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Procesos creativos: los cuerpos y la danza como punto de partida

Por Florència Vila

“Las primeras informaciones de un hombre llegan a mi gracias al lenguaje de su fisonomía, de su comportamiento, de su actitud, de su ritualidad, de su técnica corporal, de su acción y, finalmente, también de su lengua escrito-hablada”     Pier Paolo Pasolini, 1964.

Pasolini ya sabía en los años sesenta que el cuerpo y el movimiento de una persona revelan una información extra que es imposible de sustraer a través del lenguaje verbal. Lo sabía él y lo sabían otros, especialmente aquellos que se dedicaban al mundo de las artes del movimiento y la danza y que habían encontrado, en esta forma de expresión, una vía para conocer vacíos o enigmas de uno mismo que no hallaban respuesta desde otros lenguajes. Precisamente por esta razón se empezó a considerar la calidad (psico) terapéutica de la danza. Un planteamiento que, aunque hoy en día ya no es una novedad, aún requiere de mejor atención y aceptación en la psicoterapia o campos afines.

     Fue esta calidad (psico) terapéutica que reconocí en mi práctica de danza la razón por la cual empecé a investigar sobre ella. Quería poder explicar verbalmente la experiencia que me otorgaban ciertos estados dancísticos, en los cuales mi idea de identidad quedaba rebasada por una conciencia diferente y nueva que escapaba a mi lenguaje.

     Aun así, lo que realmente me interesaba de la danza no era tanto el hecho de que fuera terapéutica como el hecho de que, al serlo, desplegara la potencialidad de inducción al cambio y a la creatividad de uno mismo en relación con los otros y con el mundo, a partir de la percepción del cuerpo y su movimiento.

“El movimiento corporal espontáneo, originado en sensaciones kinestésicas, y que facilitó la comprensión de los pacientes, lo que a su vez les abrió las puertas al cambio”     Sharon Chaiklin.

     Por esta razón empecé a leer textos sobre danza movimiento terapia (DMT), porque su punto de partida y perspectiva de trabajo son los mismos que el de un proceso creativo a partir del cuerpo y el movimiento, el cual se basa principalmente en la conciencia corporal, la empatía kinestésica y la improvisación.

     Una obra de referencia en este campo es la de La vida es danza. El arte y la ciencia de la Danza Movimiento Terapia, de Hilda Wengrower y Sharon Chaiklin. En este libro las dos autoras coordinan textos que explican qué significa creatividad, sobre todo a través de la danza. Definen la creatividad como una búsqueda de estructuras que permiten articular lo que es difícil de expresar, basado en cualquier concepto -realista o abstracto- que es necesario comunicar.

     Para desarrollar esta idea, Wingrower y Chaicklin nos introducen al concepto de Movimiento Auténtico, que surgió del trabajo de una figura muy importante en la DMT, Mary Whitehouse (1950). Whitehouse, basándose en el concepto junguiano de “imaginación activa”, definió en un principio como “movimiento profundo”, al “movimiento espontáneo a partir de sensaciones kinestésicas, que facilitaba la comprensión de los pacientes y a su vez les abría las puertas al cambio”.

     Esta idea, basada en la espontaneidad, no parece muy distinta de las ideas sobre las cuales se basan las técnicas psicoanalíticas más conocidas como son la escritura automática, la asociación libre, etc. Sin embargo, la diferencia de la DMT es que es una disciplina que pone el acento en el cuerpo y su postura, en la forma en que ésta influye en la percepción de uno mismo y de los otros y se fija en aquellas tensiones del cuerpo que pueden inhibir movimientos o sentimientos y en la utilización sensorial del tacto:

“ Es importante comprender las relaciones que esto tiene con la forma artística de la danza, que apoya y alienta la creatividad a través de la puesta en juego del cuerpo en el tiempo y el espacio, es decir, de la implicación activa del sujeto”. Wengrower y Chaiklin

     Un pilar fundamental de la investigación en danza creativa es la improvisación. Chaklin y Wingrower argumentan que lo interesante de la improvisación es que está dirigida por uno mismo pero proviene del inconsciente o el preconsciente, convirtiendo la danza, cuando es improvisada, en un significado simbólico, un material que forma parte del proceso que lleva al cambio.

      Las autoras lamentan el hecho de que los psicoanalistas de distintas escuelas como Sigmund Freud, Silvano Arieti, Héctor Fiorini o Melanie Klein, olvidaran la danza en sus teorías sobre la creatividad sin hacer referencia, en sus escritos, a las artes en las cuales el cuerpo del artista es a la vez el mensaje y el transmisor:

“El gran ausente, el desconocido, el relegado de la enseñanza, de la vida cotidiana, de la expansión del estructuralismo, de la psicología de muchos terapeutas, fue y lo sigue siendo en gran medida el cuerpo como dimensión vital de la realidad humana, como dato global pre sexual e irreductible, como aquello en lo que las estructuras psíquicas encuentran su soporte”. Wengrower y Chaiklin

     La espontaneidad es otro de los aspectos que las autoras destacan para un fin creativo. Basándose en la técnica de asociación libre de Freud, estas autoras consideran que la expresión espontánea permite que surjan aspectos inconscientes, pero subrayan que esta característica no es suficiente para crear algo nuevo y ponen el ejemplo de las teorías del psiquiatra Silvano Arieti, las cuales se basan en la idea de que la originalidad (creación de algo nuevo) incluye la espontaneidad, aunque admite que no puede basarse simplemente en esta ligereza, sino que surge después de un trabajo intensivo.

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     Otro punto interesante en el que Chaiklin y Weingrower ponen atención es el de la motivación creativa o el afán creador: estas investigadoras consideran que el creador presenta con su obra aspectos camuflados en la forma estética. Para ello puede cambiar su identidad, la identidad de los personajes, las características, etc. Al exhibir su obra, el artista obtiene un placer inconsciente al poder dar expresión a su deseo; y compartiendo su trabajo con el público también comparte sus significados ocultos, aliviando su culpa si recibe aceptación.

     A eso mismo se refiere el filósofo Eugenio Trías con la idea del velo. Este autor que cita la antropóloga Eva Marxen en su trabajo Diálogos entre arte y terapia. Del arte psicótico al desarrollo de la arteterapia y sus aplicaciones, nos habla del velo como el efecto estético necesario para la presencia de lo siniestro, ya que como él apunta:

“lo bello, sin referencia (metonímica) a lo siniestro carece de fuerza y vitalidad para poder ser bello.”

