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Al hilo de las palabras (u kansa ji chui*)

Por Maga Salazar

No fui niña ni mujer joven de hilos y costura. Pero el tiempo y la observación profunda de mi necesidad de conexión conmigo me dirigió a una nueva vida, o energía, que con el paso del tiempo me acercó hacia otras mujeres que bordan, cosen o tejen. Todas, al contacto con los materiales, nos fuimos enamorando de la materia que se transforma en nuestras manos y pensamientos, de esa que nos habla de su huida de la madeja, que va libremente y apasionada para encontrarnos reflejadas en una forma nueva. La “labor” te encuentra. Labor le dicen algunas bellas mujeres a su proyecto de bordado. Yo bordo, y desde que lo hago, me reconecté con mis ancestras, aunque no sabría exactamente cómo explicarlo.


En el siglo pasado era una obligación de género saber “bordar, zurcir, tejer, coser” (como en la ronda infantil). Actualmente bordar no es una actividad excluyente hacia los hombres, pero sí muy introspectiva, de quietud activa. Se puede meditar mientras se trabaja en esto, se puede sanar, incluso, pero no es fácil. Lleva tiempo, quizá el mismo que se tarda en aprender alguna técnica compleja y aplicarla a un proyecto delicado y demandante.
El bordar tiene muchas manifestaciones. Lo lamentable de todo es que se le considere un oficio artesanal tildado peyorativamente de femenino y, por ende, de carácter secundario, donde pocas personas pagan el precio justo de tan bellos objetos de tiempo y color. De esto deriva que algunas bordadoras lo hagan como medio de “apoyo económico”; otras bordadoras, en cambio, lo vivan desde la terapia, y por ello se rehúsan a vender si quiera alguno de ellos, también hay quienes atesoran herencias bordadas en colchas, ropones, manteles, o zapatos, y las usen como guías o manuales para conservar diferentes técnicas; o, están aquellas que bordan como denuncia y protesta en contra de la extrema violencia de género, como sucede en la acción social colectiva de “Bordamos feminicidios” aquí en la ciudad de México, con eco y participación internacional. Mal indicio.

Conocí y participé en ese proyecto hacia 2012, invitada por Minerva Valenzuela. En ese momento yo habría sufrido una ruptura amorosa donde hubo violencia. Me encontraba frágil. Creo que por eso conecté enseguida con la propuesta y bordé, nunca antes lo había hecho. Bordar me enseñó la fuerza que se necesita para externar un dolor tan intenso: en este caso, contar en primera persona la historia de una mujer cuya vida fuera interrumpida, ya sea por algún conocido o por su pareja sentimental, en ocasiones quedó sin identificar al feminicida. Historias de mujeres de todas las edades y condiciones de vida. Bordar sus voces sobre un aparente delicado pedazo de tela, en realidad fue bordar sobre un pañuelo estandarte.

En mi vida han pasado muchas cosas en torno al bordado como fuente de reconciliación. Lo que me recuerda el atender las señales de mi salud visual y no comprometerla, pues desde hace siete años que empecé a bordar no he parado de hacerlo. A veces con labores gigantes, como en el proyecto de bordado colaborativo* que activara junto a mi amiga Silvia Noh. Vivimos una muy alejada de la otra, así que cada casi dos años nos reencontramos, al hacerlo compartimos charla y sonrisas. Nos “chuleamos” mutuamente las cosas bonitas que bordamos y nos explicamos cómo las aprendimos a hacer, o hablamos sobre cómo va la vida y algo sobre nuestros planes y alegrías diarias.


U kansa ji chui = al hilo de las palabras es el nombre en lengua maya que asignamos a aquel proyecto que estará entre nosotras, y entre las demás mujeres que bordan y se comparten, entre las personas que sueñan y bordan al mismo tiempo, entre aquellas personas que descubren quienes son, lo que saben y lo que sienten frente a la tela, los hilos y las agujas, en todas sus formas y dimensiones, entre quienes se reparan con el tiempo. Al hilo de las palabras es todo lo que hay entre las personas que resistimos también bordando.

*Parte del proyecto Popol Nah: un espacio comunitario para activar talleres e intercambios de saber en la comunidad maya tzotzil de San Lorenzo, Municipio Lázaro Cárdenas, Quintana Roo (Idea original y espacio físico Nash Salazar, madrina de u kansa ji chui, Sussana Nagy).

