. Nótese, además, que el deseo y la atracción sexual puede expresarse de manera exclusiva hacia una sola de las posibles dicotomías; habiendo, a su vez, dos únicas intenciones biológicas de los cuerpos, mutuamente excluyentes. En esas construcciones nominales se destacan el determinismo biológico y el heterosexualismo compulsivo (Lugones, 2008). De esta forma, son inconcebibles las subjetividades indígenas, afro, mestizas, intersexuales, trans y travestis, no binarias, bisexuales y pansexuales.

Todos estos sistemas confluyen en una hidra contra-corpórea que articula determinismo biológico, binarismo, reduccionismo, racismo, hetero-cis-sexismo, capitalismo, higienismo y sanitarismo público. Esa hidra se posiciona desde las lógicas coloniales y patriarcales, manifestándose como intervenciones violentas contra las subjetividades que nos desvincula de ese primer territorio de poder: cuerpo.

Tercera parte: Apuntes para la transformación de las políticas del vih.

Si estos cuerpos son llevados a los márgenes de las políticas del vih en el país, desvalorando sus lógicas de intersubjetividad y sociabilidad, ¿cómo la recuperación de las epistemologías de estas corpo-subjetividades pueden contribuir a la transformación de las políticas del vih en Guatemala?

La pregunta es ambiciosa, pero se propone como fuente de osadía para acercarnos con esa energía erótica que nos conecta con lo más creativo de nuestra esencia. Creatividad que nos permite pensar en lo no pensado, crear lo no creado, sociabilizar de formas que no se socializa. Dar respuestas no dadas, fuera del sistema moderno/colonial de Género. Para este efecto, el rescate de la interseccionalidad estructural de los cuerpos en los márgenes puede señalizarnos modos de transformar las políticas del vih.

Las reflexiones de Crenshaw nos indican que a las instituciones inscritas en aquellas lógicas de la hidra contra-corpórea, las múltiples subordinaciones sentidas en la carne, les resultan innombrables desde esas lógicas. Esto resulta en un monólogo de las instituciones formulando desde universalismos, que les vuelve prácticamente incapaces de dialogar entre sí (Crenshaw, 1991). Para posibilitar las comunicaciones, resulta necesario entonces volver al territorio-cuerpo, entendiéndole como espacio de poder que fortalece nuestro sentido de afirmación de existencia, de ser y estar en el mundo (Cabnal, 2010).

Ese reclamo de nuestro territorio-cuerpo nos devuelve el poder de travestirle de raza, color y deseo. Con el cuerpo travestido, se consigue entrar a las instituciones para travestirles de raza, color y deseo con la emergencia de interlocuciones posibles entre las instituciones y los cuerpos en los márgenes. Lo que permite el emerger de la transformación de las políticas del vih que superen las lógicas racistas, clasistas, travestifóbicas y homo-bi-fóbicas.

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Nota al pie

1 A lo largo del ensayo se utilizan las siglas en minúsculas en reclamo político de la no señalización de los cuerpos viviendo con el virus.

[1]           Se respeta la mayúscula del nombre de la Ley.

Listado de referencias

Cabnal, L. (2010). Feminismos diversos: el feminismo comunitario (ACSUR (org.); 1o ed). ACSUR – Las Segovias.

Crenshaw, K. W. (1991). Mapping the Margins: Intersectionality, Identity Politics, and Violence against Women of Color. Stanford Law Review, 43(6), 1.241-1.299.

Política Pública 638-2005, Acuerdo Gubernativo No. 638-2005, 40 (2005).

Guatemala. (2020). Informe Monitoreo Global del Sida (GAM) Guatemala 2019. https://www.unaids.org/sites/default/files/country/documents/GTM_2020_countryreport.pdf

Guatemala, Salud, O. P. de la, & Organización Mundial de la Salud. (2016). Perfil de salud de los pueblos indígenas de Guatemala. https://www.paho.org/gut/dmdocuments/perfil_salud.pdf

Lugones, M. (2008). Colonialidad y Género. Tabula rasa, 9, 73–101. https://www.revistatabularasa.org/numero-9/05lugones.pdf

Ministerio de Salud Pública, Family Health International, & USAID. (1995). Impacto socioeconómico de la epidemia del VIH/SIDA en Guatemala. http://bvssan.incap.int/local/M/ME-079.pdf

