Por Rubém Maldonado a.k.a. Escalera
Rubén Maldonado a.k.a Escalera. (México D.F.)
Por Rubém Maldonado a.k.a. Escalera
Rubén Maldonado a.k.a Escalera. (México D.F.)
¡Una celebración a la vulva, como elemento simbólico, político y como productora de placer!
Por Rosa Borrás
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Rosa Borrás. Ciudad de México, 1963. Estudió Diseño Gráfico en la Escuela de Diseño del Instituto Nacional de Bellas Artes, EDINBA (l981-86) y artes plásticas en el Massachusetts College of Art (1989-94). Cursó el diplomado en Gestión Cultural Ibero Puebla (2008). Asistió a talleres de grabado con Leticia Ocharán (1983-85), Oscar Gutman, (1998), Leticia Tarragó, (2000) y Alejandro Pérez Cruz (2013). Cuenta con 22 exposiciones individuales y más de 43 colectivas dentro y fuera del país. Su obra se encuentra expuesta en el Museo de Mujeres Artistas Mexicanas (MUMA). Creadora y gestora de varios proyectos independientes y autogestivos, entre ellos Estudios Abiertos Puebla Cholula (2010, 2011 y 2012). Inició y coordinó la réplica de Bordando por la paz, una víctima un pañuelo en Puebla (2012 -2013). Fue curadora y coordinadora del portal de arte feminista Provocarte (2014-2015). Ha publicado obra gráfica en las revistas de la UNAM, Crítica BUAP, Elementos BUAP, y Gaceta U.V. Actualmente es colaboradora y estudiante del Universitario Bauhaus, en la ciudad de Puebla.
por Paulina Moreno y Héctor Jardines
ROSA
Me nacen flores, me lleno de ellas.
Respiro de su esencia, alegran mi ser.
Suaves pétalos resbalan por mi cadera y dentro siento las espinas desagarrarme; tanta feminidad es abrumadora, me hace sangrar y preguntarme ¿lo bello es femenino?
Sólo me meto flores para saber cuánto puede estar dentro de mi, sentir sus texturas en mis paredes húmedas.
¿Podría engendrar una flor, una rosa roja que no muriera y me recordara la belleza de la juventud, la fragancia de mi ser y el brillo de la vida?
¡Cómo aceptar el fin de la vida!
¡ENGENDREMOS FLORES, HERMANXS!
RAÍZ
Tan profunda como la quieras encontrar,
deshagámonos de nuestra historia y memoria sin nosotros,
las raíces las tengo para beber agua.
Agua de ti.
CONCHA
La bella violencia de la vida, la simplificamos a la guerra, a los golpes, a oprimir, para poder sentir que somos alguien ¿cuándo vamos a poder sentir, entender y ver la verdadera esencia de las cosas, la tierra, el aire, el mar y el fuego de las cosas?
Todo lo reducimos a palabras que toman miles de sentidos, que alborotan nuestra mente, nos toma la locura y nos deja mudos con temor a enunciar cualquier palabra.
(Es una tontería entonces escribir que la palabra nos deja mudos) Aquí la escribo, aquí donde se quedará en un romántico y estático siempre.
ALACRANA
AMOR…amor que nunca es siempre, que siempre es nunca y queremos ninguna certeza, pero el corazón y cuerpo del otro en nuestras manos y gritamos ¡amor libre! creyendo que es entregarse a cualquiera que nos encante y después nos escucho llorando a nuestra dignidad, herida (así como nuestros antepasados, entregamos y al final somos abandonados y saqueados) damos de beber al mezquino.
Pensemos que si vamos a dar de beber, que sea veneno para que con justa razón nos llamen:
¡PUTAS! ¡AMOR LIBRE!
Recorreremos sus cuerpos con nuestras manos, nos escurriremos en sus espaldas y cuando crean tenernos, los sorprenderemos con un pinchazo en el glande y ahora quiero escucharlos decir:
¡PUTAS! ¡ERES MIA! ¡AMOR LIBRE!
Matan en el intento de la pertenencia…
¡NUNCA SEREMOS SUYAS!
