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Estoy sufriendo por ti

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Fotografía: E.Ross

Por Berenice Vargas García 

*Este escrito es la recreación de una charla que mantuve con una mujer afromexicana de la Costa Chica de Oaxaca, en el 2013. El título está tomado del bolero costeño del mismo nombre, compuesto por Emiliano Gallardo de Los Cumbieros del Sur.

Yo lloro mucho ¿sabe?

A lo mejor usted piensa que lo digo porque estoy borracha, porque me gusta tomarme mis cervecitas, así como hoy, cuando el calor castiga. Pero no es por eso, o sí… pero no nada más.

Yo lloro todos los días, desde que me levanto y hasta que me acuesto. La vida se me iría en lágrimas si no fuera porque vengo aquí y me echo mis cervezas. Canto, me río tantito pa’ que se me olvide ¿sabe?

Tengo razón en llorar. Porque soy pobre. Porque soy fea, vieja, negra. Porque soy sola.

¿Mi marido? me dejó con mis niñitos y se fue con una de sus queridas. Estaba yo jovencita, y como pude le hice para crecerlos. Ahora que hicieron su vida me dejaron también. Ya casi no me llaman, ¡menos vienen a verme! Se fueron pa’l norte, al pueblo ya no regresan… ¡ni esperanza! Le juro por Diosito que no fui mala madre.

Yo como puedo vivo y me mantengo: le ayudo a una señora de por allá, que hago mis tortillas, mis tamales y vendo… Porque yo soy pobre, mi niña, ya se lo dije. Aquí mi amiga me fía mi mamadera, ella sí me quiere y yo la quiero mucho a ella. Y así vivo como puedo, que no como quiero, pero vivo.

Seguro que usted no llora como yo… ¡mírese! tan jovencita, tan bonita y blanquita… ¿la han de pretender mucho verdad? ¡Uy! pero no les crea, son mañosos ¡si lo sabré yo! Porque así como me ve, de vieja y fea, también me perseguían cuando era muchachita. ¿’Ora quién me mira siquiera? No, pa’ las viejas no hay amor. El de los hijos y los nietos nomás. Pero para mí ni eso, nada.

Yo he oído que dicen de las mujeres negras que somos alegres, que la mujer costeña es arrecha, que ji-ji y ja-ja. Y no mi niña, también sufrimos, sufrimos mucho.

Yo por mi color, que está feo… dicen, por lo oscuro, por mi pelo canoso y cuculuste. Porque me puse gorda y vieja, arrugada como chayote pasado. Soy sola, soy muy sola. Y lloro mucho, ¿ya le dije?

¿Le gusta la música? Es bonita. La hace a una acordarse… aunque sea de cosas tristes, pero el recuerdo es todo, mi niña. Yo pienso en mis hijos, mis niños. Y lloro. Hay una cancioncita de por acá que dice: “estoy sufriendo por ti, desde que tú te marchaste, por las noches yo en ti pienso, pienso que ya me olvidaste… mi vida regresa pronto, que yo aquí te esperaré”.

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BereniceBerenice Vargas García (CdMx). Antropóloga por la Escuela Nacional de Antropología e Historia y la UNAM. Su trabajo se centra en el estudio de la otredad, la música, el arte verbal, las afectividades y los movimientos sociales de reivindicación. El centro de todo: lxs afromexicanxs, particularmente de la región de la Costa Chica.

https://www.facebook.com/laberinais

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Mirando nuestro envejecer

Donau. Elizabeth Ross
Donau. Elizabeth Ross

Por Esmeralda Vizcaíno

Cierro los ojos y floto en el agua. No hay dolor, no hay resistencia, el movimiento es suave, fácil, el cuerpo sigue a la mente y la alegría me hace sentir libre. No hay frontera, en el agua mi mente vuela como cuando mi cuerpo podía correr, doblarse sin saber lo que era el dolor, la contracción.

Mi cuerpo se ha arrugado, el deterioro de la carne, de los huesos, es implacable, pero ya no me perturba. Hace mucho que dejé de teñir mis canas, hace mucho que dejé de pasar frío para estar más guapa, hace mucho que la única coquetería que mantengo es pintar mis ojos con khol. Eso sí, cuando él llega a mi encuentro, en el palmeral donde nos encontramos por primera vez hace más de cuarenta años, me gusta que se zambulla en mi mirada y el khol resalta el verde de mis ojos que no han perdido la ilusión, a pesar de todas las lágrimas derramadas por las innumerables pérdidas que traen consigo las mareas de la vida.