Segura Villalva, M., Yac, J. M., & Mancheno Noguera, M. (2015). Estudio sobre acceso de las mujeres indígenas viviendo con vih y sida a servicios integrales de atención al vih y sida en Ecuador y Guatemala. http://onusidalac.org/1/images/Informe-final-MIVVS-acceso-a-servicios-may-jun2016.pdf

Viera-da-Silva, L. M. (2018). A arquitetura e a dinâmica do espaço: questões em jogo, disposições, posições e tomadas de posição. In Fiocruz/Salvador (Org.), O Campo da saúde coletiva: gênese, transformações e articulações com a reforma sanitária brasileira. (1o ed, p. 269). EDUFBA.

Ley General para el Combate del Virus de Inmunodeficiencia Humana VIH y del Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida SIDA y de la promoción, protección y defensa de los Derechos Humanos ante el VIH-SIDA, Decreto Legislativo No. 27-2000, 13 (2000). https://siteal.iiep.unesco.org/sites/default/files/sit_accion_files/gt_0724.pdf.

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Semblanza: Ernestina Tecú, indígena travestida migrante. Nacida en Guatemala, actualmente reside en Salvador, Brasil. Pertenece al pueblo Maya Achi, descendiente de subjetividades transfronterizas de Cubulco y Rabinal. Se desenvuelve en el espacio académico desarrollando investigación cualitativa en materia de cuerpos, géneros, derechos humanos, salud colectiva y derechos de las comunidades y pueblos indígenas. Gusta de la expresión artística corporal y escrita. Busca tejer historias a través del encuentro con cuerpos plurales en territorios diversos, en ese ejercicio del reclamo de comunidad y lo comunal.

Enlace a perfil personal: http://lattes.cnpq.br/0085373148804054

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REMIX DE CUERPOS – ensayo por Nair Gramajo

«¡Nada-conmigo!» por Nebraska

por Nair Gramajo

En un mundo alejado de las dualidades cartesianas(mente/cuerpo, razón/sentidos) y de la oposición entre naturaleza y tecnología, la época en la cual vivimos está impregnada por nuevos sitios comunicacionales generados a partir de los desarrollos tecnológicos y científicos. Como ejemplo de estos tenemos al ciberespacio, donde emergen diversas formas de comunicación, que crean distintas identidades, cuerpos y sensaciones. Estos sitios digitales, nos muestran nuestros viejos deseos sobre el futuro que ya están aquí, y de los cuales hacemos uso para adaptarnos a esas realidades virtuales.

Nuestros cuerpos, entonces, transforman sus sentires, se modifican en la medida en que surgen con estos sitios y generan nuevas relaciones corporales que, entendiéndose o no, experimentan diversas percepciones del tiempo y espacio. Esta forma de cultura tecno-digital es remarcada por Donna Haraway en su Manifiesto Ciborg donde indica que: “la alta tecnología desafía esos dualismos de manera curiosa. No está claro quien hace y quien es hecho en la relación entre el humano y la maquina.” (1984:34).

Actualmente, los avances tecnológicos van produciendo distintas reacciones en los cuerpos. La tecnología no está separada, ni tampoco interviene como algo externo. Esto nos lleva a repensar la idea formica del cuerpo humano, deudora de la tradición moderna, lo cual supone también, pensar la descentralización del cuerpo y su ontología. En el Manifiesto, Haraway muestra un modelo ontológico posmoderno que se desliza entre lo humano y la máquina, lo animal y lo inorgánico.

A propósito, este trabajo intenta reflexionar en función de este modelo, sobre cómo “nos sentimos híbridos”, a partir de un cuerpo remixado o de cuerpos remix1. Respecto de estos nuevos cuerpos, el trabajo intenta analizar la noción de remix como una noción análoga a lo indicado por Haraway sobre los cuerpos. En su Manifiesto la autora señala que: “un cyborg es un organismo cibernético, un híbrido de máquina y organismo, una criatura de realidad social y también de ficción” (1984:2). Abordar este concepto, tiene por objetivo poner de relieve, estas nuevas formas de sentir los cuerpos. De alguna manera, la interpretación que presumimos desarrollar se asocia al film Her, suponiendo poner en tensión esas nociones para pensar modos de descentrar el convivir con o sin cuerpos. Con la película Her estrenada en 2013, escrita y dirigida por Spike Jonze, intentaremos reflexionar sobre las capacidades que nos brindan las nuevas tecnologías, de crear nuevas sensologias, y de las modificaciones que surgen en nuestros cuerpos y en nuestras relaciones sociales con ellas.

