Pronunciamiento leído por la Colectiva de Gafas Violetas al concluir la acción «Vivas en la voz: No más (trans)feminicidios. Encarnando disidencias, desgenerando resistencias» con motivo del 8 de marzo y convocada por Bloque Rosa, Colectiva de Gafas Violetas, Kódice Gráfica, Comando Colibrí, Red de Juventudes Trans y Colectivo Poliamor en México.
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La conmemoración del día internacional de la mujer es una lucha ganada, es una lucha desde las mujeres, por las mujeres, para las mujeres, y es un espacio que defendemos desde las reivindicaciones y movimientos feministas. Por eso es que nos organizamos y accionamos por la visibilización de los feminicidios y transfeminicidios y no marchamos y no nos sentimos convocadas por la marcha que salió hoy del Ángel al Monumento a la Madre.
Lo decimos contundentemente Nosotras NO somos el OTRO Ayotzinapa.
No somos el otro Ayotzinapa porque eso es seguir definiéndose a partir del androcentrismo y porque para nosotras no hay muertes de primera y muertes de segunda. No coincidimos en supeditar las reivindicaciones feministas a otras. No nos es suficiente con ser un agregado a sus demandas.
Pero más allá de definirnos como el otro Ayotzinapa o no, afirmamos: nosotras si somos Ayotzinapa, el problema es que Ayotzinapa no es nosotras. Ayotzinapa no es las trans, las locas, las putas, lenchas y maricas. Ayotzinapa no es tantas luchas consideradas secundarias, marginales y hasta polarizantes.
El punto es que la fecha del 8 de marzo –como se están dando cuenta algunes ahora, algo tarde– es una fecha cargada de un enorme contenido simbólico que no podemos entregar a la coyuntura y que recuerda a este país, aún tan maternalista, que este no es el Día de la Madre, es el día internacional de los derechos de las mujeres. Había tantas fechas posibles, tantos domingos para escoger, y justamente eligieron el 8 de marzo.
Recordaremos, entonces, el significado de este día, que no parece muy evidente aún para esta sociedad machista. El 8 de marzo es una fecha que busca recordar al mundo las múltiples luchas de las mujeres por sus derechos. Luchas, en occidente, como la de las textileras en Nueva York para formar el primer sindicato de mujeres textileras; o cuando, en 1871, se reporta la presencia de muchas mujeres en las barricadas de la Comuna de París.
En Abya Yala, ya en 1781, en La Paz, Bolivia, Gregoria Apaza y Bartolina Sisa peleaban junto a los reconocidos líderes incas Túpac Katari y Túpac Amaru, tomando decisiones políticas y militares; esto fue antes de que la francesa Olympe de Gouges escribiera la Declaración de los derechos de la mujer y la ciudadana (1791) por la cual fue guillotinada en 1793.
Fue Clara Zetkin quien propuso ante la Segunda Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, en Dinamarca, una moción para que se celebrara anualmente el Día de la Mujer. Para 1985 se instituye, a base de los reclamos de mujeres de todo el mundo, el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer y de la conquista de sus derechos.
Y hablando de los reclamos de las mujeres, recientemente se dio a conocer información que ha conmovido, sacudido y hasta dividido a activistas y feministas.
El día 3 de Marzo del año en curso, se hizo público en las redes un artículo titulado “[Análisis] Misoginia en redes, apología del feminicidio y machos infiltrados” que relata el arduo trabajo que las compañeras lesboterroristas han realizado para visibilizar el acoso y ataques que les ha infligido Luis Enrique Sánchez Amaya, ex-programador del COLMEX, y que pone en riesgo su seguridad e integridad. Exigimos al Colegio de México pronunciarse al respecto. No olvidemos compañeras que ¡cuando tocan a una nos tocan a todas!
Queremos dejar algo muy en claro: creerle a las mujeres SALVA VIDAS. Lo peor que puede pasar si nos crees es tener que disculparte luego, pero si no nos crees podemos terminar muertas, nosotras y también nuestros hijas, hijos u otras personas cercanas. LAS CIFRAS NO MIENTEN, en este país hay 7 feminicidios al día y a la mayoría de las mujeres las mata su pareja, novio, amigo, padre, tío, primo, es decir NOS MATAN LOS HOMBRES QUE SE SUPONE NOS AMAN.
Tan solo entre 1985 y 2013 fueron asesinadas 44,646 mujeres, y estados como el Estado de México, Guerrero, Jalisco y la Ciudad de México, se han convertido en los focos rojos del feminicidio. La mayoría de las asesinadas y desaparecidas eran mujeres jóvenes en situación de pobreza (de entre 10 y 35 años). 1 de cada 6 mujeres (cifra MUY conservadora) sufren violencia sexual en algún momento de sus vidas.