 

Trías insiste que es necesario que lo siniestro esté oculto tras un velo, ya que su revelación total destruiría el efecto estético. Es decir, el arte no puede revelar todo el horror que se encuentra más allá de este velo.

     Siguiendo con la idea del afán creador, es necesario hacer referencia al psiquiatra Anthony Storr, quien hace una comparación entre los procesos inconscientes del artista y del científico en sus investigaciones, considerando que, la actividad creativa y la científica se asemejan en el hecho que resguardan al ser humano de sus ansiedades.

     Esta comparación entre la investigación artística y la investigación científica también fue un tema que trató la artista Dora García, que en una ponencia que tuvo lugar en el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona el año 2010 con el título Más mística que racionalista alcanza verdades que la lógica no puede alcanzar, hacía un guiño a la performance que el artista John Baldessari realizó en 1972, en la que cantaba una serie de declaraciones sobre el arte y el artista y que empezaba proclamando:

“Los artistas conceptuales son místicos, más que racionalistas. Se precipitan hacia conclusiones que la lógica no logra alcanzar”.

     En su ponencia, García mostraba las similitudes entre las motivaciones de la investigación científica y la investigación artística. Su conclusión fue que esta última se diferencia de la investigación científica por “luchar contra el pragmatismo y la horrible tendencia a la consecución de fines útiles”, ser “poco eficiente (en realidad no es nada eficiente), es circular, anti-lineal, temerosa de llegar a una conclusión (…) se desboca en la búsqueda, huye del final de la búsqueda como de la peste”. Es “urgente, desordenada, de lógica aberrante, en el sentido de desviada, pero existente. La idea de urgencia es fundamental (…) tiene su eco en la hiperactividad.”

     Así que, según esta artista, aunque la investigación científica y la investigación artística comparten ansiedades humanas como punto de partida, los derroteros por los cuales las dos transitan tienen poco que ver.

     Otro autor imprescindible en cuanto al tema de la creatividad es D.W.Winnicot. En su libro Realidad y juego, el autor explica la apercepción creadora como algo que sucede a lo largo del proceso vital y que es, según sus palabras: “lo que hace que el individuo sienta que la vida vale la pena de vivirse”.

     Winnicot explica la creación como un proceso terciario: esto significa un aspecto del desarrollo del sujeto y sus relaciones. Del mismo modo que el bebé, para paliar la ausencia de la figura cuidadora, crea un objeto significativo emocionalmente que representa y sustituye esta figura (un objeto transicional, normalmente una manta o un muñeco), el sujeto creador elabora símbolos y representaciones de la persona ausente y, por lo tanto “es uno de los hitos en el desarrollo psíquico y en la generación de cultura”. Winnicot da un importante papel al juego como una manera de introducir a la persona en el mundo de la simbolización, la sublimación o el proceso terciario.

     El trabajo de Héctor Fiorini también es indispensable en cuanto a procesos creativos. Este psicoanalista argentino nos habla del psiquismo creador como el generador de las acciones que alteran lo que nos es dado, subvierten lo codificado y lo que inmoviliza al sujeto y su narrativa. Define la creatividad como la búsqueda de nuevos modelos de simbolización que nos permitan salir de bucles de encierro en imágenes y narrativas frustrantes y delimitadoras, entendiendo la creación humana como un proceso terciario, al igual que Winnicot.

     Para llegar a este proceso terciario, en mi opinión, los puntos de partida son varios. En cuanto a la empatía kinestésica como punto de partida, debo considerar lo que dice la terapeuta Stanton Jones cuando nos habla de la experiencia en movimiento como generadora de una nueva experiencia de “estar en el mundo”, ya que con la danza nos relacionamos a través de los aspectos kinestésicos, emocionales y simbólicos del movimiento.

     La empatía kinestésica ha sido definida por Maturana como el “sexto sentido” y vendría a ser la única manera para comprender todo aquello del otro que ha quedado aun por captar. Siempre hay algo para intuir, comprender o comunicar, que implica un riesgo en la captación del otro y que se logra a través de mecanismos como la simulación, la imitación, el eco o la imaginación, a partir de experiencias similares propias o ajenas. Es por eso que la DMT opera procesando y elaborando en un nivel corporal viajes y experiencias que pudieron ser profundos desencuentros intersubjetivos” Chaiklin, Wengrower.

     Haciendo también referencia a la idea de empatía kinestésica, considero importante los territorios descubiertos a partir del trabajo hecho con la práctica del contact improvisation (CI), una forma de danzar que inició el bailarín y coreógrafo Steve Paxon en el año 1972, muy relacionada con las jams de jazz que se daban en esta época en Estados Unidos. El CI toma como punto de partida para el movimiento el contacto con el suelo y con otros cuerpos y además, se interesa por explorar el fluir del movimiento en esa interacción de fuerzas físicas y cuerpos en contacto. Una obra interesante sobre el CI es el libro de la investigadora Marina Tampini: Cuerpos e ideas en danza. Una mirada sobre el Contact ImprovisationEn su texto la autora habla, entre otros temas, de los sentidos y de la experiencia de percibir desde el tacto y el contacto con otro cuerpo y de cómo, a partir de esta utilización de lo que es sensorial, se abre todo un territorio a explorar:

“El tacto permite un tipo de experiencia con el mundo en la que se desdibujan los límites entre el uno y el otro (…) habilita la fragmentación, la percepción de intensidades, texturas, volúmenes, consistencias, flujos que se suceden a velocidades mayores que las que nuestra mente puede aprehender proyectándole forma humana”.

     Tampini empieza describiendo qué tipo de pensamiento es la danza; un pensamiento que surge a partir de la conjunción de los sentidos y la mente, para acabar hablando de la improvisación como método de desterritorialización -ponernos en relación de desorientación- para crear algo nuevo. Explica el CI como una manera de aprender a moverse a partir del contacto con otro cuerpo, perdiendo las referencias visuales habituales y teniendo como referencia la información kinestésica para empezar a desterritorializarse e improvisar, teniendo en cuenta que lo que importa de esta práctica no son tanto las pautas a seguir como el hecho de que sea capaz de ponernos en desorientación.

