Por Mariana Santander
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Por Mariana Santander
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por Ernesto Moralbaut
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por Eric Concha Gerrero
¿Qué te hace ser mujer? ¿Qué te hace ser hombre? Hay muchas formas de ser mujer, de ser hombre y muchas otras de ser ninguna de las dos.
Empezar por cuestionarse el binarismo heteronormativo es acercarse a una re construcción y re significación del cuerpo para poder apropiarse de si mismos, subvirtiendo las normas estéticas, funcionales y disciplinarias que lo moldean.
Atadura, es una pequeña serie que forma parte de un ensayo fotográfico (en producción) acerca de diferentes personas Trans que están pasando por una transición indentitaria, no sólo corporal, sino a través de un diálogo constante con sus contextos culturales, biopolíticos y sociales.
Serie: Atadura
Año: 2014
Técnica: fotografía digital
Créditos: Fotografía-Eric Guerrero
Sumisa: Angie Rueda, propiedad de Ara Minerva Sum
Amo: Señor Carlos Summon Ark
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Eric Concha Guerrero (México, D.F. 1989). Ha realizado cursos en producción cinematográfica y una licenciatura en Comunicación y Cultura en la UACM. Experiencias que lo han llevado a construir un lenguaje visual que extiende sus pensamientos a través de la fotografía. Actualmente elabora un ensayo fotográfico sobre la apropiación del cuerpo de mujeres y hombres transgénero en la Ciudad de México.
Correo: pasion_dub@hotmail.com
FB: Eric Guerrero / pasion_dub@hotmail.com
por Carlos Peña a.k.a. Ese Chamuko
(fragmento)
Nos reconocemos como parte de una generación en ruinas. Como ese miembro mutilado que no deja de espantar. Ya no podemos creer en el progreso y horizontes prometedores. Abolimos la idea del paraíso cuando el fuego y las balas se volvieron himno, cuando vimos la desesperaciona como respuesta a la otra desesperación en una guerra legítima entre buenos y malitos, aquí nosotros somos los malditos. Las batallas son sobre nosotros, nuestra psique y algo más profundo aún. Somos esa de/generación que provocan incen/dios en los lugares bajos. Desplazados, heridos, sepultados, colgados, olvidados. Hoy reivindicamos nuestro derecho a la locura ilegitima e irracional ante el desastre racional de una guerra que ahora se nos oculta pero que dentro de nosotros apenas empieza. Tal como tragar vidrios y cagar cenizas.
Este ceremonial es una invitación a la locura, partiendo de la situación política y social actual del país donde lo irracional y el terror es justificado, según ese discurso que es lo oficial. Lo mejor para todos nosotros, si sus acciones son correctas justificadas y votadas a favor, pues entonces mi locura, mis actos y palabras son una obra malditamente divina. Ante esto, expreso. Otra declar/acción de guerra:
Acuso a Dios, acuso al rey y a su corte, acuso de volver esta vida un campo de exterminio, de hacer de los días una atadura ilógica, un tormento cotidiano, un estado de permanente desesperación; sufra hoy goce mañana, trabaje hoy pague a plazos mañana. Exijo hoy la abolición del Edén de Dios y de la civilización y todos sus sagrados frutos, les maldigo, me deslindo de Dios padre, soy oveja negra, soy Lucifer e Iblis expulsados del reino, soy una estrella semper descendis, soy ese otro que habla en lenguas vivas de muertes, soy los ojos espejo negro, el rostro de lo insoportable, soy sombra de tu pinche luz ciega, Soy el adversario, Satanás inmaculado, santa muerte y Fidencio Constantino, la pura maldad, la pura sabrosura. Como una mierda negra flotando en sus ríos de miel y leche, tu insoportable otro, hoy te digo a ti, ustedes Dios, Rey, lacayos y prelados, civiles espantados y otrxs dulces locos vengo a presentarme ante ustedes en firme compromiso con mi locura, atravesar límites de forma oblicua y caminar en puntos entre puntos debajo y por encima de los puentes, hoy digo no más, hoy digo: a chingar su pinche uretra.
El privilegio de ser explotado, el sublime ritual de la normalidad, la danza de los civilizados. Yo también desayuné resignación perfumada de prosperidad.
