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Entrevista a Cola Condenada: ¿qué te parece abortable?

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Por Liz Misterio

Desde Chile, les presentamos a Cola Condenada una banda que hace música divertida y pegajosa, así como acciones callejeras para exigir el derecho al aborto, así como para denunciar la homofóbia y la doble moral sexual entre otras cosas.

1.- Encontramos las canciones y los trabajos audiovisuales de Cola Condenada via redes sociales haciendo la investigación para este número sobre arte y activismo en favor del derecho al aborto, nos pueden contar ¿Quiénes son Cola Condenada y cómo surge el proyecto?

Somos tres colas (que en Chile significa culo y homosexual) . Una judía, un ex canuto y una laica. Empezamos a trabajar juntos en Mayo del 2015. Usamos distintos lenguajes para explorar nuestros intereses tanto personales como grupales. Todo lo que hacemos lo hacemos nosotros, desde este texto hasta el montaje de los videos, la construcción de nuestra página web, pasando por la música, el diseño gráfico, hasta conectar los micrófonos en las performances.

     Como trío nos interesa evidenciar que las construcciones sociales en Chile (y en el mundo) han fosilizado a muchos de sus habitantes. Pensamos que las personas deben estar conscientes de que se les ha extirpado la jurisdicción sobre sus cuerpos a través estrategias milenarias, como por ejemplo la religión, la familia nuclear, la heteronormatividad, para mantenernos bajo control. Esto lo desarrollamos a través de distintos temas como por ejemplo la difuminación de género, hacer de lo privado público, el post porno, el cuerpo humano, la religión etc.  Las preguntas, ¿Qué es violento? ¿Qué es censurable? Estos temas se han convertido (por ahora) en el eje central de nuestro trabajo.

Practicantes del piluchismo (estar desnudos) / Un combo es violento. Una pichula (pene) no / Quisiéramos despertar al ser humano de la idea de que el cuerpo y el sexo son cosas de las cuales hay que avergonzarse, esconder y temer.

Dominga Bofill 25 años, Actriz /Vicente Gabriel Gutiérrez Berner 21 años, Periodista / Nicole Senerman 37 años, Directora Audiovisual

2.- ¿Cuál es la situación chilena ante la cual reaccionan para la creación de estos videos en los que cantan sobre el aborto, la policía, la diversidad sexual entre muchas otras cosas?

La situación es una que nos produce la necesidad de hacer lo que estamos haciendo: las injusticias, la censura, la discriminación, el sexo como algo ofensivo , la desigualdad, los abusos, etcétera,  están presentes en todos lados. Podríamos hacer un listado larguísimo de todas, pero estamos seguros de que si uno se sienta y piensa por un momento se da cuenta que son las misma en todos lados. Quizás se manifiestan de distintas formas debido a las circunstancias, la geografía e idiosincracia pero las problemáticas que nos interesan son mundiales. A nosotros nos parece que debemos mostrarlas desde nuestro país, donde vivimos, pues es acá donde nos interesa evidenciarlas, y donde nos interesa trabajar por ahora.

3.- En cuanto a la estética de sus videos y sus canciones, ¿cómo la definirían?

Es un collage de miles y miles de referentes. Claramente tenemos el Pop como eje central y con esto nos hemos dado cuenta que el Pop  (que viene de Popular) para algunas no es “en serio”. Hay concepciones muy herméticas con respecto al arte. ¿Qué es hacer arte “serio” o “en serio”? ¿Y porqué éste supone ser mejor? ¿Acaso la idea es solo apelar a los pares “serios”?

4.- ¿Qué es lo que esperan generar en el público con sus canciones y acciones callejeras?

Lo que nosotros buscamos no es aprobación (que no significa que no nos guste) ni desaprobación, buscamos generar cuestionamiento y ojalá nunca indiferencia.

5.- Tienen muchas vistas de sus videos en Youtube pero ¿cómo ha sido recibido su trabajo tanto dentro de los movimientos sociales pro aborto como entre el público en general?

En Chile hay mucha gente como nosotros (aunque muchos intenten convencer al país de que no) pero muy pocas de estas personas visibilizan sus vidas “privadas” y sus discursos por miedo a las represalias o el juicio de otros. En Chile ( y en el mundo) hemos naturalizado la mentira y la omisión como forma de vida, esto a nosotros nos parece aterrador e imposible de llevar a cabo. Al no identificarnos con estos comportamientos, que al fin y al cabo son auto impuestos, hemos producido mucha aprobación en otros. Creemos que es debido a la honestidad con la que trabajamos nuestros intereses dándonos la libertad de visibilizar nuestro punto de vista y nuestras vidas sin miedo. Esto por supuesto que ha tenido muchísima aprobación (mucho más de lo que imaginamos) de las personas que se identifican y por el otro lado el rechazo de muchos que no nos sorprende en lo absoluto. Con respecto al rechazo y lo que esto nos produce hemos llegado al siguiente reflexión: ¿Porqué lo que hacemos con tanta honestidad a algunos les parece ofensivo?
Creemos que las cosas que nos violentan de un «otro» son aquellas que nos revelan cosas de nosotros mismos que no sabemos cómo enfrentar o ni siquiera nos atrevemos a mirar.

6.- ¿Qué les parece abortable y por qué?

Vicente: Las personas que confunden seriedad con inteligencia.

Dominga : El control sobre el cuerpo ajeno. Cada uno tiene derecho a hacer lo que quiera con su cuerpo.

Nicole: Las definiciones para ordenarnos sexualmente, creo de desde ahí parten todos los problemas y diferencias entre los seres humanos.  Tener un género y una preferencia sexual es una estupidez.

7.- Hay actualmente una gran proliferación de propuestas artísticas y creativas en torno a la exigencia del derecho al aborto en Chile ¿tienen vínculos o colaboraciones con otros grupos de artistas o colectivos que estén haciendo arte y activismo en favor del derecho al aborto?

En este momento, honestamente no, pero estamos muy interesados en trabajar próximamente con Torta Golosa. (Recomendamos leer su manifiesto)

https://www.facebook.com/Torta-Golosa-1628871940725791/timeline/

La lista de cosas abortables y adorables, en formato videoclip de Cola Condenada:

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Si quieren conocer más de ellxs y su trabajo

www.colacondenada.cl

https://www.facebook.com/colacondenada?fref=ts

 

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Sencillamente, he abortado

por Charlee Chamuko

por Júlia Araújo

 La historia no es nueva. Muchas de nosotras –chicas blancas, heterosexuales, brasileñas, con ciertos privilegios económicos y acceso a una educación formal– seguramente conozcamos casos parecidos. Es cierto que tantos otros casos son distintos, más dramáticos y en situaciones de mayor exclusión, abandono y riesgos. Sin embargo, hay una problemática común: la falta de garantías a derechos sexuales y reproductivos y la criminalización del aborto. Y es porque he entendido que lo personal es político. Porque he reconocido –junto a tantxs amigxs, compañerxs de lucha y de reflexión– que mi cuerpo es un campo de batalla altamente politizado y que los relatos son, también, potentes instrumentos de lucha. Por eso, comparto aquí mi historia.

     Estaba en el primer año de la universidad y aún no había cumplido los 18 años. Hormonas a flor de piel y una relación sexo-afectiva heterosexual de poco más de un año. El sexo sin protección ya se había convertido en una constante: la base, más que la confianza mutua, era aquél deseo arrebatador típico de la juventud. Hasta que un día, no me vino la regla.

     Sin estar segura aún de nada, fuimos al centro de la ciudad. Compramos unas bebidas de hierbas medicinales abortivas. Días después, empecé a sangrar, como una menstruación de poca intensidad, y pensé que estaba todo resuelto. Pero el sangrado duró más que lo habitual y empezaron las náuseas. Fue cuando nos dimos cuenta de que, realmente, estaba y seguía embarazada. Más o menos en el primer mes de gestación.