 

 

 

 

 

 

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Magalli Salazar. Artista visual y educadora. Cd. de México. Me gusta trabajar con niñxs, jóvenes y adultxs, especialmente con mujeres en actividades sobre arte y creatividad, diversidad humana, discapacidad y derechos, autoconocimiento a través del arte, memoria e identidad social. También me interesa el cine, el bordado, la fotografía, el huerto casero y lo oculto.
Publico notas en: artepublicomx.com
Emprendo en: efímera.arteentela (instagram)
Divago en: elparpadodeceluloide.wordpress.com

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Telar de cintura en la comunidad de Milpa Alta

Texto y fotografías por Tonantzin Arreola

En la comunidad de Milpa Alta, en el barrio de Santa Marta, desde 2009 se imparte el taller de Telar de Cintura por Flor Hernández, quien desde hace más de quince años ha investigado los textiles tradicionales milpaltenses. En las clases, además de las técnicas, se enseñan la historia, utilización y valores de las prendas que se fabrican, utilizando los materiales y colores que más se acercan a los originales, algunas técnicas de producción (como el teñido con añil y cempaxochitl) y hasta los patrones propios de la comunidad.

Flor Hernández, parte del colectivo Contraviento A.C., primero realizó un acercamiento con fines documentales, pero al realizar la investigación se enfrenta con la creciente pérdida de las técnicas y el recelo de las tejedoras de compartir sus saberes, incluso con sus propias familias. Convencida de que la supervivencia de los textiles tradicionales depende de su utilización, comenzó un proceso de reactivación a través de un taller de telar de cintura. Esta revitalización consta en volver a integrar estas prácticas a la vida cotidiana, lo cual comprende aprender las técnicas, realizar prendas y utilizarlas, creando piezas significativas para los integrantes del taller. Además de la técnica, se enseñan los motivos tradicionales, sobre las prendas regionales y su utilización.

Aprender telar de cintura para los habitantes de Milpa alta es parte en la lucha de la construcción identitaria milpaltense, además abona en la construcción individual ya que la habilidad de elaborar la propia vestimenta fomenta la construcción de un individuo con capacidades. Desde el 2011 es un taller permanente en la comunidad de Milpa Alta y se imparte en el Salón Santa Martha en el barrio del mismo nombre, ubicado en Villa Milpa Alta.

En las fotografías puede observarse los procesos como construcción de la urdimbre, el telar, motivos bordados, los instrumentos para bordar, el espacio de trabajo y el molido de añil, usado para teñir la tela necesaria para la elaboración de la falda tradicional (chincuete).

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Tonantzin Arreola (1991)

Artista nacida en Milpa Alta, en la Ciudad de México. Estudió la carrera técnica en Museografía y Restauración, Artes Visuales en la Facultad de Arte y Diseño de la UNAM, y es pasante de Arte y Patrimonio Cultural en la UACM. Ha tomado diversos talleres en espacio como la FAD-UNAM, el FARO de Milpa Alta, la Cineteca Nacional y el Centro de Cultura Digital. Ha expuesto en diversas muestras individuales y colectivas en México y el extranjero. Es miembro fundadora de Colectivo Nopalitos y colabora con la artista Mónica Mayer en el archivo Pinto mi Raya desde 2015.

https://www.facebook.com/TonantzinAr/

https://www.instagram.com/tunambilia/

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Mata a tus ídolos. Anecdotario

Kutri ( vulva ancestral ). Natalia Cabezas. Fotografía por Francisca Jimeno

Por Natalia Cabezas

Hoy tuve una decepción muy grande, me enteré de la muestra de la artista textil, Sheila Hickis que estaba en el Museo de Arte Precolombino.

Por coincidencias de la vida, pasé por afuera y ella estaba comiendo, me invitó a ver su muestra, luego salí a conversar con ella y le mostré mi trabajo.

Su trabajo era bonito, con fibras vegetales y naturales muy finas, lo que más me llamó la atención es que ella viniera a Latinoamérica a aprender los conocimientos sobre telares, algo muy común en los europeos y gente del «primer mundo» (mundo oscuro, diría yo), que vienen a extraer conocimiento de Abya Yala, cuando le mostré mi trabajo y le conté de él, me dijo que mi trabajo era horrible, que daba miedo; se lo mostraba a sus acompañantes como burlándose, que era de psiquiátrico… me preguntó si tenía padres.