He asistido a todos mis entierros, exhumaciones y renaceres, ando cargando y cagando toneladas de desierto, de deber ser, de la exclusión por no ser, por no querer. Ahora me manifiesto como la venganza de Sísifo, de todxs lxs Sísifxs. Este es el momento de la apoteosis bastarda de este cuerpo que se presenta, pero no me representa ya que, carente de ídolos, de fe y un raciocinio por demás dudoso heme aquí ante su psique en este acto de magia trastornada. Que se revuelquen las palabras/actos/presencias y su poder para extirpar la razón del absurdo, lo puro, lo inmaculado, la templanza, la obediencia que manda Dios -ese perro divinizado-. La abolición del siempre prohibido paraíso, el rechazo de las mentiras de Dios padre, Dios capital, Dios Ley, Dios estado de progreso, Dios Moral. Esta es una invitación a la perdición, a escapar de Dios y sus dictaduras, esta es una hacha incendiada en la yugular del orden. Nuestro Dios es la locura.
**“Ceremonial Negro para Cuerpos Grises” de Carlos Peña “Ese Chamuko”, quien abrió la atmosfera a una misa negra entre una danza de la muerte y un breakdance a filo de machete, bailando desnudo al ritmo de una guitarra experimental con el cuerpo cubierto sólo por formas negras en clave de tatuaje tribal, para continuar con un azote a base de cinturonazos mientras se proyectaban sobre él imágenes crudas de la narco-violencia y los medios de comunicación, la acción terminó en una lista de pecados que el público completaba en interacción con el artista, incluyendo peticiones que iban desde darle un abrazo hasta sexo oral. Mis ojos se empañaron en lágrimas durante el transcurso de esta bella y fuerte acción”.
en Ceremonial negro para cuerpos grises, participaron:
Música: Martín Reyna
Lectura: Raúl Márquez
Bodyart: Edgar Bacalao Argaez
Performer: Carlos Peña Ese Chamuko
Registro: Ivonne Gonzáles
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*Esta perfromance se presentó como parte del evento:
(POZ)GUERRAZ, acciones para cuerpos en ruinas
realizado el 23 de noviembre del 2014
en la ciudad de Monterrey N.L., México
**Felipe Osonio Lechedevirgen Trimegisto
Con la boca llena de viboras II, crónica de un performero en el norte
extraído de: http://www.lechedevirgen.com
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Carlos Peña Hernández; A.k.a. Ese Chamuko (Monterrey N.L.) : Espécimen norestense probablemente de la tribu Coyotera. Performero, artista plástico y Errorista cultural, estudió arquitectura, diseño gráfico, arte dramático y ciencias del mal. Sus performances son el resultado de un desarrollado voyeurismo urbano de tintes ácidos y cumbia rupestre. Actualmente se perfila como un sex symbol de la época.
Performance: http://esechamuko.tumblr.com/
Gráfica: https://www.facebook.com/elchamuko.3e
Personal: https://www.facebook.com/charlee.chamuko
Contacto: esechamukoperformer@gmail.com
fotografía por Mario Patiño
modelo Momo Ulises Mondragón
texto por Genoveva Varas de Valdéz
Parece filosa, como la punta de una flecha o una lanza, suave se desliza la punta de flecha por mis labios, rojo, todo lo que la filosa punta toca se vuelve rojo. El filo de la lanza se arrastra de abajo hacia arriba, aprieto con fuerza los labios, el color se esparce y toda la boca enrojece. La desnudez de mi rostro esconde un territorio, cicatrices que se vuelven surcos, espinillas que brotan como montañas, poros abiertos, grietas resaltan mis ojos. Con un espeso líquido que simula el color de mi piel-tierra, voy vistiendo mi cara, al frotar el líquido contra la piel desnuda el territorio se derrumba, se derriban las montañas, toda la complejidad de surcos-cicatrices, de grietas y líneas, de poros abiertos, de paisajes, se aplanan. Me miro al espejo, la desnudez de mi rostro me persigue, me parece insoportable. Golpeo con un pedazo de tela el maquillaje, el rubor en mis mejillas vuelven a mi cara más tolerable. Me tiño el cabello, coloreo mis párpados, tenso mis pestañas, así con cada uno de estos movimientos voy tapando intolerables vergüenzas, vistiendo pieles desnudas. ¿Para qué arrastrar un punta de flecha sobre mis labios, deshacer el paisaje de mi rostro, vestir mi desnuda cara? Para desear, para ser deseadx.