     Al hablar del concepto de desorientación es cuando la autora introduce las ideas de la psicoterapeuta y crítica de arte Suely Rolnik, primero habla de “vulnerabilidad” y después de “desterritorialización”. Rolnik define la vulnerabilidad como una cuestión de cuerpos, de su dimensión sensible. La autora toma de la neurociencia los conceptos de cuerpo vibrátil y capacidad subcortical para designar a “la capacidad de nuestros órganos, de los sentidos en su conjunto, de aprehender el mundo en su condición de campo de fuerzas que se hacen presentes en nuestro cuerpo bajo la forma de sensaciones”, afectando esto a la textura sensible del cuerpo, disolviendo las figuras sujeto-objeto y no encontrando referente en el mapa de representaciones actual. De esta forma, la vulnerabilidad nos abre a las sensaciones de la presencia del otro aun cuando estas señales no sean decodificables desde el lenguaje. Este “dejarse afectar” por las sensaciones producidas por el contacto deviene una experiencia de difícil categorización, que no encuentra referencia en las representaciones sociales:

 “No es espectáculo, pero es arte. No tiene un fin representacional ni narrativo; tampoco necesita de la música como estímulo, pero es danza”. Tampini

     En cuanto a la idea de “desterritorialización” de Rolnik, como la acción de ampliar el territorio sin solidificarlo, Tampini lo compara con la improvisación en el CI, que consiste en ir ampliando territorio a medida que ya se ha conseguido cierta familiaridad con la forma de movimiento, con la instantaneidad que esto conlleva: “consiste en ejercitar la acción -del pensamiento y la sensibilidad- en territorios que siempre han de tener cierta cualidad de impredecible”. De esta forma, el bailarín se ve forzado a pensar su experiencia para ir más allá, ya que una vez conocido el territorio es necesario replantear preguntas para crear dudas sobre las que empezar de nuevo:

“Los sentidos y la mente son puestos a funcionar en un tipo de relación que no pareciera implicar sujeción de una respecto a la otra, sino que más bien parecieran hacer posible un modo de pensamiento con los sentidos en que la danza es el resultado de esa conjunción”. Tampini

Para Steve Paxon el efecto de estas propuestas es desafiar el modo en que la mente sintetiza las percepciones habitualmente, iluminando la percepción y entrenando a la mente a indagar modos diversos de sensorialización, “creando en medio de la vida un nuevo juego para jugar”. Para el iniciador del contact, saber cómo relacionarse con lo desconocido significa usar lo que sabemos -consciente e inconscientemente-, pero sin ser controlados por ello. De este modo, dice, es posible la creación, la aparición de lo nuevo. Las sensaciones e imágenes que surgen del movimiento pueden ser reveladoras para el que baila y para el que mira. Puede que esa sea la naturaleza de la improvisación: lograr formular con la mayor claridad posible el interrogante que guíe la exploración. Un interrogante que varía a medida que el bailarín se desarrolla como artista.

     Tomando la idea del interrogante como cuestionamiento, debo hacer referencia a un fragmento del libro Antropología del cuerpo: género: itinerarios corporales, identidad y cambio de Mari Luz Esteban, concretamente al testimonio que recoge de Luís, un bailarín que explica la danza como una investigación personal y vital, como un proceso de creación de nuevos mundos. Luís explica la danza como la única forma de expresión en la que puede exponer todo lo que no puede verbalizar:

“Era tímido y tenía dificultades para hablar en público pero presentaba habilidades para el movimiento, para transformarse, saltar y correr”.    

     Luís llama “collages” y “mezclas” a lo que hace con la danza, mezclas en las que dice poder “nadar” y crear una reflexión en la que el público también se pregunte algo, que “sea una relación porosa en la que la pieza o la obra sólo funcione si hay un intercambio que quiera ir más allá”. Define el movimiento y la danza como una manera de pensar, indagar e investigar, como un proceso de reflexión diverso del proceso de reflexión intelectual.

     Desde esta misma perspectiva, en un libro coordinado por José A.Sanchez que recoge las conferencias y entrevistas realizadas en diferentes ediciones del festival Desviaciones, certamen pionero en danza contemporánea en España, encontramos que la danza:

“Produce y reproduce movimientos, sensaciones, estados emocionales establece vínculos, rompe conexiones con la propia memoria del cuerpo, y se constituye en procesos de reflexión e interrogación, de búsqueda, compartidos o no entre bailarín/bailarines y público, pero siempre conectados con ideologías y prácticas sociales concretas”.

Es decir, la danza es un ejercicio de “desestabilización conceptual” un “proceso de cuestionamiento de los equilibrios asumidos”. Un cuestionamiento que promueve la reflexividad individual y colectiva y, en este sentido, es cuando la danza deviene política, ya que es una creación corporal fundamentalmente colectiva, como dice Esteban, con “contradicciones y discordancias pero también con puntos de encuentro”.

     Por esta razón Luís habla del cuestionamiento de su identidad a partir de una consciencia corporal, una capacidad de puesta en desorientación que tiene la danza en tanto que apela directamente al cuerpo.

“Aunque la reflexión, la evaluación en torno a su masculinidad, no haya estado presente de una forma racional, discursiva y consciente, sí lo ha estado en lo corporal, en lo carnal: el niño al que no le gusta el futbol y nada solo (…)” Esteban

      Así que es interesante cómo el cuestionamiento de la identidad de Luis viene a partir del cuerpo y sus sensaciones. Como a partir de su cuerpo y su movimiento ha encontrado la única forma de crear algo que ha acabado edificándose como identitario. Una identidad que se ha configurado partiendo de lo sensible, desde el estar y encontrarse con su cuerpo y otros cuerpos. Por esta razón, por el hecho de que nos sitúa en el mundo desde nuevas percepciones que nos cuestionan a nosotros mismos y nuestra relación con lo otro, la danza deviene política.

     Aceptar y defender que allí dónde no se ha podido llegar verbalmente o racionalmente, sí podemos llegar de otras formas, también es político, así como defender y legitimar la existencia de mundos que sólo pueden percibirse y no categorizarse mediante el lenguaje. Mundos que nos desorientan, nos desterritorializan, nos llevan al cambio e implican un inevitable esfuerzo por encontrar nuevas definiciones.

Como dice Gabriele Klein en su obra The Performance of Worldmaking in Dance and Choregraphy:

 “En un mundo del cuerpo y de los sentidos, de los movimientos y de los sentimientos, en un mundo de metáforas, para las cuales las palabras nos fallan, la danza en la edad moderna, según el discurso de la danza moderna, constituye un mundo alternativo, es decir, un mundo más allá del lenguaje y la racionalidad” *

*La traducción es mía

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Florència Vila. (Barcelona, España) Licenciada en periodismo y practicante de danza contemporánea. Trayectoria como creadora de contenidos para diversos proyectos entorno al arte y la cultura. Forma parte del Grupo de Investigación en Arte y Antropología (GRAPA) de la Universidad de Barcelona en el que se interesa especialmente por la investigación desde la práctica del movimiento, los estudios somáticos, la improvisación, la antropología de la danza, los estudios de la performance y la antropología audiovisual.