La señora me hizo sentir muy mal, hasta las lágrimas, le iba a regalar un tejido mío pero pensé que no se lo merecía y se lo quité de sus manos. Qué pena me dio.

Su trabajo muy bonito, realizado con técnicas que aprendió acá, pero su persona me dejó mucho para pensar en cómo no quiero ser de anciana cuando sea una artista textil reconocida mundialmente.

Mata a tus ídolos, me hizo llorar la señora esa.

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Natalia Cabezas. Instagram @tejidassubversivas      FB tejidos subversivos

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Editorial #32 «Textiles, tejidos y bordados»

En la portada, imágenes de Dora Bartilotti, Paulina Vázquez y Manuel Parra

Este número se irá tejiendo de a poco como al ritmo y al tiempo del textil, lenta y pacientemente.

Damos la primera lazada para comenzar a compartir esfuerzos que muestran la potencia del textil desde distintos puntos, nudos y lienzos así como el diálogo interno y el diálogo colectivo. Desde una mirada muy urbana en donde se ha sentido la necesidad de coger hilo y aguja para expresar reflexiones, visiones y luchas esto es comprensible puesto que nuestro llamado ha sido desde las redes sociales pero espera expandirse de voz en voz, de reunión en reunión, de tejedera en tejedera. 

Este lienzo comienza con visiones que recuperan la vivencia que se tiene del tejido y el bordado como resistencia a las afrentas cotidianas, atravesando el lienzo con puntadas de memoria, saberes, espacios y contextos.

Esperanzadora es la conexión de varios saberes a través del textil, donde se interactúa y se abona al discurso generando colectividades diversas, motivadas y hermanadas desde el punto, la hebra y aguja. Además esta necesidad imperante de sentir las madejas y crear se siente en las manos de quienes realizan y van dejando huella de sus ánimos, tiempos, miradas y argumentos.

Esta primera lazada nos da un aliento de vida, pues las almas creadoras jóvenes están renovando este lienzo de manera continua y precisa. Agudizando la mirada, la reflexión y los valores estéticos desde la práctica, lo cual definitivamente nos marca la pauta hacia la continuidad y al necesario replanteamiento de las miradas, críticas, prácticas y quehaceres textiles.

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Editora invitada: Erika Karina Jiménez Flores

Omotlacatilih ipan 1986 xihuitl ompa Tlaxialtemalco altepetl, Xochimilco itechpohui Hueyi Altepeyollohco Mexihco.
Nochi inemiliz mochantilia ipan ialtepetzin Tlaxialtemalco
Omomachtihtzinoh Toltecayotl ipan Hueyi Caltoltecayotl FAD/UNAM noyuhqui omomachtihtzinoh ompa Tlahtoltemachtilcalli “Formación de Profesores en Lengua y Cultura Náhuatl” ipan ENALLT/ UNAM.
Motequitilia quenin nahuatlahtoltemachticatzintli ompa FAD Toltecayotl ihuan ompa Hueyi Toltecayotl FARO Tlahuac.
Yehuatzin noyuhnqui tlatzotzona in hueyi tampoltzin itech ce Tlatzotzonacenyeliztli “Banda San Luis Huentli”.

Nació en 1986 en el pueblo de Tlaxialtemalco, Xochimilco en la Ciudad de México.
Toda su vida ha residido en el pueblo de Tlaxialtemalco.
Estudió Artes Visuales en la Facultad de Arte y Diseño UNAM y también el curso de Formación de Profesores en Lengua y Cultura Náhuatl en la ENALLT/UNAM.Trabaja como profesora en FAD UNAM y como tallerista de la Fábrica de Artes y Oficios FARO Tláhuac. Ella colabora tocando la tambora en la Banda de Viento “San Luis Huentli”.

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Este número fue editado con el apoyo de

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Llamado de CapuchasRojas EnResistencia de Chile

Fotografías e información de Francisca José Jimeno

La intervención #CapuchasRojasEnResistencia es un llamado feminista que invita a las mujeres a fabricar una capucha roja para manifestarse en las diversas convocatorias, principalmente en miras al 8M, conmemoración internacional de la mujer trabajadora. Así es como en cada territorio las agrupaciones feministas y lesbofeministas han convocado a talleres y performances para visibilizar la prenda símbolo de resistencia.

