El amor sale por el estómago

imagen por Karl Frías

 

por Sofía Santaolalla González

No había nada que amara más que la comida, no le importaban los comentarios que recibiera porque también se los comía. Le encantaba comerse los comentarios.

Nunca le importó que le dijeran vaca cada vez que caminaba por las calles, ni que hicieran sonidos de puerco. Se tragaba las onomatopeyas.

Las personas la evitaban, excepto él. Su mejor amigo había llegado en el momento exacto a su vida y por eso lo apreciaba, juntos comían todo tipo de cosas: pasteles, papas fritas, helados, pastelitos, galletas; juntos eran felices. Al menos eso era lo que creyó hasta que un día aquel chico decidió hacer ejercicio y ser parte de aquel sistema que juraron destruir.

Sus comentarios comenzaron de poco: “no deberías comer tanto”, “deberías comenzar a ser más saludable”, “eso no tiene nada de nutrientes”. Sentía que era mejor taparse los oídos porque sus comentarios eran los que menos quería comer.

Entonces llegó el día en el que aquel que consideró su mejor amigo, dijo lo que era el peor insulto que había recibido en la vida, junto con más chicos, sus nuevos amigos, las risas comenzaron. Le dieron asco. No se tragaría nada de eso.

Nunca en la vida tuvo tantas ganas de vomitar como en ese momento y lo hizo, le vomitó en la cara todos los comentarios, las onomatopeyas, las cosas que comieron juntos y siguió hasta que se encontraba vomitando sus entrañas. Solo quedó una cascara vacía que se desparramó en el suelo, porque simplemente no tenía más razón para vivir sin él.

[divider]

Sofía Santaolalla González, licenciada en Diseño con área terminal en Gráfico por parte de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos. Nacida en Cuernavaca, Morelos el 6 de febrero de 1998.

Su trabajo consta principalmente de cuentos cortos en los cuales toma la temática creepy, gore y kawaii de la cultura japonesa descontextualizándola y aplicándola en sus vivencias en el México actual.

Link página personal: https://medium.com/@santaolallasofia

Volver arriba