Ajena

Por Claudia Carolina Sandoval Meza

Sacudirme cada mala palabra que ha recibido mi piel, arrastrar de ella todos los residuos de miradas juiciosas, despegar cada uno de los estereotipos que no cabe en ella y sólo lastiman, hacer un lavado entero para que quede limpia de lo que la ha deteriorado, que no ha sido ni el sol ni el viento, han sido palabras y prejuicios.

     Menear mi pelo para que crezca, para que se escapen las partículas de malos deseos que he adoptado, que dejen de esconderse mis indicios de belleza y vuelva el brillo, que mi cabello se despoje de los cortes críticos, que baile sólo con el deseo de ser libre y disfrutar el calor entre los rayos de luz.

     Sonreír para que se marquen las arrugas que no deberían existir, para que se despierten mis dientes deteriorados y disfruten la vista, para que mi cara se estire y se oculten los restos de ansiedad que dejan las construcciones obligadas, para que mis cejas se arqueen y espanten a los fantasmas que susurran reglas que nadie inventó, sonreír para que el rostro se transforme en un abanico diverso de las infinitas expresiones y matices que tiene mí vida.

     Llorar para que mis ojos se limpien de las imágenes falsas, para que las pestañas no se atoren entre las imposiciones comerciales, para que salgan todas las frustraciones por querer un cuerpo perfecto y tener, en cambio, un cuerpo vivo, para que los pulmones exhalen todo el humo de las fabricas artificiales, para que el corazón tenga oxígeno y el cuerpo exista.

     Hacerlo todo, explotar cada célula del cuerpo, sentir en los huesos el peso, estirar los músculos, acariciar la piel, jugar con cada incógnita nueva, pensar en aquello que no se ve, saltar, correr hasta cansarse, descubrir el placer en los rincones ocultos, desaparecer en un orgasmo, jugar con las ideas y mirarse, voltear a ver cada rincón de este cuerpo que se extiende a lo largo de mi existencia, hacerlo todo para descubrirlo, asumirlo, abrazarlo, dejar de simplemente aceptarlo y comenzar a amarlo, porque esto es mío, esto soy yo, porque estoy viva si mi cuerpo respira, estoy viva si mi cuerpo siente, si mi pelo se agita, si mis ojos lloran; estoy viva y existo si me encuentro el cuerpo entre la montaña de construcciones ajenas, estoy viva si comienzo a apoderarme de mi cuerpo y dejo de sentirme ajena.

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claudiaMezaClaudia C. Sandoval Meza. Originaria del sur de la ciudad de México. Al terminar sus estudios de Administración de Empresas en la Universidad del Valle de México, decidió dedicarse a una de sus pasiones más grandes: la escritura. Ha tomado cursos y talleres que la han ayudado en su formación literaria y ha ganado un concurso de la Editorial Paraíso Perdido en marzo del 2017. Actualmente se encuentra administrando su propio negocio y desarrollando dos proyectos colaborativos relacionados con la literatura y el arte visual.

Redes: facebook.com/claudiameza91

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Tatuar empoderando y empoderarse tatuando

Cuerpos que resisten desde la periferia

Por Veka García

Elsa Madera, es madre, diseñadora, tatuadora feminista, mejor conocida como “Bruja Negra” o la “China”. Es una mujer que habita la periferia y resiste desde las tintas. La entrevistamos para conocer su postura como feminista tatuadora y comprender el empoderamiento de las cuerpas.

    El cuerpo de la mujer ha sido históricamente un botín de guerra, es el punto blanco del patriarcado y el capitalismo. Las prácticas violentas contra nosotras se han ido acondicionando acorde a cada época y espacio geográfico. Para la antropóloga Rita Segato en la actualidad existen nuevas formas de violencia contra los cuerpos de las mujeres. Ella explica que “a pesar de todas las victorias en el campo del Estado y de la multiplicación de leyes y políticas públicas de protección para las mujeres, su vulnerabilidad frente a la violencia ha aumentado, especialmente la ocupación depredadora de los cuerpos femeninos o feminizados en el contexto de las nuevas guerras.”[1] Siendo las mujeres -y las disidencias sexuales- de la periferia, las corporalidades más asequibles; sin embargo, afortunadamente preexisten prácticas sociales con el potencial de transformar ese sentimiento de vulnerabilidad en nuevas prácticas de resistencia: el cuerpo, como un espacio simbólico de enunciación y de disidencia. El tatuaje, una alegoría de la intransigencia y la demarcación de la autonomía corporal.

    El estudio donde tatúa “Bruja Negra” se encuentra en el municipio mexiquense de Ecatepec, uno de los municipios del Estado de México (de acuerdo con el Observatorio Nacional) con mayor índice nacional de feminicidios. Para Elsa su estudio en Ecatepec es “una guarida para brujas, negras, insurrectas, locas, transgresoras, unicornias, mutantes y disidentas. Para contar historias que quedaran en sus pieles.” –como ella misma lo define en su página personal.

     Elsa Madera, lleva tres años tatuando y lo hace exclusivamente en cuerpos de mujeres y disidencias sexuales: lesbianas, transgénero, transexuales, homosexuales, queer bisexuales. Su formación fue autodidacta, tatuando naranjas y en su propia piel.

VG: ¿Cuándo, cómo y porqué decidiste comenzar a tatuar?

 EM: Vi aprender a mi compañero desde hace 5 años, así fue como empecé a aprender la cuestión mecánica y teórica y cuando al fin me decidí fue él el que me enseñó. Llevo tatuando ya casi tres años.

Nunca tuve la necesidad de ser aprendiz en un estudio ni pagar un curso para aprender. Lo hice como en los buenos y viejos tiempos, tatuando naranjas y mi propia piel.

 Siempre me ha gustado el diseño y la ilustración, me he dedicado por muchos años a la serigrafía textil, el último trabajo que hice antes de tatuar fue el de hacer playeras con diseños de cuerpxs y personalidades femeninas diversas (negras, gordas, tatuadas, cholas) todas personalidades fuertes, poderosas y dominantes. Eso me hizo darme cuenta que era lo que nos hace falta como mujeres, externar nuestra personalidad no solo como personaje secundario o de adorno en los movimientos contraculturales y barriales, hacer notar nuestra presencia e importancia para estos cambios revolucionarios de la cultura, posicionarnos desde nuestra imagen, que la ropa hablara por nosotras. Eso mismo fue lo que quise hacer con los tatuajes, fue lo que me impulsó a hacer este hermoso oficio. Ahora quería que nuestra piel fuera nuestra primera trinchera y nuestra eterna consigna.