Colorear el rostro es una estrategia para hacer surgir al deseo. Ese maquillado deseo es un vasallo fiel, un esclavo obediente a los regímenes fascista de belleza, un servil lacayo a las aspiraciones raciales. Un deseo obturado que no nos permite explotar todas las potencias de nuestros cuerpos, un deseo maquillado de deseo. Es nuestra labor política, nuestra trabajo como soldados de deseo, crear uno diferente, uno sin colores: un deseo negro. Mario Patiño (el fotógrafo) y Momo Ulises Mondragón (modelo) a través de la fotografía buscan crearlo.
Su ejercicio fotográfico está plagado de símbolos que representan la belleza y el deseo, pero no uno colorido, un deseo negro, monstruoso, crítico, disidente; con afroditas distorsionados, macho-hembra cabríxs, con caras vestidas pero de manera enigmática, con mayahueles travestidas. Un esfuerzo artístico en comenzar a crear nuevas referencias, en hacer imágenes contravisuales, que cuestionan la norma y aquello que nos resulta atractivo.
Tensar las cuerdas vocales y serpentear la lengua, con el objetivo de retorcer las historias, de deformar los mitos, como ese reflejo manchado que vemos del nacimiento de Venus. Pero la diosa en las imágenes de Patiño, no nace cuando los testículos de Urano son tirados al mar, probablemente ella nace de algún charco del Distrito Federal. No surge de una concha marina; se entrelazan las pajas, se enmarañan las ramas, los alambres, las espinas, de eso emerge la diosa. No hay brisa marina que meza suave su pelo, hay polvo que ensucia la piel. No resplandece virginidad, ni vomita pureza. Casi imperceptible su mirada a la mirada, sus ojos cargados de sombrío misterio, de perdido éxtasis en profundos y someros infinitos. La desnudez revestida en cuero, en transparentes medias, en tacones. No hay resplandeciente rubio, hay pelucas negras. Si hay una venus que pudiera nacer es Venus Ericina, diosa del amor impuro y la prostitución. La belleza, venus, es madre del deseo, eros; en las fotografías de Mario presenciamos el nacimiento de otra belleza que parirá otros deseos. Otro mito que vemos es el macho cabrío, que pudiera ser Pan, Baphomet. Pan es representación de la sexualidad masculina que se desborda. Pero en las imágenes que vemos esa hipermasculinidad se pone en cuestión, con las faldas que porta Momo, con sus medias, con el tacón cuya punta agujerea la hombría, en esos intersticios la mariconería, la feminidad disidente, lx trans se filtran.
Se abren las comisuras de los labios, va surgiendo de ella, saliendo lentamente la lengua, devorar, engullir un falo, lamerlo con gozo, llenar de baba la punta, después descubro mi boca espinada. El dolor de un azote, la satisfacción de un golpe, regocijarse de una nalgada, el tenso cuero aprieta la carne como queriendo extirpar de ahí el deseo, exprimirlo, hacerlo brotar. Ya no escribo más dolor, ahora al ver la palabra sólo leo deseo. Susurros a la muerte, el contraste de lo industrial, de lo geométrico de las estructuras con la sinuosa carne. Las imágenes contienen todos estos juegos del dolor y el placer, de jugar con la muerte pero referirse a la vida, de lo industrial con la naturaleza, de masculinidad con la feminidad: son tensiones. Desear es ese movimiento de lo uno que busca lo otro, lo busca porque lo posee, sino, no podría querer buscarlo; al mismo tiempo no lo tiene. Desear como las fotografías de Mario Patiño es la tensión entre lo uno y lo otro, entre aquello que se tiene y al mismo tiempo no.
Pero, regresando al principio, insisto que nuestro deseo no es el del hipócrita maquillaje que dicta el deber ser de un rostro, del falso tinte que arrebata el color del cabello, es el deseo negro. Un deseo de cuerpos diferentes desproporcionados, desfigurados. Un deseo no claro, espeso, lleno de contrastes. Ese deseo desafiante de la carne, de los nervios, ese que encuentra el dolor placentero. Ese deseo que encuentra la locura de la atracción en lo repulsivo. El deseo que le susurra a la muerte y que nace de nuevo de sus escombros. El deseo de figuras confusas de machos travestidos, de diosas desfiguras, de divinidad terrena. El profundo deseo de la embriaguez en lo radicalmente otro. El deseo de desnudar la piel desnuda. De desollar la cuerpos para revestirlos cuero. No es un deseo de blanquitud, de devenir blanco, todo lo contrario de negritud, de una obscuridad que resplandece. Es querer habitar en lo denso de la noche, pero desde la iluminada luna. El deseo negro. Contrario a la norma que excluye a los cuerpos, esto los suma, va haciendo una masa de corporalidades donde una se funda con la otra, donde se pierden. El deseo que carga con la fuerza de un azote, con el impacto de una nalgada. Un deseo que nos multiplica, que nos embriaga y enloquece.
