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por Alex Xavier Aceves Bernal

La mariquita más linda está muerta

por Alex Xavier Aceves Bernal
por Alex Xavier Aceves Bernal

Paco Robledo

Era la mariquita más linda que nunca había conocido, y digo esto porque yo nunca había conocido a ningún marica. Este era uno muy flacucho y largo, llegué a escuchar que le decían La Flauta, Lo primero que me gustó fue su sonrisa, a pesar de que tenía los dientes frontales amarillos, por ese detalle también le decían La Minita, seguramente por el color del oro. Esto nunca se lo confesé a nadie, debes tomarlo en cuenta y guardar el secreto. Sabes que si mi papá se entera, me mata. Mejor escucha lo que te voy a contar, y ojalá se te olvide pronto. Va a ser rápido, tengo que llevar las tortillas para que mamá haga la comida. Enchiladas, mis favoritas. Ah, y que no se te olvide, por favor, porque con lo borracha que eres, en peligro y andes diciendo todo en la cantina, porque si andas de hocicona y papá se entera, nos va a chingar.

     Recuerdo todo como si me acabara de pasar. En especial esa vez que se me voló el balón para el patio de su casa, el mismísimo día que le conocí. Ya sé que te preguntas que por qué andaba yo jugando con una pelota, que tanto me caen gordas. Es que mi papá ya no soportaba verme limpiando la casa ni ayudándole a mi mamá a hacer la comida, niñerías decía él. Fue su culpa por llevar ese día un balón. Si, obviamente éramos vecinos, hasta ese momento yo no lo sabía. Dejé de cortar los rábanos para salir con la bola de aire al patio. Comencé a patearla contra la pared, una, y otra, y otra vez. Siempre con más fuerza. La verdad es que me figuraba la cabeza de papá, y le daba con la punta del zapato para que zumbara más fuerte contra el muro. Era como si ese viejo cabrón estuviera chillando.                                                                                                                                         El muro de su patio es el mismo que el del mío. Me di cuenta cuando de una patada mandé el balón al patio de la otra casa. No dije a dónde iba, papá me regañaría, solamente pedí permiso de ir a la tienda. Rodeé la cuadra. Como te digo, en ese entonces no sabía nada de La Flauta; la mariquita más linda que he conocido. Te fijas que entre más hablo de ella, me pongo feliz y los ojos me titilan, es que me acuerdo de muchas cosas, la mayoría siempre ocurrían en su casa.

    A mí no me gustaban los hombres, en serio. Pero algo había en La Flauta que no lo resistí. Mi papá se dio cuenta, no la vez que fui por el balón. Ese día toqué a su puerta, no me esperaba más que alguien saliera para entregarme el balón, eso era a lo más que aspiraba mi mente. Toqué insistente un par de veces, hasta que se escuchó que se corría el cerrojo. Despuesito apareció él, con sus pupilentes azules, su cabello corto pero lleno de rayos güeros. Llevaba una playera del Tigres, apretadita hasta la cintura, de un hombro le salía un tatuaje, que hasta mucho después, cuando ya nos desnudábamos, descubrí que era la cola de un pájaro. Él me vio y actuó como si nada, yo no podía, algo tenía su ser que me daba comezón en la panza y hasta ganas de ir a cagar me dieron. Lo juro y no exagero, o ¿a ti qué se te figura cuando entras a esas cantinas cucarachientas en las que te quedas dormidota?, no me digas que tú si muy fina, porque de seguro ni el calzón te has cambiado en meses, además ni te quitas el bigote. Ni me mires con esos ojos, puta.

    Mi papá se dio cuenta de que volaba el balón muy seguido y me tardaba mucho en volver con él. Ese día no lo esperábamos, pero fue a esa casa, tocó y preguntó por mí. Cuando tocaron a la puerta yo estaba lamiéndole el ombligo a La Flauta mientras él me acariciaba las orejas e ignoramos por un rato el escándalo con la puerta. Hasta que decidió ir a abrir por la insistencia de los golpes en la puerta. Mi papá sospechó inmediatamente. Me imagino, cuando lo descubrió en bóxeres, unos apretaditos, como utilizaba las playeras. Papá entró a la casa dándole de puñetazos al pobre, vieras visto, parecía trapo, y sangre por todos lados, como si hubieran tirado un bote de pintura carmesí. Yo todavía no sabía que estaba pasando, hasta que vi a mi papá en la puerta de la habitación, con los ojos inyectados en cólera. Me agarró de los pelos y me sacó como si fuera un trapeador. Me iba pateando las costillas, ahí sí, nomas acordarme me da dolor. Ya en la casa pues nada más tuve que aguantar que me gritara y todos los castigos, aunque mejor hubiera sido quedarme huérfano. Desde entonces dejé de ver a La Flauta, en realidad mi amor por él duró un mes, lo que duré volando el balón. Después de que mi papá nos encontró y con lo violento que es, no me iba a arriesgar a lo Romeo y Julieta. Ni madres.