VG: ¿Cómo te decidiste a tatuar exclusivamente cuerpos de mujeres?

 EM: Tatúo cuerpxs disidentes o por lo menos eso pretendo. Mujeres, lesbianas, transgénero, transexuales, homosexuales, bisexuales… digamos que solo no tatúo hombres heterosexuales.

Fue una decisión muy hermosa y creo que no pudo ser de mejor forma, porque yo me construí y posicioné como Tatuadora Feminista gracias a las chicas que empecé a tatuar, hicieron de mi un espacio separatista, fueron ellas las que me hicieron ver la necesidad de hacer de mi oficio algo más que entintar pieles. Eran mujeres con historias que contar, con heridas recientes o ya sanadas, con ciclos por abrir y círculos que cerrar, con pérdidas que honrar o premios que reconocer, con recordatorios para ellas mismas o para el mundo entero… mujeres que necesitaban esa tinta para algo mas que verse bien, eran medallas y recordatorios de fuertes luchas. Y me elegían a mi para ser la que dejara en sus lienzos ese registro de su camino andado o por andar, y yo quise entregarme a esa labor por completo, me sentí honrada de ganarme su entera confianza y que me hicieran parte de ese proceso tan importante, un tatuaje de sanación y empoderamiento.

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Elsa Madera nos cuenta que no hay algún motivo que predomine en los tatuajes que plasma, ella explica que la sociedad suele suponer, que por tatuar solo mujeres hace más “florecitas o corazoncitos” -tal cual así me han dicho, expone. “Lo que sí puedo decir que se nota en la mayor parte de mi trabajo es que son tatuajes con mucha fuerza, personalidad y poder de enunciación. Digamos que son imágenes que trasmiten, son claras, miradas directas y que ponen en claro: esto no es para tu aprobación, este es mi cuerpo y lo respetas. Eso es lo que siento y veo en cada uno.”

    En los tatuajes que elabora maneja diversas técnicas, desde mi perspectiva la que maniobra mejor es el “puntillismo”, aunque también los que suelen ser a color le quedan perfectos. En charlas con más de una persona que han sido tatuadas por la “Bruja Negra”, comentan que al final de la sesión quedan completamente felices y complacidas, no solo por su profesionalismo, sino porque durante las horas de trabajo Elsa se esfuerza por conectar y establecer un agradable ambiente de trabajo; genera que la sesión se vuelva una causa de plena satisfacción en donde los prejuicios y la desconfianza quedan fuera.

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VG: ¿Crees que desde el tatuaje se posibilita una especie de empoderamiento en las mujeres?

EM: Sin duda. Creo que el tatuaje en la sociedad actual es en esencia transgresor, no se hizo para tener contento a nadie más que al portador. Ha sido motivo de discriminación, distinción y segregación, y en el mejor de los casos es visto como algún tipo de espectáculo de circo. Aunque en la actualidad se pueda decir que es más aceptado por la sociedad en general, una vez que elegimos tatuarnos vamos a seguir siendo motivo de controversia y objeto de crítica para más de una persona. Y siendo mujeres todo esto se duplica obviamente, porque el mundo nos ha dejado claro que se empeñará en hacer de nuestro cuerpo un objeto solo a servicio del sistema, que no es algo sobre lo que podamos decidir de manera individual, hay que pedir permiso al padre, al esposo, al jefe, al estado, a la iglesia, etc. Así que cuando decidimos hacernos algo tan notorio, permanente, costoso y doloroso como un tatuaje , estamos en ese momento diciéndole al mundo entero: métete tus prejuicios por el culo, este cuerpo es mío y yo decido sobre él. Es por eso que para mi, hasta el tatuaje más pequeño, escondido y sencillo es por sí solo, muy significativo y empoderador, es uno de tantos grilletes quebrado por nuestra decisión sobre nosotras mismas.

VG: ¿Consideras que te empoderas tatuando? ¿Por qué?

EM: Por su puesto que sí, ser tatuadora ha cambiado mi vida entera. Me siento totalmente afortunada y agradecida con todas y cada una de las mujeres que he tatuado, porque han sido muy significativos y especiales tanto para ellas como para mí, pues el sentirme partícipe de una decisión tan especial me hace sentir igualmente especial.

Saber que mujeres tan poderosas y mágicas me eligen para este importante proceso de dejar en su piel un tatuaje que va a durar toda la vida me ha hecho ser más comprometida con mi trabajo, mis decisiones y la gente que me rodea. Y en verdad estoy muy agradecida y me siento afortunada por tener la oportunidad de conocer un pequeño fragmento de su vida, me cuentan sus historias, comparten risas, lágrimas, momentos, platican de su vida y su camino, las cosas que les gustan y a su vez me escuchan y me conocen en el mismo sentido. Es realmente mágico y empoderador para mi esta bella labor de entintar sus historias, para toda la vida.

El cuerpo se convierte en un territorio, los tatuajes en nuevos mapas y cartografías de las vivencias y experiencias de cada ser. “Pero lo que la nueva territorialidad introduce es una vuelta de tuerca en esa afinidad, ya que el cuerpo se independiza de esa contigüidad y pertenencia a un país conquistado, y pasa a constituir, en sí mismo, terreno-territorio de la propia acción bélica.” [2] A pesar de que Elsa pudo trabajar en otro espacio, quizá algún lugar más céntrico, gentrificado o “turístico” trabajar en Ecatepec es un reto y una forma de resistir y trasgredir las demarcaciones territoriales, las fronteras entre el centro y la periferia.

“Considero estar resistiendo y transgrediendo este flujo que siempre va de afuera hacia el centro, por eso decidí quedarme a trabajar en Ecatepec, aun sabiendo que me limita y afecta económicamente, pero para mí es poner un granito de arena en el mar con algo muy sencillo: hacer de mi espacio no solo un lugar de trabajo para mí, sino una guarida para todas las que vienen, donde se pueden sentir a gusto, seguras y en confianza aunque vayan en contra de la corriente».

VG: ¿Cómo es tu experiencia al tatuar cuerpas en la periferia y desde la periferia?