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por Liz Misterio
Tuve el placer de sostener una conversación con Héctor Acuña, performer, videoasta, gestor cultural, escritor, Dj, en fin, todo un personaje en la escena underground del arte del Perú, que encarna a Frau Diamanda, su alter ego, quien es una drag queen que desde su cuerpo y sus acciones encara al binarismo de género y las normativas sexuales.
Liz Misterio (LM).- Primero que nada, cuéntanos, ¿quién es Héctor y quien es Frau y cómo es que terminaron conviviendo en un mismo cuerpo?
Héctor Acuña (HM).- Es un binomio bastante complejo que aún hasta ahora intento descifrar: Frau Diamanda es mi creación, pero a la vez es mi hija, mi amante, mi madre-padre, mi puta y mi chulo, todo en un mismo ser escindido que se retuerce de regocijo al hacer lo que se le da la gana siguiendo una lógica perversa e infecta. Frau Diamanda maneja un gran poder de iconización, deseo y desborde sexual, pero al final quién sabe, quizás Héctor es la más zorra en este juego de engaños y equivocaciones. En todo caso, Héctor sí puede vivir sin ellx, pero Frau no podría reencarnarse en otro cuerpo que no fuera el de su soporte de carne y hueso, en todo caso, su legado ya está servido para la posteridad en formato multidisciplinar desde video arte, performance, cine, teatro hasta música electrónica.
LM.- Recientemente celebraste tus 15 años de lucha subalterna, se dice fácil, pero platícanos un poco sobre ¿cómo ha sido ese camino para ti?
HA.- Ha sido una travesía tortuosa, laberintesca. Frenética, histérica y de lucha constante, una lucha que se libra primero con mi propio cuerpo para tratar de saber-me, aprehender-me y re-pensarme infinita e intensamente, y luego, a partir de esta experimentación y desafío poder cuestionar ámbitos externos como la familia, la sociedad, la religión, la política y el Estado. En este devenir intenso entre la acción callejera, las plataformas (subculturas) new wave, noise, de artes plásticas, galería de arte-museo y circuito académico la propuesta siempre ha sido clara y definida: el enfrentamiento estético y sexual abierto y desfachatado con empaque de personaje drag de luxe, que en apariencia podría ser adorable-deseada, pero que a partir de ese trompe l’oeil expone una fuerza de choque múltiple que desencaja parámetros sociales sobre lo bello-feo, hombre-monstruo, hetero-homo, normal-anormal y una contundente magnificación de lo abyecto como recurso político. Empiezo a contar los 15 años precisamente desde esa primera aparición-infección en medios de prensa de clase media A y B que empiezan a fabricar un mito que se vuelve deseable, consumido y vendido. Sin embargo, a pesar de estas cualidades en apariencia propias del mercado neo liberal y capitalista, el sujeto-objeto desarrolla estrategias de inflitración, reapropiación, negociación y alianzas diseñadas justamente para que su proyecto vivo se convierta en artefacto de crítica sociopolítica al poder manejarse en espacios sociales diversos, desde lo más frívolo-chic hasta lo más grotesco psicosexual. El asunto es aprender sobre la marcha cómo diseñar tales estrategias de lucha para poder autofinanciarme y gestionar proyectos arriesgados que ninguna institución cultural querrá apostar so pena de juzgamiento social. Y esto, en verdad me vale, decidí darle la espalda a la institución cultural limeña incluso promoviendo contra cultura en mi propia casa convertida en plataforma de interacción.
LM.- Has trabajado extensamente desde las identidades híbridas y en constante tránsito, ¿cuál es el trasfondo de esa investigación?