     Recuerdo bien el día que les hablé a mis amigas de la situación: después de un largo trayecto de mi casa a la universidad, de haber bajado del autobús corriendo y, por no haber logrado llegar al baño a tiempo, vomité en la acera frente al edificio donde estudiaba. Aquel mismo día teníamos clase con una profesora que era un referente de mente crítica para nosotras. Por su profesión –no su trabajo como profesora– y activismo, ella ya había visto y acompañado varios casos de embarazos y abortos. Recuerdo que la clase estaba sentada en círculo para un debate y que vi cuando una de mis amigas le pasó a la profesora un papelillo doblado. Recuerdo lo nerviosa que estaba y del tanto que me sudaban las manos. Después de la clase, tranquilamente, ella se me acercó y me preguntó cómo estaba. Mi respuesta fue en lágrimas. Ella, entonces, me tranquilizó. Me preguntó de cuánto tiempo estaba y me dijo que lo arreglaríamos todo. Recuerdo sus últimas palabras en aquella conversación: que yo tendría mucho tiempo aún para decidir si quería vivir un embarazo. Ella se encargó de comprar las pastillas, de administrarlas y de orientarme. Le estoy muy agradecida y siento mucho cariño y admiración por aquella mujer. Pero el caso no había terminado.

     Pasados unos cuantos días, tuve una hemorragia. No en cualquier lugar. Fue dentro de un teatro, con parte de mi familia –que no sabía de nada de lo que me había pasado–  presente. Me levanté de la silla y vi que la sangre escurría por mis piernas. Me quedé sin acción, sin saber qué hacer, llamando a mi madre. Los de seguridad estaban desalojando el teatro: había otra función a continuación. Uno de ellos me pidió que saliera rápido. Con la voz temblorosa, le contesté que estaba sangrando. A lo que él, como quien no me había escuchado, me contestó: por favor, salga de inmediato.

     En los días que se siguieron, volví a hacer una prueba de embarazo y fui a una consulta médica, acompañada de mi abuela. La consulta era en un hospital de maternidad para casos ginecológicos y obstétricos. Tuve que entrar sola, pues no permitían acompañantes. Me hicieron algunas preguntas, entre ellas, si yo había tomado algún medicamento para abortar. Yo sentía miedo y, de cierta forma, vergüenza por todo. Negué. Insistieron. Me preguntaron si yo estaba segura. Continué negando. Ya no recuerdo si era médico o médica, pero recuerdo perfectamente el tono acusatorio de sus palabras y la mirada inquisitiva. Me llevaron a otra sala, para que me hicieran una ecografía intra-vaginal e, inmediatamente después, me dijeron que me tenían que hacer un legrado. Les dije que tenía una pariente fuera y que necesitaba, al menos, avisarle. No me dejaron salir y, desde un pasillo abarrotado de personas y con los médicos apresurándome, le grité a mi abuela que me iban a hacer un legrado en aquél exacto momento. La pobre señora, que ya llevaba un largo rato esperando, se quedó sola, con cara de preocupación y de quien no estaba entendiendo nada.

     A partir de entonces, y ya pasados unos días, mi ginecóloga me recetó pastillas anticonceptivas como si fueran caramelos. Durante los meses siguientes, mi libido se redujo significativamente. Entonces, para mí, todo era una consecuencia de lo que yo había vivido, una especie de auto-punición por haber abortado. Y no descarto que tuviera algo de esa relación. Pero el caso es que sólo volví a sentir mis deseos sexuales en toda su plenitud 7 años después, cuando decidí abandonar las pastillas.

     Sí, fue difícil para mí superar aquel episodio. Pero no en el sentido de trauma, que es como se construyen muchos argumentos que he escuchado en torno al aborto. Fue difícil porque yo –como tantas otras–, pese a tener una madre y un padre con posturas considerablemente progresistas, no recibí una educación sexo-afectiva plural y menos desde una perspectiva de la autonomía. No fui informada de que no había nada de malo en decidir realizar un aborto. Recibí una educación de fuerte base judía-cristiana, que me ha inculcado un sentimiento de culpa pernicioso. Y, principalmente, crecí –como tantas otras– siendo constantemente recordada de que mi cuerpo y mi condición de mujer biológica me otorgaba vulnerabilidad y de que la maternidad es sagrada. Sin embargo, aún así, a los ojos de mucha gente, cualquier trauma que pudiera haber surgido estaría, invariablemente, ligado al mero acto de realizar una interrupción voluntaria del embarazo.

     Es cierto que mi experiencia no se compara con las de tantas otras mujeres que terminan no teniendo las mismas condiciones, materiales y sociales, y que ponen sus vidas en riesgo por falta de una atención médica adecuada, legal y gratuita. Eso, por no hablar de las condiciones que llevan a esos embarazos. Mi experiencia, a pesar del peso y de lo violenta que pudo haber sido para mí, fue, también, liberadora y principal detonadora de un sentir feminista que hacía mucho ya estaba latente. Una experiencia que, dado el tiempo que he tenido para reflexionar sobre ella, tal vez, hubiera podido ser contada en una narrativa más creativa, o, tal vez, mejor estructurada. Sin embargo, lo que os cuento es visceral. He tardado 12 años en escribir sobre ello sin cualquier resquicio de dudas en hacerlo. Para poder decir, sencillamente, con determinación: he abortado y me siento bien con mi decisión.

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Júlia Araújo: Feminista. Activista sonora con Enredadas Mujeres, en Radio Malva, por las ondas y por el mundo. Sospechosa de participar en conjuros y brujerías varias con Colectiva Transtorna. Aprendiz indisciplinada de poeta. Infiltrada en la academia, donde intenta transitar y traficar prácticas activistas entre muros y calles con el amparo del Colectivo de Estudios de Género Transformacción. Parte de su disfraz consiste en (des)aprender como doctoranda de Estudios de Género en la Universidad de Valencia, con previo entrenamiento en un cúmulo de maestrías por la misma universidad, una de Género y Políticas de Igualdad y otra en Cooperación al Desarrollo, y una licenciatura en Comunicación Social con especialidad en Relaciones Públicas en la Universidad Federal de Alagoas (Brasil).

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Criminalización del aborto en Chile, un legado de la dictadura

Por el derecho a decidir, también en Chile

Muchas mujeres chilenas vivimos en países donde se garantizan los derechos sexuales y reproductivos. Mientras nosotras estamos aquí -en Barcelona, España-, formamos parte del 61% de la población mundial que tiene acceso al aborto a petición de la mujer, durante ciertos plazos y por diversas razones sociales, de salud o económicas. Dado que el derecho a decidir está garantizado legalmente, hemos podido conocer a mujeres que por distintos motivos han decido interrumpir sus embarazos.

      A diferencia de lo que ocurre en Chile, ellas lo hicieron con la tranquilidad de que su decisión no constituía un delito, no sería sancionada moralmente ni tendría repercusiones para su salud. Las mujeres chilenas que vivimos aquí también hemos experimentado la tranquilidad de abortar legalmente. Aquí, abortar es una opción personal, es un derecho garantizado por el Estado y, por tanto, respetado socialmente.

      Somos chilenas, pero tenemos más derechos que nuestras compatriotas porque vivimos en lugares donde las mujeres podemos decidir interrumpir un embarazo legalmente y con garantías sanitarias, sin temor a ser perseguidas, juzgadas ni -mucho menos- ir a la cárcel por ello. En Francia, España y Alemania se puede decidir libremente interrumpir la gestación hasta la semana 14 y en Portugal hasta la semana 10.

      En casos de enfermedades graves de la mujer, malformaciones fetales severas, incurables o incompatibles con la vida, no se establecen límites para abortar. Pero esto no es exclusivo de los países europeos. En varios países de Latinoamérica las mujeres pueden interrumpir legalmente un embarazo no deseado: en Uruguay, por ejemplo, hasta la semana 12 o hasta la 14 en casos de violación o sin plazo, en aquellas situaciones de riesgo para la salud de la mujer o inviabilidad fetal. El plazo de 12 semanas es también reconocido en el Distrito Federal de México, mientras que en Cuba es de 10 semanas.