Voy hasta el huerto y quito malas hierbas alrededor de las tomateras, preparo la tierra para las próximas semillas que acogerá y la tierra me susurra alguna historia que más tarde escribiré sentada en la terraza, bajo la sombra del jazmín, la parra y la pequeña rosaleda. Un nuevo cuaderno forrado de tela me llega desde la vieja Europa de una de mis amigas con su carta, una carta manuscrita que nos recuerda a nuestra juventud, cuando no existían los ordenadores y nos carteábamos. Me la llevo conmigo y la abro sentada bajo las palmeras, frente al riachuelo en el que las mujeres jóvenes lavan la alfombra sumergiéndola en el lecho y pisándola descalzas mientras danzan. El leve chapoteo y sus risas es el eco que le describiré cuando le conteste. Abro el sobre y lo acerco a la nariz, huele a incienso y a perfume. Saco el papel y veo como su letra sigue siendo clara, con un leve temblor, pero nítida, elegante, suave, la tinta se desliza por el papel como la tenue caricia de sus labios cuando nos encontramos frente a frente y tras reconocernos la una en la otra nos besamos y abrazamos fundiéndonos en un abrazo largo, firme y acogedor. Me alegra saber que este año vendrá dentro de tres semanas a visitarme. Leo y releo su carta hasta un par de veces. La meto en el sobre y huelo su perfume, cierro los ojos y la siento aquí al lado. La guardo para volver a leerla más tarde, en el silencio de la hora de la siesta, cuando me disponga a contestarle con mis lacres, papeles reciclados y mis dibujos trazados con henna.

Por la tarde iré a dar un paseo hasta el zoco a ver con qué me sorprende hoy, quizás encuentre un olor que me guie hasta el regalo perfecto para mi amiga. O puede que simplemente me siente en la terraza del café a tomar té y charlar con los hombres para los que sigo siendo la extranjera que se vino a vivir aquí la vejez. O quién sabe, puede que acabe encerrada en una Madrasa o en el hamman con otras mujeres disfrutando de un buen baño, con un masaje que alivie un poco el dolor de mi espalda.

Cada día me tomo un té contemplando la luz irse en el horizonte y enciendo una vela con barritas de incienso en el pequeño altar donde ofrezco a la energía creadora ofrendas de flores, olores para que mis seres queridos encuentren descanso y luz.

Ahora voy más despacio, pero llego a tiempo, no me dejo arrastrar por preocupaciones, tendrá que ocurrir lo que tenga que ocurrir, hoy por fin siento que cada día es una vida entera.

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EsmeraldaVizcainookEsmeralda Vizcaíno. Oviedo (Asturias. España 1970). De profesión maestra y de vocación escritora, viajera y fotógrafa. Ha publicado en diferentes revistas españolas, en Miami y participó en Encuentros por Ciudad Juárez y mantiene los blogs http://jardinesdeariadna.blogspot.com y http://esmeraldavizcaino.blogspot.com

 

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Te llegó el invierno

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Twoness, Aleah Chapin

Por Yukii Moon

                                         Te llegó el invierno

¿Recuerdas tu estación favorita del año?

Amabas el frío, no transpirabas,

El helado clima te justificaba

Y podías usar prendas cómodas y holgadas

 

¿Por qué ahora te aflige la escarcha?

Esa que se forma a base de la experiencia,

En ese árbol maduro, la nieve

apenas se asoma en aquella bella copa

 

en el verano hiciste un pacto con Peter Pan,

a cambio de un par de sonrisas y de inmadurez

tendrías una piel tersa, y una actitud aventurera,

el tiempo se contaba de ida, nunca de vuelta

 

luego llegó el otoño, un poco renegado,

entrometiéndose en la firmeza de tus muslos,

atacando sutilmente tu ego absurdo,

el mundo es de los jóvenes decías con disimulo

 

y te llegó el invierno, en tu mejor momento,

le has recibido con una cálida taza de té

y una que otra cicatriz que no es visible,

marcas de la guerra de la primavera

las flores que te regalaron después de las traiciones

y las espinas de aquellas pobres

perdiste la cuenta de las lágrimas caídas

pero aprendiste a valorar más tus sonrisas

 

te llegó el invierno, un poco brusco,

te ha obsequiado un par de líneas

aun no lo entiendes,

por dentro eres una niña

hermosa flor de nieve,

la noche apenas comienza

y tu figura sigue tan plena,

la vida también sabe buena después de las nueve

Yukii Moon. No me considero escritora ni nada por el estilo, solo cambio las emociones por palabras que surgen en el momento. Amo cocinar, trabajo en una pizzería de mi zona, me encanta mi trabajo. Mi nombre es Leslie R. González, para los amigos Yukii, y vivo en la ciudad de Tijuana.

