por Fernando Zarco Hernández
Con la finalidad de escuchar las voces de las personas que se dedican al trabajo sexual, presentamos esta entrevista acerca de este polémico tema, que aporta argumentos al debate sobre las políticas respecto al trabajo sexual, la diferencia con la trata y los derechos de quienes ejercen este trabajo, desde la perspectiva de una activista y trabajadora sexual de la ciudad de Morelia.(1)
¿Cuáles son los problemas principales que encuentras por parte de los políticos de esta ciudad y del Estado respecto al trabajo sexual?
Pues, antes de finalizar el año escuchamos una noticia de que el secretario del ayuntamiento piensa cobrarnos impuestos por estar trabajando aquí en la calle. Para mí eso es una estupidez, primero debería de regularizar el trabajo sexual para poder dar el siguiente paso, que es organizarnos bien como debe de ser, incluirnos bien dentro de la sociedad. El cobrarnos impuestos a todas las trabajadoras sexuales, me imagino que se refiere en verdad a todas, no nada más a las que la sociedad tiene a la vista, que somos las que trabajamos en la calle, las que trabajamos en la zona centro. Porque tenlo por seguro que estas personas no están bien ubicadas, no saben bien en realidad cuánta es la población de trabajadoras sexuales y en dónde están ubicadas las demás, porque somos muchas, no somos nada más las que estamos en la zona centro, somos bastantes. Al pretender cobrarnos impuestos, para mí eso sería como empezar a entrar al negocio de la trata, al lenocinio pues. En realidad primero tendría que regularizar el trabajo sexual, permitirlo y aceptarlo tal como es, como un trabajo, para poder dar el siguiente paso.
¿Qué diferencia encuentras tú entre el trabajo sexual y la trata?
Es muy grande, es un abismo la diferencia entre el trabajo sexual y la trata de personas. En la trata hay un padrote, hay una persona que las está mangoneando, las está manejando de lugar en lugar, esa persona está cobrando por ella, esa persona hace el acuerdo por ella, y aquí con nosotras, en lo que es en verdad el trabajo sexual, es muy diferente. Aquí nosotras venimos a ganarnos un peso porque nosotras lo ocupamos para nosotras mismas, para nuestros hijos, para nuestra familia, pero no tenemos ninguna persona que nos esté vendiendo y que él esté cobrando. Es muy diferente. Siempre hay que diferenciar eso, lo que es trabajo sexual y trata. Aquí habemos muchas personas que salimos a trabajar, mas no estamos inmiscuidas en la trata.
¿Qué derechos como trabajadora sexual crees que has ganado actualmente y cuáles faltan todavía por trabajar?
El respeto de mucha gente porque saben que andamos luchando por los derechos de los y las trabajadoras sexuales y tratamos de que todos sus derechos se hagan válidos, ante las instancias de gobierno, que al fin de cuentas hay veces que nos rechazan, nos discriminan pues. Hay bastante por hacer, hay que educar a la sociedad, hay que educar al mismo gobierno, hay que educar a las autoridades de seguridad pública, hay que estar constantemente haciéndolo, porque desgraciadamente hay mucha ignorancia. Hace quince días la [patrulla] 3003 aquí se le ocurrió parar a dos carros, ponle que uno por hora. Me tocó ver a mi eso. Yo me acerqué junto con otra compañera para pedirle que se retirara y que no hiciera eso aquí en nuestra zona de trabajo por el acuerdo que tenemos con el ayuntamiento y con seguridad pública. Tenemos acuerdos con ellos. Este personaje optó por dejar ir al cliente, porque era un cliente para mí y un cliente para él, porque lo iba a extorsionar, optó por dejarlo ir y se acercan los dos patrulleros preguntándome que entonces dónde sí podían parar carros para extorsionarlos. Yo le dije que yo no le podía dar esa respuesta, porque al fin de cuenta ellos no están para extorsionar, están para servir a la ciudadanía, porque son empleados de nosotros como ciudadanos, se les paga un sueldo de los impuestos que pagamos. Como trabajadoras sexuales nos quieren cobrar un impuesto, pero como ciudadanos estamos pagando impuestos. Fue lo que le indiqué, yo no podía darle esa respuesta, él sabía lo que hacía, su trabajo es su trabajo y yo no podía decirle cómo elaborarlo. Si él quería robar o extorsionar que se retirara nada más de la zona donde nosotras trabajamos porque espantaba a nuestros clientes. Por eso te digo, hay mucho por hacer, hay que educar a la mayoría de los que están dentro de estos sectores de gobierno.
¿Cuál es el acuerdo que tienen con el ayuntamiento, en qué consiste?
Consiste en no salir tan encueradas, salir a trabajar con decencia, un pantaloncito, un suetercito, ya la gente sabe quiénes somos y a qué nos dedicamos, no es necesario un escote muy pronunciado, con unas minifaldas que se ven hasta las anginas, no es necesario andar así. Ese fue el acuerdo que tuvimos con el ayuntamiento. El dar la garantía de que no se va a robar en estas calles, al menos con nosotras, porque robos sí se dan, con los lavacoches, con los policías que no saben que tenemos acuerdos, se da con gente aquí que se dedica a la delincuencia, al robo, sí se da. Pero al menos entre nosotras tratamos de evitar esos problemas. De no tomar, no drogarse, de dar un buen servicio y siempre protegernos y proteger a los clientes, siempre usar un condón. Esa es la garantía que nosotros dimos al ayuntamiento, ya tiene mucho rato de eso. Tendrá unos ocho años o nueve años de ese acuerdo.
¿Qué crees que sea lo más urgente para trabajar respecto al trabajo sexual en Morelia?
Que se nos respeten nuestros derechos y que se nos den más garantías como ciudadanos, porque somos parte de Morelia. Estamos haciendo un trabajo que, la sociedad lo ve mal y pega de gritos, se espanta, se escandaliza, pero al final de cuentas es una actividad que también las mujeres amas de casa la tienen. Porque ya se llega la quincena y… -a ver si no se molesta una que otra por ahí-, ya se llega la quincena y se pone cariñosa con el marido porque ya sabe que trae dinero. Ya se llega la quincena y se pone complaciente porque sabe que hay dinero, o sea, eso también es un negocio para ellas, como saben que ya hay dinero, ya se ponen cariñosas. Aquí nosotras todo el tiempo estamos cariñosas por dinero. Este es un trabajo. Que la gente lo vea mal, es una sociedad de doble moral y eso nunca lo vamos a poder cambiar, pero ahora sí que cada quien en su amplio criterio que lo juzgue. No estamos haciendo mal a nadie, porque no venimos a violar, no venimos a secuestrar, no venimos a violar niños, nada de eso. Venimos simplemente a ganarnos un peso, con el sudor de… la parte que tú quieras, pero a ganarnos un peso.
(1) A petición de la entrevistada no se ha hecho público su nombre.
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Semblanza personal: Doctor en Psicología Social, licenciado en Psicología, ingeniero en Sistemas Computacionales y ex-seminarista. Después de múltiples crisis, ahora quiere ser artista de la literatura y el performance para utilizar el arte contra la homofobia, el racismo, el sexismo y la privatización del espacio público. Actualmente realiza una estancia posdoctoral, con el apoyo del CONACYT, en el Doctorado Interinstitucional de Arte y Cultura, de la Universidad de Guanajuato.
Página personal: http://fernandozarco.wordpress.com