El sábado 21 de Febrero, la colectiva “No Somos Eva” citó a  las mujeres de Litoral Central en el mirador del Paseo 21 Mayo de el Puerto de San Antonio, Chile; un territorio que sufre por la devastación socioambiental: contaminación del agua potable, extracción de áridos, extinción de flora y fauna nativa; y el evidente machismo de la actividad portuaria.

Se extiende la invitación a mujeres y disidencias para reunirse a crear este símbolo de lucha.

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Colectivo “Bordadoras en resistencia” De Santiago de Chile

Fotos de Bordadoras en resistencia y  Marcelo Aragonese 

El objetivo principal de Bordadoras en Resistencia es utilizar el oficio del bordado como instrumento para difundir y visibilizar la problemática de la violencia de género, de las que muchas mujeres son víctimas en nuestro país.

El oficio del bordado está ligado históricamente a la cultura femenina de nuestro país, siendo el arma que tuvieron las mujeres que sufrieron la violenta represión política de la dictadura chilena en los años 70´/80´. Actualmente, este oficio ha sido retomado por el movimiento feminista, que utiliza el bordado de resistencia para reclamar sus demandas y exigir el respeto de sus derechos.  A raíz de ello es que este colectivo surge al alero de una masiva manifestación del las activistas LasTesis, que reunió una multitud de mujeres en Santiago, y donde algunas quisieron seguir manifestándose a través del bordado.

Como colectivo buscamos que las mujeres tomen conciencia de sus derechos y la exigencia del respeto de éstos, no sólo a nivel familiar, sino también de parte de la comunidad en general y el Estado chileno. Para lograr estos objetivos, realizamos talleres prácticos de bordado de resistencia de manera gratuita y abiertos para mujeres de toda edad.

En este proyecto se nos han unido a la distancia un grupo de mujeres mexicanas que también bordan contra la violencia de género, denunciando los graves niveles de feminicidios que ocurren en ese país. Nos comparten a través de las redes los bordados que realizan para visibilizar la problemática que nos une a ambos países y a toda América Latina en general.

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Voz Pública / Pieza artística de Dora Bartilotti

Voz Pública es una pieza de arte participativo que busca visibilizar el problema de violencia de género en el contexto urbano de Latinoamérica. La intención del proyecto es ser un mecanismo portavoz de aquellas voces que han permanecido neutralizadas a consecuencia de una sociedad que aún discrimina a la mujer y que invisibiliza las violencias que la atraviesan, en una denuncia y demanda colectiva por recuperar nuestro derecho a la ciudad.

El proyecto se da en el contexto actual de Latinoamérica, en el cual, diferentes formas de machismo prevalece y dan como resultado un contexto violento para las mujeres. Frente a esto y a una falta de respuesta y proporción de mecanismos para abordar el problema por parte del estado, es que surge Voz Pública como una propuesta que apuesta por el activismo creativo.

Voz pública está conformado por tres partes que trabajan en conjunto paralelamente: Una plataforma en línea (www.vozpublica.cc), un textil electrónico y una serie de Laboratorios urbanos llamados La Rebelión Textil.

La primera parte consiste en la plataforma de participación y visualización en línea en donde mujeres y personas no binarias pueden compartir, de forma textual y anónima, relatos personales relacionadas a este tipo de experiencias de violencia. A partir de estas aportaciones se genera una base de relatos vinculada con las otras dos partes del proyecto.

La segunda parte del proyecto, consiste en un textil electrónico basado en un sistema de computación embebido, una arreglo de microbocinas e hilo conductivos. El sistema embebido contiene la base de relatos del proyecto, la cual utiliza para dar voz a las historias a través de un sintetizador de voz. Este textil electrónico hace referencia visual a la tradición textil latinoamericana, así como a  diversas propuestas gráficas vinculadas al activismo y lucha feminista. Esta prenda electrónica es activada en espacios públicos con mayor índice de este tipo de violencias, como son los parques, plazas, calles y transporte público. De esta manera, este dispositivo textil busca amplificar y visibilizar estos testimonios para convertirse en un mecanismo portavoz de sus narradoras. Igualmente, en tanto que el proyecto hace uso de las prendas, éste hace alusión a la presencia y ocupación del cuerpo sobre el espacio urbano.