HA.- Desde ya toda identidad es difusa, lo mismo que la sexualidad y la verdad del sexo. Allá por los años 90, éramos una banda de marikas lokas e histéricas que empezamos a desafiarnos entre nosotrxs mismas, lo cual en el futuro fue factor imprescindible en un quehacer de lucha a través del cuerpo y el arte. Este travestismo incipiente y frívolo devino en una transmutación sociopolítica manifiesta obviamente a causa de ese transitar que nos brindó sabiduría. El poner el cuerpo y explotar lo sexual nos fue consustancial mucho antes de saber qué mierda era lo queer o lo postporno. Y sin embargo, aquí me cuestiono nuevamente: debo afirmar que fuimos parte de un circuito privilegiado, marikas cuyas familias pudieron pagarnos los estudios en universidades privadas lo que nos permitió acceder a una culturización distinta y ciertas amistades ya inscritas dentro del arte peruano contemporáneo. No obstante, nuestra lucha – hablo en plural incluyendo a Giuseppe Campuzano autorx del Museo Travesti del Perú – fue real y nada gratuita y justamente ese poder acceder a estos circuitos nos dio el aliento necesario para poder diseñar proyectos muy personales con sello absolutamente propios y distintivos: el desarrollo del arte transgénero peruano se había iniciado.
LM.- ¿El drag es político?
HA.- El drag es político porque a través de un cuerpo trans-hibridado donde lo masculino y lo femenino se mezclan a dosis diversas según los lineamientos del proyecto de arte se puede configurar nuevas vías de pensamiento acerca de lo que implica una normalización física, mental y sexual. El cuerpo drag –a diferencia del travesti – al ser una práctica transmutante desafía las configuraciones sociales de lo establecido como regla máxima donde el hombre debe ser masculino y la mujer debe ser femenina. Al disponer a antojo tanto de la masculinidad como de la feminidad como bienes intangibles, el practicante drag logra un desequilibrio de género, el ejecutante pone en jaque la heteronormatividad patriarcal y expone un cuerpo que transita hacia lo perverso, marginal, abyecto y monstruoso.
LM.- ¿Cómo es la escena de artistas que están haciendo propuestas porno-cuir en Perú? ¿Hay algún artista que te guste mucho y del que nos quieras platicar?
HA.- Giuseppe Campuzano propuso allá por el 2004 un micro proyecto que con los años se convirtió en macro, trascendiendo fronteras: El Museo Travesti del Perú. En este libro hay una frase contundente y devastadora: “Toda peruanidad es un travestismo” y según mi entender podría resumir una propuesta contra ideológica no solo a lo que implica nuestra propia identidad humana, sino que trasciende a lo social, cultural, político y hasta religioso-ancestral. Otrxs artistas que vienen trabajando la temática torcida-perversa peruana son Javi Vargas Sotomayor con su propuesta de des-masculinización patriarcal de los héroes nacionales peruanos desde Tupac Amaru hasta José Carlos Mariátegui, amo a Jai Vargas pues se ha ganado el odio de muchos sectores sociales politizados. Palanca, mítico dibujante tardíamente descubierto que vivió de espaldas a la escena cultural peruana, creando un mundo magnificado de super hombres fetichistas. Javier Temple, ícono del travestismo limeño y a quien considero unx de mis drag mothers. Las Teatro del Sol, quizás aun no estudiadas ni descubiertas que empezaron a generar piezas conceptuales y de teatro abiertamente homosexuales a fines de los 80 e inicios de los 90 y, por supuesto, debo mencionar también – quiera o no – a Sergio Zevallos y el Grupo Chaclacayo quienes practicaron un autoexilio artístico-sexual a inicios de los años 80 en Lima construyendo un mito cuyo legado se ha paseado por muchos museos y galerías de arte en Europa y que finalmente pudo ser apreciado en nuestro propio país. Hago punto aparte y quiero mencionar el trabajo de Carla Montalvo o Carlita Uchu, una de las únicas performers limeñas que trabaja su sexualidad desde un punto de vista femenino absolutamente mágico- ritualístico sin ningún tipo de complejo en escena.
LM.- Cuéntanos un poco de Festival Pornífero, ¿Qué es, porque surge y cuánto tiempo tiene de existir?
