La naturaleza del cyborg y la cyborg-cultura

Por Fabiola Hidalgo

La naturaleza del cyborg y su proyección a nivel cultural – tanto como su presencia ideática- ha evolucionado para concretarse en un avatar. La cibercultura trajo consigo el desarrollo del mundo virtual para mezclarse con el mundo orgánico. La cultura, entonces, representa el punto de encuentro entre lo orgánico y lo artificial. Cuando pensamos en cyborg, pensamos en tecnología. Vivimos en una sociedad donde la presencia tecnológica sigue ampliando su terreno; nos encontramos en un mundo en convivencia con lo tecnológico. ¿Por qué prevalece en el ser humano un gran interés por desafiar los límites de lo orgánico para involucrarse con lo artificial?

   La tecnología es una creación humana, esto significa que podemos afirmar que no es una creación de la naturaleza, por lo tanto la tecnología se sostiene básicamente de principios culturales. Incluso, si aceptamos (con Marx) que es sólo en las culturas humanas que encontramos la construcción y la invención de las máquinas ¿significa esto que la tecnología no es más que un hecho de la cultura? ¿Es únicamente una extensión de las capacidades de la cultura, o es únicamente una explotación de fenómenos físicos determinados (como la potencia del vapor que explota la combustibilidad de los minerales, la energía nuclear o la fusión de átomos)? Un poco de reflexión mostrará que la tecnología es a la vez física (como la naturaleza) y un invento (como la cultura). La tecnología no ‘pertenece’ exclusivamente a ninguna esfera.i Esto sugiere que tecnología y naturaleza no son mundos antagónicos, ya que cualquier creación tecnológica es una extensión humana y por lo tanto de la naturaleza.

   Para Katherine Hayles: “La cultura ha quedado indisolublemente ligada a sistemas tecnológicos complejos y sistemas ambientales. El mismo término cyberculture sostiene algo como lo siguiente: no una cultura separada de la tecnología sino una en que estas esferas se fusionan”.ii Generalmente se hace la distinción entre tecnología, naturaleza y cultura, sin embargo, la naturaleza ha extendido sus posibilidades a lo tecnológico y el humano es el intermediario. La confluencia entre cultura y tecnología ha alterado el sentido del lugar de la humanidad entre el orden natural y el divino. En los últimos siglos existen hipótesis y experimentos relativos a proporcionarle vida a las máquinas.iii Si la cuestión es extender las capacidades humanas, ¿hasta dónde llegará el desarrollo tecnológico? Naturaleza y tecnología no están separadas ¿Qué repercusiones tendrá en la cultura? Sin duda, aún queda mucho por presenciar

   Por mucho tiempo existió la distinción entre lo natural y lo artificial; dos mundos casi antagónicos. Cuando aparece el cyborg: “un organismo cibernético, un híbrido de máquina y organismo, una criatura de realidad social y también de ficción”ivse comienza a visualizar un punto de encuentro entre lo orgánico y la máquina, a manera que se desarrolla el humano, se desarrolla lo tecnológico. La naturaleza del cyborg ha evolucionado desde ser imaginado en la ciencia ficción, hasta realizado en una presencia virtual. Esta no-presencia se ve representada como un avatar en el mundo de Internet. Avatar entendido como una representación digital, generalmente humana, asociada al usuario online para su identificación.

   La comunidad online interacciona con el mundo digital por medio del avatar. Las posibilidades de la no-presencia rebasan los principios tanto corporales como sociales. Según el teórico Lev Manovich:

   Hoy nos encontrarnos en medio de una nueva revolución mediática, que supone el desplazamiento de toda la cultura hacia formas de producción, distribución y comunicación mediatizadas por el ordenador. Es casi indiscutible que esta nueva revolución es más profunda que las anteriores, y que solo nos estamos empezando a dar cuenta de sus efectos iniciales.v

   Hayles nos habla del posthumano. Post apunta a cambios y el humano apunta a la naturaleza de estos cambios. En su libro “How we became posthuman” o Cómo nos convertimos en posthumanos, nos dice que:

   Los seres humanos pueden entrar en relaciones simbióticas con las máquinas inteligentes (ya es el caso, por ejemplo, en cirugías asistidas por computadoras); pueden ser desplazados por las máquinas inteligentes (ya en efecto, por ejemplo, en plantas japonesas y estadounidenses que utilizan brazos robóticos de mano de obra); pero hay un límite en como la perfección de los seres humanos puede ser articulada con máquinas inteligentes, que siguen siendo claramente diferentes de los seres humanos en sus formas corporales.vi

   Definir lo posthumano o postorgánico responde a la mutua creación de la naturaleza y seres humanos sobreviviendo en el planeta, sobrellevando el parentesco a diferentes máquinas inteligentes, con las cuales nos entrelazamos.vii El término postorgánico evoca una reconfiguración en las formas de pensamiento sobre lo que implica ser un humano situado entre la naturaleza y la tecnología, un cambio en la presencia humana o presencia orgánica que se extiende a la no presencia o presencia virtual. Se configura una dialéctica entre ambas. Estableciendo una compleja y acelerada evolución de los sistemas de lo orgánico y lo artificial.

   El cyborg establece un punto de encuentro entre lo natural y lo tecnológico para la humanidad, así como su derivación en el avatar de Internet. La relación estrecha entre hombre y máquina está presente en diferentes aspectos, desde los avances en cirugías médicas, incluyendo sustituciones corporales, hasta en las relaciones amorosas. La tecnología digital está generando muchas propuestas a nivel sensorial y de interacción para los usuarios. El impacto del avatar está reconfigurado a la cultura y a su vez a la cibercultura, la manera de comunicarnos gira en torno a lo sofisticado que son los dispositivos; incluso en las redes sociales, el llamado selfie le ha dado un giro a las relaciones humanas y a los patrones de comportamiento.

   Asimismo, la naturaleza del cyborg y el avatar van más allá de ser una fusión entre lo orgánico con lo tecnológico. El fenómeno online o el estar conectado en Internet, responde a muchas demandas de los propios usuarios, entre ellas las de extender la memoria así como la de acortar distancias geográficas. Sin embargo, los dispositivos han extendido de manera drástica y crucial las posibilidades humanas, es decir, los dispositivos con conexión potencian y modifican los límites corporales, ampliando y transformando conceptos de espacio y tiempo, todo generado por una no-presencia o presencia virtual.

   A partir de finales del siglo XX, las ambiciones de las ciencias de la tecnología o tecno-ciencias, transforman la visión del mundo, ya que forman una alianza con el mundo digital. “De hecho, las computadoras y las biotecnologías gozan de un íntimo parentesco”. Como alega el autor de El siglo de la biotecnología, Jeremy Rífkin: «las revoluciones en genética e informática están llegando juntas como una verdadera falange científica, tecnológica y comercial, una poderosa nueva realidad que tendrá profundo impacto en nuestras vidas en las próximas décadas»viii

   Pareciera que surge un ambiente de posibilidades infinitas para el humano inmerso entre lo natural, lo tecnológico y lo virtual, pero el hablar de que los humanos estemos estrechamente relacionados entre sí por medio de la tecnología a un nivel mundial, así como el haber extendido nuestras capacidades corporales, no sugiere que la sociedad se visualice más unida u organizada, ni tampoco sugiere que se hayan considerado las consecuencias en un nivel orgánico. El acortar distancias y tener una presencia virtual, de alguna manera facilita el encontrar información sobre cualquier persona en cualquier momento. Existe una sobre-exposición de datos de cualquier individuo conectado. Así como la comunicación acorta distancias, la extensión orgánica a la virtual nos ha hecho más propensos a rastreos dentro de las mismas redes informáticas. La sociedad se reduce a códigos informáticos. “Las nuevas técnicas de procesamiento de datos, incluyendo todos los gadgets tele-informáticos y las tarjetas de crédito, están reduciendo esa posibilidad de permanecer oculto, ajeno al control, fuera del alcance de las redes de poder.”ix Tal es el polémico caso de Edward Snowdenx en Estados Unidos.