La tercer parte del proyecto consiste en una serie de encuentros nombrados La Rebelión Textil: Laboratorios de textiles electrónicos y activismo feminista. Estos Laboratorios tienen por objetivo ser un espacio de reflexión, convivencia e intercambio de saberes, así como de apropiación y construcción grupal de textiles electrónicos basados en el prototipo inicial del proyecto. Las Rebeliones pretenden propiciar otros modos de asociación y relación que nos permita interrogar nuestras maneras de hacer, donde se apueste por la convivencialidad y la juntanza como formas contestatarias de organización colectiva en contra de los mecanismos y sistemas que nos oprimen, nos marginan, nos separan y nos individualizan. El objetivo final del laboratorio es generar acciones públicas para activar estos dispositivos, como una forma de acción y protesta colectiva por recuperar nuestro derecho a la ciudad.

Desde esta perspectiva, el proyecto se apropia de las tecnologías textiles electrónicas con dos objetivos: Por un lado, para dar una presencia física, a través del sonido, a aquellos relatos que previamente han sido compartidos por las participantes del proyecto. Por otro lado, como una forma de unir estos relatos a un sentido de corporeidad. En otras palabras, encarnar los relatos y dejar que los mismo se sientan en la propia piel, pues aquí, el cuerpo juega un papel importante, ya que es en éste donde residen y donde toman efecto las estructuras de poder sobre las que se articulan las prácticas sociales y las instituciones que dan forma a nuestra comunidad.

En resumen, Voz Pública plantea un conjunto de significaciones corporales, espaciales, temporales y materiales que se entretejen desde su desarrollo formal hasta las dinámicas participativas y prácticas colaborativas que lo conforman. Dicho de otra manera, busca hilar voces para sumergirnos en las tramas de sus narrativas, propiciar puntos de encuentro para en conjunto bordar resistencias colectivas, y de esta manera, tramar acciones en la urdimbre de lo público que amplifiquen la protesta a través de nuestros cuerpos portavoces.

Actualmente el proyecto se encuentra por iniciar la sexta edición de La Rebelión Textil en Xalapa, teniendo sus encuentros anteriores en las sedes: Casa de Cultura de San Agustín en Oaxaca, Centro de Cultura Digital y Centro Cultural España en Ciudad de México, La Colmena Centro de Tecnologías creativas en Tlaxcala y Platohedro en Medellín, Colombia.

Créditos de la pieza: Idea original, diseño y producción textil: Dora Bartilotti / Programación y electrónica textil: Leonardo Aranda y Dora Bartilotti / Programación Web: Leonardo Aranda / Diseño gráfico y de interfaz web: Dora Bartilotti

Diseño e impartición de laboratorios: Dora Bartilotti

Ficha técnica de la obra:

Pieza: Voz Pública / Artista: Dora Bartilotti / País: México / Año: 2018-2019 / Técnica: Textil electrónico, plataforma en línea, laboratorios urbanos.

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Dora Bartilotti. Artista multimedia, estudió en la FAD, UNAM. Su trabajo aborda las intersecciones entre arte, diseño, pedagogía y tecnología. Fue co-fundadora de BINARIO: Festival Internacional de Arte, Diseño y Cultura de los Nuevos Medios. Fue beneficiaria del programa de residencias artísticas en el extranjero del FONCA en Medellín, Colombia, así como de la residencia del Laboratorio de Inmersión BBVA-CCD y de la residencia virtual Fem-Tek Hika Ateneo Bilbao. Actualmente forma parte de Medialabmx. Su trabajo ha sido presentado en diversos espacios entre los que cabe resalta: FILE Electronic Language International Festival, Laboratorio Arte Alameda, Museo Franz Mayer, Centro Cultural España, Centro Multimedia, Centro de Cultura Digital, Mutek México, Mutek Montreal.