    ¿Ya ves que mi papá es poli?, pues empezó a hacer rondines y donde le viera le arrimaba sus chingas. Hasta que un día La Flauta me habló llorando y suplicaba que detuviera a mi papá y le dijera que ya no nos veíamos, que no anduviera mamando. No podía hacerlo, decirle eso a mi padre significaba tenerlo en mi contra.

     — ¿Entonces tú papá fue el que lo mató y aventó al arroyo anoche?

     — Sí, pero a nadie le digas, si no a ti también te carga la chingada.

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Paco Robledo es Oriundo de Saltillo, Coahuila y parido en el noventa. A los cinco años por correr a orinar a un baldío se cayó y le cosieron la frente. No recuerda como fue la primaria. A los dieciséis se hizo encargado de un carrusel de feria pueblerina, a los dieciocho consiguió ingresar a la preparatoria. Después de leer mucho y escribir un poco menos ingresó a la carrera de letras Españolas. Ha coeditado y colaborado en la Gazeta del Saltillo y en baños los públicos. Recientemente participó en las revistas literarias Clarimonda, Punkroutin, Letrasexplicitas y aportando critica en Samizdat y el blog Letras del Norte.

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¡Marica! o de lo fácil que es perder un amigo

por Alex Xavier Aceves Bernal
por Alex Xavier Aceves Bernal

por Juan Machin

A los amigos, como a los dientes,

los vamos perdiendo con los años,

no siempre sin dolor.

Santiago Ramón y Cajal

Juan tenía muchos conocidos, pero pocos amigos. Entre sus amigos, ninguno tan cercano como Enrique: lo conocía desde el Jardín de niños y compartía todo con él. Juan había comprobado el proverbio bíblico que afirmaba que “un amigo fiel es escudo poderoso… no hay precio para él”, porque Enrique le había salvado en más de una ocasión de ser golpeado por algún bravucón mayor que él. Habían estudiado juntos en la primaria, la secundaria e incluso la preparatoria, no sólo hacían la tarea juntos sino que, en los exámenes, Juan copiaba frecuentemente las respuestas de Enrique. Iban con sus respectivas novias a las fiestas y se alternaban en el uso de la Combi de Enrique para hacerles el amor. Pili, la novia de Juan, a diferencia de otras mujeres, no se encelaba de Enrique, al contrario le tenía mucho cariño. Enrique no tuvo la misma suerte y Juliana, su novia, era en extremo celosa y no soportaba que fueran a todos lados y todo el tiempo con Pili y Juan. Finalmente, Juliana cortó a Enrique justo antes de ir a una cena en casa de Pili.

 

Pili y Juan, esa noche, se esmeraron en consolar a Enrique y hacerle sentir cómodo. Al cabo de unas horas, habían consumido la cena y algunas botellas de vino tinto, Pili platicaba muy animada sobre las relaciones abiertas y lo estúpido que eran los celos, cuando, tocando la pierna de Enrique, inocentemente rozó su entrepierna y se asombró del tamaño del miembro de Enrique. Él se rio y comentó: “Pili, te equivocaste de pene”. Juan bromeó que, al igual que en la noche todos los gatos son pardos, nadie en la obscuridad podría distinguir entre dos penes. Pili, exaltada, afirmó con total convicción que ella sí sería capaz de identificar los genitales de Juan tan sólo de tocarlos con una mano o incluso con la lengua. Juan la retó a jugar su versión para adultos de la “Gallina ciega”, y quitándole la mascada rosa que cubría su cuello, le vendó los ojos, pidió que sacara la lengua y le hizo una seña a Enrique para que se acercara. Con la punta del índice, Enrique y Juan se alternaron, preguntándole a Pili de quién era el dedo que había tocado su lengua. A veces acertaba y a veces no.