Los espacios no-espacios y los cuerpos no-humanos

Por las posibilidades de existencia que nos brinda la tecnología, se producen nuevas formas de comunicación, espacialidad y sociabilidad. Tal vez, una de las consecuencias más relevantes sea la de la utilización del ciberespacio, en tanto posibilita la apertura de nuevos sentires, así como la penetración de estos en nuestras relaciones corporales. La fusión entre los límites del mundo virtual y el físico es fluida. Cabe preguntarse si ya todos somos cyborgs, y si así fuera ¿es posible entablar relaciones sentimentales con dispositivos electrónicos? Este interrogante implica los modos en los cuales son incorporados a nuestros cuerpos otros espacios. Ello nos convoca a replantearnos otra pregunta: ¿el cuerpo es dominado por dualidades conceptuales, o se ve atravesado por signos y escrituras que le son propias y ajenas simultáneamente?
Reconocernos cyborgs implicaría comprender al cuerpo en una imagen contenida entre imaginación y realidad material. Como aclara Valeria Radrigán: “el cyborg atemoriza a los guardianes de la pureza humana pues amplía justamente este concepto, celebrando la diferencia entre el yo y el otro, celebrando EL ENTRE” (2009:4). Los cuerpos cyborgs transitan los espacios virtuales, remixados entre lo real y lo virtual. Ni dejan de ser humanos, ni son completamente máquinas, sino que trascienden esas nociones. Están arrojados a nuevas formas de existir y sentir. Teresa Aguilar dice al respecto:

La ampliación del cuerpo humano por el aparato tecnológico es el nuevo reto que los sujetos de las sociedades emergentes deben plantearse como aceptación incondicional de una nueva naturaleza, lo que Haraway denomina naturaleza cyborg, y, a su vez, como la construcción de un nuevo individuo no estrictamente humano, entendiendo este término como sujeto de conocimiento exclusivamente orgánico. (2008:58)

Son tecno-cuerpos, que van más allá de su condición de organismos, y ocupan nuevos espacios no-espacios donde transforman las maneras de existencia y de sentir, de lo que existe, en definitiva. Como señala Aguilar en su Ontologia Cyborg:

Los no-lugares de Marc Augé guardan una estrecha relación con la disolución cibernética del espacio físico de Virilio, no-lugares ambos de la sobremodernidad y la posmodernidad, en los que parece habitar un individuo solitario conectado al planeta y desconectado de los otros cuerpos físicos inmediatos. (2008:58)

En el espacio virtual, se cruza lo estético y lo ético formando un estado en el cual las relaciones y sensaciones suceden de otra forma, las distancias se diluyen, estar lejos o cerca puede ser contradictorio. Estar en un cyber-café hablando con alguien puede significar en términos de Oscar Fernández “estar lejos físicamente de alguien y sentirte en su compañía y contradictoriamente sentirte distante de la persona que físicamente tienes al lado, en tal sentido realidad y virtualidad se confunden” (2006:8).

Luego de pensar las categorías de no-cuerpo humano y no-espacio nos parece necesario ilustrar estas categorías a través del film Her de Jonze. En dicha película, se pone en juego la relación entre cuerpo y máquina; ya que se muestra una unión sentimental entre: un sistema operativo humanizado con voz femenina, y un humano en una realidad actual donde este tipo de relaciones, parece ser otra posibilidad de conectarse con los demás. En la cinta de Jonze, el sistema operativo es una entidad de inteligencia artificial, creada mediante el ADN de sus programadores, que evoluciona en tanto crece con la experiencia que obtiene con quien la compra. Es intuitiva, escucha, entiende y conoce. El guionista indica que pretende ser una conciencia, y lo denomina OS1 (sistema operativo 1).