EM: Siempre he estado muy orgullosa de ser de la periferia de la ciudad, sobre todo porque no es cualquier periferia, es Ecatepec, tan cerca de Feministlán pero tan sobreviviendo el feminicidio. Me ha dado otra perspectiva de vida, me da nociones y motivos de lucha diferentes, me deja ver desde muy cerca los contrastes del movimiento. Me ha dejado ver lo mejor y lo peor de los dos mundos, que tan similares y diferentes podemos ser a causa de una frontera imaginaria pero muy importante, a causa de la centralización de las fuentes económicas y de información, a causa del activismo selectivo y acomodado de la ciudad

     Trabajar como Tatuadora Feminista en este contexto sí guarda ciertas particularidades, prácticamente todas las mujeres con las que trabajo vienen de la ciudad, muchas de ellas hasta desde el otro extremo sur, por lo que estuve buscando espacios de trabajo en el centro de la ciudad lo cual me resultó muy difícil y frustrante por varias razones, así que después de luchar por entrar en estos espacios con pocos resultados fue cuando decidí quedarme de este lado.

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Uno retos a los que se enfrenta como mujer tatuada es la discriminación de una sociedad conservadora, y aunque aún no sabemos si hay retos como mujer tatuadora de la periferia, ella reconoce que hay ciertas diferencias de clase, y raza que nos posicionan en otro modus desigual al de una mujer blanca, y con una buena posición económica. “Porque no es lo mismo ser tatuada blanca y con dinero que ser tatuada morena y de barrio.” Como expone Angela Davis: “»Ser mujer ya es una desventaja en esta sociedad siempre machista; imaginen ser mujer y ser negra. Ahora hagan un esfuerzo mayor, cierren los ojos y piensen, ser mujer, ser negra y ser comunista. ¡Vaya aberración!»

VG: ¿Te has sentido discriminada por ser una mujer que tatúa y tiene tatuajes?

EM: Yo nací y crecí como tatuadora inmersa en el feminismo, el movimieto me abrió de forma sencilla, puertas, corazones y amistades y me considero afortunada por eso, ya que aprendí muy rápido gracias a que me apoyaron muchas mujeres desde mi comienzo, aun sin conocerme y subí muy rápido el nivel de mi trabajo, sin necesidad de enfrentarme al mundo de los “estudios de tatuajes” y sus reconocidos machistas al frente. No fue hasta que viví en Playa del Carmen que tuve una probadita del mundo real. Ahí el movimiento feminista no es muy notorio ni ocupa muchos espacios. Así que me enfrenté a mujeres que no me consideraban lo suficientemente profesional, por el simple hecho de ser mujer. Cuando ofrecía mi servicio, siempre preferían tatuarse con mi compañero, tuve muy poco trabajo y era un ambiente muy hostil y con escaso trabajo para mí, estuve a punto de dejar de tatuar por la falta de espacios, trabajo y amistades. Fue por eso que decidí regresar a la ciudad por 15 días en los cuales tatué a aproximadamente 40 chicas en ese lapso y fue entonces que ya no me quise ir nunca más. Y aquí llevo de nuevo un año con mucho trabajo y proyectos.

Por tatuar no he sido discriminada, por que como te contaba, nunca he tenido la necesidad de trabajar para nadie en ningún estudio, de hecho lo evito a toda costa, porque sé y me consta que es (como en la mayor parte las profesiones y oficios) un mundo invadido por el machismo y el protagonismo, del cual no me interesa formar parte. Por estar tatuada sí, claro que he sido discriminada, pero quiero hacer hincapié en que no he sido discriminada desde que me empecé a tatuar, lo fui desde muy chica por mi forma de vestir, por mi color, por mi clase, por mi forma de hablar, por el barrio del que provengo… porque no es lo mismo ser tatuada blanca y con dinero que ser tatuada morena y de barrio. Creo que es algo importante de decir.

Elsa es una mujer fuerte y sensible cuya labor traslapa al ámbito del empoderamiento y hasta de sanación; es la tatuadora de un gran número de militantes feministas nacionales e internacionales. Su trinchera de lucha es desde las tintas; sus manos plasman y crean diseños que empodera a las mujeres; expresan motivos de reconciliación, transgresión, sororidad y resistencia. Elsa combate desde la periferia, defiende el cuerpo como territorio libre y autónomo. Ella posiciona la irreverencia en el territorio de peligro que simboliza Ecatepec.

Quien quiera profundizar más en su trabajo lo pueden consultar en su página de Facebook: Bruja Negra Tatoos @negrrasuertetattoo o bien, contactarla en Whatssap: 55 3439 0115.

*Todas las fotografías fueron tomadas de su página en Facebook.

[1] Segato Rita, “Las nuevas formas de la guerra y el cuerpo de las mujeres”, Revista digital Scielo Soc. estado. vol.29 no.2 Brasília May/Aug. 2014. (Consultado el 13 septiembre) [http://www.scielo.br/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0102-69922014000200003 ]

[2] IDEM

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Mis 5 cosas Favoritas sobre el An*rmal Festival

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Por Liz Misterio

Me da mucha emoción escribir esta nota, pues el An*rmal Festival ya está a la vuelta de la esquina y nos trae una programación que está para correrse de gusto!

5.- An*rmal Festival es una iniciativa que surge de la maravillosa experiencia que fue la Muestra Marrana México, el crew local se organizó para generar una propuesta propia, con una visión encaminada a la difusión de las propuestas de la postpornografía mexicanas y latinoamericanas.

4.- El festival tendrá sede en una antigua iglesia!!! No hay mejor escenario para ver producciones de postporno que todxs muy juntitxs en una increíble antigua iglesia colonial, que el dia de hoy alberga el Museo ExTeresa Arte Actual (Lic. Primo Verdad #8 , Centro Histórico).

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3.- El país invitado a esta primer edición del festival es Brasil, de la mano de FILMARALHO + Distro Dysca, quienes nos traen una curaduría suculenta para los 4 días del festival. Nos visitará la artista Bruna Kury quién va a platicarnos de su obra el miércoles en el PornoSapiens II, va a presentar la obra en video de los colectivos Coiote y Vomito, con quienes colabora, y en la fiesta de clausura nos deleitará con uno de sus shockeantes performances.  También tendremos en exclusiva la película underground Mamilos Em Chamas del realizador brasileño Gurcius Gewdner (no apta para almas buenas y sensibles) y el especial de postporno brasileño, que se proyectará el sábado.

Bruna Kury
Bruna Kury

2.- Para cualquier degenerada que ame la comida como yo, la propuesta de postporno culinario de la Trinchera de San Pascual Bailongo será motivo de mil orgasmos y gemidos. 😉 

1.- El An*rmal es un ejercicio de autogestión, compañerismo y profunda devoción por la marranería disidente, porque estamos convencidxs de que el cuerpo, el placer y la sexualidad son espacios de lucha transfemiista y que OTRO PORNO ES POSIBLE.