     Por eso nos indigna cada de vez que nos enteramos a través de la prensa de casos de niñas chilenas embarazadas (y de hecho, violadas, a menudo por hombres cercanos a su entorno) que son obligadas a continuar con sus embarazos. Cuando en alguna conversación explicamos que Chile es uno de los pocos países del mundo que penaliza el aborto sin ninguna excepción, muchas personas se sorprenden y extrañan.

     Para la opinión internacional somos un país que ha logrado importantes avances en materia de igualdad de género. Basta mencionar que somos uno de los pocos países en el mundo que ha tenido una presidenta, reelecta, y además la primera en ejercer como Directora de ONU Mujer. Por eso no pueden creer que Chile, el país que se levantó tras la dictadura, que luchó por los derechos humanos y que prometió no volver a repetir esa historia, sea incapaz de reconocer los derechos humanos de las mujeres, aceptando el legado de la dictadura por más de 20 años. Porque la penalización total del aborto es un legado de la dictadura.

     Desde 1931 el aborto terapéutico era legal en Chile. Fue en 1989, en los últimos meses del Gobierno de Pinochet, y siguiendo los dictados de la jerarquía católica, cuando la junta militar modificó la ley y criminalizó sin excepción la interrupción del embarazo. Y terminó la dictadura, dejando los derechos reproductivos de las mujeres chilenas hipotecados, como una de las monedas de cambio.

     Todas sabemos que el aborto clandestino es una realidad en Chile. Pero esa clandestinidad no nos afecta a todas por igual. Las que viven en condiciones de pobreza quedan expuestas al riesgo de un procedimiento médico inadecuado y además, en caso de complicaciones, deben acudir a centros de salud públicos que a menudo las denuncian, y son así el primer paso de la persecución penal (Universidad Diego Portales, Informe Anual sobre Derechos Humanos en Chile, 2013). En cambio, las mujeres que vivimos en otros países, o las que cuentan con recursos económicos suficientes, pueden acceder a abortos más seguros en clínicas privadas o viajar al extranjero para interrumpir sus embarazos legalmente. En Chile, la prohibición total del aborto sólo acentúa las desigualdades de clase.

     Sin embargo, el temor a la sanción penal y social hace que todas, ricas y pobres, deban permanecer en silencio, o contar sus experiencias sólo en sus círculos cercanos. El temor y el estigma marca sus experiencias, a diferencia de aquellas que podemos interrumpir un embarazo en condiciones de legitimidad política, social y sanitaria. Las mujeres que abortan legalmente muestran una relación de bienestar con ellas mismas y con sus decisiones, son mujeres comprometidas con sus maternidades, son mujeres más tranquilas.

     Aspiramos a que las maternidades sean deseadas y disfrutadas. Aspiramos a que ese estigma desaparezca de las mujeres y que, por el contrario, sea el Estado de Chile el que sienta vergüenza de mantener una legislación heredada de la dictadura y que viola los derechos fundamentales de las mujeres. Nosotras, y muchas otras mujeres, estamos comprometidas en conseguirlo, porque aspiramos a que todas las mujeres en Chile tengan los mismos derechos con los que contamos nosotras, en estos momentos.

Verónica Boero Chancy, Carmen Cares Mardones, Beatriz Cantero Riveros, Paola Contreras Hernández, Lucía Egaña Rojas, Lorena Garrido Jiménez, Judith Muñoz Saavedra, Patsilí Toledo Vásquez y Macarena Trujillo Cristoffani (Barcelona, España)

Por el derecho a decidir, también en Chile

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Por el derecho a decidir, también en Chile. Somos chilenas viviendo en países que reconocen los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres y queremos que se garanticen también en Chile.

Facebook: Por el derecho a decidir, también en Chile

 

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Yo aborto, tu abortas, ellas abortan, NOSOTRAS ABORTAMOS: Empoderamiento en nuestros cuerpos

ilustración por Gelen Jeleton
ilustración por Gelen Jeleton

por Flora Alderisi

Vivimos en  sociedades de consumo que nos encarcelan en nuestros cuerpos, nos imponen qué decir, qué vestir, cómo coger, parir; nos imponen la vergüenza de nuestro sangrado, nos obligan a  menstruar de manera oculta, en silencio y callarnos porque «calladitas están las señoritas». Y pensamos, ¿verdaderamente este cuerpo es mío? ¿nos pertenece o estamos encerradas cada una en la disconformidad absoluta?

     Nuestra cárcel no solo está impuesta por la maldita moral patriarcal, occidental, católica, monogámica y de la hetenorma, EL CAPITALISMO que todo lo vende, nos etiqueta una por una, nos empaqueta en nylon y finalmente con su código de barra nos envía al mercado.

     Entonces para sobrevivir recurrimos a nuestra propia historia para zafar, para respirar, tratamos de recordar compañeras que dejaron sus historias marcadas con fuego, historias que quisieron arrebatarnos de las manos y se olvidaron de que las tenemos en la sangre. Definitivamente hablar de «nuestros cuerpos» es hablar de luchas de poder-sometimiento.

     En la actualidad, existen concepciones críticas de Derechos humanos. Según Wlasic, los Derechos Humanos son aquellos que protegen la dignidad de la persona humana y sus valores derivados de libertad e igualdad a través de la efectiva y plena satisfacción de sus necesidades, tanto físicas, psíquicas, como morales y que derivan en características, principios propios de carácter general y normas jurídicas básicas de protección. La calidad de vida es un eje central en dicho análisis. No podemos dejar de resaltar que esta concepción de los derechos también está en disputa como el derecho todo, pues su nacimiento, como se conoce en la actualidad, es occidental y en sus orígenes a las mujeres nos guillotinaban por reclamar aquella Liberté, égalité, fraternité.

     ESTAR EN CONTRA DEL ABORTO NO ES ESTAR A FAVOR DE LA VIDA. ES ESTAR A FAVOR DE QUE EXISTA (COMO EXISTE, DE HECHO) TODA UNA MAQUINARIA CLANDESTINA EN LA QUE SIGUIENDO, LOS PARÁMETROS DEL MISMO SISTEMA, LAS RICAS SOBREVIVEN, LAS POBRE NO. Por eso las campañas pro aborto exigen una educación que nos permita decidir cuándo y cómo ser madres,  la posibilidad de conseguir anticonceptivos que verdaderamente nos protejan de enfermedades de transmisión sexual (ETS) y de embarazos no deseados, se trata de poder abortar de manera  segura, LEGAL sin tener que perseguirnos, sin que la sociedad y el estado nos juzgue y, finalmente, garantizar la igualdad material o real siendo gratuito para el acceso de todas las mujeres.

      Tenemos que lograr  dejar de pensar en el derecho como un acto coactivo obligatorio para empezarlo a ver como argumentación racional donde su primer punto es ser transformable, ser producto de un acto colectivo racional en el que se respete al máximo la diversidad, ser moldeable como toda acción humana, que mejore nuestra calidad de vida. No que nos mate.

     Nosotres estamos en la disputa, y en el recorrido de los derechos de igualdad descubrimos que no somos iguales, pero que tampoco necesitamos estados paternalistas que nos digan qué hacer. Ni que se metan en nuestras camas y decidan con quiénes, cómo y por qué podemos coger, pues  no podemos decir que tenemos derechos humanos, si nosotras no somos las que decidimos sobre nosotras mismas, si no tenemos garantizada una vida digna.

     Como dice Almudena Grandes : “El conocimiento es poder, un arma tan importante como las consignas y las pancartas, porque ningún factor ha hecho tanto daño a las mujeres que afrontan un embarazo no deseado como la ignorancia, el oscurantismo y la manipulación ideológica”. Lo que termina provocando una fractura en la lucha, contraponiéndonos las mismas mujeres a estas reivindicaciones; como debía ser, el patriarcado se asegura su hegemonía poniéndonos unas contra otras. Nuestra lucha es por ser sujetas, ser genéricamente humanas para decidir, ser libres para amar o no, tomar decisiones sobre nuestro propio cuerpo sin ser juzgadas, solo SER humanas, no varones y esa diferencia es esencial, ellos han querido acaparar nuestras características de personas y por eso se confunden.