Link a página personal:

www.dorabartilotti.com

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Lo fuerte también es frágil / Manuel Parra

Pieza #6 de la serie Él Desnudo Cianotipo sobre tela y estambre. Circunferencias 20 cm cada una, estambre 200 cm. 2014

Al inicio de mi trabajo artístico, en el año de 2013, me interesaba responderme ¿qué es lo masculino? Como si esto fuese algo ubicuo y constante, presa de mi propia ingenuidad comencé a trabajar en torno a la identidad masculina, buscando respuestas a lo que entendía, como lo construía y a través de qué elementos; siendo para aquel momento la imagen fotográfica, principalmente el autorretrato, el medio para explorar estas inquietudes creativas, siempre atravesadas por el tejido a crochet.  A estos primeros retratos agregaba tejidos o bordados de tal manera que construyeran una idea personal sobre la identidad del retratado a través del tejido, medio asociado culturalmente a lo femenino, de tal manera que estas obras eran un vehículo para dialogar frente a frente con mi identidad femenina, como un elemento fundamental que construye mi masculinidad. La importancia de este momento radicó no en la génesis de mi trabajo creativo, sino en una consolidación de mi identidad.

Tal vez como acto de madurez comencé a preguntarme sobre mi relación con el tejido, actividad que aprendí de mi madre pues ¿De quién más podría aprenderlo ¿No acaso tejer es algo que se enseña de generación en generación, de madres a hijas como una perpetuación de los saberes de la abuela, una memoria que mantiene vivo un lazo sentimental? de ahí que el tejido esté ligado siempre a una historia, a una persona y a un amor, un tesoro que adorna nuestra mesa o mejor aún, nos cobija. Entonces comprendí que mi relación con el tejido esta definida por mi madre y por el arte, como forma de comunicarme conmigo, con mi entorno y con todas aquellas personas que me rodean, de ahí que el tejido siempre ha estado presente de alguna manera en mi práctica, teniendo cada vez mayor conciencia de su importancia y posibilidades, no solo desde sus dimensiones técnicas sino también simbólicas.

[divider]Manuel Parra. (Mex.1990). Estudia la Maestría en Producción Artística en la Universidad Autónoma del Estado de Morelos. Fue becario del programa Jóvenes Creadores del FONCA y PECDA Hidalgo. Obtuvo mención honorífica en el XXXIX Encuentro Nacional de Arte Joven (2019). Fue seleccionado en el Festival de Fotografía Foto Monumental (Perú), el XXXIV Encuentro Nacional de Arte Joven, en el FIDS/Museo del Chopo. En 2017 expusó individualmente en La Quebrada Espacio de Arte.

Instragram: @fando_parra
Web: https://manuelparraartes.wixsite.com/manuelparra        E-mail: manuelparra.artes@hotmail.com

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Manto a Los Siempre Presentes

Por Patricia Catalán Benítez, Vicky Martínez Stumpf y Sandra Ciro Contreras

A través de este manto inmortalizamos
tu canto nunca más silenciado por el desamor
y el olvido.
(Extractos de conversaciones entre tres migrantes latinas y feministas)

Los complejos conflictos que atraviesan la realidad latinoamericana tienen raíces coloniales. Este relato (siempre) incompleto de nuestra identidad y territorio, parece escrito por el lado opuesto de la punta del lápiz. Somos pueblos sin historia, países sin verdad y una región sin memoria.

En los ritos mortuorios de la cultura precolombina Paracas, se envolvía el cuerpo del difunto en un manto textil portador de significativos diseños: chamanes, colores y patrones geométricos; con el cual buscaban la inmortalidad al vestir y acompañar de manera sagrada al espíritu que seguía su camino hacia la otra vida.

Aunque muchísimos pueblos indígenas siguen resistiendo en todo América, gran parte de las prácticas rituales han sido perdidas, y otras han sido insertadas o impuestas. Entre la amalgama de creencias y significaciones de la muerte que hoy atraviesan el continente, el común denominador sigue siendo la necesidad de despedir al ser amado a través de un ritual para el cual es requerido su cuerpo.

La desaparición forzada es un crimen ̶i̶n̶v̶i̶s̶i̶b̶l̶e̶ invisibilizado, un crimen negado y el que más impunidad tiene. Es un delito profundamente violento que busca producir dolor, miedo y control. Hablamos de los “chupaderos” en Argentina, los “falsos positivos” en Colombia o los “levantados” en México, por mencionar algunos de los términos que son una realidad cotidiana y a su vez de la cual no se puede hablar.