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Fechas y Horarios.

Mesas de Discusión (Porno Sapiens) 25 de octubre, Museo Ex Teresa Arte Actual. Horario 16 a 20hr.

Proyecciones del 26 al 28 de octubre de 2012. Museo Ex Teresa Arte Actual, Horario: Cada día entre 15:00 y 21:00h.

Entrada: Gratuita (se pide una aportación voluntaria por la gestión del evento)

Muestra de Performance. 28 de octubre, en el Espectro Electromagnético. Dir. García Icazbalceta 31, San Rafael. Horario 22 hrs a 2 am. COVER SOLIDARIO $50 en preventa, $70 el día del evento.

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Consulta el programa completo en:

https://anormalfestivalblog.wordpress.com/programa/

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El demonio de la obesidad- por Erika Bulle

Texto y fotoperformance: Erika Bulle

Fotografías: Mario Patiño

De mis demonios personales. El demonio de la gordura,  la posesión que no ha tenido cura.

Por las mañanas me miro al espejo, un espejo de cuerpo completo, no hay nadie junto a mí, nadie que pueda hacer algún comentario sobre el cuerpo que se está reflejando.

Es mi cuerpo con sus defectos y sus virtudes, con las marcas y cicatrices del paso de los años, con sus demonios imaginarios, aquellos que en cada performance trato de exorcizar, pero ¿cómo poder expulsarlos tras 40 años de control?

El miedo de mi familia a ser gordo, el control de la alimentación, la despensa que se compraba, lo que no se me permitía comer, porque decía el pediatra “La niña tiene predisposición a engordar”, siempre tomé agua de frutas sin azúcar, mi boca siempre paladeó los sabores más insípidos, por herencia a las enfermedades de mi abuelo no había que consumir sal,  quizás solo un poco para que la comida tuviera algún sazón, nunca tomábamos refresco, no había comida chatarra, el pollo siempre estaba hervido, y la carne asada. Nunca comíamos espagueti, eso engorda y las papas fritas también engordan.

En mi adolescencia comía a escondidas, no en exceso, pero sí lo que me prohibían, me llevaban a un médico para bajar de peso, me recetaba algún tipo de anfetaminas que solo destruyeron mi pulso, mis nervios, pero no me quitaban el hambre, la preocupación de que quizás nadie me quisiera era evidente en mi familia, la preocupación de que por lo menos terminara la preparatoria estaba ahí, lo escuche por la noche en una plática de mi madre, ¿porqué me creía incapaz? Era por la misma discriminación que ahora sufría en la secundaria, ya antes había pasado seis años de la primaria con las compañeras molestándome porque tenían un cuerpo esbelto, también eran mucho más bajas de estatura que yo; lo que ahora elegantemente se llama bullying para disfrazar con una palabra como muchas otras el acto del acoso, el acto del odio, nadie piensa que un niño pueda sentir esas palabras, pero así se llama lo que hacen en realidad; veneno infundado por la misma sociedad adulta completamente capitalizada, con sus comentarios, con sus acciones; velar estas conductas con terminología anglosajona es fácil, al fin nadie entiende bien de lo que se habla.

Muchas de estas compañeras ahora se dicen feministas, la vida da muchas vueltas, sin embargo siguen cuidando su figura, dando consejos de cómo llevar una dieta sana e insistiendo en controlar el cuerpo de los demás, de sus hijos, de sus parejas. Adecuándose a la moda para no verse viejas, o quizás para mostrar un estatus económico diferente al que tienen.

En la edad adulta dejé de esconderme para comer, para besar, para fumar, para ser yo, pero esto no me alejó del control que todos creen que pueden o deben tener sobre mi cuerpo, sobre mis gustos, sobre mi peso, sobre mis disidencias escogidas, sin embargo en segundos me sorprendo traicionándome pensando en que tal vez comí demasiado, me sorprendo contabilizando el azúcar que consumí en el día, me sorprendo enojada en el momento de comprar ropa, ésta parece ser cada día más pequeña, a veces cuando cierro los ojos escucho las frases de mi madre “sume la panza”, “no te pongas ropa tan pegada”, “deja de usar falda que se nota mucho que tu pierna está enferma”, “entre más gorda estás más cojeas”. Sin embargo este demonio personal se convirtió en un asunto político, en un asunto transcultural, en un asunto transfeminista, un asunto que dejaron pendientes las líderes del fat activism y que había que replantear, en un asunto que va cruzando las fronteras del cuerpo, las fronteras del peso, en donde cada vez que me enuncio como gorda, le pongo nombre al demonio que me atraviesa dándole más posibilidades de salir para siempre y llevarse lo que aún hoy en día me perturba.

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Erika Bülle (México) Performer y artivista gorda. Estudia Doctorado en artes y diseño en la FAD – UNAM, trayectoria como performer por 25 años, participando con colectivos como SEMEFO. Participación en los festivales internacionales, Buzzcut en Glasgow Escocia, Perfoartnet en Bogotá Colombia, Rapid Pulse en Chicago, Hommocult en Ciudad de México, Circuitoposporno Bogotá Colombia, etc. Forma y Sustancia en la Ciudad de Guatemala entre otros.

En el campo teórico cuenta con diversas ponencias y conferencias magistrales tanto en México como el extranjero.

Sus temáticas principales han sido la violencia y el uso del cuerpo disidente en la performance.

 

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«Loma Bonita» de Erika Pérez

Toda mi vida la he transitado en Nezahualcóyotl, Estado de México.

Territorio que se ha construido a pase de clichés como son: la basura, la pobreza y la ignorancia.Crecí en el barrio de la Reforma, donde el machismo y la misoginia cohabitan de manera natural.

Bajo la viruta y los clavos de una carpintería crecí rodeada de hombres y con ello lo que dicta «ser una buena mujer».

Debido a estos sucesos mediante la fotografía decido apropiarme de mi cuerpo, para cuestionar roles, estereotipos y redescubrir mi sexualidad.

 

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Erika Pérez (Nezahualcóyotl Estado de México 1986). Instructora en Canon Academy.2017,
Graduada del Diplomado de Documental 2016 bajo la tutoría de José Luis Cuevas & Oscar Farfán en Gimnasio de Arte y Cultura, en donde también ha cursado distintos talleres. Desde 2011. Egresada del Seminario de Fotografía  Contemporánea del Centro de la Imagen y Centro de las Artes San Agustín 2015.
Técnico en Medios de la Comunicación en Colegio Americano de Fotografía “Ansel Adams“2009.
Cuenta con distintas exposiciones colectivas en la Ciudad de México.