EN MÉXICO

Desde el 24 de abril de 2007 se abrió un nuevo camino en México. Se aprobaron  las modificaciones necesarias en la Ley de Salud local de Distrito Federal para lograr la  despenalización del aborto hasta las doce semanas de gestación. Además se garantiza el derecho a abortar de las mujeres por violación, malformaciones detectadas, inseminación artificial no consentida, amenazas a la salud de la mujer o el llamado aborto imprudencial o culposo (cuando una mujer aborta por una causa ajena, como un accidente). A este derecho tienen acceso mujeres mayores y menores de edad. Deben tener menos de 12 semanas de gestación; firmar una carta de consentimiento (de los padres, en caso de tener menos de 18 años); presentar una identificación y un comprobante de domicilio. Dependiendo las semanas de gestación, hay tres métodos para interrumpirlo: con medicación, antes de las nueve semanas; y con Aspiración Manual Endouterina o Legrado Uterino Instrumentado en los casos de nueve a 12 semanas de gestación.

     Entre los argumentos fundamentales que colaboraron a dicha modificación,  encontramos el documento que publicó el colegio de Bioética, que introdujo elementos precisos en cuanto al principio básico de la racionalidad, entre otras cuestiones, que a las 12 semanas el embrión no ha desarrollado la corteza cerebral ni las conexiones nerviosas indispensables para sentir.

     Como era de esperarse, luego de los cambios en la ley del DF, la Procuraduría General de la República y de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, (apoyadas por la Iglesia Católica), impugnaron las modificaciones. El máximo tribunal validó las leyes capitalinas en 2008 bajo el argumento de que cada legislatura local tiene la facultad de promulgar leyes sobre el tema. La resolución, sin embargo, no penaliza ni despenaliza el aborto en todo México.

     Tras la despenalización en  DF, se desencadena en los 31 estados restantes del país diversas modificaciones en sus leyes y, hasta la actualidad, 16 estados establecen protección al derecho a la vida desde su concepción. Excepto en Distrito Federal el resto penaliza el aborto, salvo en casos de violación y, en los casos de Guanajuato, Guerrero y Querétaro, también  lo permiten cuando la vida de la madre corra peligro.

     El estado de Yucatán, desde el año 92 incluye factores económicos cuando la mujer ya ha dado a luz a 3 o más niños y en el estado de Guanajuato el hecho de practicar un aborto se castigará con penas de prisión de hasta 30 años. En Baja California se reforma la constitución local en su artículo 7 que «tutela el derecho a la vida, al sustentar que desde el momento en que un individuo es concebido, entra bajo la protección de la ley y se le reputa como nacido para todos los efectos legales correspondientes (…)».

     Guerrero, es el Estado  donde ocurre el mayor número de casos de muertes de mujeres por abortos clandestinos en el país, según el gobierno.“Las mujeres en situación de pobreza que viven en el medio rural tienden a depender de los métodos menos seguros y de prestadores de servicio sin capacitación. Éstas son, por lo tanto, las que tienen mayor probabilidad de sufrir efectos secundarios graves del aborto inseguro”, dijo el gobernador del estado con 67.7% se encuentra en situación de pobreza.

     No podemos dejar de mencionar la lucha de Adriana Manzanares Calletano, quien  fue acusada y sentenciada a sus 22 años por homicidio en razón de parentesco debido a que tuvo un aborto espontáneo al cuarto mes de gestación. Este es un caso donde se observa la discriminación estructural: no sólo la discriminan por ser mujer, también por ser Indígenas (nahua). La Suprema Corte de Justicia de la Nación determinó que el proceso en su contra tuvo violaciones a sus derechos humanos, por lo que fue determinada su libertad.

     El aborto está justificado en 25 estados por amenaza de muerte para la mujer, por malformaciones (14), daños a la salud de la mujer (13), inseminación forzada (11), entre otros. Pero sólo en el Distrito Federal, una mujer puede abortar por decisión propia dentro de las 12 semanas de gestación. Los estados de Baja California Sur, Jalisco, San Luis Potosí, Sonora y Tlaxcala son las cinco de 32 entidades del país en las que el aborto es un delito grave, es decir, que las mujeres son encarceladas mientras son sometidas a juicio; en el resto del país pueden pagar fianza.

Avances en números

Según las estadísticas del Gobierno del Distrito Federal, desde la legalización el 24 de abril de 2007 a julio de 2015 se han realizado 145313 ILE`s de los cuales el 72,9% se han realizado con medicación.

     De las mujeres que se practican un aborto, 5 de cada 10 son solteras; casi la mitad de quienes se lo han practicado tiene entre 18 y 24 años; y la mayoría tienen educación de preparatoria o universitaria.

     Lo paradójico es que el 61,9% de las mujeres que han abortado se definen católicas . En los datos actualizados a junio de 2015 del GiRE, se han realizado 8928 ILEs a menores de 18 años de 2007 a julio de 2015

     En el Distrito Federal, existen 13 hospitales públicos donde se ofrece de forma gratuita el procedimiento de interrupción legal del embarazo, o ILE, además de las clínicas privadas que estén autorizadas para efectuar el procedimiento con un costo.

     Basado en cifras de la Secretaría de Salud federal, GIRE informó que alrededor de 11% de las muertes maternas se produce por abortos mal practicados en todo el país.

Entre 2007 y 2012, en 19 entidades del país hubo 127 sentencias por el delito de aborto, y la Suprema Corte dijo en un informe que entre 1992 y 1997 se abrieron alrededor de 1,000 averiguaciones en el Ministerio Público, un promedio de 62.5 casos al año en todo el país.

     Hoy alzamos nuestras voces para reclamar un derecho esencial que es ser dueñas de nuestro propio cuerpo, porque creemos que lo personal también es político en su construcción, queremos ser libres realmente para decidir. No nos quedemos calladas porque:

Las mujeres DECIDIMOS, la sociedad RESPETA, el Estado GARANTIZA y la Iglesia NO SE METE

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De Gouges,Olympe  DECLARACIÓN DE LOS DERECHOS DE LA MUJER Y DE LA CIUDADANA

http://clio.rediris.es/n31/derechosmujer.pdf

Grupo de información en reproducción elegida. GIRE en cifras

http://www.gire.org.mx/nuestros-temas/aborto/cifras

Datos sobre el aborto inducido en  México   http://www.guttmacher.org/pubs/2008/10/01/FIB_IA_Mexico_sp.pdf

Estimaciones del aborto inducido en México: ¿qué ha cambiado entre 1990 y 2006?

http://www.guttmacher.org/pubs/journals/3500409S.pdf

Lamas Marta, Diferencias de sexo, género y diferencia sexual*

http://enp4.unam.mx/diversidad/Descargas/G%E9nero%20y%20Salud%20Reproductiva/Marta%20Lamas%20gnero,%20sexo%20y%20diferenciacion%20sexual.pdf

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Onán decidió

ilustración por Alex Xavier Aceves Bernal
ilustración por Alex Xavier Aceves Bernal

Por Ese Chamuko

a.k.a Carlos Peña Hernández

Despertar cada día preguntándome -pero evitando saber- cuántos muertos hubo por la noche durante la mal nombrada «guerra contra el narco» -que ni fue guerra, ni fue contra el narco- era cosa diaria al punto de ya no querer saber nada al respecto por salud mental y emocional. Un día, entre todos estos tópicos tan apetecibles al momento del desayuno aparece otra linda puntada de nuestros congresistas:

“El Congreso de Nuevo León aprobó en primera vuelta reformas a la Constitución local para elevar a rango constitucional el derecho a la vida, desde su inicio en la fecundación, hasta la muerte natural. Aún se requiere una segunda votación en otro periodo de sesiones para considerarse constitucional.”2

    Mi vomiticidad -mi capacidad de vómito- cambió de materia semi sólida a un asco creativo y así decidí manifestarme en contra de el «derecho a la vida». Nuevo León se ha caracterizado bastante bien como un estado conservador, capitalista y católico donde la voz de los portavoces de la iglesia tiene mucho peso en lo social y lo político 3. Nada rara esta ley que se votaba y aprobaba en el congreso.