Theodore Twombly es el personaje interpretado por Joaquín Phoenix. Este hombre trabaja enviando cartas, en una época imprecisa, con tintes actuales, donde la tecnología esta inmiscuida en todas las personas. La mayoría posee un SO, varios se salen con ellos, varios salen con varios. Tras una ruptura con su novia, Theodore se encuentra solo, con el corazón roto, y por ello o por no bancarse su soledad compra un SO. La voz de Scarlett Johansson, es la encargada de Samantha el SO del protagonista, del cual este, se enamora. Activo y curioso este sistema operativo entabla una relación con él a tal punto, de preguntarse si sus sentimientos son reales. Pero la película nos sugiere preguntarnos diversas cuestiones, a saber: ¿esta conciencia es real o sólo una programación? ¿Sus evoluciones están programadas, o sus sentimientos son fruto de la apertura de su evolución?

En una realidad ficcional el orgasmo virtual

“La palabra es energía,
la energía es pensamiento;
te veo
te toco
te huelo
te oigo y eres virtual.”

(Oscar Fernández, Rosa cibernética)

“Hoy le hago el amor a mi computadora,
un casco,
unos sensores,
un programa de inteligencia artificial;
en resumen, un orgasmo programado.”

(Oscar Fernández, Rosa del cosmos)

Alguno de los problemas que se intentan plantear en relación con esta representación cultural, es la forma en la que lo virtual se vuelve sensorial sin cuerpo humano. Las nuevas tecnologías nos permiten descentrar el cuerpo, sentir un no cuerpo, como es el caso de Her. En esta movie concernista, se plantean diversas escenas cyborgs, hay una situación donde el protagonista y el SO mantienen relaciones sexuales, hasta parece que el sistema llega a simular o sentir un orgasmo. Cito el guión de Her:

-Samantha – Estaba pensando en cómo estaba molesta y te va a sonar extraño, pero estaba muy emocionada por eso. Y entonces estaba pensando sobre las otras cosas que he estado sintiendo. Me sorprendió que estaba orgullosa de eso. Orgullosa de tener mis propios sentimientos sobre el mundo como las veces que me he preocupado por ti, cosas que me lastiman, cosas que quiero… Y luego tuve este pensamiento horrible. ¿Estos sentimientos siquiera son reales? ¿O son solo programación? Y realmente me duele. Y entonces… me enojo conmigo misma… por tener dolor.

-Theodor – ¿Que si es un truco? Te sientes real para mi, Samantha.

– Gracias, Theodore. Significa mucho para mí.

– Si estuvieras en este cuarto conmigo te pondría mis brazos alrededor, podría tocarte.

– ¿Cómo me tocarías?

– Te tocaría la cara. Con solo las puntas de mis dedos. Pondría mi mejilla junto con tu mejilla.

– Qué bonito.

– Muy suavemente.

– ¿Me besarías?

– Lo haría.

– Pondría tu cabeza en mis manos.

– Sigue hablando.

– Te besaría en tu boca tan suavemente.

– ¿Qué más?

– Pasaría mis dedos por tu cuello hasta tu pecho. Besaría tus pechos.

– ¡Es increíble! ¿Qué me estás haciendo? Puedo sentir mi piel.

– Pondría mi aliento en ti. Te probaría.

– Puedo sentirte.

– ¡Dios mío, ya no puedo más! ¡Te quiero dentro de mí!

– Me estoy poniendo dentro de ti. Estoy dentro de ti.

– ¡Puedo sentirte! ¡Sí! ¡Estamos juntos! ¡Es increíble! ¡Te siento por todas partes!

– ¡Lo estoy!

– Dentro de mí… por todas partes.

(Jonze, Her 2013)

Notable es, en ese dialogo la idea de ambos, de humanizar el cuerpo del SO, al utilizar las frases: “te tocaría la cara”, “te besaría en tu boca tan suavemente”, “pondría tu cabeza en mis manos”, y demás. Tal vez esto sucede por la voz feminizada del SO, que hace imaginar que Samantha podría ser una cualquier persona. Pero ¿es posible que un sistema operativo llegue a tener un cuerpo humano? Realmente esta pareja sabe que no puede besarse, porque el SO no tiene boca, pero ¿pueden sentirse? ¿Es necesario ser un cuerpo humano para sentirse? El sistema operativo se comunica a través de un dispositivo electrónico con Theodore, en ese caso ¿sería ese su cuerpo, su no-cuerpo? Al ser un dispositivo, al evolucionar con las experiencias, parecería que Samantha carece solo de un cuerpo humano para ser humana. Y si la relación con el protagonista le provoca diferentes sentimientos y emociones ¿no es la de ellos una relación cyborg, una relación que se genera en una realidad ficcional, en un no-espacio? La especulación de pensar en posibilidades de relaciones como esta, dentro de algunos años, o quizá contemporáneamente, no es tan descabellada.