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Los autorretratos intimos y juguetones de Flor de Loto

Serie de fotografías realizada para la exposición colectiva LA OTRA, realizada por 15 jóvenes mujeres artistas en Balmaceda Arte Joven Valparaíso resultado del taller «Autoretrato y Feminismo» impartido por Paula Lopez Droguett Artista visual y feminista.

Como las flores que nacen blancas en medio de las aguas oscuras de las ciénagas y pantanos de la tierra.
Así florecí yo, pero rosada y escandalosa.

Advierto al publico que todo lo que están a punto de apreciar, no es más que la expresión viva de mi pasar por este mundo, púes mi trabajo se alimenta de la cotidianidad, de lo ordinario, de lo común (pero oculto), aquello que a varias nos sucede pero que nadie jamás cuenta -ni mucho menos nos preparan para enfrentar- y que no por eso deja de existir.

En otras palabras, todo lo que hago viene del resentimiento de lo que ha tocado a mi cuerpo, a mi corazón y a mi cabeza, tras los días y las noches que he habitado este mundo.

Donde por avatares de la vida he descubierto cosas, cosas que no puedo callarme y que me provocan crear.

Como feminista, sostengo, creo y postulo -fervientemente- que siempre será un acierto que las olvidadas y las no nombradas nos tomemos la palabra y los lugares de este mundo desigual, ya sea con la boca, con las manos o con el cuerpo, pero que lo hagamos ya.

Para todo esto, he aprendido a aprovecharme de la versatilidad que me acontece y no puedo negarle el protagonismo que merece mi cuerpo -y el sexo-, pués estos han sido los puentes que he cruzado para recorrer los pasajes ocultos de la vida, los cuales han dejado tanto huella en mi como yo en ellos, la diferencia está en qué yo lo he hecho dejando una estela fluorescente, un camino chueco y pegajoso lleno de colores, sabores, sensaciones y orgasmos y en el fondo cosas que no sucedieron como la sociedad espera.

El arte ha sido sin lugar a dudas mi medio de comunicación -mi escape, mi diario de vida-, me interesa generar postales -en diversos formatos- que hablen de lo que me pasa -a mi y a otras-; Me he propuesto generar con mis trazos e imágenes -testimoniales-, una fisura en la alta muralla que separa lo público de lo privado, sacándole grietas que dejan pasar la luz de un feminismo revoltoso, visual y algo <<kitsch>>.

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Revisa más de su trabajo en:

https://www.facebook.com/lodijounxtruek/

https://truekblog.wordpress.com/

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Erotismos

por Tonantzin Arreola Romero

y Claudia Carolina Sandoval Meza

Título: Video número 3 de la serie “Erotismos”       Año: 2017

Duración: 1’ 17’’     Formato: mp4     Técnica: Video

Cámara: Pablo Hernández Rosas

Redes:

http://tonantzin-ar.tumblr.com/

http://claudiameza91.tumblr.com/

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claudiaTonantzin Arreola Romero. Artista videoasta egresada de la Facultad de Artes y Diseño de la UNAM. Su interés principal dentro su obra es resaltar pequeños actos de belleza.
Claudia Carolina Sandoval Meza. Administradora de empresas egresada de la Universidad del Valle de México. Su interés principal dentro de la literatura es el relato, el cuento y la poesía.

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Wearing Bodies

Por Néstor Daniel Pérez-Molière
Inspirado por la representación del cuerpo en los medios sociales, la serie “Wearing Bodies” juega con la fantasía en donde tener un cuerpo idealizado se acerca a la realidad, todo a través de un proceso en la cual llevo partes de cuerpo como artículos de ropa.  Llevo y pongo sobre mi cuerpo estas características idealizadas, utilizando mis manos y otras herramientas para empujar el cuerpo real e “indeseado.”  A pesar de que esta búsqueda está informada por la idea de que la perfección del cuerpo traerá felicidad, la realidad es lo opuesto y las metas inalcanzables afectan la psiquis.  El título en inglés de la serie no sólo habla sobre la acción en las fotos, si no también el deterioro de la salud mental.
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Néstor Pérez-Molière. (n. 1978) San Juan, Puerto Rico
El trabajo artístico de Néstor ha sido de auto-descubrimiento, una serie de confesiones que revelan conflictos internos y que intenta politizarlo a la misma vez.  Expone problemas personales con la idealización de ciertos cuerpos, adicciones alimentarias y dismorfia corporal; describe los mecanismos, clasifica los orígenes, y como solucionarlos (y fallar).  A través de sus trabajos, él juega constantemente con refutar la realidad y construir una fantasía, aunque a la misma vez aceptando las variaciones en las cuales un cuerpo puede variar.  Su propio proceso catártico busca conectar con los conflictos internos del espectador pero toma otras direcciones al criticar el consumerismo y su intersección con la obesidad y salud mental.
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Gravedad Propia: Pruebas de movimiento

por Ana García

La Trigésima Séptima Expedición Espacial fue lanzada el 20 de marzo de 1991. La astronauta Niza Krit viajó a bordo de la nave YT-1300 hacia el planeta MN1906 con el objetivo de analizar sus condiciones y determinar las posibilidades de habitarlo. En la Tierra se recibió el informe de su aterrizaje, pero a los nueve meses se perdió contacto y no se volvió a tener noticias de ella. Cinco años después, otra misión fue enviada a esclarecer lo ocurrido. Al llegar al destino, los tripulantes de la misión de rescate hallaron la nave intacta, pero no a su pasajera. En el interior se encontró parte del estudio que Niza había iniciado en el planeta. Un archivo minucioso de pruebas médicas y muestras fotográficas que documentan una inexplicable transformación corporal en la astronauta causó mucho interés pues se cree que fue esta la causa de su desaparición.

Título: Pruebas de movimiento (del proyecto Gravedad Propia)
Autora: Ana García
Año: 2016
Duración: 3:30 min
Técnica: video digital
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Ana García (México, 1991). Artista visual egresada de la Facultad de Artes y Diseño de la UNAM. Trabaja con los medios de dibujo, fotografía y video. Su producción investiga la construcción social del cuerpo enfermo y discapacitado buscando las fronteras entre realidad y ficción en estas condiciones.
Link a página personal: http://cargocollective.com/ana_fantasma

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