     Mi intención en ese momento era apoyar a los grupos feministas de la localidad pro decisión -grupos feministas de corte setentero en ideología y práctica- que se manifestaban en contra de dicha ley. Pero yo por ser portador de pene, sabía que a la vista de estos grupos mi experiencia de vida y cuerpo no eran los mismos que los de una portadora de vagina legítima. He escuchado muchos argumentos en torno a la participación de biohombres en apoyo de causas feministas así que decidí participar de esta inconformidad pensando en la concepción como una reacción entre óvulos y espermas. Entonces como productor de esperma recurrí al personaje bíblico de Onán 4 y el movimiento surgido tras su muerte y acción: el onanisno.

     Así se dio nombre al proyecto «HONHAN, HOmbres que No Hacen Niñxs». Tomando como referencia el cuento semita de la biblia que se volvió fundamento cultural en nuestro país acerca del pecado de echar por tierra el líquido seminal. En un sentido pro abortista, derramar semen es como mejor me podía manifestar desde mi corporalidad portadora y productora de semen, el esperma, el niñx en potencia, del semen al cemen-terio.

     Elaboré un pequeño statement de mi propuesta que presenté a las principales grupas feministas del momento en apoyo a la causa desde mi corporalidad:

HONHAN: Hombres que No HAcen Niñxs convoca:

a todos los sujetos biológicamente hombres a eyacular su desprecio por la ley anti aborto en Nuevo León por lo que comenzamos una campaña de recolección y desperdicio de semen en apoyo al derecho a decidir de las mujeres biológicas y seres trans-cyborg.

Con el semen recolectado se podrán llevar acabo las siguientes actividades:

-El bukake más grande del mundo
-La corrida colectiva pública más grande
-Grafitis hechos con semen
-Competencias de puntería bebiendo y escupiendo semen
…entre otras lúdicas actividades.

Además haremos llegar una carta al congreso firmada con el semen de los donantes en rechazo a la ley anti aborto.

¡¡¡Apoya esta noble causa!!!, a Jalar pues… 5

     La respuesta de estas grupas fue negativa. La masturbación masculina y su consecuente derramamiento de liquido seminal en espacio público como acto de protesta no es la mejor forma de exigir derechos sobre nuestras cuerpas. Yo por mi cuenta decidí empezar mi propia colecta de semen empezando por mí mismo y extendiendo la invitación a otros cuerpos productores de semen. La respuesta fue pobre. Semanas después la citada ley anti aborto fue rechazada en el congreso y el semen no fue derramado en las calles.

     Escribo sobre esta experiencia para y por si a algunx le sirve para accionar políticamente desde otras posiciones que no son propias de la actuación de las militancias politizadas, de la «actividad política» o de lo «políticamente correcto». Pues considero que la realidad siempre supera en complejidad y hechos a cualesquier ideología o afiliación sean estas de izquierda o derecha. Los espacios intersticiales de enunciación y de acción son tema aparte.

XI/MMXIV

Notas

1.- Este texto habla de una experiencia a finales de mayo del 2014

2.- http://aristeguinoticias.com/2905/mexico/ley-anti-aborto-en-nl-no-es-para-defender-el-embrion-es-para-criminalizar-a-las-mujeres-micher/

3.- «y yo entrego la ciudad de Monterrey Nuevo León a nuestro señor jesucristo para que su reino de paz sea establecido, abro las puertas de este municipio a dios como la máxima autoridad. Reconozco que sin su ayuda no podemos tener éxito». Palabras de la alcaldesa panista Margarita Arellanes en un evento público: http://www.sdpnoticias.com/local/monterrey/2013/06/09/increible-margarita-arellanes-alcaldesa-entrega-las-llaves-de-monterrey-a-jesucristo

4.- «Entonces Judá dijo á Onán: Entra á la mujer de tu hermano, y despósate con ella, y suscita simiente á tu hermano. Y sabiendo Onán que la simiente no había de ser suya, sucedía que cuando entraba á la mujer de su hermano vertía en tierra, por no dar simiente á su hermano. Y desagradó en ojos de Jehová lo que hacía, y también quitó á él la vida.» Biblia, Génesis XXXVIII: VIII-X

5.- https://www.facebook.com/pages/Honhan-Frente-Nuevo-León

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Carlos Peña Hernández; A.k.a. Ese Chamuko (Monterrey N.L.) : Espécimen norestense probablemente de la tribu Coyotera. Performero, artista plástico y Errorista cultural, estudio arquitectura, diseño gráfico, arte dramático y ciencias del mal. Sus performances son el resultado de un desarrollado voyeurismo urbano de tintes ácidos y cumbia rupestre. Actualmente se perfila como un sex symbol de la época.

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El Aborto Eugenésico desde la mirada de la Bioética (feminista) de/desde la diversidad funcional

por Soledad Arnau Ripollés

¡Verano 2012!: La esterilización forzosa y el aborto eugenésico

El debate público se desarrolló de la siguiente manera. A lo largo del mes de julio del 2012, el Ministro de Justicia, D. Alberto Ruiz Gallardón, realizó un par de declaraciones que tuvieron un fuerte impacto social. El primero, sucedió cuando el 04/07/2012 anunció que descartaba eliminar el artículo 156.2 del Código Penal que despenalizaba la esterilización forzosa o forzada de personas con diversidad funcional o discapacidad, que son declaradas incapaces judicialmente, porque entiende que «no se trata de una vulneración de sus derechos»[1]. El 31/07/2012 volvió a pronunciarse sobre esta cuestión comentando que se estudiaría la petición propuesta por el CERMI.

     Es prioritario que esta práctica cese como «opción segura» para que no existan embarazos no deseados. El CERMI ha hecho público que, sobre todo, son las mujeres con diversidad funcional quienes sufren mayoritariamente esta problemática. Existen residencias de personas con diversidad funcional, donde se solicita la práctica de la esterilización como requisito para acceder a una plaza residencial. Por ello, es importante identificar estas residencias, denunciar a quienes gestionan estos recursos, puesto que son responsables de esas «normativas internas», y que, en muchas ocasiones, son centros que están financiados por fondos públicos y/o privados, y por la propia persona con diversidad funcional que va a acceder a dicha plaza residencial.

     La segunda noticia, todavía mucho más impactante si cabe, sucedió el 22/07/2012. Tras el anuncio de modificación de la Ley Orgánica 2/2010, de 3 de marzo, de salud sexual y reproductiva y de la interrupción voluntaria del embarazo, se comunicó que el «aborto eugenésico» ya no iba a seguir siendo un supuesto válido para abortar sin penalización alguna porque vulneraba el derecho humano a la vida en igualdad de términos.

     En relación a esta segunda noticia, cabe recordar que en 2009 el Foro de Vida Independiente y Divertad (FVID) instó al Defensor del Pueblo a presentar un recurso[2] de inconstitucionalidad referente a este tema.

     Así también, en 2011, el Comité de los Derechos de las Personas con Discapacidad de Naciones Unidas, en la sexta sesión (19 -23/09/2011) recomienda al Estado Español:

[…] la abolición de la distinción hecha en la Ley 2/ 2010, acerca del período permitido por la ley dentro del cual se puede interrumpir un embarazo, basándose únicamente en una discapacidad.

Las Políticas Eugenésicas: Análisis desde la Bioética (feminista) de/desde la diversidad funcional

En septiembre de 2003 nace una nueva rama en el pensamiento filosófico, y muy en particular, en el bioético. Se trata de la nueva voz «Bioética de/desde la diversidad funcional» (Arnau Ripollés[3], 2011), o que «nace al otro lado del espejo» (Romañach Cabrero[4], 2009), como una innovadora propuesta que viene a deconstruir el argumentario tradicional que construye una cultura de violencia y opresora contra la realidad humana específica de la diversidad funcional, a través del «Modelo o paradigma de dominación patriarcal -biomédico -capacitista -minusvalidista», así como sobre otras diversidades humanas.