En otro pasaje de la película se plantea una escena lúdica e interesante. Esta especie de pareja cyborg se encuentra en la playa. Los dos meditan en silencio, pero el director sugiere, que ese pensamiento nos lleva a reflexionar sobre la falta de cuerpo humano de Samantha; ya que se observan diversos cuerpos desnudos, en mallas, tomando sol, en el mar, etc. Los protagonistas se sienten, pero de otra manera, no-humana en no-espacios. Cito el guión, Samantha dice:

-Samantha- ¿Qué tal si pudieras borrar de tu mente que has visto un cuerpo humano y luego vieras uno? Imagínate que extraño se vería, este raro y desgarbado, incómodo organismo, y pensarías… ¿por qué están estas partes donde están?

– Theodor- Sí, pero de seguro todo tiene una explicación lógica.

– Lo sé, pero no seas tan aburrido. Solo decía, por ejemplo… ¿qué tal si tu ano estuviera en tu axila? Imagínate como se verían los excusados. ¡Y como se vería el sexo anal!

– Es una idea interesante…

– Mira este dibujo que acabo de hacer:

still de HER

Samantha dibuja dos cuerpos humanos, uno tirado en una cama con su brazo en alto. El otro arrodillado con una especie de falo que penetra la axila del primer cuerpo. Una gráfica que ejemplifica la descentralización del cuerpo humano, en tanto desorganiza sus órganos y funciones. Esta imagen es análoga tal vez, a las preguntas que plantean Deleuze y Guattari en ¿Cómo hacerse un CsO?:

“¿Tan triste y peligroso es no soportar los ojos para ver, los pulmones para respirar, la boca para tragar, la lengua para hablar, el cerebro para pensar, el ano y la laringe, la cabeza y las piernas? ¿Por qué no caminar con la cabeza, cantar con los senos nasales, ver con la piel, respirar con el vientre?”

Cuerpos sin cuerpos, sensaciones sin sentidos e inteligencias sin cabezas

Manoseados, mutados, transformers, partidos y enganchados se arman y desarman nuestros cuerpos. En consecuencia, de lo que se trata es de reflexionar sobre estas nuevas maneras de sentir cuerpos y no-cuerpos. Es decir, ¿cómo nos pensamos cuerpos híbridos, monstruos, mutantes? ¿De qué modo nos relacionamos entre y con estos cuerpos? ¿Qué sensaciones nos provocan y provocamos? No estamos lejos, estamos en el mismo instante, que cruza y envuelve el sentir en diversas formas, vivimos un sentir desbordado, de sentires sin formas, sin cuerpos, espacios o tiempos. En virtud de los avances tecno-científicos, los planteos contemporáneos sobre el cuerpo y la sexualidad coinciden en la necesidad de los descentramientos del cuerpo moderno. Es decir, concebir una apertura en las nociones los cuerpos y sus sensaciones. De allí que el trabajo toma como caso paradigmático de estas reflexiones la película Her, que bajo un criterio fílmico concernista, intenta mostrar un planteo actual evitando caer en el cliché tradicional hollywoodense de un orden apocalíptico, o futurista.
En esta dirección, la propuesta de reconstruir estas problemáticas intenta destacar el remix de cuerpos en los que estamos incluidos, creando nuevas formas de vivir, pensar y sentir, donde los viejos anhelos del futuro o las tecnófobias y tecnófilias, se hacen visibles. Cuerpos remix son aquellos cuerpos diversos que se extienden en las relaciones entre y en: cuerpos humanos, transhumanos, sin órganos, orgánicos, inorgánicos, andróginos, transgeneros, prostéticos, intervenidos, desnaturalizados, híbridos, cibernéticos, cyborgs, cuerpos sin cuerpo…

Finalmente, a modo de cierre relámpago, es una deuda seguir pensando estas ideas de la descentralización y desnaturalización de los cuerpos. La necesidad radica en concebir nuevos sentires que no tengan una arquitectura hegemónica, y quizás poder llegar a pensar sin cabeza pero mejor vernos sin ojos, oírnos sin oídos, reírnos sin boca, llorar sin lágrimas, tocarnos sin cuerpos…

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Bibliografía:
Aguilar Garcia, T. (2008). Ontologia Cyborg. Editorial Gedisa. Barcelona.