Demonizar a las personas violentadoras luego nos hace incapaces de ver a nuestros hermanos, compañeros, parejas, novios, en fin PERSONAS DE NUESTRA VIDA COTIDIANA como violentadores y violentadoras. De lo que tenemos que darnos cuenta de una vez por todas es que lo asesino, lo violador o violentador NO SE NOTA. Los hombres violentadores son HIJOS SANOS DEL PATRIARCADO, no el cucuy de las calles ni de los espacios oscuros. No podemos aspirar a una vida libre de violencia para las mujeres si cuando hablan al respecto las cuestionamos y dudamos, porque desde el ideal de amor románico se legitima y naturaliza la violencia, porque desde los celos, se legitima el sistema de propiedad, porque desde el heteropatriarcado se justifican sus asesinatos y porque desde el sistema jurídico y social se continúan justificando los feminicidios y la mayoría quedan en total impunidad.
Escucharnos también es un proyecto político, estamos en un contexto en el cual no nos escuchan, no escuchan nuestras voces, no escuchan a las madres de Juárez, a las madres y a las compas del Estado de México, no escuchan a las compas profesoras de Guerrero que fueron violadas por las Fuerzas Federales, no escuchan a las mujeres que viven el sexismo a diario en los espacios educativos, el acoso callejero, no escuchan a quienes despojan de sus tierras, no escuchan a las de Atenco, no escuchan a las presas políticas Jacqueline Santana y Nestora Salgado entre otras,………..no nos escuchan a les compas que exigimos a gritos JUSTICIA!
Les hacemos una advertencia: mientras no nos escuchen seguiremos chingando, gritando, aullando, incomodando, defendiendo la alegría y organizando la digna rabia.
Por eso estamos aquí, nuestras cuerpas pintadas de rosa y blanco, para denunciar todo aquello que nos oprime y nos violenta:
Denunciamos este sistema depredador de la vida y la naturaleza. Denunciamos el heteropatriarcado capitalista imperialista colonial y racista. Denunciamos la misoginia y el machismo. Denunciamos la lesbofobia. Denunciamos la homofobia. Denunciamos la transfobia. Denunciamos la gordofobia y la policía de los cuerpos. Nos oponemos al neoliberalismo, la dominación y explotación. Nos pronunciamos en contra del amor romántico y en contra de la cárcel del género, rescatamos en su lugar al género como categoría política de denuncia de desigualdades y relaciones de poder. Denunciamos al Estado Terrorista y Feminicida. Denunciamos la feminización de la pobreza y la precarización laboral. Denunciamos la pigmentocracia. Denunciamos a empresas, instituciones, y a quienes ven este día como un festejo. Denunciamos a quienes ven este día desde un esquema capitalista-neoliberal. Denunciamos a quienes refuerzan la reproducción del estereotipo de mujer para seguir legitimando su opresión.
Consideramos fundamental que estas conmemoraciones se realicen de forma crítica, que contribuyan a la conciencia personal y colectiva, que contribuyan a la eliminación de todas las violencias contra las mujeres. Queremos eventos críticos que contribuyan a la emancipación, no a la pasividad, la reproducción del sistema y la autocomplacencia. «¡No queremos flores ni felicitaciones! Demandamos que TODAS las luchas a las que nos adscribimos se comprometan a despatriarcalizar o no serán jamás luchas contra el sistema, lo seguirán perpetuando una y otra y otra vez como quien corta el césped sin arrancarlo de raíz. Exigimos vidas vivibles. Exigimos vivir bien. Como dice Julieta Paredes: Queremos todo el paraíso, no el 30% del infierno neoliberal.
Desde la Colectiva de Gafas Violetas nos suscribimos a la autodefensa, la autocrítica, la autogestión y la autonomía. Nos suscribimos a la amistad, sobre todo entre mujeres, y a las afectaciones.
Aullamos las feas, las putas, lesbianas, maricas, las trans, las gordas, las bolleras y feminazis, las tortilleras, las zorras, las perras, las negras, las prietas, las brujas, las histéricas, las indeseables, las malparidas y las malas madres.
Queremos decidir sobre nuestras propias cuerpas como primer territorio. Demandamos el derecho al aborto. Reclamamos los placeres. Transgedimos. Transitamos. Transformamos.
Originalmente publicado en: https://www.facebook.com/ColectivadeGafasVioletas
Video originalmente publicado en: http://jorgegomezdelcampo.blogspot.mx/