Entonces, Pili les dijo que no era lo mismo un dedo que una verga… “yo no dije que sabría distinguir un dedo”, expresó de manera contundente. Enrique le dio la razón e inmediatamente se bajó el pantalón, Juan miró sorprendido la tremenda erección de su amigo y antes de que pudiera reaccionar ya estaba la lengua de Pili recorriendo gentilmente el miembro de Enrique. Juan sacó el suyo y lo acercó a la boca de Pili. Pili lo lamió generosamente, pero parecía dudar, así que pidió probar nuevamente el primero. “Es difícil sólo con la lengua”, dijo Pili, y dejó de lamer para comenzar a chupar animada y alternadamente, primero la verga de Enrique y después la de Juan. Cuando Enrique estaba casi a punto de venirse, Pili reconoció que no podía distinguirlas, Juan le quitó la venda, y, poniéndosela, dijo: “ahora me toca a mí…”. Estupefacto, Enrique se subió de un tirón los pantalones, salió corriendo y, por más que Juan le gritó “¡No seas marica! ¡Regresa! ¡Marica!”, Enrique corrió y corrió y no dejó de correr, y no volvieron a verle más…

Esa noche, Juan perdió a su mejor amigo. Nunca se imaginó que fuera tan fácil perder un amigo… pero todavía quedaban, al menos, Fernando, Ricardo, Ernesto, Nicolás…

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Los rosas de la virgen tibia

"Pink tube" por Miguel Angel Padilla Salazar
«Pink tube» por Miguel Angel Padilla Salazar

por Leones toro

Se me apareció en el cerro de las carnes mientras me abría paso entre rasposas plantas negras de pelo rizado. Utilizando la lengua como machete de corte húmedo, rompí a lamidas una pepita de semilla rosa, yacía apretada con su sabor a ano y marinada en lubricado olor a mierda.

   Fueron mis besos los que expandieron la trampa del oscuro agujero y estiraron sus arrugas de coral.

   En hilos rojos me enredé antes de ver su rostro pastel, y envuelta en una túnica de variados magentas me dejó ciego con su estampado de venas saltonas.

   Después de un sueño gélido despertó mi boca sin poder moverse en medio de un engrudo de lenguas y dientes cocidos en alcohol.

   Cuando pude despegar los labios, también logré destapar un ojo que al instante se cerró a causa de una revelación solar.

   Fue la valiente oscuridad que me robó la vida, disfrazando su crimen con el nombre de rosa intestinal.

   Después de tallarme la boca y los ojos intenté ponerme de pie, pero me caí.

Me hacía falta una pierna, en su lugar había un muñón mal cosido lleno de vendas.

Me habían robado la pierna también:

– me siento cojo

– siento que cojo.

Otra vez los maricas de la calle estaban haciendo un vertedero de partes de cuerpo robadas en su olla de hechizos.

Las placas tectónicas se levantaron en mí para enterrarme más, y más… y más; aún así logré escapar de mi fosa en forma de higo.

Fui comido por una vestida, pero digerido por muchos culos rosados de maquillajes variados.

De mierda pasé a ser pasto, de pasto un roble, de roble un nido y de nido una ave.

Todavía recuerdo mis pláticas con Dios cuando estaba vivo: a veces sedado por la marihuana lo escuchaba en un ruiseñor, pero una vez sobrio y deprimido lo invoqué para que me sostuviera en el borde de mi suicidio.

Y apareció armónico y agudo en el pico de un pájaro cantor.

Ahora yo, siendo un ave, aún con carne de higo…me siento Dios:

“Dios nacido del tumor materno de la virgen rosa, fui cagado por labios frescos absorbiendo a mamadas vuestra luz, con colores rosas trémulos fui aplastado por vuestra bendición. Bendito por la virgen tibia, tibia y erecta, tibia y gruesa, tibia de hombre-mujer, mi tibia quimera…”

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Leones toro es un anagrama de mi nombre con el que reafirmo mi gay-teatralidad, soy artista plástico de profesión y escritor por vocación. Actualmente soy profesional independiente y emprendedor en el área de arte y diseño y escribo para coc4ine y demás publicaciones independientes.

Página: www.leonestoro.blogspot.com

FB de artista.www.facebook.com/leonestoro1

FB personal:www.facebook.com/leo.nestoro
twitter: @leonestoro

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Pena Morena, algunos poemas de Jorge Díaz

por Fabián Cháirez
por Fabián Cháirez

por Jorge Díaz

 a todas las hablas disidentes que imaginan un tiempo donde tengamos una posibilidad

 

NIÑAPARIA

 Limeña sin hogar

o casita de trabajo

el pelo crece sobre tu folículo desierto

corta la vía del crecimiento en ti

de tus huesos, limeña

solo recuerdas la fractura

los juegos infantiles

que de tan inocentes

se te volvieron violentos

que de tan suaves

te llenaron la maldad

reflejada

y sigues joven

con barba sobre el rostro

cortándola con ritmo semanal

limeña,

ya no quieres seguir bailando

te avergüenza el baile nacional

y su correcta ejecución no son

coreografías sincrónicas las que guardas en tu pecho

en tu corazón de niñita paria

que se congeló

en las plazas de tu patria quisieras estar

para dejar de estar sola

para qué te mientes, limeña

si los domingos en tu plaza

quisieras dejar el rencor

ya no más resentimiento

si sólo quisieras

poder escribir de amor .