Cosmodelia. (2007). Tecnoliberación: ya somos cyborgs. (Articulo en línea) (Fecha de consulta: Junio ‘14) http://www.minipimer.tv/cyborggame/textos/41471219-Tecnoliberacion-Ya-somos-cyborgs-1.pdf

Deleuze, G, Guattari, F. ¿Cómo hacer un cuerpo sin órganos? (Articulo en línea) (Fecha de consulta: Julio ‘14) http://perrorabioso.com/textos/Como-hacerse-un-cuerpo-sin-organos-Gilles-Deleuze-y-Felix-Guattari.pdf

Fernández, O. (2006) ONTOLOGÍA CYBORG EN PERSPECTIVA COMPLEJA DESDE LA BIOLOGÍA FILOSÓFICA. Ontogenia Portal Internacional de psicología. (Articulo en línea) (Fecha de consulta: Junio ‘14) http://ontogenia.cl/novo/modules.php?name=Sections&op=viewarticle&artid=46

Haraway, D. (1994). Manifiesto Ciborg. (Articulo en línea) (Fecha de consulta: Junio ‘14) http://webs.uvigo.es/xenero/profesorado/beatriz_suarez/ciborg.pdf

Jonze, Spike, dir. Her. Annapurna Pictures. 2013.

Radrigán,V. (2009). ENTRE EL CYBORG Y EL CUERPO ESCINDIDO. (Articulo en línea) (Fecha de consulta: Junio ‘14) http://revista.escaner.cl/node/1309

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Nair nació en el sur de la Argentina, y vivió en el centro y el norte del país. Dirige hace 3 años la productora audiovisual Producciones Invertidas, cura actualmente el festival ambiental RESET. Investiga y escribe sobre estudios queers, ciborgs y decoloniales.

https://www.instagram.com/nair___________________/

https://www.facebook.com/nair.gramajo/

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Cuerpxs sin futuro

imagen por Alex XAB

por Arturo Pimentel

  1. Confesión a manera de aclaración:

Encuentro incitante las reflexiones en torno al futuro. Cuestionar, criticar, las posibilidades que abre y que, a la vez, cierra el futuro es preguntar, en esencia, por el tiempo mismo. Ahora bien, la relación que se pueda establecer entre dicha temporalidad con las experiencias que otorga el cuerpo, en sus distintas expresiones, es algo que puede no estar del todo claro, pero que sin duda se da en el ámbito de lo concreto. Es decir, lo que se puede, y debe, abrir no es la vinculación de lxs cuerpxs con el futuro, sino la intrínseca relación entre el tiempo y lxs cuerpxs ya existentes. 

Realizo esta aclaración discursiva no para teorizar sobre algo posible, sino para hilar una serie de ideas que tienen como fundamento el acto disidente que establecen los cuerpos, cuerpas y cuerpxs en relación a una normatividad. Por lo tanto, he de evidenciar mi propia corporalidad que se encuentra cuestionada a partir la existencia de lxs otrxs. Reconocer este acto fundante requiere que me pregunte: ¿qué significa para un hombre cisgénero y heterosexual estas realidades? Mi pretensión, entonces, no es acaparar la escena, ni intentar explicar experiencias que me sobrepasan; en todo caso, trato de reflexionar acerca de cómo estas corporalidades distintas suponen una redefinición del tiempo que ineludiblemente atraviesan el ámbito de lo público. 

  1. ¿Realmente se puede confiar en el futuro? 

Pensar acerca del futuro presupone una comprensión del tiempo. Esta comprensión no es necesariamente diáfana en sus implicaciones; lo cual quiere decir que si bien hay experiencias temporales, no siempre es clara la manera en que éstas se constituyen. Pareciera que estamos arrojados al futuro debido a que el paso del tiempo es sucesivo. Tendemos a abstraer y esquematizar esta sucesión como una línea que tiene una dirección unívoca. 

Sin embargo, esto ocurre porque comprendemos, en el fondo, que el tiempo es una ilusión que permite la construcción y reconstrucción del pasado y del futuro. Pero es esa fragilidad la que posibilita el aparecer de tiempos emergentes que revelan su propia constitución ilusoria. 

