Sopa de lepra

"Me cabe todo" por Itziar Markiegi
«Me cabe todo» por Itziar Markiegi

por Elena Arreola Vilchis

He decidido cocinar todos los recuerdos, segmentos revueltos, empanizados  de culpa,  fecundados en el interior de mi vientre, he decidido expulsarlos por los dedos, ante pantalla blanca, ante puntero en negro, palpitante, anhelante de desenfreno. Deseo que todo el veneno se consuma en caldo, caldo tibio saliendo por el orificio vulvar, que salga, se vaya, quemo la parálisis facial del miedo, hago gestos, me revuelvo, estoy mezclando mi nueva yo con la del espejo. Me caliento, punto de ebullición para las culpas,  los daños, miedos, las angustias por no ser talla 5, ni tener las nalgas de terciopelo. Abro la boca y mando  una escupida total ante el “deber ser” de una mujer, ante el interés imperante por pertenecer.

    Anuncio mi despedida ante la situación marchita de ser una mujer sumisa, bonita y chiquita  para seguir con vida, renuncio a la depilación femenina, al esquema social que dice que debo usar crinolina, me introduzco los dedos sin temor, el flujo conecta perfecto con mis uñas y el movimiento que realizo, círculos sensoriales que me regalo con amor. Aún húmeda y suspirando voy dejando todo el veneno mental que se acumuló, lo veo salir como una cascada de  vagina refrescando y anunciando mi decisión.

    Voy recorriendo la cama con líquido del amor, liquido del placer. Personaje húmedo que no teme a ser. Mi sangre transforma la temperatura en algo más cercano a la sopa, sopa espumosa escurriendo entre piernas, voy cerrando los ojos, imagino que tomo un cuchillo, lo acerco a mis senos, los raspo, mis pechos como suaves manifestaciones de vida, ya no son envases de leche podrida, aún con el fragmento de carne imaginaria en la  mano,  anexo corteza de pezón al  sustancial platillo.

    ¿Podrás imaginar la sensación tan deliciosa de sentir el dedo ahí mentido?, ¿la sensación de escurrir y liberar por todos tus sentidos?, me fascina la sensación de ser río y delirio. Todo mi dolor se transforma en gemido, se va agrupando en agua, flujo transparente con destino al olvido, con anhelo de ir haciendo camino, rumbo al mar, siguiendo todos mis latidos.

    Tengo un pez viviendo entre mis piernas, se asoma cuando los dedos en circulo lo saludan, lo frecuentan, su pequeño ojo sale ante el encaje, anuncia palabras irreconocibles, es el idioma marino del éxtasis, va sonando muy fuerte, casi como un grito que salpica instantes de veneno, lo percibo haciendo ruido, quiere hablar de lo no podría hacer, por no tener nombre de niño. Me olvido, sigo frotando mi carne al compás del gemino, se abre un abismo en mi pecho, el placer es tanto que dejo escapar un suspiro.

    Aún en la cama, cerca del peluche de vampiro, pienso en su orden social y su necesidad imperante de congelarme los sentidos. Me aprieto el cuello con la otra mano y empiezo a experimentar  esa libertad reprimida que su asquerosa boca intentó suprimir. Libertad de tocarme, de aniquilar  su asquerosa norma,  su idea social de no venirse en la boca.

    Mi vulva sedienta y rebelde va escupiendo manchitas de dolor, de todo eso que dijeron, veo pedacitos de endometrio inherte, óvulo en descomposición, sangre fluyendo desde mi corazón hasta el campo sagrado del vello, coágulo de resistencia saliendo por mi cuerpo, expulso miedos, expulso venenos ajenos, expulso las veces en que caí en la trampa y sentí odio contra mí misma por no tener un buen trasero.

    Tomo un poco de mi sopa de lepra, la saboreo con los dedos, la veo escurrir por mi camisa, la siento mojando mi mente revuelta, la sopa se concentra en mi pierna, la embarro con suavidad por las rodillas, la dejo ser libre y me tomo una siesta. En verdad ha sido una deliciosa tarde de orgasmos, agua y sopa de lepra. Merezco un descanso. Entonces lo entiendo: mi sopa de lepra es una manifestación sensorial interna, una recopilación de la entraña, una manera de hacerme visible, de ponerme contenta, mi sopa de lepra es un placer para mi imaginación alocada y violenta, es un regalo para mi nueva yo física e interna. Es juguito para la maceta, aguar para el mar de mi boca sedienta. Es libertad para caminar con una sonrisa inquieta.

[divider]

Elena Arreola Vilchis, a veces Doña Podrida Vilchis. helena

Concentración de células con ganas de expandirse, recrearse. Estudiante de Literatura Dramática y Teatro con tendencia a la actuación, a la dramaturgia. Segmento en construcción con ganas de reinventarse, recrearse, absorberse, desecharse, aplastarse, recuperarse, pegarse, morderse, vomitarse.

Link facebook:

https://www.facebook.com/HelenaaVilchis

 

Volver arriba