Espejo/regadera
Baila conmigo en ésta oscuridad que nos envuelve, quizás juntos podamos encontrar esa luz de la que todos hablan.
Si no, sólo ten tu mano, aquí junto a la mía, no me mires, sólo sostén mi mano y tratemos de encontrarnos en esta oscuridad o luz que no deja vernos a los ojos.
Mantengaos el ritmo, el que sea, el nos lleve, el que te lleve, el que me lleve, solo no sueltes tu mano, no soy sabia, no soy guía, grito, grito y floto en llanto.
¿Y si es violento? ¿y si perdemos nuestras manos?
Si yo perdiera la tuya, la buscaría, aunque sin ti puedo existir…
¡Toma mi mano y gritemos juntos!
EVA
Eva, al final Lilith venció en tu ser, al fin decidiste dejarte vencer por el saber.
Saber deseoso que escurre por mis manos y se convierte en agua dulce que me humedece todo el cuerpo, siento los muslos temblar y la voz se me corta.
La forma en la que te curveas y envuelves mi cuerpo, hace que el durazno gotee, gotee, gotee, ¡quiero saber más!
Devórame fruto de placer.
HAZME GOTEAR
Tu serpentear no me atemoriza, mas tu mirada me hace temblar ¡que terror! ¡que placer entregarse a aquella piel suave y jugosa!
Crece en mi, placer del saber.
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Idea original de
Héctor Jardines Alavez y Paulina Moreno Gutiérrez
Con todos los derechos reservados
por Karla Monterrosa
Título: Timeline (Biografía), Año: 2016
Tecnica: Animación 2D
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por Ángeles Ciscar Ponce
En estas líneas me gustaría hablar del trabajo de la artista Liz Misterio tratando de hacer un breve análisis de una de sus obras. Para ello voy a utilizar una estrategia comparativa entre el famoso cuadro L’origine du monde de Gustave Coubert y la pieza de Liz titulada El Regreso de Ana Suromai.
Ambas piezas comparten un objeto de representación, la vulva femenina, pero con intenciones muy diferentes tanto en su concepción estética y formal como en su significación y discurso. El breve análisis comparativo de estas dos obras me permitirá destacar las diferencias de concepto que encierran las dos posiciones arrojando de ese modo luz sobre algunos de los aspectos fundamentales de la obra de Liz.
Bajo mi punto de vista, la diferencia fundamental entre la representación de Coubert y la vulva de Liz reside en que en el primero la vulva es un objeto penetrable y expulsador de vida. En el caso de Liz también es un objeto, pero aquí encarna la reafirmación del género femenino como entidad autónoma lejos de definirse a través de la mirada del otro o por su función biológica. Podríamos nombrarla «la vulva política».
Hablemos, antes que nada, del fundamento de la tradición histórica sobre el que se apoya Liz para realizar esta pieza: el gesto ritual de Anasyrma.
“Es un término griego que alude al gesto de levantarse la falda o el kilt. Se usa en relación con ciertos ritos religiosos, el erotismo y las bromas lascivas […] No tiene relación con los gestos físicos típicos del exhibicionismo, pues estos tienen el objetivo implícito de excitar sexualmente al exhibicionista, mientras el anasyrma se hace solo por su efecto sobre los espectadores.
El anasyrma puede ser una exposición deliberadamente provocativa de los genitales o las nalgas desnudas. […] En muchas tradiciones este gesto tiene también un carácter apotropaico, como una burla hacia un enemigo sobrenatural.”1
Este gesto es un gesto voluntario, un gesto ritual que, asociado a lo grotesco, queda lejos de lo erótico. Un gesto impuesto por la mujer poseedora de la vagina. Así pues, un gesto de reanimación que, aunque exige una mirada ajena para que cumpla su cometido, no tiene intención que agradar, complacer o seducir al otro, sino, justo lo contrario: ahuyentar, espantar, causar risa, invocar… en todo caso poner en jaque mate al que mira.