 

PENA MORENA 

En la estación del metro plaza puente alto hay muchos chicos morenos. En el metro plaza de puente alto los chicos morenos usan los calzoncillos de una plástica marca gringa, porque algunos de ellos están en Hollywood. Pero en Hollywood nadie tiene impresa la pena morena. En Hollywood no hay chicos de rostros indígenas tan bellos que desconocen su lugar. En Hollywood no hay chicos con la cara angulosa, con la marca de la pobreza en sus poleras. Yo estuve en Hollywood y juro que jamás me enamoré de nadie porque no había pena en ninguno de esos rostros. No estaba ninguna herida inscrita en sus caras.

 

PERIFERIA 

A Sofía

la periferia es una línea cicatrizando lentamente en el borde de la herida

la periferia es un pasaje con blocks todos iguales

uno pegado al lado de otro

la periferia está llena de vecinos

de bazares pobres

de mujeres haciendo aseo

con casas sin patio

llenas de perros

y resacas baratas

en la periferia nacen niños

en la periferia nacen niños todos los días

en la periferia nacen niños todos los días, nacen cientos

no paran de nacer

será que hay mucho cariño

será que en la periferia nos queremos tanto

que nuestros hijos no paran de nacer

en la periferia se conocen los afectos simulados

te los enseñan los libros estatales

en la periferia mi mamá solo quiere

una mesa de centro y pisco para el bar

en la periferia los deseos nacen y mueren al instante

en la periferia el aire seca luego las heridas

la periferia es una línea cicatrizando lentamente en el borde de la herida

 

SODOMITAS

ponte a vivir frente a ti

me dije

ya no escribo más hasta que encuentre

un tópico político que decir

no soy el espejo de mi ciudad

en este lugar estuve con mis amigos

desde aquí podría escribir un verso hermoso

algo que refleje las calles o lo que estos ruidos iluminados

no paran letánicos en las comunas del sur con sus micros de colores

pero no

me dije

dejaré de escribir de esta plaza y estos hombres pálidos

que me ven morir en la madrugada

hablar cuando humedeces dentro de mi oído

si, más adentro rota tu lengua

con lo que sale de

tu lengua

mirarme

y dejar de vivir frente a mí, volveré a escribir

cuando esto sea importante, esto es

que nuestro frote y tus dedos ya no tengan esa distancia

que a nadie importa pero es festivo decirlo

hacerlo caminando

lo que les digo no es más que lo que sale

frente a mi nariz, evidente de caer sin experiencias

entonces como no hay héroes ni dioses

ni grandes historias que contar dejaré de decir

que me da mucho frío en invierno, que lloro solo a veces, que me aburro

y mis amigos están siempre esperando

y eso ya lo han dicho antes.

 

Jorge significa campesino, tal vez sería bueno

articular alguna frase con mi nombre

campesino, tierra, trabajo

son palabras para alguien que quiera escribir

sin embargo no logro encontrar algo que decir más que

no volveré a escribir hasta que encuentre

un tópico político que decir

el estar chueco o con las muelas quebradas no importa a nadie

los grandes temas de la patria no son para alguien como yo

está bueno ya de hablar del dolor

de los muertos /del amor /de los cuerpos/ de los olvidados y sus nombres

son miles esos nombres, son miles los que me hablan en sueños

(está bueno ya de hablar de sueños, las realidades oníricas no juegan este partido)

está bueno ya decir que quiero a los sodomitas todos juntos

sorbetándose el pecho unos contra otros

el placer es ficción y lo que pueda decir

llega en caída libre donde no importa el peso

no vuelvo a escribir al menos que me enamore

o me corte algo en la plaza de armas

que me prenda fuego frente a la moneda o apague la estatua de Manuel Rodríguez

travestido en reconquista

ponte a vivir frente a ti me dije acostado

y no escribas hasta que no tengas

un tópico político que decir

 

DÍAS PERDIDOS

Con las horas retorcidas y los días desorientados, el tiempo es ficción. La geopolítica del lugar. Las cuerpas y su maldita primavera. Las contradicciones y la cooptación. Las fronteras son siempre lugares que sangran. Usar el texto como pre-texto. Los ácidos y las pastillas. “Crítica” también quiere decir “crisis”. My anzaldúa abortista. La dama de la voz de seda y un besito.

Que el pop nos salvará.