El dolor de la desaparición forzada no es ajeno a casi ningún país en nuestra región, y sus razones aunque diversas, son suspicazmente similares. Las guerras civiles, las dictaduras y los megaproyectos económicos legales e ilegales, dejan a su paso ausencias, vacíos y preguntas, los hilos sueltos de Latinoamérica.

En un intento de reconexión con las prácticas ancestrales, en esta obra retomamos el manto mortuorio como acto ritual, para abrazar la ausencia de nuestros desaparecidos, recordar a los “nadie”, a los “NN”. Queremos visibilizar lo (que quieren hacer) invisible.

Las mujeres latinoamericanas, como colectivo, somos el sujeto político que le ha hecho frente a la violencia y la política del terror que quieren imponernos con las desapariciones. Somos las que buscamos1, denunciamos y exigimos verdad y justicia. Somos Las Madres de la plaza de Mayo contra el “Proceso”, buscando a sus hijos y nietos en Argentina. Somos Las Madres de Soacha contra el terrorismo de estado en Colombia, mal llamado “falsos positivos”. En México somos Las Madres de Ciudad Juárez, buscando a sus hijas en el desierto y Las Rastreadoras de Sinaloa, que tienen más éxito encontrando los cuerpos de sus desaparecidos que cualquier autoridad. Somos Las Arpilleristas de Chile plasmando en sus bordados la búsqueda de sus familiares. Somos la resistencia! Somos la memoria viva!

“Son tantos día a día
los que simplemente no aparecen que un día no cabrán en el subsuelo y brotarán y cubrirán todo este territorio”2

Quisimos mostrar rostros de víctimas y evitar la despersonalización de los números y las estadísticas, números que además no han sido más que subregistros de una realidad atroz, pues la huella del terror que deja la desaparición forzada en nuestras sociedades no es mensurable. Y números en los cuales no se incluyen a las víctimas indirectas3, las familias, que cargan con un dolor casi perpetuo y a quienes ningún gobierno está interesado en dar respuestas.

El arte textil tan relegado de las artes, como todo lo femenino (o feminizado), salvaguarda la historia de los pueblos, y ha servido como medio de denuncia y memoria de la mujer latinoamericana. Nos resulta más que oportuno usar el arte textil para visibilizar una lucha tan femenina como lo es la búsqueda de personas desaparecidas.

Utilizamos una técnica de unión andina llamada espina de pez, costura en la que las puntadas se alternan para tomar cada paño por arriba y por debajo, formando una espiga que articula el encuentro de las partes4.

Frente al peso del alma, tomamos los hilos sueltos de nuestros desaparecidos y creamos una envolvente para el vacío que dejan, para llenar su cosmos de color e inmortalidad. Siguen presentes en nuestra memoria, los abrazamos, y gritamos fuerte

¡PRESENTE, PRESENTE, PRESENTE!

1. En Colombia, que es un caso cercano a nosotras, según el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, para el periodo 1934-2014, el 90,77% de los reportes de desaparición forzada se hizo por mujeres, principalmente madres, seguidas de compañeras sentimentales y esposas, después hermanas y finalmente hijas.

2. Fragmento de “Desaparecidos” poema de Jesús María Peña Marín (Chucho Peña) Actor, poeta y cantor. Nació el 22 de febrero de 1962 en Medellín. El 30 de abril de 1986, a la edad de 24 años, fue desaparecido en Bucaramanga y posteriormente asesinado.

3. Únicamente en Colombia y Perú se realiza el registro de víctimas indirectas de desaparición forzada, sin dejar de ser un subregistro que presenta incongruencias entre diferentes organismos.

4. María Soledad Hoces de la Guardia & Paulina Brugnoli. (2006). Manual de técnicas textiles andinas: Terminaciones. Santiago, Chile: Consejo Nacional de la Cultura y las Artes de Chile.

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Patricia Catalán Benítez. Chilena, historiadora y artista plástica.
Vicky Martínez Stumpf. Chilena, Museógrafa y diseñadora textil.
https://qenqotextilstudio.wixsite.com/qenqo
Sandra Ciro Contreras. Colombiana, arquitecta y bordadora.
Las tres convergimos en Montréal, Canadá por azares del destino, lo cual es un eufemismo para no decir “por la falta de oportunidades en nuestros países”, y nos reunimos entorno a la lucha feminista y el despertar social en toda Latinoamérica.