A L’origine du monde, desde 1866, año en que fue pintado por Gustave Coubert, le ha perseguido más de un siglo de vida vergonzante. Incluso bien avanzado el siglo XX, el cuadro seguía siendo considerado de contemplación privada. No es hasta 1988 en el marco de una retrospectiva del autor en New York cuando éste se exhibe públicamente por primera vez. Después, cuando empezó a mostrarse en el Museo de Orsay de París, con una vigilancia especial en la sala, por temor a las reacciones del público. Cabe destacar que el título El origen del mundo, le fue asignado muchos años después de su factura. No sabemos que título le dio Coubert y desde esta premisa podemos sospechar dos cosas: el título quiere destacar la función biológica de la mujer o bien funciona como un eufemismo para no nombrar lo supuestamente vergonzoso.
Es normal que para tratar de explicarnos este fenómeno lo primero que nos venga a la cabeza sea pensar en el contexto social, político y cultural en el que nació la obra. Este periodo histórico fue un momento revolucionario. El mismo Coubert es visto así, no sólo en el area de las artes, donde se le nombra el máximo representante de realismo; sino también en el ámbito social. Coubert fue una persona comprometida, activista democrático, republicano, cercano al socialismo revolucionario. Sin embargo, a pesar de este germen revolucionario, podemos opinar que la sociedad de la época no estaba avanzada en muchos de sus aspectos como para no resultar escandalizada por una imagen como es esta obra.
Pero ¿solo este argumento justifica tanto pudor con esta imagen? Si el cuadro produce pudor, no es sólo por un contexto histórico, social y político, sino por cómo representa la vulva, es decir, cuál es su resolución formal y lo que implícitamente arroja a nivel de ideario o creencia.
Es importante también hablar del punto de vista adoptado por los dos artistas a la hora de componer sus imágenes. Coubert adopta un punto de vista bajo y muy cercano al objeto. Como si su cabeza, y ahora la del espectador del cuadro, estuviese casi entre las piernas de la mujer. Los labios semiabiertos y rojos de la vulva invitan a ser acariciados, incitando a la penetración. Un pastel para ser comido. Hablamos de un objeto representado para causar deseo y en concreto deseo sexual; el punto de vista ayuda a este menester.
El punto de vista en las imágenes de Liz es totalmente diferente, muy lejos de la intención de mostrar un objeto de deseo. La distancia entre el cuerpo de la mujer y el objetivo de la cámara que lo retrata es considerable: el punto de vista es frontal de forma que la vulva no queda expuesta desde abajo nunca.
Otro de los aspectos destacables de la composición de las imágenes tiene que ver con la posición del cuerpo representado y, por ende, con la actitud corporal representada. En Coubert, la mujer está tumbada apoyando sus piernas y su espalda sobre una superficie horizontal, con las piernas abiertas. Esta posición es de reposo, es un cuerpo indefenso, vulnerable y expuesto. Nada más lejos de la imágenes planteadas por Liz en las cuales el cuerpo se pone de pie sobre sus dos piernas abiertas triangulando con el suelo en un equilibrio firme. Un cuerpo capaz de reaccionar rápidamente ante cualquier eventualidad. Hablamos de dos extremos del actitud corporal, del cuerpo inerte de Coubert al cuerpo guerrero de Liz.
En la relación fondo-figura, Coubert nos muestra una mujer mutilada por el marco del cuadro. Brazos, cabeza y piernas no existen, dando todo el protagonismo a la vulva y en segundo lugar a los senos. Esta composición obedece al estereotipo sexual de la mujer que la tradición ha construido y que de forma evidente todavía está vigente en nuestros días. Es una imagen que pretende excitar el deseo sexual de los varones.
En las imágenes de Liz, el cuerpo y la vulva desnuda ocupa una parte pequeña de la composición de la imagen, ni si quiera la mitad del encuadre. Es tan importante el gesto como el lugar donde se realiza pues la dota de significación al gesto y por lo tanto a la imagen. No pretende seducirnos, ofrecernos un objeto de deseo, sino mostrarnos su vulva para que comprendamos su actitud de disconformidad ante lo que representa el fondo: edificios emblemáticos de la Ciudad de México, que albergan instituciones que simbolizan el poder que gobierna, por ejemplo, el Palacio Nacional en el Zócalo capitalino.
Por último me gustaría destacar la diferencia existente entre la relación objeto/sujeto representado.
