La festividad de la carne

Por: Benjamín J. M. Martínez Castañeda

 

“Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación,

inmundicias, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos,

iras, contiendas, discenciones, herejías, envidias, homicidios, borracheras,

orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto ya os

lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredaran el reino

de Dios.”

(Gálata, 5:19)

 

Estamos a unos días de la Semana Santa y con ella algunos rituales se deben cumplir al pie de la letra, estos son: el Carnaval, la Cuaresma y la Pascua. Me interesa abordar el Carnaval, éste es una celebración anterior a la Cuaresma cristiana; son los disfraces y las máscaras la indumentaria para esta celebración. No se sabe dónde inicia esta festividad, pero la tradición heleno-judeocristiana da dos posibilidades: es un rito dedicado a Baal divinidad del Asia Menor como un falso dios y opuesto a Yahvé, o bien, es un rito dedicado a Baco dios del vino. Ya sea Carnaval o Bacanal, una de sus características principales es el descontrol.

Y es que han sido varios los comentarios sobre el por qué de una política desde lo alegre, lo lúdico y lo afectivo. ¿Por qué seguir haciendo política desde la banqueta y el silencio? Para nosotros el Carnaval se vive día con día, es una revolución afectiva, tal y como lo dice el Manifiesto Transchanga:

Transchanga porque ante la mirada de lo civilizado somos primitivxs, somos exóticxs e incivilizadxs. Me reapropio de su exotismo selvático y juego con ello. Vomito su civilización sostenida a base de desigualdad social, explotación natural y laboral, misoginia, racismos y homofobia. Bajo esos términos no me interesa ser civilizado, prefiero la locura y la desobediencia, la incivilización. [1]

Este manifiesto juega con lo anormal, no como un estigma, sino como una condición bastarda que reniega de sus leyes; el <<ser>> transchanga no va a lo perverso ni a lo enfermo, es detectar el peligro de los discursos morales y civiles; lo que lo vuelve en un sujeto peligroso, ya que se resiste a las tecnologías del poder: a la que expulsa, excluye, prohíbe, margina, reprime; así como al poder positivo que norma y transforma desde sus propios efectos (normatividad). Así pues, la transchanga es ese monstruo humano, es la naturaleza en forma brutal.

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Isaay Rojas. Transchanga. Fotografía digital. México. 2014.

Ser monstruo implica un problema, no para él sino para los demás, pues es él quien interroga al sistema; en otras palabras, la monstruosidad es una irregularidad natural externa que cuestiona el derecho que ya no funciona. De este modo el <<ser>> del monstruo es la transgresión: “(…) por consiguiente, de los límites naturales, transgresión de las clasificaciones, transgresión de la ley como marco (…)”. [2]

Habrá que entender entonces la transgresión como un desorden de la naturaleza. En este punto, donde la monstruosidad de la naturaleza se hace presente, la figura del hermafrodita[3] aparece como aquello que tiene los dos sexos; a este desorden de la naturaleza se nos ha enseñado a temerle.

 

“¿Qué es, realmente lo que queréis, hombres, conseguir uno del otro? (…) ¿Acaso lo que deseáis es sestar juntos lo más posible el uno del otro, de modo que ni de noche ni de día os separéis el uno del otro? Si realmente deseáis esto, quiero fundiros y soldaros en uno solo, de suerte que siendo dos lleguéis a ser uno (…)”

Platón (§192 d-e)

 

Mientras para unos la figura hermafrodita es un monstruo, nosotros la vemos como la forma originaria del ser humano, es uno solo en forma y nombre que reúne lo masculino y lo femenino desde el amor. Así es el performance de Lía García Barreto, que bajo el arquetipo de la Novia ha mostrado el <<encuentro>> como algo pedagógico que sitúa al cuerpo en espacios afectivos donde el cuerpo se disfruta de manera colectiva.

 

En noviembre de 2013 en la Galería Agua Fuerte en la Ciudad de México, se llevó a cabo Sobre la distancia. Mostrarse/Mostrae/Monstruo; performance de Lía García[4] en el que el diálogo afectivo comenzaba con la mirada de ella hacia alguno de los asistentes. Elemento importante para el evento fueron los cristales de la galería que sirvieron de barrera entre artista y espectador, este muro divisorio te permitía ver al otro pero no sentirlo; se trataba de un compromiso, por parte del espectador un compromiso ético y de respeto para las identidades trans, por parte de Lía un compromiso activista que daba visibilidad a este sector siempre segregado. Se anula la barrera de cristal cuando el compromiso es aceptado, “(…) cuando se encuentran con aquella auténtica mitad de sí mismos (…) quedan entonces maravillosamente impresionados por afecto, afinidad y amor (…) Estos son los que permanecen unidos en mutua compañía a lo largo de su vida (…)”[5]. “Puede besar a la novia” dicta el cierre de los votos matrimoniales.