HA.- El proyecto Festival Pornífero se fue creando a través de una colección personal del material en videoarte cedido y compartido cortésmente por artistas, activistas, teóricos y ejecutantes de la práctica cuir y postporno de España y Latino América. Es curioso notar como todxs los implicados en esta tendencia nos rastreamos vía las redes y establecemos vínculos de confraternidad, intereses mutuos, esbozos teóricos, nuevos planteamientos de luchas y disidencias sexuales y proyectos donde nos inmiscuimos a placer y disposición. Elisa Fuenzalida (poeta activista peruana exiliada en España) allá por el año 2005 fue una de las primeras que me empezó a enviar links en el blog Pornolab Madrid donde pude descubrir y entrar en contacto con gente de muchas partes del mundo que estaban haciendo lo que yo ya había empezado a hacer allá por el 2001. La colección de Festival Pornífero fue creciendo, hasta la semana pasada he seguido recibiendo nuevos videos y la verdad estoy feliz por ello. La idea es proponer un proyecto abierto sobre postpornografá en Perú, pero no porque me suba al coche de la moda, sino por una consecuencia lógica de mi trabajo de performance y como infectador cultural. Este año Pornífero tuvo 3 ediciones: la primera de introducción al tema, la segunda edición con la temática del pornoterrorismo (propuestas de Diana Pornoterrorista y Coletivo Coiote, de Brasil) y la tercera edición sobre trabajo sexual como activismo. El año que viene asumo que se abordará alguna nueva temática pues ya el propio festival se ha independizado y maneja su propia lógica como proyecto conceptual.
LM.- ¿En qué proyectos estás trabajando de los que nos quieras platicar?
HA.- Para mí, el año 2015 empieza con nun nuevo proceso de investigación personal. Soy afecta compulsivamente a la experimentación y desafío, en este sentido, debo contar cómo me aburrí de la escena new wave y me pasé a la escena noise experimental y consecuentemente al circuito de artes plásticas y de performance peruana. Ahora siento que viene un mayor desafío y es el exilio. Desde el año pasado estoy comprometido a casarme con otrx travesti española a quien quiero muchísimo y con quien pretendo envejecer juntxs. Mi propio matrimonio se convertirá en mi nuevo proyecto sobre nuevos afectos, nuevos modelos de familia, matrimonio lgbtq y migración. No puedo vivir sin desafiar la vida misma.
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Héctor Acuña / Frau Diamanda
por Tina Pit
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por Uve Rivera
FICHA TÉCNICA: Tinta y acuarela sobre papel.
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Soy Uve Rivera, artistx e ilustradorx nacidx en Barcelona y actualmente con base en Londres. El cuerpo de mi trabajo es sobre el grabado y kinkismo, casi un 90% desarrollado en una paleta en blanco y negro.
En una sociedad urbana y colonizada por la imagen, tiene significados plásticos y sintácticos que se crean a partir de la naturaleza icónica de la naturaleza misma de las cosas, en este sentido, el objetivo de la teoría de la imagen es el estudio de la selección de la realidad, de los elementos fácticos y de la sintaxis. Siguiendo esta línea, Justo Villafañe clasifica las imágenes en tres: naturales, mentales y creadas. La imagen como representación es conceptualización y va más allá de la comunicación visual, implica también al pensamiento, la memoria y la conducta; sabemos que estamos frente a una imagen, si tenemos la presencia de una selección de la realidad sin alterar su naturaleza, donde la percepción se encarga de las técnicas para la selección de la realidad, y la representación será la explicitación particular de la realidad; entiéndase que toda imagen viene de un referente de la realidad, es decir que está constituida por modelos de realidad.
En el proceso de modelización icónica de la realidad todo inicia en la percepción, donde se extrae un esquema icónico en relación a la estructura de la realidad objetiva; en esta relación con lo real el observador conceptualiza la imagen. Yo me pregunto: ¿todos aspiramos a la contemplación? Independientemente de las formas y modos que tengamos de apreciar las cosas, ya sea desde lo real o desde la imagen, al ser nosotros quienes trabajamos y damos forma a la naturaleza. De esta forma, el productor/creador de imágenes fungirá como esa Alma/razón de acción y contemplación que modelará gráfica, plástica o visualmente su realidad en relación a referentes directos de la naturaleza, para materializar una imagen “natural”, es decir, es aquella imagen que se abstrae del entorno, es la percepción ordinaria; o bien, se puede construir una imagen mental como un modelo de realidad altamente abstracto al intentar aprehender un objeto ausente o inexistente.