Coubert es un vouyer que nos incita a serlo también. Retrata un cuerpo inerte, pillado infraganti y nos lo ofrece para nuestro deleite. Ofrece el cuerpo de alguien sin exponer el suyo y sin tener en cuenta la voluntad de ese cuerpo retratado. No se trata del retrato del cuerpo de una mujer, sino de un objeto de deseo ofrecido a su público y a sí mismo.
Liz retrata su propio cuerpo: lo brinda con total voluntad. Su vulva es femenina ya que está apegada a su función biológica; pero también es política en tanto que ciudadana de una sociedad que dicta normas. Nos habla de su disconformidad con estas normas que rigen desde la vida privada a la más pública. Normas que dice cuales son los roles de cada género, qué es lo admisible y lo perverso, qué es lo loable y lo vergonzoso, etc.
Liz se levanta la falda y nos enseña su pelvis como gesto grotesco de protesta. Ahora bien, esto también lo podría hacer mostrándonos las nalgas, o blandiendo una pancarta, entonces ¿por qué su vulva? Porque el aparato genital le da una identidad dentro de esta sociedad de la cual se burla para criticarla. Se burla del molde femenino impuesto, cuya máxima representación encontramos en Coubert, pero sin renunciar, aniquilar, obviar o despreciar su condición de mujer. Reafirma su vulva y muestra la interpretación que de ella hace ella misma lejos del molde conformado por la mirada ajena del otro o por la tradición impuesta.
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Ángeles Ciscar Ponce. Artista visual española residente en México. Su marco de acción artisco es el perfomance y la videoinstalación. La tecnología interactiva ha estado presente en sus últimas obras. Con ella implica al público en una experiencia vivencial y emocional a través de la cual desarrolla su discurso casi siempre referido al cuestionamiento de la realidad en términos cognitivos y socio culturales.
Sus piezas son dispositivos lúdicos, metáforas que ponen de manifiesto que la realidad es una construcción, una suma de fragmentos seleccionados desde el acondicionamiento que produce el contexto social y cultural en nuestros procesos de pensamiento.
por Cecilia Barón Garza
si el Sistema Solar me cupiera por la vagina
me sentaría primero sobre el Sol para calentarme las nalgas
apretando muy bien el hoyo negro por precaución de no generar otro Big Bang
derritiéndome a Mercurio entre los dedos me sobaría suavemente los pezones
abrillantando mis tetas cual misiles que desintegran cometas chorreando la Vía Láctea
introduciría a Venus, luego a Tierra despacito por la vulva hasta orbitar mi punto G
Marte cosquillea entre los labios mientras las lunas de Júpiter me ruborizan con sus gases haciéndome reír, relajando mis piernas
El calor de Saturno gira sobre la punta de mi clítoris con sus múltiples anillos haciendo explotar a una Super Nova
dando vida
a miles de millones de estrellas en squirting chispeando de luz el Universo
si el Sistema Solar cupiera por mi vagina
te tiraría a la basura pinche vibrador chino.
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Cecilia Barón Garza. De la mitad para abajo Colombiana y de la mitad para arriba Regia, nacida en Monterrey en Junio del 79. Se graduó con excelencia de Diseño Industrial en la UDEM, realizando estudios posteriores sobre diseño de experiencias y estudios sociales en Holanda. Recibió Beca del FONECA en 2005. Actualmente es miembro activo del Colectivo de Escritores #OINK (Facebook)
por Assex* (Nuria Faus)
Dentro de la anatomía humana solemos llamar a cada parte por su nombre, una mano es una mano, una rodilla es una rodilla, sin embargo, es curioso que la vulva no es una vulva, es más conocida por ser un chichi, un coño, la flor, el chimichurri y un largo etcétera. Así que por ahí mal empezamos, porque esta cantidad de sinónimos creados para denominar a nuestros genitales externos ha creado confusión. De hecho, existen muchas mujeres, y por supuesto hombres, que confunden la vagina con la vulva. Es por ello que vamos, en este artículo, a llamar a las cosas por su nombre y a aclarar qué es, y qué cosas especiales tiene la vulva.