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Lía García Barreto. Sobre la distancia. Mostrarse/Mostrae/Monstruo México. 2013. Registro fotogáfico: Luis Felipe Hernández.

“Nada ahorraremos para pervertirla y degradarla, para arrasar con todos los falsos principios de moral con los que hayan podido aturdirla; en dos lecciones quiero verla tan perversa como yo… tan impía… tan dada a los excesos.”

(Marqués de Sade, La filosofía del tocador)

 

Ahora toca el turno a Casa Gomorra[6], espacio que reúne proyectos artísticos que van desde la música hasta el tatuaje, pasando por la joyería, el fanzine, pole dance y economías alternativas. Gomorra se ha convertido en punto de encuentro afectivo para todas nosotras, los anormales han gentrificado la olvidada colonia Obrera de la Ciudad de México.

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Gomorra es la Ciudad de la furia, donde nadie sabe de mi y soy parte de todos; aquí el nombre y la procedencia no importan, se trata de una heterotopía de la desviación: “(…) lugares que la sociedad acondiciona en sus márgenes (…) son más bien reservados a los individuos cuyo comportamiento es marginal respecto de la media o de la norma exigida”.[7] Heterotopía entendida como una forma de disfrazar los espacios incompatibles donde el tiempo es visto como un goce, o disfrute, es volver al momento previo del pecado original.

 

De este modo, Casa Gomorra abre sus puertas al banquete. Los cuerpos se disfrutan, se sienten, se extienden. La música te lleva a un estado de purificación y reconocimiento colectivo. Las musas de Casa Gomorra: Ali Gua Gua, Charlee Chamuko, Mery Izquierda y Bruno Cuervo, te seducen y te incitan a la perdición; y es muy difícil no ceder a semejantes bellezas que de sus cuerpos expulsan sensualidad, sabrosura y calentura. Entrar a Casa Gomorra te invita a un devenir animal, el más salvaje.

 

“Nadie nos oye y nadie me impedirá profanar otra vez tus sentimientos más sagrados, y desempeñar contigo un papel frívolo. ¿Soy ahora cruel y despiadada, o bien, grosera? ¿Me amas o me desprecias? Ten el látigo…”

(Leopold von Sacher-MAsoch, La venus de las pieles)

 

Cuerpos Utópicos es un trabajo colaborativo entre Liz Misterio[8] e Ivelin Meza*, es una intervención colectiva donde se invita al público a la auto-representación erótica; aquí las relaciones de poder no existen, la cámara fotográfica no es vista como ese ojo que todo lo ve y lo cosifica. Al contrario, se vuelve tu aliado en lugar de tu policía. Este ejercicio performático nos demuestra que nuestro peor enemigo somos nosotros mismos. Parte de la propuesta de este proyecto es cuestionar los cánones del género, en este ejercicio el cuerpo es modelado y recreado, no a partir de un género, sino del mismo deseo y la fantasía; es poderle dar vida a ese cuerpo que se nos ha prohibido construir.

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Liz Misterio e Ivelin Meza. De la serie Cuerpos Utópicos. Fotografía digital. México. 2011

Es esencial para este proyecto el lugar donde se ejecuta, la idea es poner un set fotográfico ya sea en una fiesta o en un evento cultural; el principio es el mismo: el juego. “Lo que hace que el juego sea enteramente juego no es una referencia a la seriedad que remita al protagonista más allá de él, sino únicamente la seriedad del juego mismo. El que no se toma en serio el juego es un aguafiestas”.[9] De este modo, Cuerpos Utópicos se convierte en una experiencia que transforma al que la vive, haciendo que la obra de arte se vuelva una experiencia; ya que el carácter significativo de este proyecto performático radica en su esencia y no en la conciencia de quien participa en ella, ya que el jugador se vuelve una manifestación del juego mismo.

Bajo la premisa: el sujeto se construye, Cuerpos Utópicos nos invita a la construcción de un cuerpo, de una identidad o de un género que no existe en un sistema donde el ser mujer, homosexual o trans te puede costar la vida.