[divider]

Jorge Díaz. Biólogo feminista y activista de la disidencia sexual. Candidato a Doctor en Bioquímica por la Universidad de Chile. Es miembro del Colectivo Universitario de Disidencia Sexual (CUDS) desde el año 2008. Ha escrito textos sobre farmaco-política, cine, teoría y arte feminista participando en ponencias y encuentros de arte y política sexual nacional e internacional. En el área de la ciencia trabaja en la biología celular y molecular de patologías contemporáneas.

 

 

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Una bestia hambrienta

por Adriana Raggi 

 Violada, deshonrada, vadeando sangre, chorreando mugre: así se yergue la sociedad burguesa. No pulcra y limpia y moral, con pretensiones de cultura, filosofía, ética, orden, paz e imperio de la ley, sino una bestia hambrienta, un aquelarre de anarquía, una plaga para la cultura y la humanidad.[1]

Rosa Luxemburgo  

I.

¿Qué es más femenino que lo rosa? La histeria.

II.

article

En enero de este año el tenista Rafael Nadal apareció, en el Abierto de Australia, vestido con una camiseta rosa y con pantalones cortos, con una raya rosa neón en el costado.

En una entrevista después de ganar su primera ronda Nadal dijo a un entrevistador que el tiempo fuera del juego, debido a lesiones y una cirugía de apéndice, había disminuido su confianza. El comentarista respondió, señalando los pantalones cortos de Nadal, que sospechaba que el español no sufría realmente de falta de confianza.

“No creo que muchos hombres podrían vestir este reflector rosa” le dijo el comentarista a Nadal, haciendo reír a todo el estadio mientras señalaba la raya rosa neón en el costado de sus pantalones cortos.[2]

Parece ser que hoy en día el color rosa sigue siendo un problema para la masculinidad hegemónica, a pesar de la industria de la moda lo utiliza ya no como un símbolo de la feminidad –sino como un elemento de lo influido por lo camp, por el queer eye– finalmente un deportista exitoso y masculino lo porta en una cancha de tenis, lugar lleno de testosterona y opulencia. La opulencia es el lugar en donde el color rosa cae como una plaga.

III.

Hoy en día deambulamos en un mundo de contrastes, en donde la violencia y la histeria nos invaden, pero al mismo tiempo lo rosa y lo espectacular son lo nuestro, son nuestro tiempo. Es decir, vivimos en un mundo en donde, yo diría que elementos como el Camp, el Pop o el Rococó se nos muestran como una clara forma de desviar la mirada de la bestia hambrienta que es nuestra sociedad barbárica, si como dice Susan Sontag lo camp:

Es una hazaña, desde luego. Una hazaña estimulada, en último análisis, por la amenaza de aburrimiento. La relación entre el aburrimiento y el gusto camp no puede ser subestimada. El gusto camp es, por su misma naturaleza, posible únicamente en sociedades opulentas, en sociedades o círculos capaces de experimentar la psicopatología de la opulencia.[3]

La sociedad de contraste y opulencia en la que vivimos ha creado su sistema de distracción, su entorno aburrido en el que las personas pueden utilizar las redes sociales como sistema de acoso, para pasar el tiempo. Personas que no encuentran un lugar en el espacio que hay entre la precariedad y la opulencia. Las revistas de moda, las revistas de autos, de chismes, de la vida de las estrellas y los personajes de la nobleza decadente, los portales en internet en el que se desbarata la vida de las personas, la novela rosa. Es decir un lugar de convenciones en donde los personajes y las historias se repiten hasta la náusea.

La novela rosa tiene siempre un final feliz y esperado. La chica buena se queda con el chico bueno. Si bien tiene sus variaciones, la idea es dejar en el lector un sentimiento positivo, es distraerlo. Pero ¿cómo podemos ver el rosa desde el otro lado? Si bien el Rococó es un momento artístico en el que la aristocracia prefiere desviar la mirada del hecho de que la crisis social en Francia está a punto de estallar, y entonces se concentra en la opulencia y el derroche –¿o era al revés?–. Es también un momento en que se produjeron imágenes que en cierta forma desafiaban la mirada. La Joven reclinada de François Boucher, es una obra que contiene toda la concepción del arte rococó, pero es también una imagen que contiene un grado de desafío, “vamos a darle satisfacción al rey”. Y no solamente a él.

IV.

