PAROUSIA Apocalipsis cuerpo a cuerpo, performance realizado por Lechevirgen Trimegisto.

Por E. Auch

Una lona desgastada que cubre la entrada diciendo «hoy hay función» parece decir lo contrario, pero aun es temprano, por lo que camino a la plaza de armas, la ciudad esta de fiesta, es 11 de septiembre y hay que comenzar los festejos con mariachis. No comprendo el cinismo de los festejos, pero la expectativa de PAROUSIA llama más mi atención con su «contenido explícito, violento y sexual» una vez que entre no puedo salir, tengo un poco de miedo debido a las indicaciones, media hora después la entrada del teatro se encuentra llena. Escucho inquietudes similares, no creen que sea tan explícito y discuten sobre sus expectativas. Un evento que no se repetirá, un ritual del que parece formaremos parte.

 

Las puertas se abren todos se conglomeran y por alguna razón nos rocían con aromatizante, un olor un tanto fuerte que me recuerda los autobuses. Por suerte el lugar huele a incienso, en lo que todos entran me percato de que la mayor parte del público es joven, el teatro casi lleno.

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El ritual comienza comienza con la aparición del Arcángel trompetista  al inicio del performance hay un aura ritual que poco a poco se va transformando, parece que nos asomamos por una ventana al espacio pánico donde todos los tiempos son uno. Me pregunto ¿cómo lo están viendo los demás?, pronto alguien hace saber su experiencia, «no entiendo nada» le susurra a su compañía, «se están perforando» creo que le esta doliendo.. ay no, su cara». Ahora el sicario apunta a una puta con los ojos vendados en una banda con signos religiosos, ella come a pesar de que parece ya no le entra más, se esconde bajo la mesa y él rompe la virgen en la mesa y la inhala, los murmullos cesan; ya no es necesaria ninguna explicación.

Es como ver una serie de cuadros que cobran vida,  donde lo violento es evidenciado sin violentar al espectador, mi miedo ante el performance se disipa.

 

Parafraseando a Anzieu en el yo piel : las fantasías de mutilación en la pintura de occidente se materializan en el arte del siglo XX y se trasladan de la actividad pictórica a la realidad corporal.

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Estos cuerpos están hablando al son del sermón que parece estar en otra frecuencia, en un espacio ajeno al que nos encontramos. Comienzo a buscar relaciones, es un cuadro sacro, ahora es doméstico, ahora político. El género se desvanece, dejando la retorica eclesiastica, pasando del rito a lo cotidiano a través de los objetos. Los cuerpos ya no son suyos, son cuerpos vulnerables, el hambre ahora es una mujer insaciable, temerosa, ciega.

Conforme la sangre comienza a rociar el cuerpos de Babylonia la Gran Ramera, se da la entrada al nacimiento visceral de la divina emplumada. La llegada del atlas  da el comienzo al final: El Apocalipsis.

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Al salir de algún modo me siento más liviana, puede ser por haber estado en el único ritual que tenía sentido en el centro de Querétaro, me pregunto ¿qué habría sucedido si PAROUSIA hubiera sucedido en la plaza de armas y los mariachis en el teatro?

Los invito a ver el registro de este performance en :

http://apocalipsiscuerpoacuerpo.tumblr.com/

 

 

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