     Existe una búsqueda de perfeccionamiento humano que, en definitiva, se desarrolla mediante este paradigma de dominación hegemónico, y que se apoya en los avances biotecnológicos y biomédicos de los últimos tiempos. Es así como se perpetúa una perspectiva eugenésica sobre determinadas condiciones humanas, tales como la diversidad funcional, la intersexualidad, la vejez, la selección por sexo… Sin embargo, este deseo de «perfección» parece que de no saber «gestionarlo adecuadamente», puede derivar en un importante proceso de deshumanización: de exterminación de diferencias humanas.

     La consigna feminista que dice que la «Anatomía NO es destino», la cual, es compartida por la filosofía del movimiento mundial de vida independiente y del paradigma de la diversidad, refuerza la postura de la bioética de/desde la diversidad funcional que deconstruye el reduccionismo biologicista que genera dicho modelo de dominación hegemónico, mediante la biomedicalización o patologización.

     El «Aborto Eugenésico» simboliza todo un imaginario en el que «rechazamos directamente lo que entendemos que es diferente, defectuoso…». Pero, no sólo eso. También «nos creemos con el derecho» a no traer niños/as defectuosos/as a este mundo, ni tener la necesidad de cuidarles y/o tener que invertir recursos públicos para construir un mundo más amable e igualitario. Por tanto, abortar, significa seleccionar el tipo de hijo/a, y de miembros de una sociedad, que deseamos que conformen la población actual, y futura.

     La Bioética de/desde la diversidad funcional, y el Feminismo de/desde la diversidad funcional, son dos materias intelectuales que analizan críticamente las políticas eugenésicas actuales, fundamentalmente, cuando inciden en el «desde», como una mirada imprescindible a tener en cuenta para poder abordar las cuestiones bioéticas desde la justicia social y el reconocimiento a las diversidades humanas, a través de:

  • Modelo de la Diversidad
  • Éticas del Reconocimiento recíproco de la Diversidad
  • Feminismo de/desde la diversidad funcional
Fotografias tomadas del Facebook del Foro de vida Independiente, 2012: https://goo.gl/U7j8JX
Fotografias tomadas del Facebook del Foro de vida Independiente, 2012: https://goo.gl/U7j8JX

     Desde la «Bioética de/desde la diversidad funcional» se percibe otro punto de vista: ¡todas y todos, con y sin diversidad funcional, o con cualquier otra tipología de diversidad, como seres humanos, tenemos la «misma dignidad»! La dignidad, por tanto, es inherente, tanto si una persona con diversidad funcional pasa por un proceso de rehabilitación y/o curación, como si no lo hace (o, aunque pase, que no lo logre, tal cual prescribe la ciencia biomédica). Esta nueva mirada bioética, por tanto, se fundamenta en el enfoque de derechos humanos de Naciones Unidas mencionado más arriba: es decir, la diversidad funcional ya no es principalmente una cuestión de salud, sino de derechos humanos. Y, por ello mismo, la erradicación de nuestra discriminación por ser diferentes y nuestra plena participación en la sociedad en igualdad de oportunidades, es el objetivo prioritario a alcanzar. En ese marco, la salud pasa a ser, simplemente, uno de nuestros muchos derechos.

     Las mujeres y hombres con diversidad funcional merecemos ser ciudadanas y ciudadanos de pleno derecho. Nuestros derechos humanos así lo expresan. Para lograrlo, necesitamos por tanto que se acabe con toda la discriminación que existe contra nuestra condición humana específica. Las distintas políticas eugenésicas actuales (aborto coercitivo, aborto eugenésico, región forzosa, selección embrionaria, intervenciones quirúrgicas…) no pueden seguir siendo motivo de aniquilación humana contra la diversidad funcional. En todo caso, el aborto debe ser un acto libre, de decisión individual de la mujer, con y sin diversidad funcional, y gratuito.

[1] http://www.finanzas.com/noticias-001/sociedad/20120704/justicia-descarta-prohibir-esterilizacion-1444587.html

[2] Esta argumentación fue presentada a todos los Partidos Políticos, pero sólo el Partido Popular fue quien lo incluyó en su recurso de inconstitucionalidad.

[3] ARNAU RIPOLLÉS, Mª. S. (2011): «La Bioética de la diversidad funcional. Voces diferentes para una Cultura de Paz», en ANCHUSTEGUI IGARTUA, E. y CASADO DA ROCHA, A. (Edit.) (2011): 17ª Semana de Ética y Filosofía Política: «Nosotros y los Otros». Congreso Internacional de la Asociación Española de Ética y Filosofía Política (AEEFP). (San Sebastián, 1-3 de junio de 2011). País Vasco: Universidad del País Vasco. Págs.: 244 -245.

[4] ROMAÑACH CABRERO, J. (2009): Bioética al otro lado del espejo. La visión de las personas con diversidad funcional y el respeto a los Derechos Humanos, A Coruña: Ediciones Diversitas-AlES.

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Soledad Arnau Ripollés. Feminista. Filósofa  para la Paz. Bioeticista. Escritora. Directora de la Universidad Abierta Iberoamericana Manuel Lobato (UAIML-IPADEVI). Presidenta de la Asociación Instituto de Paz, Derechos Humanos y Vida Independiente (IPADEVI). Licenciada en FILOSOFÍA, por la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED-España). Master en: (Título Propio) Master Universitario “Europeo en Discapacidades”, por la UNED; Master (online) Universitario Oficial Europeo en “Bioética”, por la Universitat Ramon Llull (URL); Master Interuniversitario Oficial en “Cultura de Paz, Conflictos, Educación y Derechos Humanos”, por la Universidad de Málaga (UMA); (Título Propio) Master (online) Universitario en “Sexología y Género”, por la Universidad Rey Juan Carlos (URJC). Título de Especialista en “Educación para la Ciudadanía y los Derechos Humanos”, por la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M). Título de Experto Universitario en “Sexualidad humana y Educación sexual”, por la UNE

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El acceso a Interrupción del Embarazo sin ningún requisito, en casos de violación, Legítimo Derecho de las Mujeres

Por Getsemani Barajas
Por Getsemani Barajas

Por Saúl Hernández

 La Mujeres y niñas en situación de embarazo, víctimas del delito de violación sexual, muchas veces, posterior a este evento, se enfrentan a otro tipo de violaciones; las de sus Derechos Humanos, específicamente el de sus derechos reproductivos: un embarazo forzado que lleva en sí mismo una ignominiosa carga de tortura cuando éstas solicitan interrumpirlo y se les niega. Las victimas no deberían transitar por esta doble estigmatización; sufrir una violación sexual y además ser obligadas a acreditar una serie de requisitos (como la obligación de denunciar el evento delictuoso) para acceder a otro derecho fundamental como lo es el derecho a la salud. El Estado y Sociedad deben de entender que son única y exclusivamente las mujeres quienes deben de decidir sobre sus cuerpos, los hombres aunque sea víctimas de violación, nunca se encontrarían en situación de embarazo.

     En este breve ensayo exploraremos algunos conceptos y fundamentos de derecho internacional y Nacional, con la finalidad de aportar respuestas y soluciones para el verdadero ejercicio de los derechos reproductivos y derechos Humanos de las Mujeres. A continuación, enumeramos los que consideramos los más importantes, y exponemos el fundamento en que nos basamos y finalmente exploramos y proponemos un Instrumento jurídico como una forma de acceder a ILE por violación sin necesidad de denunciar, o de que sea necesaria la autorización del Ministerio Público, de un Juez o de cualquier otra autoridad.

I.- Derecho a la Salud de las Mujeres

En su artículo ato, la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos establece que Toda persona tiene derecho a la protección de la salud. De la misma manera, respecto a la salud como derecho Humano de las Mujeres, el Poder Judicial de la Federación ha dicho que “…el derecho humano a la salud, se traduce en la obligación del Estado de garantizar el disfrute de servicios de salud y de asistencia social que satisfaga las necesidades de la población, entendiéndose por tales servicios, las acciones dirigidas a proteger, promover y restaurar la salud de la persona.”[1]. También la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha determinado que “…la protección de la salud se traduce en la obligación del Estado de establecer los mecanismos necesarios para que todas las personas tengan acceso a los servicios de salud y que en virtud de que ésta es una responsabilidad que comparten el Estado, la sociedad y los interesados…”[2]. Es decir, las mujeres que soliciten servicios de salud para interrumpir un embarazo, tienen en todo momento el derecho de ser atendidas por instituciones de salud pública, de lo contrario estamos ante una omisión del estado, quen está obligado a proporcionar información segura, confiable y gratuita, así como el servicio de salud de calidad para las ciudadanas en situación de embarazo producto de una violación.