La vulva es el conjunto de los órganos genitales externos de las mujeres. Se compone de varias estructuras diferenciadas: pubis, labios, vestíbulo y perineo. Dentro del vestíbulo podemos encontrar el orificio uretral, la abertura vaginal y el himen.
Vayamos por partes. El pubis o, como románticamente lo denominan, monte de Venus, es la parte más discriminada y, actualmente maltratada por la depilación que en la actualidad es llevada al extremo. Y decimos actualmente porque, hasta los años 90, no existía la tendencia de llevar rasurado pubis hasta tal extremo. Por lo general, solemos pensar que depilarse la vulva es una forma de prevención de infecciones, sin embargo es totalmente lo contrario. Según un estudio publicado en el British Medical Journal, investigadores franceses afirmaron que las mujeres y hombres que se depilan completamente el área de bikini tienen más riesgos a infecciones, ya que, el vello genera una protección extra contra dichas infecciones. Otro estudio realizado en 2010 desveló que entre 18 y 24 años suelen rasurarse todo el vello púbico; entre 25 y 49, tan solo una parte; mientras que las mujeres mayores de 50 no tienden a quitarse nada. Estos resultados son curiosos puesto que, paradójicamente, cuanto más edad se tiene, mayor cantidad de vello púbico crece, por lo que la razón por la que nos depilamos el pubis es más bien una tendencia y una moda que una cuestión de salud.
La vulva es una de las zonas del cuerpo más variable que existe, puesto que no existe una vulva igual a otra, todas son diferentes, sobre todo en lo que a los labios se refiere. Hay dos labios diferenciados en la vulva, los externos que tienen una piel más gruesa y una capa de grasa en su interior y donde también crece vello. Los labios menores se encuentran más al centro de la línea media y no tienen porqué permanecer dentro de los labios mayores, como muchas mujeres creen. En el interior de los labios menores podemos encontrar las ramificaciones del clítoris.
¿Ramificaciones del clítoris? Efectivamente, lo que vemos en la parte superior de la vulva es tan solo el capuchón y la cabeza del clítoris, tan solo la punta de un gran iceberg que se ramifica hacia los dos lados internos de la vulva. Sus estructuras son homologas al glande del pene, pero el clítoris es el único que está diseñado para el placer, ya que el glande interno del hombre tiene la función de proteger la uretra peneana.
La zona del vestíbulo es altamente sensible al tacto y alberga también unos orificios microscópicos alrededor de la uretra llamadas glándulas de Skenne que son las responsables del tan últimamente nombrado squirting, expulsando un líquido seminal muy similar al semen de los hombres.
Como podéis comprobar la vulva es muy rica en estructuras que hasta nuestros días han sido ignoradas e infravaloradas, puesto que albergan una gran zona para explorar y estimular muy interesante.
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*ASSEX, Asociación de Sexualidad Edicativa / http://assex.es
Nuria Faus: Psicóloga, Sexóloga y una apasionada del comportamiento humano. Vicepresidenta de la Asociación de Sexualidad Educativa (ASSEX), Coach Sexual y Asesora de Salud Sexual y Ocio Adulto.
Facebook ASSEX Twitter: @_assex_ Web:http://assex.es/
por Ars Eroticas
Depiladas, perfectas y siempre receptivas. Así es como normalmente se representa las vulvas. Son objetos aislados, moldeados y utilizados para un solo fin, el placer. ¿El placer de quién? De los hombres por supuesto. Hasta ahí ha llegado su dominación heteropatriarcal sobre nosotras. Las agarran, las utilizan a su antojo y se las apropian para su disfrute. Pero decimos basta. Basta de utilizar el cuerpo de las mujeres como reclamo publicitario, como ilustración para atraer las miradas, como objetos de deseo. Nuestras vulvas son solo nuestras. A las mujeres nos han educado en una sexualidad llena de represiones y de miedos. Del miedo de ser la puta, de disfrutar libremente del cuerpo que nos pertenece. Nuestro cuerpo es político y debemos utilizarlo para de-construir lo asumido. Para darle la vuelta a este sistema establecido. La tendremos llena de pelos, arrugada, estirada, con los labios finos o gruesos, con el clítoris salido, pequeño o grande. La tendremos como la tengamos, y no por ello es menos bella. No queremos que normativicen nuestras vulvas. No queremos que nos digan cómo debemos disfrutarlas y sentirlas.