[no title] 1971 Andy Warhol 1928-1987
[no title] 1971 Andy Warhol 1928-1987

Si en el mundo contemporáneo un deportista puede vestirse de rosa, causando un revuelo mínimo realmente, también un artista lo puede utilizar para decir algo a través de los modelos que se repiten hasta la náusea pero transgrediéndolos. Pienso en la silla eléctrica de Andy Warhol, la imagen del método más reconocible y significativo del poder estatal, –la pena de muerte en Estados Unidos– y que hoy en día se sigue utilizando, es revestida de varios colores por Warhol, se repite como una forma de hablar del símbolo de la muerte y se cubre de rosa, del color de la novela rosa y los finales felices. La pena de muerte y todo su proceso en un país como Estados Unidos está revestida de justicia, cuando en realidad se trata de venganza y poder. A una ejecución asiste un número de personas interesadas en ser testigos de la muerte administrada por el estado. Aquí no hay un final feliz, –¿o sí lo es para quien desea venganza?–.

V.

Por otro lado, pienso en el rosa como el color de la transgresión en dos proyectos fotográficos opuestos pero que se encuentran en un proceso de emancipación del cuerpo: Femmes of power de Del Lagrace Volcano y Ulrika Dahl, y Digital Diaries de Natacha Merritt. Ambos proyectos hablan del cuerpo y de sus espacios sexuales desde dos puntos de vista diferentes. Mientras que Merritt hace un recorrido de sus encuentros sexuales a través de la imagen fotográfica como un medio de intervención de lo privado, claro, su propia privacidad y su propio cuerpo, ¿su feminidad? Del Lagrace Volcano y Ulrika Dahl nos ponen frente a la pregunta ¿qué es la feminidad y cuáles son sus formas?

    Ambos proyectos son un aquelarre de imágenes, son una discusión acerca de qué es el cuerpo femenino o revestido de femenino, qué es la idea de la feminidad, la relación entre esos elementos que cruzan la sexualidad, la repetición de actos, la repetición de actitudes. Podría ser una repetición hasta la náusea con final feliz, es decir una novela rosa, –una aceptación a ser destruidos por el capitalismo–, pero no lo es, es pensándolo mejor, al igual que la silla de Warhol, una reiteración que utiliza el rosa –la idea de lo femenino– como un lugar de cuestionamiento, ¿qué es la sexualidad femenina, qué es el ser femenino, qué es esa histeria de colores y formas? Si la Joven reclinada de François Boucher tiene su mirada decadente y en cierta forma desafiante, son las imágenes de estos proyectos, de estas femmes, o femme fatale, que nos obligan a no voltear la mirada de una realidad decadente, en la que ya no se puede olvidar que vivimos en el imperio de una bestia hambrienta, en un capitalismo salvaje que nos obliga a limitar nuestros cuerpos, nuestra sexualidad y a aceptar la destrucción del otro a través de medios como la venganza.

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[1] Andrew Hsiao y Audrea Lim (eds.), El libro de la disidencia. De Espartaco al lanzador de zapatos de Bagdad, trad. Herminia Bevia Villalba, Madrid: Akal, 2012, p. 155.

[2] ”Australian Open Scene: McHale’s recovery, Nadal’s shorts”, TENNIS,         19 de enero 2015, http://www.tennis.com/pro-game/2015/01/australian-open-scene-mchales-recovery-nadals-shorts/53663/#.VPNkdXb9DjE, consultado el 28 de febrero de 2015. (La traducción es mía).

[3] Susan Sontag, Contra la interpretación, trad. Horacio Vázquez Rial, 2a ed., México: Alfaguara, 1996, p.372.

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Páginas de imágenes

  1. http://cdn.tennis.com/uploads/img/2015/01/19/article/article.jpg
  2. NatachaMerritt http://25.media.tumblr.com/tumblr_lm305m2hVG1qzqbf4o1_1280.jpg
  3. Andy Warhol http://www.tate.org.uk/art/artworks/warhol-no-title-p07729
  4. Del Lagrace Volcano http://www.pagina12.com.ar/fotos/soy/20110930/subnotas_y/ed04fo03.jpg

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Adriana Raggi. Doctora en Historia del arte por el IIE de la UNAM. Obtuvo la licenciatura en Artes Visuales en la ENAP (hoy FAD) de la UNAM en 1993. De 1995 a 1996 asistió como Estudiante Invitada a la Kunstakademie Düsseldorf, Alemania. En 2002 obtuvo el grado de Maestra en Historia del arte, IIE, UNAM. En el 2013 obtuvo doctorado en Historia del arte, IIE, UNAM. En 2013 cursó el Diplomado en Fotonarrativa y Nuevos Medios de World Press Photo y la Fundación Pedro Meyer.