Página personal: https://www.facebook.com/YukiiMoonSoloasi

 

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Mi teoría evolutiva

O'Keeffe_Georgia_Ram's_Head
Georgia O’Keeffe. Ram’s_Head

por Cynthia Pech

La aridez del desierto

ha carcomido los huesos de la historia

replegándose hacia sí misma

con riesgo de extinguirse

de lo que quizá sea una parte

del llamado proceso evolutivo

y ahí en la nada

lo que queda es solo vestigio

 

Un fósil                                     una pista siquiera

con estudiosa erudición

mostrará científicamente

que el tiempo es implacable

donde el supuesto de finitud olvida

el impacto de los peces                                   los mares

mi cuerpo             mi goce

Un canto en plena evolución

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[1] Poema que forma parte del poemario Raíz de un instante, Verso Destierro, México, 2014.

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CynthiaCynthia Pech. Ciudad de México, 1968, Poeta, académica y feminista autónoma. Doctora en Filosofía, por la Universidad de Barcelona. Profesora-Investigadora de tiempo completo en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México. Desde el año 2000 pertenece al consejo editorial de la revista Blanco Móvil. Su poesía ha sido publicada en México, España y Estados Unidos. Su último poemario, Raíz de un instante, fue publicado en 2014. También es autora de Fantasmas en tránsito, prácticas discursivas de videastas mexicanas, 2009.

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ORGULLO RUCO

Para celebrar el sereno orgullo de la ruquez, ponemos a su disposición esta camiseta diseñada especialmente para esta edición # 25, una creación de Alonso Ross.

Pueden hacer sus pedidos, los precios varían según tipo de camiseta y color. El básico es el blanco o gris, que salen a sólo 250 pesos, precio para quienes leen Hysteria!

Se mandan a hacer tandas de 20 camisetas para que sea costeable, tengan paciencia y amor :).

La tarjeta para depositar es: Banamex 5294 1672 2047 2195 en su oxxo más cercano.

Pídela por medio de mensajito al FB: Hysteria! Revista

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alonsookAlonso Ross. Dibujante y escultor nato, trabaja el cómic con diferentes técnicas, del dibujo a la escultura, el óleo y el pastel a la animación. Publicó sus monos por un tiempo en La Jornada, trabaja en varias animaciones y pelis, crea Ross Cómics junto con su hermano y publica la primera parte de una ambiciosa novela gráfica llamada Isla Paraíso.

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Canto primero

Linda Montano sueña pollitos-1
Linda Montano sueña pollitos. E.Ross

Por Montserrat Morales

Para Esperanza

 

guardo estrellas en la mirada

para mantenerme alerta

como en esa infancia

cuando recorrí tu casa como si fuera el mundo

cuando la noche me envolvía junto al árbol de granadas

al pozo que se tragó mis primeros barcos

 

tú que encontraste el silencio antes que la muerte

¿qué sonido de palabras te llena el alma?

 

tú que elegiste la escritura para hablarnos

¿qué espina dejaste que te cerrara la garganta?

 

tú creaste los recuerdos

¿cuáles llenan tus ojos?

 

yo invento las tardes bailando junto al árbol de granadas que ya no existe

pienso en la última manera de hablarte

escribo mensajes que borro para escribir otros y otros

 

¿qué debo guardar, Esperanza?

tú inventaste el sonido

el eco de juventud de palabras que te llena el alma

¿guardas ese lugar secreto donde reinventas el sonido?

 

 

oleajes de tiempo

montones de arena

 

ojalá pudiera escucharte siempre

sin ese nudo en la garganta que ahora te ahoga

que nos ahoga

que parece lo derribará todo:

el árbol de granadas que ya no existe

el pozo de agua en el que hundí mis primeros barcos

 

oleajes de tiempo

espacio de sonrisas

montones de arena

 

yo invento las tardes

escribo mensajes

intento tu canto

 

¿qué debo guardar?

se me escapan entre los dedos la arena, el agua, la luz

 

¿qué debo guardar?