La industria pornográfica se ha ocupado durante muchos años de clasificarlas y de guiar nuestros placeres. Para muchas personas el porno es una fuente de educación sexual mediante la cual se aprenden roles y prácticas, que más tarde llevamos a la cama. Pero, ¿para qué y con qué fin se crea este tipo de cine? Principalmente para satisfacer los deseos y las fantasías de los hombres heterosexuales, que hasta hace muy poco han sido los únicos en filmarlas. Para romper esta norma, en los años 90 en Estados Unidos surgió el Postporno como confrontación al porno tradicional o mainstream. Sirvió para dar rienda suelta a todas las ideas que bullían en las cabezas de personas que no estaban de acuerdo con la representación del sexo que se hacía. Pero, en realidad ¿qué es el Postporno?
Como en todo, cada uno de nosotrxs tenemos nuestra opinión y nuestra forma de ver y descubrir qué es el Postporno. María Llopis en su libro El postporno era eso, lo califica de esta manera: “es una visión más compleja del sexo que incluye un análisis del origen de nuestro deseo y una confrontación directa con el origen de nuestras fantasías”.
El término postpornografía lo acuñó Wink Van Kempen para definir un tipo de producto pornográfico en el que el objetivo era que las personas que vieran porno no lo hicieran solo para masturbarse sino que cambiaran la visión a un enfoque de crítica, humor y política. De aquí es de donde Annie Sprinkle tomó prestado el término para su performance Post Porn Modernist Show, con el cual empezó toda esta revolución, y es que como ella misma afirmó “la respuesta a mal porno no es negar la pornografía, sino hacer buen porno tú misma”.
Se relaciona el Postporno con el movimiento Queer y el postfeminismo principalmente, que luchan contra la heterosexualidad dominante. A partir de aquí, las obras y las artistas se fueron sucediendo, Itziar Ziga, María Llopis, Diana J. Torres, Beatriz Preciado, Erika Lust, Virginie Despentes o Liandra Dahl, quien dijo “Produzco y aparezco en pornografía porque quiero devolverle al cine para adultos los cuerpos naturales, el sexo real y la verdadera química. Quiero que la atención esté puesta en los orgasmos reales y en la conexión auténtica entre la gente teniendo sexo. Para mí producir porno no se trata de encontrar a la gente más hermosa y hacerlas desempeñar una serie de movimientos”.
Ellas publican libros, filman películas o ruedan cortos en los que la sexualidad femenina es la constante. Unos cuerpos que demandan sexo, placer, sudor y orgasmos que sean más afines a la realidad. A veces se tiende a pensar que este tipo de porno es exclusivamente para mujeres porque contiene más relato erótico o cuentan con una escenografía más cuidada. Se cree que el soft sex es para ellas porque pueden ver dañada su sensibilidad viendo sexo duro. Pero no es así, el Postporno ha servido para reivindicar que las mujeres también vemos porno y nos gusta.
A diferencia del porno tradicional, el Postporno no sólo se ofrece como objeto para ser contemplado, sino que interactúa e involucra al espectador o la espectadora, como afirmó Itziar Ziga “Lo maravilloso del postporno es que nosotras lo ideamos, lo proyectamos, lo reivindicamos, y lo ponemos en nuestro propio cuerpo. Aquí no hay distancia entre quien teoriza y quien practica”. El Postporno va mucho más allá, no son solo películas, son performances, espectáculos en vivo, talleres de eyaculación femenina y mucho más. De lo que se trata es de reivindicar, de apoderarse del cuerpo como arma política y de crítica. Defender que quien manda sobre nuestras vulvas, vaginas y nuestros placeres somos nosotras.
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Ars Eroticas es un espacio en el que queremos de-construir y analizar las relaciones sociales con un enfoque de género y de manera multidisciplinar. Hablamos sobre sexo, sexualidad, feminismo, género, arte y sobre todo aquello que nos importa. Ponemos la lupa violeta en los asuntos públicos, privados y políticos.