    Ha realizado las exposiciones individuales en 2014 Corporis sensus, Star, Cluj-Napoca, Rumania, en 2012-13 Inventarios, Casa del tiempo, UAM, 2008 Anatomía Segmentaria, Radio Educación, México, D.F., 2006 Todo lo visible y lo invisible, Instituto Mexicano de Psicoanálisis, a.c., México, D.F., en 2005 Subdivisiones, Galería Alva de la Canal, Jalapa, Veracruz, en 2004 Momento de inercia, Facultad de Ciencias, UNAM, México, D.F. y Fragmentaciones, Universidad Pedagógica Nacional, México, D.F., en 2003 Recent Works, en el Columbian/American Alliance’s Colombian Festival, ZUMIX, Boston, EUA., 2002 Rasgos humanos, Casa Jaime Sabines, Mexico, D.F., 2000 Analogías, pintura y grabado, Colegio de México, México, D.F. y Similares cotidianos, Museo Regional de Huajuapan, Huajuapan, Oaxaca, México y en 1999 Similares cotidianos, Casa de la Cultura de la UAEM, México, D.F.

Actualmente es profesora de tiempo completo de la FAD, UNAM. Además ha impartido clases en la Fundación Pedro Meyer y La Esmeralda, INBA. Es miembro del colectivo Las Disidentes,

Página web: adrianaraggi.net y lasdisidentes.com

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Capitalismo rosa: ser dinero o ser persona

"Pink tube" por Miguel Angel Padilla Salazar
«Pink tube» por Miguel Angel Padilla Salazar

José Clemente Núñez Hernández

El mundo es dinero, dinero, dinero. Aprende algo, dinero.

MC Dinero

 

Cuando el joven rapero MC Dinero nos dice que “el mundo es dinero” probablemente no está siendo exagerado.

     Claro que tendríamos que ver en qué sentido nuestro mundo se rige por el capital. Pero no sólo es interesante que diga que el mundo sea dinero, sino que a nosotros también nos dice dinero (“Aprende algo, dinero”). ¿En qué medida somos dinero nosotros para el sistema capitalista? Específicamente ¿en qué medida es la comunidad LGBTTTI dinero para el sistema capitalista? ¿qué es el capitalismo rosa y cómo nos afecta?

     Tal vez para ir pensando toda esta problemática deberíamos comenzar con un ejemplo sencillo: una persona.

     Imaginemos a un adolescente que sea aficionado a los discos de Madonna, los musicales, la ropa de moda y el gimnasio. Automáticamente muchos creerán que este chico es gay o algo por el estilo, pero ¿por qué alguien podría hacer un juicio de ese tipo? ¿en que momento pasamos del “me gusta tal tipo de música” o “tal tipo de productos culturales” al “soy un hombre que se acuesta con hombres”? ¿cómo pasamos del “consumo esto” al “soy esto”?

     Pareciera que ser gay, asumir esa identidad, es estar relacionado con ciertos campos semánticos. Si pensamos gay pensamos en ciertas prácticas que no se limitan a tener relaciones eróticas con “personas del mismo sexo”, sino que se extiende a elementos más complejos que construyen el arquetipo de gay. Una especie de gay ideal que no existe y al que parecería que debe aspirar todo hombre que se quiera acostar con otros hombres.

      Es como si decir “soy gay” automáticamente viniera con un paquete más grande que nos intenta condenar a realizar un tipo de prácticas específicas.

     El gay ideal nos indica que ropa debemos usar, cómo debemos hablar, con quién nos debemos juntar, qué debemos escuchar, y hasta cómo nos debemos relacionar entre las personas que asumen la misma identidad que nosotros. Ya no hablamos de personas específicas (Juan Pérez, María Echeverría), sino que hablamos de entidades que abarcan grupos: un gay, una lesbiana, una persona trans, etcétera, y de todos los conjuntos de prácticas que conllevan cualquiera de estas identidades.

      Todas estar relaciones identitarias le caen perfectamente al capitalismo y nos constituye como un sujeto/objeto de mercado que se comporta de ciertas prácticas. Decimos sujeto/objeto porque son sujetos que realizan acciones y objetos porque esas acciones son el objeto en el que se interesa el sistema capitalista.

     También somos sujetos, porque sólo estando sujetos a estas identidades es como obtenemos ciertas ventajas de ser reconocidos dentro del sistema… un momento ¿existir el sistema trae ventajas?

 Capitalismo rosa: pasar de la resistencia a la subjetivación y viceversa

 Podríamos remontarnos a los orígenes del capitalismo rosa en aquellas empresas y negocios que comenzaron a ofrecer sus servicios para cumplir necesidades de la comunidad LGBTTTI que otras empresas no les querían ofrecer. Desde taxis que les brindaban mayor seguridad, hasta bares especializados en este tipo de clientela.