      La SCJN ha establecido como obligatorio el criterio de que el derecho a la salud, entre varios elementos, comprende el disfrute de servicios de salud de calidad en todas sus formas y niveles, dice:

el derecho a la protección de la salud previsto en el citado precepto constitucional tiene, entre otras finalidades, la de garantizar el disfrute de servicios de salud y de asistencia social que satisfagan las necesidades de la población, y que por servicios de salud se entienden las acciones dirigidas a proteger, promover y restaurar la salud de la persona y de la colectividad.

II.-El derecho a la Integridad Personal

     Este derecho se encuentra reconocido en el artículo 22 la Constitución Federal y en el numeral 5 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos[3]. Este derecho implica dos vertientes: 1) el respeto a la integridad física, psíquica y moral; y 2) la prohibición de la tortura y de penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes. Cabe destacar que la Convención no sólo prohíbe estos últimos, sino que hace referencia explícita al necesario respeto a la integridad personal; en este sentido, “los tratos crueles, inhumanos o degradantes conforman una protección mucho más amplia contra la posibilidad de cualquier tipo de abuso ya sea físico o mental”.[4] Bajo estos parámetros puede sostenerse que la consagración de un derecho a la integridad personal revela dos aspectos de esta disposición: genera, por una parte, la obligación del Estado de no realizar ninguna acción u omisión de las prohibidas por el artículo 5 de la Convención y de impedir que otros las realicen; por otra parte, alude a la cualidad de todo individuo de ser merecedor de respeto, sin que nadie pueda, en principio, interferir con él o con sus decisiones respecto de él (ellas), sugiriendo, de este modo, que el individuo es el dueño de sí mismo, tiene autonomía personal y por lo tanto, está facultado para decidir a su respecto, sin que el Estado tenga, en principio, la facultad de impedírselo. Negar a las mujeres víctimas de violación a al aborto seguro, es también una forma de maternidad forzada y por consiguiente una práctica de tortura, que implica una serie de las graves violaciones a sus derechos fundamentales.

III.- Derecho a la Vida Privada.

El derecho a la vida privada es la facultad que tienen las personas, en este caso las mujeres y niñas para no sufrir injerencias o ser molestadas en su esfera personal o intimidad[5], en todo aquello que desean compartir únicamente con quienes ellas elijan; tal derecho, deriva de la dignidad de la persona e implica la existencia de un ámbito propio y reservado frente a la acción y conocimiento de los demás. De acuerdo con el artículo 11 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos[6], el 17 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos[7], el 12 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos[8] y el V de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, así como criterios emitidos por órganos internacionales de protección a los Derechos Humanos, el derecho a la vida privada y a la intimidad, son derechos internacionalmente protegidos y obligaciones jurídicas a cumplir por parte de los Estados. La Corte IDH ha señalado respecto al artículo 11 de la Convención Americana que “si bien esa norma se titula ‘Protección de la Honra y de la Dignidad’, su contenido incluye, entre otros, la protección de la vida privada.”. La Corte IDH ha abordado recientemente el tema de la injerencia arbitraria en los derechos de las mujeres en cuanto a sus derechos reproductivos al resolver el caso Artavia Murillo y otros (Fertilización In Vitro) vs Costa Rica[9], al determinar que la prohibición de que las personas puedan acudir a las tecnologías para reproducirse interfiere arbitrariamente en la vida de las personas, los derechos a la autonomía y libertad reproductiva, que están íntimamente relacionados con el ejercicio del derecho a la salud reproductiva. En consecuencia, las autoridades estatales (federales y locales) no deben limitar los derechos de las personas, específicamente de las mujeres, más cuando éstos tienen especial importancia para la toma de decisiones de nuestra vida privada.

VI.- El Argumento para solicitar ILE sin la necesidad de ningún requisito.

La Ley General de Víctimas considera como servicios de emergencia la interrupción del embarazo cuando éste haya sido producto de violación; señala además que dicho servicio debe prestarse de manera inmediata sin exigir condición previa. Artículo 29: «Las instituciones hospitalarias públicas del Gobierno Federal, de los estados, del Distrito Federal y de los municipios tienen la obligación de dar atención de emergencia de manera inmediata a las víctimas que lo requieran, con independencia de su capacidad socioeconómica o nacionalidad y sin exigir condición previa para su admisión». Artículo 30: «Los servicios de emergencia médica consistirán en: (…) IX. Servicios de interrupción voluntaria del embarazo en los casos permitidos por ley, con absoluto respeto de la voluntad de la víctima», y el artículo 35 de la Ley General de Víctimas establece que, a toda víctima de violación sexual, o cualquier otra conducta que afecte su integridad física o psicológica, se le garantizará el acceso a los servicios de anticoncepción de emergencia y de  interrupción voluntaria del embarazo en los casos permitidos por la ley, con absoluto respeto a la voluntad de la víctima.

Del mismo modo el Reglamento de la Ley general de Salud en materia de prestación de servicios de atención médica contempla: Artículo 215 Bis 6. En caso de Emergencia Médica, los Establecimientos para la Atención Médica del sector público estarán obligados a brindar a la Víctima los servicios a que se refiere el artículo 30 de la Ley General de Víctimas, con independencia de su capacidad socioeconómica o nacionalidad y sin que puedan condicionar su prestación a la presentación de la denuncia o querella. Es decir que las restricciones para acceder a los servicios de interrupción del embarazo producto de una violación ha sido recientemente abordada como una afectación a la salud y la integridad personal de las mujeres en su grado más extremo: como tratos crueles, inhumanos y degradantes, inclusive de tortura, por el Relator Especial de las Naciones Unidas sobre la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes que en febrero de 2013 al rendir su informe en el 22º periodo de sesiones de Naciones Unidas estableció: «El Comité contra la Tortura ha expresado reiteradamente su preocupación por el hecho de que las restricciones en el acceso al aborto y las prohibiciones absolutas con respecto al mismo conculcan la prohibición de la tortura y los malos tratos». El Comité de Derechos Humanos señaló explícitamente que las violaciones al artículo 7 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos incluían el aborto forzoso, así como la denegación del acceso a un aborto en condiciones seguras a las mujeres que han quedado embarazadas a raíz de una violación y manifestó su inquietud acerca de los obstáculos impuestos al aborto cuando era legal.[10]

     Con la normatividad actual, los Hospitales Públicos y personal médico pueden atender a las mujeres y niñas que soliciten ILE por violación sin la necesidad de condicionarlas a ningún tipo de requisito ni de autorización de las autoridades, y sin responsabilidad para los Médicos, es oportunidad de impulsar esta ruta jurídica para que en respeto y pleno derecho de su Libre Autodeterminación y libre decisión sobre sus cuerpos, las mujeres en esta situación puedan interrumpir el embarazo y exigirle al Estado que les proporcione y garantice su derecho a la salud. El aborto seguro es una cuestión de Políticas Públicas de Salud y de Justicia Social, hay una deuda histórica de la sociedad por haber dejado a las mujeres solas en esta lucha en reconocimiento de la Dignidad Humana, es momento de lograr transformaciones juntos Mujeres, Gobierno y Sociedad Civil.

Santiago de Querétaro, Querétaro., 06 de septiembre de 2015.

 [1]T.C.C, “Derecho humano a la salud. La simple afirmación de las autoridades responsables sobre la inexistencia de los actos en su informe justificado, relativos a otorgar incapacidades y medicamentos, es insuficiente para revertir la carga de la prueba y, por tanto, dicha actuación contraviene aquél”, Tesis aislada, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, 10ª época, libro XIII, tomo IV, octubre de 2012, p. 2467.