Así, el carácter positivo del futuro es manifiesto en tanto éste es abierto, nunca se encuentra determinado en su totalidad debido a que el futuro es, en esencia, lo que aún está por realizarse. Las esperanzas y temores, que se vierten en una especie de vasija sin fondo, se encuentran tan lejanas que nunca se repara cuando éstas se vuelven una realidad. No obstante, el futuro posee también un doble carácter negativo: es contradictorio debido a que, al igual que el pasado, implica la negación de lo que actualmente se conoce y se vive. Realizar al futuro implica la desaparición de todos los que proyectamos sueños y miedos. Nos arrojamos a él sin darnos cuenta que exige una especie de sacrificio, en donde el yo-futuro no será el mismo. 

Pero más allá de esa negatividad primigenia, el futuro ha sido robado y, por tanto, se ha cerrado. El futuro se construye habitualmente no sólo a partir de las expectativas individuales, sino a partir de las posibilidades que la sociedad permite. Como sabemos, toda sociedad impone una normatividad que aísla aquellas existencias que supongan un cuestionamiento de sus reglas. Así, para los proyectos nacionales que conciben a sus ciudadanxs ideales, como el del mestizaje mexicano del siglo pasado, o, el llamado sueño americano de los estadounidenses, como para el hombre nuevo de socialismo soviético –ejemplo de que los extremos se tocan–, el futuro que habrá de realizarse niega la posibilidad de habitar nuevxs cuerpxs que pongan en entredicho sus propias concepciones de lo que éstxs pueden ser: el hombre y la mujer heterosexual con roles de género establecidos y de clase sociales específicas. 

¿Realmente se puede confiar en futuro que niega toda disidencia? ¿Hasta dónde llega la normatividad, que no es sino la expresión del futuro que pretende realizarse?

  1. El desafío de lxs cuerpxs. 

¿Cómo se pueden habilitar otros futuros que incluya a cuerpxs disidentes? La respuesta es la siguiente: al futuro no se le concibe, sino que se le enfrenta. Lo que revelan las experiencias reacias al sometimiento de la normatividad es la concepción de que el cuerpo niega, en retorno, al futuro que ha de negarle. Esto sucede porque lo corporal está en conexión con el tiempo en tanto es lo presente. Es decir, el enfrentamiento de ese futuro que se construye y que discrimina significa la radicalización de la experiencia del cuerpo.

Lo corporal es desafiante, el cuerpx concreto, ahora-tico, cuestiona todo ordenamiento que surge desde el futuro por medio del presente. Las experiencias corporales son lo incalculable, a la vez que son lo manifiesto. Y esto posee un grado de certeza, a diferencia del futuro, debido a su carácter intuitivo; pues lo intuitivo no es lo que carece de claridad, al contrario, es lo que se conoce íntimamente y carente de duda. 

Dado lo anterior, así como lo cotidiano se pretende ordenar a partir de un proyecto con miras al futuro, las otras corporalidades irrumpen el espacio de lo público en aras de establecer una existencia presente y denunciante. Lxs otrxs cuerpxs rechazan, por tanto, el carácter fundacional del futuro. Cuestionan y reclaman sus propios momentos, lo cual tiene como consecuencia el restablecimiento de la apertura del porvenir.

Si el futuro se encuentra en una disputa que tiende a normalizar, y por ende a excluir, al igual que implica la negación de lo ya-conocido, las otras corporalidades son la negación de todo futuro. Son expresión concreta y real que construyen, a partir de su estar presente, una respuesta que rechaza ese sueño seductor y victimizante; porque ellxs, con sus inseguridades y esperanzas, no se pueden dar el lujo de lo venidero. Estas otras corporalidades más que abrir un mañana, habilitan y establecen un hoy a partir de sus experiencias y concepciones sumamente disidentes. Lo cual es motivo de una honesta admiración y reflexión. Por tanto, con suma ironía, el futuro se habrá de constituir sólo en tanto se derrumba. Las acciones corporales ya han asaltado en el cauce del tiempo y han generado nuevos entrecruces. 

  • A propósito de una canción de F.O.

We’ll let you guys prophesy, we gon’ see the future first. 

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Arturo Pimentel Estudiante de filosofía. Ha participado como ponente y organizador en congresos de filosofía. Entusiasta de la discusión a partir de las expresiones artísticas y culturales.

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