Las otras miradas en el cine X

 

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Por Maria Laura Ise

 

“Porn is a huge part of the culture we’re living in. Women can not just ignore porn, we have to participate and discuss this very influential genre”

Erika Lust

 

[box type=»shadow» align=»aligncenter» ] [dropcap]E[/dropcap]rika Lust (Estocolmo, 1977), guionista, productora, directora de cine erótico y dueña de su propia compañía –Lust Films–, no escribe desde cualquier lugar ni para cualquier público. Su filmografía, inseparable de su escritura, apunta a crear una alternativa del mainstream porno; un porno diferente que forme parte de un discurso contemporáneo más amplio en torno a la sexualidad. Desde el año 2004 su trabajo (cortometraje, largometraje y documental) ha sido ampliamente reconocido y premiado en el ámbito del cine porno feminista en Estados Unidos, Canadá y Europa. Aunque es imposible resumir en pocas líneas la amplitud y variedad de contenidos que el libro abarca en sus 11 capítulos, quiero rescatar tres puntos -más críticos que descriptivos- que desde mi óptica aparecen desplegados y entrelazados en las páginas de Porno para Mujeres.[/box]

 

Monopolio

“Pertenezco a una generación que no ha encontrado una representación de su sexualidad moderna y plural en la pornografía machista y tradicional. Las mujeres debemos tomar medidas inmediatamente y empezar a cambiar la visión que los hombres han impuesto del sexo a través del cine X. De lo contrario, las nuevas generaciones solo tendrán acceso a su visión, más bien pobre, de la sexualidad”. Con esta frase, Lust revela y denuncia una cuestión más amplia y evidente: los hombres productores y directores de cine X han tenido durante décadas el monopolio de la definición de la pornografía, de construirla a partir de sus ideas y deseos, representando solamente su sexualidad con un claro resultado: En la actualidad existe un porno monocolor y monogénero, una especie de estándar universal del porno, que reproduce siempre los mismos clichés y retratan los mismos personajes.

Estas cintas se centran en códigos muy particulares: cosificación y humillación de las mujeres, centralización del placer masculino y mínima importancia del placer femenino, nula elaboración del guión e historia, nula calidad y cuidado por la estética, solo por mencionar algunos rasgos que hacen un producto poco realista y muy predecible. Poco a poco, en los años 80 con cintas como Candida Royalle, llega la producción de las primeras películas eróticas escritas, y dirigidas, desde la perspectiva de la mujer; con esto se le comienza a considerar potencial consumidora de películas X. Actualmente, en particular con más fuerza desde los años 90, muchas directoras pretenden redefinir el porno; lo que es y tiene que ser, centrándolo en el placer y deseos femeninos y cambiando los términos de la representación.

El porno: una herramienta útil

“A mi me gusta ver el cine pornográfico como un subgénero más del mundo del entretenimiento audiovisual -dice Lust- con la particularidad de que, a diferencia del cine de terror o la comedia, este cine busca la excitación de quien lo mira. Como la sexualidad misma, lxs espectadorxs somos todos diferentes, la diversidad de gustos y del cine X responde a este parámetro: cada quien debe encontrar su gusto y placer”.

Así, una de las apuestas más evidentes del libro es la de construir una audiencia que sepa todo sobre lo que rodea al porno, y le es pertinente. Aquí va la lista, muy resumida: la pornohistoria, con breves referencias desde imágenes eróticas del paleolítico hasta Porntube. Las FAQ´s más populares: un diccionario dónde consultar el vocabulario técnico que rodea a este tipo de cine y una larga lista con crítica incluida de lo mejor del cine X desde los años 70 (su época dorada, según la autora) hasta la actualidad. Cuando terminas de leer el libro, sin duda, te siente más informada y entiendes la diversidad dentro del subgénero mucho más que antes.

Nacerá entonces un nuevo tipo de mujer a la que Lust da el nombre de masturbadora informada, una mujer que conoce y puede diferenciar las peculiaridades y sabores del cine para adultas: porno convencional, cine erótico vintage, gay, les, bisex, trans, fetish, hentai,gonzo, amateur, nouvelle vague porno, el movimiento alt, el género documental, y el DIT (do it yourself), entre otros.