[2]SCJN, “Salud. El derecho a su protección conforme al artículo 4o., tercer párrafo, de la constitución política de los estados unidos mexicanos, es una responsabilidad social”, Tesis jurisprudencial, Pleno, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, 9ª época, tomo XXVIII, octubre de 2008, p. 61.

[3]Convención Americana sobre Derechos Humanos.  Artículo 5.  Derecho a la Integridad Personal 1. Toda persona tiene derecho a que se respete su integridad física, psíquica y moral. 2. Nadie debe ser sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes.  Toda persona privada de libertad será tratada con el respeto debido a la dignidad inherente al ser humano.

[4] ALFONSO Galindo, Javier; Contenido del derecho a la integridad personal; Revista Derecho del Estado n.º 23, diciembre de 2009.; Universidad del Externado de Colombia, p. 99.

[5]Corte IDH, Caso Atala Riffo y niñas vs Chile. Fondo, reparaciones y costas. Sentencia, 24 de febrero de 2012, párrafo 161.

[6]Convención Americana sobre Derechos Humanos

Artículo 11. Protección de la Honra y de la Dignidad

  1. Toda persona tiene derecho al respeto de su honra y al reconocimiento de su dignidad.
  2. Nadie puede ser objeto de injerencias arbitrarias o abusivas en su vida privada, en la de su familia, en su domicilio o en su correspondencia, ni de ataques ilegales a su honra o reputación.

[7]Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos

Artículo 17.1. Nadie será objeto de injerencias arbitrarias o ilegales en su vida privada, su familia, su domicilio o su correspondencia, ni de ataques ilegales a su honra y reputación.

[8]Declaración Universal de Derechos Humanos

Artículo 12. Nadie será objeto de injerencias arbitrarias en su vida privada, su familia, su domicilio o su correspondencia, ni de ataques a su honra o a su reputación. Toda persona tiene derecho a la protección de la ley contra tales injerencias o ataques.

[9]Corte IDH, Caso Artavia Murillo y otros (“Fecundación In Vitro”) Vs. Costa Rica. Excepciones preliminares,fondo y reparaciones. Sentencia, 28 de noviembre de 2012.

[10] Ver, Informe del Relator Especial sobre la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes. Juan E. Méndez, 1 de febrero 2013.

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Saúl Hernández. Querétaro, Querétaro. Abogado y Defensor de Derechos Humanos.Abogado Litigante, desde hace más de 10 años Defensor de Derechos Humanos en materia de Género, Diversidad Sexual, Derechos Reproductivos, Feminicidios, Mujeres y Niñas Desaparecidas. Miembro de la Red Nacional de Abogados Radar 4ª por la Defensa de los Derechos Reproductivos, Becario en 2015 de Grupo de información en reproducción Elegida GIRE en el área de Litigio y documentación de casos.

Celular: 044) 4421576821

Email: saulhernandezmx@hotmail.com

Facebook/Saul HernandezMx

Twitter: SaulHernandezMx

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Por un aborto seguro, libre, legal y sobre todo, accesible

ilustración por Gelen Jeleton
ilustración por Gelen Jeleton

Por Ana Hernández

La historia que se narra a continuación está basada en hechos reales. Los nombres serán omitidos para proteger la identidad de las personas y A.C.

     Tengo que sintetizar lo más que pueda esta historia y espero poder hacerlo. Cuento con 7 semanas de embarazo, y el aborto es mi entrada, no mi salida. Mi entrada a la expropiación de mi propia cuerpa. Mi entrada a la liberación de mí misma. Mi entrada a la redención de no ser madre. Mi entrada a mi paraíso y mi propio infierno. Mi entrada a reivindicarme y abortarme también, sobre todo este miedo que me embarga y carcome.

     Llevo días sin poder comer, debido a que las náuseas se han incrementado y con ello, el vómito. Duermo la mayor parte del día y noche, me quedo sin energías. Lloro, lloro mucho, sufro. No por arrepentimiento, no entiendo qué me pone así de sentimental y trato de arrancarlo.

     El aborto y yo nos conocemos de antes, si es cuestión de contar cuántas veces, son 3. No quiero adentrarme a los anteriores, pero definitivamente este es distinto. En cuanto supe que estaba embarazada, usé la misoprostol, como las veces anteriores. Pero esta vez no funcionó. No tuve sangrado, no expulsé el saco embrionario, nada.

     Busqué asesoría mediante amigas, algunas asociaciones, y es momento de que se pongan de acuerdo con la dosis de ingesta, nadie coincidía y yo no sabía qué hacer.

     “¿Hago otra toma? ¿Mañana mismo o espero una semana?” “Toma 4 misoprostol oral cada 4 horas…” “No, no, no, toma 4 cada 24 horas” “no, espera, no hagas eso, introdúcelas vaginalmente cuatro pastillas…”

     Me sentía perdida y confundida, así que decidí ir al gine (de todos modos tenía que ir). Ahí me hicieron un ultrasonido, me comentó que tengo 7 semanas de embarazo y que el producto no se encontraba vivo:

“Yo no me dedico a ‘eso’ pero viendo tu caso, viendo que el producto se encuentra muerto y está adherido a la pared uterina, te haremos un legrado…”

     ¡UN LEGRADO! Lo que he estado evitando todo este maldito tiempo. Me rompí a llorar. El doctor, él, piensa que lo hago porque me nació una especie de instinto maternal. Que me caiga un rayo el día en que eso suceda, puesto que nunca quiero ser madre. Es el costo, compañerxs, lo que me puso así. Un poco más de $10,000 me sale este procedimiento. Si esto no es para llorar, díganme entonces qué es.

     El acompañamiento en este proceso corre a cargo de mi propia madre, ustedes dirán si no es bastante irónico mi caso.

     ¿Fechas de todo esto? Está de más contarlo, creo yo. Sólo asuman algo, es verano, es agosto y mañana tendré mi primer legrado. Estoy que me cago de los nervios y miedo. Abortar es bonito, un legrado es agresivamente más bello, tal vez. Me anestesiarán toda, me rasparan para desprender el cigoto. Me liberarán de ellx.

     Y al fin, podré respirar.

     ¿Esta historia continuará? Sí… Mi lección la tengo aprendida. Y no malinterpreten, no digo “NO” al aborto. Pero he sido muy agresiva con mi cuerpa este año, necesitamos descansar, tal vez brindar compañía e información a mujeres que se caguen de miedo como yo al escuchar la palabra legrado. Y que mi historia sirva no para generar miedo, sino todo lo contrario: valor. Es mi oportunidad de ser valiente y no pienso desaprovecharla.

     ¿Esta historia continuará? Tal vez, si así usted le desea. Si quiere saber qué es lo que sucedió a la mañana siguiente, alrededor de las 10 am seré llevada a la clínica, en ayunas.

¡Qué rabia! HABLEMOS DEL ABORTO

Santa Virgen de las no vírgenes, líbranos de toparnos al gine pro-vida. Que al momento de decirnos cuántas semanas de embarazo tenemos y replicar con “no quiero ser madre” no te corra ni te llene de prejuicios, ni amenace con demandarte.

Que la ilegalidad no sea un impedimento. Que sea accesible para todas aquellas que desean interrumpir su embarazo. Que la información no cueste y que sea inmediata. Que las A.C se pongan de acuerdo con las ingestas de misoprostol. Que el miedo no nos invada. HABLEMOS DEL ABORTO.

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Mi nombre es Ana Hernández. Soy originaria de Veracruz pero casi siempre siento que no pertenezco a ni un lado y así me guío. Estoy a vísperas de cumplir 26 años, estudiante de Sociología por la Universidad Veracruzana y misántropa. Feminista en constante cambio, pues todo cambia. También en proceso de deconstrucciones y devenires. Odio lxs machirules y las páginas de Facebook como “mujeres contra el feminismo”. Desconocida total, pasando desapercibida. No tengo colectivo ni A.C, ni nada.

“Ana, la madre de María, es la patrona de las mujeres a la hora del parto…” y yo soy su antítesis. Y mientras se me ocurre otra identidad, firmo con Ana.

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