¿el camino de la noche?

¿esta misma ciudad?

¿la casa derruida?

¿el fuego?

 

¿qué debo guardar?

de espejos tengo llenos los rincones

imágenes destruidas

 

este viaje continúa

me rehúso a perderte

a perder

 

oleajes de tiempo

montones de arena

 

invento sonidos con tus palabras

con el eco de tu llanto

con tu silencio

 

siembro en mi memoria tu sonrisa

te quito las espinas

guardo estrellas en la mirada

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MontserratMoralesokMontserrat Morales. Nació en Puebla, Puebla en 1987. Es correctora de estilo y editora. Este poema es parte del libro Lejanías. En 2016 publicó su primera plaquette Giro el tiempo con la Editorial Sikore. Puedes leer alguno de sus poemas en: http://moebius80.blogspot.mx/2011/10/montserrat-morales.html

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Bailarina

bailarina

Por Josefina Martos Peregrín

-¡Mamá, se ha ido! Me juró que bailaría siempre para mí y se ha ido.

–Bueno, no te apenes, ya se veía gastada.

Sí, con los años la luz de su piel se había apagado, pero en cambio se encendió su alma y ensayando, como un preso en la noche, aprendió a abrir la tapa para salir y explorar los alrededores.

–¡Es que me gustaba! Giraba lentita, pero con tanta gracia… Bailaba mejor que nunca. Ahora la música se siente sola sin nadie que la baile. Y el pedestal redondo, qué soso, con las marcas de sus pies chiquitos.

Verdad que vencer el pegamento que la ataba al redondel de terciopelo fue lo más costoso, aunque a fuerza de ansiar la libertad, tirón tras tirón, a lo largo de los años, consiguió despegar las zapatillas, primero una, luego la otra, hasta andar pasito a paso cuando no la veían.

–Pues tendrás que acostumbrarte, hijo. Además, estaba encorvada, ¡si hasta el tutú se le caía!

Y qué poco llegó a importarle la ropa, si le realzaba la figura o si era la adecuada a su tipo o no. En sus exploraciones secretas descubrió otras cajas, todas cerradas, y otras muñecas, siempre quietas, y se dijo que no valía la pena escapar por allí, por el mundo exterior.

Ya no era tan bonita como al principio, cuando estaba nueva, es verdad, pero me juró amor eterno, fidelidad, obediencia, ¿o no te acuerdas cómo asintió cuando le leí el poema ese de la tapa, el que viene escrito entre guirnaldas de rosas?

No sé, hace tanto tiempo… Me parece que últimamente ya no podía agachar la cabeza, seguro que tenía el mecanismo estropeado. Por eso se habrá perdido, se habrá caído por cualquier rincón.

Esas palabras del poema… Al principio le gustaban, hasta que llegó a entenderlas. Entonces les tomó odio y no quiso acatarlas nunca más. De todos los versos sólo dos le interesaban, sólo dos guardó en la memoria.

–Sí, estaba averiada, seguro, porque a veces se quedaba atascada frente a los espejos, en esa línea que une a uno con otro y había que empujarla para que siguiera. Pero en cuanto me descuidaba, otro atasco, y vuelta a lo mismo.

Lo había espiado cuidadosamente, era cierto: otro mundo se desplegaba al otro lado del espejo, un mundo sólo asequible a viejas bailarinas rebeldes que han decidido escapar.

 

 (Poema entre guirnaldas:

Bailaré.

Cuando levantes la tapa

y comience la música,

bailaré para ti.

 

Como una muñeca leve

esconderé mis dolores,

maquillaré mis heridas

y mi alma

escapará por los espejos.

 

Feliz como si no supiera,

aparentando no enterarme,

alimentada de esencias

y terciopelos rojos.

 

Aunque se acabe la cuerda,

aunque se detengan los engranajes,

aunque me desangre,

bailaré

para ti.)

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JosefinaNacida y crecida en Madrid, reside en Granada. Josefina Martos es una mujer que desarrolla su trabajo artístico en soledad y lucha permanente contra sus propios fantasmas. Ella siempre necesita escribir pero también jugar con imágenes.

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Editorial #25 «Mirando Nuestro Envejecer» Enero-marzo 2018

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Canas vemos….

