por Phenomena
UN DÍA ME MIRÉ POR DENTRO Y NO SÓLO HABÍA GUSANOS
Nunca me he sentido arraigada a nada, al menos no particularmente. Los lugares, personas, situaciones u objetos pasan a menudo frente a mí como filminas o como trozos dispares de múltiples filmes que ocupan mi tiempo y pensamientos de manera transitoria. Permanecen por cortos o largos períodos pero sé que en algún instante se irán.
Con o sin despedida habremos compartido juntxs nuestro tiempo y partiremos. Algunxs se quedan, permanecen más tiempo del esperado, tal vez porque sus soledades y las mías se entienden, porque nuestras rabias conversan y nos dinamizan. No puedo decirlo con certeza, sólo sé que esxs que se quedan logran instalarse dentro rompiendo las barreras del lenguaje, del tiempo y del espacio. Con esas que se quedan creamos manada. Si bien estamos orilladas a usar palabras éstas difícilmente pueden explicar lo que ocurre cuando las emociones desbordan.
Amor es una de esas palabras sobre valoradas, que a menudo trae consigo una serie de actitudes, reacciones y comportamientos determinados, asociados todos ellos a la fidelidad, la monogamia, el control y las relaciones de propiedad sobre otras personas. Por eso hay que resignificar el “amor” desbaratarlo y expandirlo.
Será porque nunca he tenido arraigo. Porque nunca he pertenecido, que me cuesta tanto comprender que alguien elija para su vida una relación tortuosa, llena de angustia, chantajes emocionales/sexuales y dramas interminables cargados de celos y reclamos, que bien recuerdan las novelas de Corín Tellado. No se trata de forzarse u obligarse a rechazar de tajo las relaciones monógamas, pero sí de cuestionar los vínculos que tejemos, de pactar –aun cuando sea de manera tácita, con lenguajes construidos en conjunto- las maneras en las que queremos relacionarnos e interactuar. Ni la monogamia es el pandemónium, ni las relaciones llamadas libres son la panacea. Somos quienes nos embarcamos en cualquier tipo de relación las que debemos elegir en conjunto qué trecho cruzar. Las combinaciones y posibilidades son infinitas y la idea de amor debe ser extendida y desmitificada y la del sexo reivindicada. La escisión amor/sexo recuerda a la separación tajante cuerpo/mente (alma) que tanto gusta a lxs católicxs. El sexo no debería considerarse como algo banal y el amor como algo sublime, ese es uno de los fardos que el amor romántico nos ha dejado y que pervive aún en la cabeza de muchxs.
En el sexo también pueden encontrarse y tejerse relaciones de intimidad profunda, sobre todo si hay afinidades y amistad de por medio. Para que ésta intimidad se de no es necesario que haya una relación “formal”, ni etiquetas, ni denominaciones. La sensación de experimentar verdadera intimidad, afecto y deseo hacia alguien cuando se tiene sexo, sin necesidad de que haya pactos caducos, sin las ficciones de pareja y las actitudes posesivas, es incomparable, plena y profunda.
Particularmente propendo por la amistad, por el goce consensuado e ilimitado de los cuerpos, por no encerrarse voluntariamente en jaulas de convenciones y maneras correctas de ser y reaccionar. Por la espontaneidad y el cuidado entre nosotras mismas y la exploración del placer como una manera de derribar los valores moralistas, tradicionales, y arrebatarles por todos los medios nuestras vidas.
CUERPO SUCULENTO
¿Y si sólo dura un segundo, dos o diez? ¿Y si se prolonga hasta tiempos insospechados?
Qué mala unidad de medida es el tiempo, que obliga a aferrase a esperanzas vanas y qué engañosa es la distancia que hace creer que nada pervive cuando ella lo atraviesa.
He corrido por los bosques y el asfalto, degustando silencios y quietudes perturbadoras, masticando horas de tranquila algarabía. Con fuerza y furia he refregado mi rostro en las flores sin estornudar y aún conservo en mi lengua el sabor acre del asfalto que me ha cobijado.
Muchos cuerpos han percibido la frecuencia de mis gemidos, pero pocos han logrado sintonizarse al unísono. ¿Y qué? Si pudiera elegir me quedaría con todo. Acojo la ausencia de recato, por eso saboreo y engullo cada instante hasta la saciedad sin pensar en las falsas promesas del por-venir.
Aspiro profundamente los humores que se escapan por los pliegues y resquicios de tu cuerpa, testeo con mi lengua las comisuras de tus labios y el contorno de tus fosas nasales. En un estertor repentino exhalo esos aromas, devuelvo esos sabores y echo a correr de nuevo por los callejones sórdidos que he habitado y por los bosques profundos en los que se encuentra mi madriguera.
Mañana llegará otro día, que con su noche, me llevará a otras praderas.
* Los textos hacen parte del fanzine de anarquismo relacional (A)rrebato. Que se fraguó y fue publicado en el año 2016 en Medellín, Colombia.
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Semblanza de la Autora:
Phenomena. Criatura fluctuante, biomujer, muy a menudo animalx. Anti/pseudo/semi filósofa de profesión, zurcidora de fanzines, participante de varias colectivas y proyectos editoriales con intereses -y pasiones- por el antiespecismo, los feminismos y el transfeminismo, gorda vegana -sin que ello implique una contradicción-. Actualmente parte de la editorial Disputa.