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#37 Pandemia Sobre Pandemia

 

Arte en portada por Frosh Samo

Editorx Invitadx: Luis Matus

Cuando terminamos de montar Expediente Seropositivo (CDArkheia, MUAC) a finales de enero de 2020, comenté que sería muy irónico que una pandemia terminara por cerrar una exposición sobre otra pandemia, vigente desde hace 40 años.

Este número se llama Pandemia Sobre Pandemia por que se nos hizo urgente revisitar el tema del vih-sida en tiempos de la covid-19. La crisis sanitaria actual ha comprometido, en cierto grado, el seguimiento y control de los tratamientos de quienes vivimos con vih, además de representa un potencial riesgo para nuestra salud. Además, hay que recordar que siguen matando a personas por serofobia (saludos, Quintana Roo) o acusándonxs de “criminales contra la salud”. Nos urge hablar de sida, porque una revisión rápida a las reacciones que provocó esta infección, ayudaría a evitar los errores humanitarios o comenzar a sanar los discursos de miedo, castigo y martirio alrededor del sida.

Por otro lado, el sida ha dejado su marca definitiva en la cultura popular (aparte la covid-19, no ha habido otra “enfermedad” tan mediatizada) y nos ha dado un chingo de que hablar: de discursos médico-morales, regulación de la sexualidad y lxs corporalidadxs, medicalización, publicidad, desabasto de medicamentos, revuelta y solidaridad.

Así que, dejando de lado la tragedia y en lugar de una carta editorial tipo “revista institucional”, les voy a aventar una lista de canciones que pueden poner para acompañar su viaje viral por el número 37 de Hysteria, confeccionado especialmente para la celebración del 01 de diciembre, día mundial del vih/sida 

Esta playlist reúne algunas canciones que refieren al vih-sida de forma directa o que hacen alguna mención u otras que refieren a la historia particular de algunos artistas; también hay otras que, con un poco de imaginación, conducen a interpretaciones interesantes. Aquí podrás encontrar discursos críticos y casi panfletarios, letras prejuiciosas y otras cursis, violentas y amorosas, hasta perversas… Todas ellas, en su conjunto, dan cuenta del imaginario del sida, pues es innegable que todas las voces, aún siendo estigmatizantes o partiendo de la experiencia ajena (es obvio que la experiencia seropositiva no es la misma para quienes no lo son) abonan a la significación del virus y sus consecuencias… aparte, les contiene su explicadito de confianza, para que se entretengan. ¡Espero que la disfruten! 

Besitos negros a todxs.

P.D. Mis agradecimientos a todo el equipo de Hysteria por la invitación, imaginación y trabajo por visibilizar la cultura transmarijotilenchx. Mucho amor para este proyecto.

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Luis Matus (México) Artista conceptual y curador independiente que vive y trabaja entre Ciudad de México y Oaxaca. Cursó la licenciatura en Artes Visuales en la Facultad de Artes y Diseño de la UNAM. Desde 2016 formó parte del colectivo Radio Mutt, medio especializado en la difusión de la escena cultural contemporánea de la CDMX. De 2017 a 2020 formó parte del equipo de investigadores del Centro de Documentación Arkheia del Museo Universitario Arte Contemporáneo para el proyecto de integración de la Colección Visualidades y VIH en México. De igual modo se ha desempeñado como co-curador de la muestra Expediente Seropositivo (CD Arkheia, MUAC, 2020). Actualmente se desempeña como coordinador curatorial para el proyecto independiente (De)Generación Espontánea.

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#36 Futuro Nunca Ha Habido, Futuros Siempre Habrán

Las distopías imaginadas por la ciencia ficción del siglo pasado laten fuertemente en nuestro presente. En esos mundos futuristas  tan blancos y tan tecnológicos, parece no haber un lugar para nosotrxs.

¿Será que a las corporalidades disidentes se nos ha expropiado la capacidad de pensarnos cientos de años adelante, o será que nuestra manera de concebir la temporalidad no está en concordancia con esa linealidad moderna? Por eso para este número titulado «Futuro nunca ha habido, futuros siempre habrán» abrimos las preguntas:  ¿Qué futuros nos permitimos imaginar?, ¿qué otras temporalidades podemos pensar?, ¿qué nos depara el futuro?

Está última, una pregunta es la que ha rondado las mentes y los corazones de muchxs de nosotres, mientras colectivamente vivimos una crisis sanitaria y social que nos han arrojado a tratar de imaginar futuros vivibles, y gozosos, que se despeguen de la línea espacio temporal que habitamos actualmente. Imaginar el futuro nos permite proyectar miedos y deseos, trazar rutas de acción y de escape.