Esta es la entrega final del Número 25 dedicado al Orgullo Ruco. Más de 60 artículos textuales y visuales dejan ver el interés general por comenzar a dialogar sobre un tema que la mayoría prefiere dejar pasar. Porque duele, porque asusta. Sin embargo urge reflexionar sobre el tema se tenga la edad que se tenga. En estos tiempos en que cada vez hay más gente que no quiere tener hijos, en que las familias se han fragmentado tanto, en que no todo mundo tiene acceso a un fondo de retiro, especialmente las mujeres que no trabajan en oficinas, ¿Tienen idea de cómo será su vejez? ¿Habrá alguien para cuidarles? Es a todo dar ser independiente y vivir sola o solo, pero… ¿y si se enferman? Y es que detrás del miedo a la vejez está la muerte.

Pero no nos pongamos dramátiques, que siempre se puede hacer algo. Para empezar, pensar. Pensar y ver hacia adentro y hacia afuera. Hacia el propio espejo y al espejo de quienes nos rodean. Aunque se tengan 20 años. Y después actuar en consecuencia: respetar a rucas y rucos, y si ya estás en esas, “performar” la ruquez de una manera distinta, no gris, no decadente, no triste, sino buscar caminos que devuelvan a la vejez a su sitio original, armar un consejo de sabies, retomar y manifestar el poder acumulado en lugar de hacerlo a un lado. En fin, que propuestas habrá un montón.

Quiero agradecer a todas, todos y todes quienes escucharon el llamado. Hicimos de este número algo estupendo y que marca un hito en la manera en que se ve la vejez. También quiero agradecer, de manera muy especial, a Ivelin Buenrostro por todo el apoyo y el gran esfuerzo que ha hecho para crear este foro Hystérico, junto con Liz Misterio, y que está por cumplir 5 años de existencia, con mi deseo de que Hysteria! no muera nunca. Agradezco por supuesto la invitación, que me ha dado la oportunidad de ampliar mi trabajo sobre el tema y que dará frutos posteriores. Y a eso voy: este año haré una curaduría de los materiales recibidos para una exposición en el Museo de la Ciudad de Querétaro y además otra para un diálogo con nada menos que Vida Yovanovich en el Museo de Mujeres Artistas Mexicanas MUMA (museodemujeres.com), así como la posible publicación sobre esta experiencia en la revista Discurso Visual publicada por el Cenidiap (Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información de Artes Plásticas, perteneciente al INBA), que tendrá a Julia Antivilo como editora invitada.

Así las cosas, canas vemos, saberes y potencias no sabemos. Pasen a ver las excelsas series fotográficas de Diego Moreno y su abuela, de la catalana Cristina Fernández y de Luis Enrique Pérez. Los dibujos que hizo Mónica Mayer de su tía Anita, el video de Lucero González y el de Nina Sobell, y la entrevista en video de Agnès Btffn, (caray, ¡de lujo este número también!). Lean, lean a Pilar Rodríguez Aranda, Karla Antuna, María del Carmen Suárez, Julián Zapata, Fabiola Esquivel, Citlally Villarejo, María Antonieta Contreras, a Isaac Osorio y Amaia. Pasen por sus memelas rucas y, por qué no, acérquense a mi íntima selfie-novela.

Y de paso, ¡¡lleven sus camisetas, o bolsas o tazas del orgullo ruco!! ¡No se hagan!

Elizabeth Ross, 7 de marzo del 2018.

 

Fotografía Yolanda Relinque
Fotografía  de obra de Yolanda Relinque

 

Editorial, Parte 2

Viejos… los cerros

Con gran sorpresa y satisfacción nos encontramos con que la recepción del tema del envejecimiento, que pensamos sería difícil de abordar y que tendríamos pocas propuestas, ha superado nuestras expectativas y nos ha llegado tal cantidad de materiales que hemos decidido extendernos un mes más. Esto es: Hysteria! suele publicarse en dos emisiones y esta vez llegarán a tres, lo que se ha convertido en un ¡Hecho histórico! Que viene muy a tiempo para las pre-celebraciones de los 5 años de existencia de esta revistaza dirigida por Ivelin Buenrostro y Liz Misterio.

     Es cierto que el hecho de envejecer está siendo reformulado socialmente. Es ya casi una moda y cada día vemos en las redes sociales a mujeres y hombres en toda su potencia a pesar de sus cien años. Es buena esta moda en la que se resignifica la experiencia y juventud acumulada de la que habla Julia Antivilo. Creo que el cambio comienza con la percepción de lo que significa la vejez, tanto nuestra como ajena, y espero que se trasforme más bien rápido en verdaderos cambios sociales que lleguen a las políticas públicas y se coloque a las personas de la llamada tercera edad, que bien puede ser la quinta o sexta, en el lugar que merecen y no sean/seamos sólo carne de limosnas de sedesol o walmart.