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Primitiva Kutri / Natalia Cabezas

Fotografías Cristian Rojas y Francisca Jimenota
Texto: Francisca Jimenota y Natalia Cabezas
Audiovisual: Sebastián Moreno Triviño

«Habitamos con amor y respeto la tierra que nos alberga , respetamos a cada ser que transita libre en su espacio natural, cuidamos y respetamos la flujo natural del agua , nos sumergimos en ellas para limpiarnos , utilizamos las hierbas para sanar… Somos cuidadoras del territorio que es nuestro hogar , quebradas , lagos , ríos , bosque y la mar.. entendemos nuestra labor seres conscientes y mágicos en conexión con nuestra madre tierra»

Primitiva Kutri

Parte 1: Primitiva Kutri. Quebrada de Córdova, El Tabo

Primitiva Kutri teje sobre un territorio que yace entre dos placas. La Quebrada es un trazo que esas dos fuerzas dibujaron en Litoral Central. Una zona donde las aguas continentales comparten tierra con sus pares oceánicas. Los tejidos se afirman a través del entramado de los hilos, de la misma manera que la integridad de un territorio se sostiene en la dinámica de sus partes. La antropización ha atentado contra la riqueza nativa del lugar, significándole un riesgo a especies endémicas, algunas tan extravagantes que recién están siendo clasificadas para estudiarse; también en el lugar se encontró una especie de musgo que se creía extinto. La codicia ha provocado intervenciones en este santuario, provocando una erosión que aumenta la sequía y obliga a algunas especies a trasladarse o perecer.

Amparada en una perspectiva feminista, heredar el cuidado a la naturaleza, en lo íntimo y lo público, es una manera de promover la permanencia del territorio a las generaciones siguientes. El tejido y el bordado son un acto emancipatorio, la autora crea prendas funcionales, gráficas contestatarias y otras piezas que transitan entre ambos usos. La revuelta popular es un precedente a favor de la recuperación del tejido social y la resistencia territorial. Coaccionar por el lugar que se habita es tejer un entramado de conciencia por la vida. La dimensión en que nos desenvolvemos es tangible, fácilmente reconocible a nuestro alrededor; la tierra nos alberga y nos provee. La maternidad es una estación de la ciclicidad humana, la artista textil invoca con sus piezas a la armonía de la sexualidad, entregando autonomía a sus sucesoras a través del conocimiento.

La violencia patriarcal abusa de la capacidad reproductiva y en ese afán modifica a su antojo territorios y corporalidades que son autónomas.

Parte 2: Natalia Cabezas: Primitiva y les Niñes Salvajes

Sé que no fue casualidad que llegara a vivir al lugar donde mi abuela Primitiva nació y amaba estar junto a la mar, después de un tiempo viviendo en este nuevo territorio, me enteré que el lugar de origen de mi abuela estaba siendo contaminado por una empresa relacionada con los cementos y hormigones, que utiliza clinker componente cancerígeno que están envenenando a la comunidad, y por si fuera poco se encuentra a pocos metros de la boca toma de Esval, que es la empresa que distribuye al agua potable a toda la costa central, incumpliendo con todas las normas, además la industria cementera El Melón, contamina el río, las chacras y todo lo que está a su paso. Por este motivo me dirijo hacer una acción de arte fuera de estas empresas construyendo la casa de mi abuela, una casa de barro, donde se criaron mis ancestros , rememorando el buen vivir respetando la naturaleza, un poco construyendo la casa en la que hoy quiero vivir. Esta es mi forma de protestar por lo que ocurre en el territorio donde vivo con el agua potable.

 

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Francisca Jimeno. Egresada de fotografía en 2015, ejerciendo de manera independiente desde la fecha. Ligada principalmente a causas feministas y socioambientales he colaborado con diversos medios de «contracultura» para dar cobertura al agitamiento popular. Actualmente residente de Litoral Central. V Región, territorio donde conocí a la Artista Textil Natalia Cabezas.
Natalia Cabezas. Instagram @tejidassubversivas      FB tejidos subversivos

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