   La extensión del humano a lo tecnológico es cada vez más evidente a nivel cultural. Esto significa que de manera paulatina, las máquinas han mediado y mediarán el cómo nos relacionamos entre humanos y a su vez con la naturaleza. Dicha relación ha ido transformando y transformará las nociones de lo que conocemos como lo real y lo virtual; lo privado y lo público; lo externo y lo interno; el afuera y el adentro. Existe una especie de adaptación entre tecnología y naturaleza, en donde la tecnología se acopla y forma parte de la vida de manera paulatina y progresiva. En el libro de Nuevos Medios, Martin Lister, Jon Dovey, Seth Giddings, Iain Grant y Kieran Kelly, llegan a la siguiente conclusión:

   La tecnología consiste en un reordenamiento de las piezas ya existentes, algunas de la naturaleza, algunas de la cultura, algunas de las tecnologías existentes. Lo que une a estas partes, (…) es un flujo de energía que desvía el curso de las causas y los efectos hacia las nuevas estructuras.xi

   Esto sugiere que conforme se determinen las necesidades humanas en el campo cultural, la tecnología seguirá su paso. Se ha establecido, así, el terreno de existencia para la humanidad entre lo orgánico y lo artificial. La cultura seguirá mediando a las relaciones humanas, pero de alguna manera la extensión de la presencia corporal a la virtual está marcando el rumbo de la sociedad y al mismo tiempo transformándola en una sociedad sobre-expuesta. La naturaleza del cyborg y su evolución en un avatar representa la posibilidad de que todas las experiencias y el conocimiento humano se reduzcan a códigos o datos, así como en imágenes o videos digitales. El documentar estos datos nos habla de un excesiva, tal vez incontrolable cantidad de información almacenada en las máquinas.

   La naturaleza del cyborg se ha concretado en una cultura en que las relaciones humanas están compuestas por una parte orgánica o corporal y una artificial o virtual. ¿Seguirá siendo el principio del cyborg el estandarte para futuras generaciones tecnológicas? O, ¿Acaso llegaremos a un punto en que la dicotomía de la vida corporal y la virtual generen un conflicto para la humanidad? En cualquier caso, lo orgánico y lo artificial difícilmente se podrán ver separados.

Notas:

i Martin Lister, Jon Dovey, Seth Giddings, Iain Grant & Kieran Kelly: New media. A critical introduction. Second edition. (New York: Routledge, 2009, 325-326.

ii Ibid, 324.

iii Ibid, 317-318.

iv Donna Haraway, “A cyborg manifesto. Science, technology, and socialist-feminism in the late twentieth century”, en Simians, Cyborgs and Women (New York, Routledge, 1991): 149-181.

v Lev Manovich. “El lenguaje de los nuevos medios” (Barcelona, Paidós, 2001) p. 64.

vi Katherine Hayles. “How we became posthuman” (Chicago, The university of Chicago Press, 1999) p. 284.

vii Ibid p. 281-282.

viii Paula Sibilia. “El hombre postorgánico”. Cuerpo, subjetividad y tecnologías digitales. (Buenos Aires: FCE, 2006) p. 91

ix Lev Manovich. “El lenguaje de los nuevos medios” (Barcelona, Paidós, 2001) p. 66.

x Edward Snowden: consultor tecnológico estadounidense ex empleado de la CIA (Agencia Central de Inteligencia). En 2013 hizo públicos a los periódicos The Guardian y The Washington Post documentos clasificados como altamente confidenciales sobre varios programas de vigilancia masiva de la NSA (Agencia Internacional de Seguridad).

xi Martin Lister, Jon Dovey, Seth Giddings, Iain Grant & Kieran Kelly: New media. A critical introduction. Second edition. (New York: Routledge, 2009), 405.

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Fabiola Hidalgo. fafille@gmail.com

México D.F. 1984. Maestra en Artes Visuales FAD UNAM 2011-14. Especialización en Investigación sobre estudios de la imagen. Residencia de investigación en la Academia de Bellas Artes: Finnish Academy of Fine Arts, Kuvataideakatemia en Helsinki, Finlandia 2013-14. Proyectos recientes: Carte Blanche/Avoin Valtakiria nov-dic. 2013 en la galería Kaiku, en Helsinki, Finlandia y “Fotocabina ambulante” mayo 2013, presentado en el corredor cultural Roma-Condesa, Cd. de México.

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