El futuro también es una temporalidad que hay que tomar con cierta crítica y recelo desde la perspectiva de la disidencia, ya que trae consigo una idea de progreso. Para algunos es una brisa refrescante  que parece lustrosa y prometedora. Para nosotres, ese viento es un huracán, que destruye nuestro pasado y presente, hace que se acumule nuestra ruina. Nosotrxs no formamos parte de su futuro. Para nosotrxs no hay futuro. Les invitamos a tomar una postura frente a esto, y a que reflexionemos juntxs sobre ese Futuro que nunca ha habido para las corporalidades disidentes  o sobre los potenciales futuros que siempre habrán.

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Editorial #31 «Cuerpos / Territorios»

Arte en portada por Alejandra Aragón y Sonia Madrigal
Arte en portada por Alejandra Aragón y Sonia Madrigal

Entre las corporalidades y territorialidades hay una relación que lo que pone en juego es la manera de cómo habitar el mundo, de cómo estar juntxs y al mismo tiempos sólos y poblados, repletos de cuerpos. De transitar los desiertos, de fluir con el bosque que bufa, gime y se repliega. En Hysteria! Revista nos interesó pensar este tema. Paralelo al número, en el intenso ahora, varios gestos libertarios están aconteciendo en el sur global. Cuya disputa tensa la conjunción que nos atañe ahora, que nos invita a escribir, los cuerpos, y sus arquitecturas, sus espacios, sus pueblos y sus formas de vida.

La política es un fenómeno de arquitecturación y espacialización. Es pensar cómo nos generamos uniones y lazos entre unos y otros, también distancias y separaciones, en cómo nos estructuramos y esa estructura se acuerpa en el espacio. Toma lugar. Se hace de un territorio. Marca. Raya. Deviene una morada. Un estar. Un tránsito que nos sirve de refugio. Las producciones que nos atañen en este número ponen de manifiesto esto: las resistencias de los pueblos indígenas, urbanas, de los cuerpos en sí. De aquellxs sin morada.

Los cuerpos también se conforman por la Arquitectura. Esta los conmina. Les hace circular en determinados espacios. Separa, selecciona, éste pertenece a este campo, éste a otro. Instituye diferencias de clase, raza y género mediante el concreto o la piedra. Busca perdurar, trascender. Quiere los grandes gestos. Nuestra relación con La Arquitectura es complicada, tensa. Nuestros gestos son menores y minoratarios. Atentan contra el prístino paisaje urbano. Irrumpen más que instauran. Marcan. Es un rayón en un muro. Okupa. Es contingente, perene. Se sobrepone a lo existente. Es la barricada que toma la calle. Es la marca en una protesta donde se reclama el cuerpo propio. Es la fisura en la cárcel.

Pensar en esa relación entre los cuerpos y los territorios es una pregunta sobre una ética del habitar. Es pensar que no tenemos otro mundo y si no tenemos otra forma de vivirlo. Es vivirlo. Es una revuelta contra la ciudad, contra lo urbano y lo metropolitano. Contra todas sus políticas de buena conciencia, ciudadanas, es decir policiacas. Es una tensión contra el embellecimiento, esa belleza que desecha lo considerado sucio, pobre, feo, arruinado. Nuestras arquitecturas son manchas, cuerpos indeseables que cuestionan lo público del espacio.

Con este número les invitamos a levantar refugios, moradas y barricadas. Espero que lo disfruten.

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Editor invitado: Tadeo Cervantes Unicornio marginal, princesa caramelo, pasivista no de a pie de a culo, 21 veces primavera. La vorágine, la imposibilidad de ser Tadeo Cervantes. Normal por imposición, más anormal por convicción.

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Artistas en portada:

Sonia Madrigal vive y trabaja en Nezahualcóyotl (Estado de México). Su obra explora distintas narrativas visuales para reflexionar, de manera personal y colectiva, en torno al cuerpo, la violencia y el territorio, enfocándose principalmente en el Oriente de la Zona Metropolitana de la Ciudad de México.

http://soniamadrigal.com/

Instagram: https://www.instagram.com/sonicarol/

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Alejandra Aragón vive y trabaja en Ciudad Juárez ( Chihuahua). Mi trabajo fotográfico, audiovisual y de recuperación de imágenes de archivos propone un acercamiento a las distintas complejidades de la ciudad en la que habito. Desde lo personal y colectivo, lo documental y lo sensible, exploro los vínculos entre violencia, memoria, vida nocturna, así como testimonios de mujeres. Con esto intento representar aquello que constituye el imaginario y la diversidad de identidades de esta región fronteriza.