Más allá de la lectura obvia (hay que crear consumidoras informadas y cada vez más especializadas para el buen alimento de la industria del porno femenino, que además compre por internet) se dejan entrever algunas preguntas y respuestas sencillas e interesantes a lo largo del libro: ¿Por qué una mujer debería mirar porno? ¿Es el porno una perversión o nos ayuda a aprender sobre la sexualidad?

Los argumentos son varios, comenzando porque las mujeres llevamos poco tiempo teniendo el derecho de disfrutar de nuestro propio cuerpo y nuestra sexualidad. Factores como el patriarcado, la Iglesia e incluso la educación dentro de la familia condiciona y reprime fuertemente la sexualidad de la mujer, reforzando la idea de que el sexo está estrechamente vinculado a la reproducción o a la satisfacción del hombre. El potencial del porno (al menos este tipo que propone y defiende) consiste en que es una herramienta más para seguir desarrollando nuestra revolución sexual, que comenzó en la década de los 70. Las películas explícitas y sus imágenes pueden inspirar la búsqueda del placer y permite explorar con mayor profundidad la sexualidad. Evidentemente, no está la intención de sentar una doctrina sobre cómo debe ser el cine para adultas sino dar más opciones de búsqueda.

 

 Manifiesto por un nuevo cine

 Explícito, inteligente, femenino y feminista. Esa es la propuesta del libro: que el cine para adultas muestre mujeres reales protagonizando historias de sexo reales, que hablen de su sexualidad, que no retrate a la mujer como objetos pasivos o víctimas, sino dando y recibiendo placer; ver a otras mujeres disfrutar. Un cine, además, con otros valores estéticos.

¿Por qué un porno feminista? Como toda expresión artística y cultural, la pornografía también tiene un discurso y es, más allá de un producto comercial, una manera de hablar sobre sexo; de ver y entender lo masculino y lo femenino. Para Lust, todo aquello que tenga un discurso es susceptible de ser abordado y modificado desde una óptica feminista. Por eso se debe participar en este discurso creándolo, expresando otras miradas para explicar cómo somos, cómo es nuestra sexualidad y cómo vivimos la experiencia del sexo, dándole más y mejores contenidos.

Finalmente, la evidencia: “Vivimos en una sociedad que, nos guste o no, está pornificada”. El porno se hace presente en internet, en los medios de comunicación masivos, circulando fuera del armario oscuro donde se encontraba. El cine para adultas que esta directora propone tiene efectivamente una mirada crítica ante lo ya existente y preponderante; busca no solo ampliar la diversidad de opiniones sino una participación activa y protagonista en la creación de este discurso.

El libro es una valiosa interpretación y propuesta sobre el porno como producto cultural con poder para formar e incidir en nuestras prácticas, también podríamos leerlo teniendo presente que no son solamente las nuevas erotic boutiques, las reuniones de tupper sex, los nuevos juguetes de lujo, o el porno para mujeres los elementos en exclusividad liberadores de las mujeres, como sugiere en gran medida el texto. Ser una consumidora activa e informadísima de lo mejor del cine de sexo explícito para mujeres difícilmente nos permita equiparar consumo a liberación en un sentido amplio, menos leyendo esta propuesta en contextos ajenos al europeo. Pensemos en qué otras maneras (más allá de poder o no comprarme el mejor dildo del mercado) existen desde el feminismo, y son muchas: solidaridad entre mujeres, compartir y circular saberes, no cerrar la boca ante cualquier atropello o violencia por cuestiones de género, en cualquier espacio y aunque de golpe nos parezca “fuera de lugar”, no dejarse amedrentar por la violencia cotidiana en la calle, en el metro, en toda la ciudad, responder, platicar con hombres y mujeres al respecto cuando sea posible, y también, por qué no, elegir y mirar una buena película porno

María Laura Ise

marialauraise@gmail.com

**Puedes descargar el libro desde la página: http://store.erikalust.com/es/descargas-digitales/310-porno-para-mujeres-free-download.html

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