     Esta vez les tenemos 19 artículos, entre los poemas de Magali Cid y Sergio Haro, un cuento de la escritora andaluza Josefina Martos Peregrín y la segunda parte del cuento de Adriana González Mateos y los textos de Julia Antivilo, Enrique Guerrero, Brenda Raya, Felipe Parra y Gloria Luz Rascón. En el terreno visual tenemos los videos de la artista finlandesa Helina Hukkataival y del colectivo veracruzano Espiral Creativa, además de la invitación a pasar a ver el de Evelin Stermitz, quien creó el primer archivo de videos feministas en ArtFem.TV. Rosa Borrás nos permite mirar y leer su hermoso diario y Marta Rial comparte un texto y las pinturas que dedica a sus abuelos. Sin desperdicio los varios ensayos fotográficos, comenzando con el de la grandísima Martha Wilson, la otra grande que es Ventiko, la colombiana Aleha Solano y míos. Y para terminar quisimos ver cómo es que los tatuajes envejecen junto a la piel que han acompañado.

Disfruten, asómbrense, reconfiguren.

Elizabeth Ross

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Mirarnos en los otros espejos

Editorial Parte 1

Existe en Estados Unidos, donde todo puede suceder, un grupo llamado inmortalista, surgido a partir de las teorías de Aubrey de Grey[i], que cree que la gente está en un “trance pro-envejecimiento”, una estrategia sicológica basada en la creencia de que envejecer es inevitable. Los inmortalistas pretenden no envejecer…o morir en el intento.

Es verdad que las ansias por la fuente de la juventud han sido globales y eternas, que ahora las esperanzas en las nanotecnologías y más allá se centran en que, finalmente, éstas puedan hacer que el cuerpo (que cuente con los suficientes recursos económicos) pueda mantenerse en un eterno estado rozagante, potente y aterciopelado. Se quiere desafiar al proceso vital intentando esquivar la decadencia de las células y la consiguiente flojera de la sinapsis neuronal. No es solo alargar la vida, sino la juventud-divino tesoro, a la vez que nos permitimos el exceso de los placeres posmodernos en un entorno que obliga a respirar, comer y utilizar mierda.

Es cierto que en el mundo hay personas centenarias muy sanas, que la dedicación de por vida a una disciplina como la danza, la yoga, las artes marciales o la gimnasia permiten un cuerpo ágil, flexible, saludable y de larga duración. Pero de la arruga nadie se salva a menos que pague por sus buenos liftings, corriendo el riesgo de convertirse en otra persona más cercana a la caricatura que a lo que se deseaba parecer, además de que se olvida que los liftings son  sólo externos. Sin embargo ni las disciplinas físicas constantes ni los buenos cirujanos plásticos están al alcance del 99% que somos, así que con o sin trance, y con la carga neoliberal y sus consecuentes males sobre los hombros, enfrentamos el envejecimiento de nuestro cuerpo, el cual utilizamos durante esa juventud tan adorada como si fuera el plástico de Barbie para experimentar toda clase de aventuras, sensaciones y vivencias que a la larga, maldita sea, pasan la factura.

La medicina moderna ha alargado considerablemente el espectro de vida. Ya no morimos a los 40 y los 60 dejaron de ser una grosería sexagenaria que carece de sexo y, al menos en Occidente, existe todo un movimiento del Orgullo Ruco que reivindica, dentro del arcoíris de reivindicaciones, el llegar a “avanzada edad “con pleno uso de las facultades consideradas patrimonio juvenil y el derecho al desbarre y el gozo. Claro que, como movimiento occidental, considera a quienes tienen el privilegio de no partirse el alma tratando de sobrevivir (usualmente blancos y/o ricos), excluyendo a ese gran segmento de la población (nuestro 99%) cuya esperanza de vida también es mayor – si es que logra seguir su curso natural-, y que se convierte en problema político-social al envejecer.