Instagram: https://www.instagram.com/aleprendelaluz/

https://cargocollective.com/alejandraaragon

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Este número fue editado con el apoyo de

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Editorial #30 «Cuidados»

portada por Alex XAB

“En un contexto patriarcal, el cuidado es una ética femenina;

en un contexto democrático, el cuidado es una ética humana.”

Carol Gilligan

 

EDITORIAL

 

¿Qué es el cuidado? ¿Quién cuida a quien cuida? En este número, Hysteria! pone sobre la mesa el tema de los cuidados para hacerlo visible, dignificarlo y revalorarlo; darle el lugar y la importancia que históricamente no ha tenido, al tiempo que propone ver su concepción desde múltiples voces, perspectivas, estilos, necesidades y experiencias.

Los cuidados son un trabajo tan cotidiano que se ha invisibilizado, insensibilizado y normalizado en todos los niveles; asociados casi inevitablemente con las tareas domésticas, son imprescindibles para la vida: alimentarse, mantener una higiene personal, tener ropa limpia y un espacio aseado permiten el desarrollo de cualquier persona:, la falta de ellos pone en desequilibrio cualquier tipo de actividad de la esfera pública. Su aportación es tan significativa, que si fuera remunerado económicamente supondría casi una cuarta parte del Producto Interno Bruto (PIB) de nuestro país.

Como vemos, los cuidados son la base y mantenimiento del bienestar social; sin embargo, a pesar de su importancia es un trabajo desapercibido, infravalorado, que se circunscribe a lo familiar, cuando en realidad se trata de un asunto público.

Existe una “tradición” histórica de cuidados que indica, como obligación tácita, que debe ser  ejercido por mujeres y por extensión, personas leídas «en femenino»; envueltos en valores y cargas emocionales, han generado una concepción cultural de que ellas deben ser las principales responsables del cuidado y asistencia de las personas al interior del hogar, incluso, extendido a la racialización de quienes suelen ser las trabajadoras domésticas en las casas de personas con poder adquisitivo. Este rol de género impuesto en las mujeres ha servido para aislarlas de la esfera pública, la política, la cultura e incluso de la historia y anclarlas al ámbito familiar y privado.

La lucha histórica de las mujeres por su emancipación y por ejercer sus derechos con libertad avanza, sin que cambien aún la labores del mantenimiento cotidiano de la vida. Por ejemplo, con la incorporación de la mujer al mundo laboral debió ocurrir algo similar a la inversa, la integración del hombre a las labores domésticas. Los derechos que las mujeres han conseguido no han sido traducidos en una escala de igualdad de actividades, sino en el incremento de sus jornadas dentro y fuera de casa.

Es necesario reflexionar sobre la importancia del cuidado y diluir la idea de que es una competencia exclusivamente femenina: ser conscientes de que se trata de una capacidad común y necesaria a todos los seres humanos que nada tiene que ver con el sexo – definición de género, por lo que es imperante cambiar el pensamiento de lo masculino/femenino, lo público/privado y modificar la percepción cultural de que los cuidados y los trabajos domésticos se dan por obligación o que corresponde ejercerlos a determinado tipo de personas.

 Los cuidados no solo se circunscriben a la crianza y cuidado de enfermos/as o personas dependientes, existen muchos tipos de cuidado, y se realizan de múltiples maneras, abarcando una enorme gama de tonalidades, como los cuidados afectivos y las, ahora tan urgentes y necesarias redes de apoyo entre mujeres, personas trans, personas con discapacidad, etc. Necesitamos seguir tejiendo entre nosotrxs, busquemos y multipliquemos esos cuidados positivos, cuidemos los afectos, los cuerpos, los deseos. Diluyamos las fronteras entre unx mismx y la/el otrx para relacionarnos a través de los cuidados recíprocos. Consideremos el cuidado como una necesidad mutua más allá de jerarquizaciones de género para promover la igualdad de oportunidades y obligaciones y visibilizar el cuidado como lo que es: la base para la producción/reproducción/disfrute de la vida con dignidad.

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Editora invitada:

Alejandra Buenrostro(Ciudad de México). Egresada de la carrera de Comunicación por la UNAM, FCPyS-SUA. Ha trabajado como periodista independiente, como creadora de contenidos para educación y actualmente realiza la investigación con el tema, “La otra cara de la enfermedad: Mujeres cuidadoras, preservación del rol femenino”.

Le gusta pensar que los grandes cambios se realizan a través de pequeñas acciones que llama micro-revoluciones. Así como micro-revolucionaria intenta, incansablemente, ser constante y congruente.

*Número editado con el apoyo de Fundación Jumex Arte Contemporáneo.

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