San Agustín encuentra la necesidad y el deseo de amar a Dios, pero este amor lo confundía con el goce de un cuerpo a partir de un placer-dolor producido por un “espectáculo”[1] (imagen) de la miseria; deja entender por espectáculo, a todo eso que te conmueve al no ser libre de sus efectos de misericordia. Así pues, la imagen, dentro de una cultura de masas es considerada un agente territorializador del hombre con su entrono. El problema central de este punto será la mímesis, entendiéndose como la imitación de la naturaleza equivalente a su original; es vista como un objeto que atestigua la existencia de lo que da a ver, es considerada como la imitación más perfecta de la realidad, se presenta como una huella de lo real que nos obliga a creer la existencia del objeto representado.
Se habla de una estética planetaria hegemónica producto de la realidad virtual y de las sociedades posindustriales desde un aspecto de colonización, pues se vive dominado por la voluntad de perfeccionamiento y de una mimesis que culmina en hiperrealismo, y así se nos presenta una imagen como simulacro/escena. ¿Pero hasta dónde la pulsión icónica nos es impuesta? En caso de ser así, las proyecciones imaginarias del hombre carecen de percepción personal, dejando a la percepción visual como procesador sociopolítico. ¿Qué papel juega entonces el percepto? ¿El de una vivencia subjetiva o el de una vivencia manipulada, donde se activa el significado al investir el sujeto un estímulo visual o al ser investido el sujeto por un estímulo visual?
En este sentido, la imagen que propongo es una <<imagen interior>>, de mi interior, es la forma en que yo concibo la negritud, un tópico tabú en la historia mexicana, no hay negros en territorio mexicano es lo que nos enseñan los libros de textos de primaria; entonces yo me pregunto: ¿qué pasa con las comunidades de Guerrero, Veracruz y Oaxaca?, solo por mencionar las más cercanas a mi ubicación. Con ellas no pasa nada, se nos muestran como <<uno más de nosotros>>, lo único que nos separa, es que nosotros, a diferencia de ellos, si tenemos nombre, apellido y acta de nacimiento; ellos deben conformarse con un número tatuado en el brazo. Cuando me identifico con lxs negrxs me odio a mi mismo, al cruzar esa frontera de la repulsión e invisibilización hacia los otros cuerpos no similares al mío; saber de la existencia de lxs negrxs es un acto de abyección, acción que perturba mis límites para localizar y reconocer lo Otro a partir de su propia negación. Hoy como acto de abyección, devengo negrx, devenir no es imitar, ni hacer como, ni adaptarse a un modelo; lo único que hay son palabras irregulares para herir algo exactamente. No parto de nada ni quiero llegar a nada.
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BIBLIOGRAFÍA
DE HIPONA, San Agustín, Las Confesiones, Ed. Akal, España, 2003, pp. 69-86.
GUBERN, Román, “Frente a la escena”, en Del bisonte a la realidad virtual. La escena y el laberinto, Ed. Anagrama, España, 1996, pp.7-49.
PLOTINO, “Enéada III.8”, en Enéadas III-IV, Ed. Gredos, España, pp. -231-260.
VILLAFAÑE, Justo, “La conceptualización de la imagen”, en Introducción a la teoría de la imagen, 3ª reimpresión, Ed. Pirámide, España, 2006, pp. 27- 51.
[1] “Porque no se provoca al espectador a socorrer a uno, sino que sólo se le invita a condolerse, y en cambio al actor de tales imágenes le favorece tanto más cuando más dolor siente (…) si aquellas desgracias humanas, antiguas o falsas, se representan de modo que el espectador no se duele con ellas, se marcha de allí aburrido y criticando; pero si, al contrario, siente dolor con ellas, está atento y llora de gozo.” En DE HIPONA, San Agustín, Las Confesiones, p. 70.
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Benjamín Martínez Castañeda es productor visual mexicano, su investigación está encausada a la teoría queer y filosofía política.
http://benjamin-walpurgis.tumblr.com/
http://bjmmcteoriafotografia.blogspot.mx/
http://benjaminmartinezmvaf.blogspot.mx/
por Bruno Bresani
«Todo deseo estancado es un veneno.»
André Mauris
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BRUNO BRESANI, Recife, Pernambuco, Brasil 1973
Las raíces de Bruno están allí, donde nacen las interrogantes, donde aprehende el tiempo y lo ordena de acuerdo no con lo que mira, sino con lo que siente y descubre ante lo que ve. Construye sus propias criaturas, objetos, escenarios y escenas unívocas para quien pueda identificarse con tales seres o espacios existenciales. Lo más íntimo adquiere sentido en la colectividad, en la identificación con los pulsos anímicos del espectador, lector, público en movimiento. José Ángel Leyva