Desde los cuerpos diversos se vive el envejecer de manera distinta. La percepción del paso del tiempo se relaciona con la calidad de vida, los caminos elegidos o forzados, la propia conciencia del estar en esta Tierra. En algún momento –que puede llegar antes o después-,  inevitablemente nos damos cuenta de que la juventud es fugaz como la primavera y que la vida insiste en marcarnos por fuera y por dentro. Y aunque el envejecer es un metadato que nace con nuestro cuerpo y que cada año, cada día, va tomando preponderancia, la mayor parte de nuestro tiempo insistimos en hacer caso omiso, nos entretenemos en maquillarlo, negarlo y odiarlo, hasta que no queda más remedio que rendirse y aceptarlo: envejecemos y hay que ver qué hacer con ello.

*******

Es un lugar común pero verdadero decir que esta cultura es adoradora de la carne joven, sin embargo es imperativo que en verdad podamos mirarnos en los otros espejos tanto como en el nuestro para pensar y resignificar a la vejez, la nuestra y la ajena. Con este número 25 de Hysteria, hemos querido comernos este tema con todo y sus espinas. Lanzar una provocación intergeneracional con vinagre para liberar esos demonios contenidos y colectivizar lo que sentimos al respecto. Cómo nos vivimos, cómo nos imaginamos, cómo queremos y no vivir nuestra vejez  ( i n e v i t a b l e ).

Con gusto inmenso acepté la invitación a ser editora huésped, ya que es el tema que vivo e investigo como mujer y como artista. Invité a mi vez a otras artistas de aquí y de allá que, intuía, les interesaría colaborar con su reflexión, ya fuera visual o textual. Se abrió una convocatoria con alcance más allá del público asiduo de Hysteria! y el resultado ha sido más que espectacular. Las dos emisiones cuentan con un gran número de materiales de gran calidad, nacionales y extranjeros. Contamos con participaciones súper especiales como la de Martha Wilson, que generosamente concedió la utilización de varias de sus potentes obras,  o la de Sue Williams, a quien no podíamos mas que darle la portada: “ Deja de hablar como si la edad no te escuchara”.  Ellas, entre muchas otras personas reconocidas y emergentes, de ambos hemisferios e incluso del otro lado del mundo, colectivizan en Hysteria! su voz, su cuerpo, sus demonios y su espejo.

Algo de lo más interesante es que hay varios materiales enviados por hombres, la mayoría jóvenes, que abordan el tema de la vejez desde su persona y sin filtros. Este número doble contiene ensayos, cuentos, poemas, anecdotarios por un lado, y ensayos fotográficos, ilustraciones, fotografías, pinturas y videos por el otro, que enriquecen este diálogo colectivo que Hysteria! y esta su ruca favorita han procurado, en un momento en que en Occidente se reconsidera y reivindica la vejez, o la ruquez, como algo que aporta valor a la sociedad. ¡Vamos! Como en la antigüedad, donde se reconocía la experiencia vivida como un verdadero divino tesoro, el activo más valioso que permitía la supervivencia de su comunidad.

Bueno, lo aceptamos: somos rucas, somos rucos, ruques, o vamos a serlo en un momento dado. Es –tal vez todavía- inevitable. Está bien (nos decimos), aceptamos la decadencia corporal, pero eso no es una carga ni una desgracia, sino el orgullo de vivir. El orgullo ruco.

Elizabeth Ross

Aquí en la Ciudad de México

Enero del 2018 (quién lo creyera).

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[i] https://es.wikipedia.org/wiki/Aubrey_de_Grey

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Editora Invitada
Elizabeth Ross. Con más de 25 años de práctica, crea y colabora en proyectos artísticos y socialesElizabethlittleprivilegiando procesos participativos. Su obra ha tocado puerto y base en espacios cerrados, públicos y silvestres de las Américas, las Europas, en Turquía, Japón, Australia y China. Cree que todo lo que hacemos diseña la sociedad que somos y le interesa el devenir de las mujeres propias y ajenas. En su obra se avoca a lo cercano, porque sabe que todo cuenta en este hacer el mundo.
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Artista en portada
Deja de hablar como si la edad no te escuchara

Sue Williams  (Nomorepink/Nomásrosa), nace en Cornwall pero vive en Gales, donde ha desarrollado su carrera. Con un reconocible cuerpo de obra y un historial de exposiciones en los 5 continentes, el trabajo de Sue es de un dibujo crudo, poderoso, desafiante y cargado que habla sobre la sexualización de la sociedad occidental, el feminismo, el género y la cultura de un mundo complejo y frágil.

nomorepink.com

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