 

Del sol y de los mundos, nada sé yo que decir, y, sólo veo como de fatigan los mortales. El raquítico dios de la tierra sigue siendo de igual calaña y tan extravagante como en el primer día. Un poco mejor viviera si no le hubieses dado esa vislumbre de la luz celeste, a la que da el nombre de Razón y que no utiliza sino para ser más bestial que toda bestia.

(Goethe, Fausto)

 

Después de un breve recorrido por el arte disidente en la Ciudad de México y cerrando con un epígrafe de Goethe, me gustaría concluir este ensayo enunciando lo siguiente: lo que se ve reunido aquí es una Baca, sí, como la tragedia de Eurípides. El arte que estos artistas puedan proponer, cuestionan los modos de hacer arte y las políticas de representación del arte. Estas prácticas artísticas orgiásticas crean su propio mundo, el furor del que habla Eurípides, en estos artistas es visto como una fuerza de producción que reúne huellas de lo existente; esto es, hacer el arte desde sí mismo. Pues cada uno propone un problema (monstruosidad, misoginia, transfobia) que se resuelve desde un posicionamiento político: lo trans, lo feminista, lo cuir. El proceso creativo de estos artistas radica en la transformación de los afectos; el luto se vuelve memoria, la protesta en melodía y la marcha se asume como fiesta. No se calla, se grita. Nuestra venganza es: ser felices.

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FUENTES DE CONSULTA.

Bibliografía:

GADAMER, Hans-Georg, Verdad y método I. Traducción de Ana Agud Aparicio y Rafael de Agapito. Salamanca: Ediciones Sígueme. 1977.

FOUCAULT, Michel, Los Anormales. Curso en el Collège de France (1974-1975). Traducción de Horacio Pons. Buenos Aires: FCE. 2007.

______________________, “Las heterotopías”, en El cuerpo utópico. Las heterotopías. Traducción de Víctor Goldstein. Buenos Aires: Ediciones Nueva Visión. 2010.

PLATÓN, “Banquete. (§192 b-c)”, en Diálogos III, Traducción de M. Martínez Hernández. Madrid: Gredos. 1988.

 

Ciberografía:

Casa Gomorra, https://www.facebook.com/casa.gomorra/ . Consultado en marzo 2016.

Tadeo Cervantes, “Manifiesto Transchanga”, en Hysteria! Revista #10 Anormales, 2014. Disponible en línea: https://new.hysteria.mx/transchanga/ . Consultado en marzo 2016.

Lía García Barreto, http://jerrychinos.wix.com/transartivismosudaka . Consultado en marzo 2016.

Liz Misterio, http://lizmisterio.wix.com/liz-misterio

[1] Tadeo Cervantes, “Manifiesto Transchanga”, en Hysteria! Revista #10 Anormales, 2014. Disponible en línea: https://new.hysteria.mx/transchanga/ . Consultado en Marzo 2016.

[2] Michel Foucault, Los Anormales. Curso en el Collège de France (1974-1975). Traducción de Horacio Pons. Buenos Aires: FCE. 2007, p. 68.

[3] Tengo muy claro que el hermafrodita ha sido renombrado como intersexual para neutralizar el poder de estigmatización del primero; no voy a hablar de las personas intersex, sino de las personas trans para continuar con la escuela filosófica postestructuralista que así las ve para otorgarle poder de agenciamiento.

[4] Vid. http://jerrychinos.wix.com/transartivismosudaka

[5] Platón, “Banquete. (§192 b-c)”, en Diálogos III, Traducción de M. Martínez Hernández. Madrid: Gredos. 1988, p. 227.

[6] Vid. https://www.facebook.com/casa.gomorra/

[7] Michel Foucault, “Las heterotopías”, en El cuerpo utópico. Las heterotopías. Traducción de Víctor Goldstein. Buenos Aires: Ediciones Nueva Visión. 2010, p. 23.

[8] Vid. http://lizmisterio.wix.com/liz-misterio

[9] Hans-Georg Gadamer, Verdad y método I. Traducción de Ana Agud Aparicio y Rafael de Agapito. Salamanca: Ediciones Sígueme. 1977, p. 144.

*N.deR. Ahora Ivelin Buenrostro.

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Benjamín Martínez Castañeda. Productor visual mexicano, maestro en Artes Visuales por la U.N.AM. Su investigación está encausada a la teoría queer y filosofía política.

 http://benjamin-walpurgis.tumblr.com/
http://bjmmcteoriafotografia.blogspot.mx/
http://benjaminmartinezmvaf.blogspot.mx/

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