     Pero muchas empresas y países ya se han dado cuenta de las cantidades exorbitantes de dinero que este mercado puede ofrecer. Desde los objetos que necesitan las mujeres trans para su cuerpo (maquillaje, por ejemplo) o los hombres transexuales (el gimnasio), hasta aquello que consumen los hombres gay (ropa, discos, cruceros, etcétera).

     Claro que cada mercado es distinto, no son iguales las necesidades de un hombre trans que las de una mujer lesbiana. Pero lo importante aquí es ver como el mercado ha podido distinguir ciertos “comportamientos típicos”, aunque… ¿de verdad todos los gays o todas las mujeres trans se comportan como el mercado dice que lo hacen?

 

Ser LGBTTTI o morir en el intento

Entonces ¿cuál es el problema con el capitalismo rosa?

     Para empezar, el mercado rosa (o el mercado a secas) no atiende a individuos, sólo entiende de sujetos genéricos, de poblaciones (o sectores de la población) que funcionan de una manera determinada… todo lo demás sólo no es considerado (los individuos que no se comporten como se espera que lo hagan no existen).

      Pero no podemos decir que es el mercado el que impone (o es el que se inventa) las costumbres de sus sujetos/objetos. Tampoco podemos decir que el mercado sólo se limita a ser espectador de las costumbres de sus sujetos/objetos y a cubrir sus necesidades. No podemos decir qué fue primero, si el huevo o la gallina, y no importa, lo importante es que es una relación sincrónica (se da al mismo tiempo) en el que los gays, lesbianas o trans tienen ciertas relaciones que sustentan la oferta del mercado y en el que la oferta del mercado refuerza esas relaciones para seguirse sustentando (es un círculo vicioso).

      Para entender lo anterior pensemos en un ejemplo como el físico. El cuerpo de los gays y los hombres trans es un cuerpo que ha sido atravesado por procesos como la pornificación de la imagen.

      Actualmente los gays y hombres trans van al gimnasio, se tatuan, y buscan una cierta apariencia por muchos motivos, uno de ellos es la existencia de un modelo ideal de figura masculina. El mercado mismo nos ofrece imágenes en sus campañas publicitarias, pero ¿qué pasa con aquellos cuerpos que no embonan con este ideal físico? La respuesta más pronta será decir que existen otros tipos de cuerpos, como el de los osos, por ejemplo o el de los twinks. Pero, ¿no existen también en estos dos tipos de cuerpos ideales en el que no embonan otro tipos de cuerpos?

      La manera que se relacionan los hombres con su cuerpo y la manera en que tratan (y consumen) el cuerpo de los demás se ve atravesada por estos ideales físicos, mismos que, a su vez, están atravesados por otros mecanismos como el racismo (hay un ideal blanco), el clasismo (un gimnasio cuesta dinero, por ejemplo), el machismo (se discriminan a los cuerpos afeminados), entre otros procesos de exclusión que son reproducidos por el mercado (modelos de tez clara, que tienen un cuerpo esbelto bien marcado y que no se ven muy afeminados) y que al ser reproducidos los perpetúan (las personas que quieren consumir buscan identificarse con estos ideales y buscan consumir estos ideales).

      Parece que las redes de ligue (el Mc Donald’s de la carne) son la manera más explicita en la que vemos esto con expresiones como “no afeminados, no morenos, no gordos, etcétera” en el que la manera en que actúa el mercado es más transparente.

      Así, las cosas que consumimos nos empiezan a identificar y todos los que no estén en posibilidad de identificarse con dichos ideales, son excluidos y, por consecuencia, discriminados.

      Aunque hay que aclarar que los ideales de gay, lesbiana, mujer trans, hombre trans, etcétera, no son inmutables, cambian con el tiempo. Así, no es igual el ideal del hombre gay de los 90, que el ideal de hombre gay actual (por ejemplo, las marcas ya empiezan a apuntar a un público homoparental, monógamo, de clase media alta, etcétera, que pueda adquirir sus servicios, como créditos bancarios, o préstamos hipotecarios).

      La monogamia como un sistema que favorece al capitalismo comienza a invisibilizar otro tipo de relaciones que no eran, ni son tan inusuales entre las personas que son identificadas como LGBTTTI, como la poligamia o la agamia (el no querer instituir una relación fija con alguien más), entre otras.

      Y al final ¿estamos condenados a sentirnos mal cada vez que no embonemos con las identidades LGBTTTI que el mercado rosa nos vende?

Un caso interesante: el queercore

 En sus inicios, el punk era un movimiento interesante que, entre muchos de sus elementos, tenía la problematización de todos los sistemas, entre ellos, el sexo/genérico. La mayoría de las grandes bandas punk tenían miembros de declarada ambigüedad sexual. Pero cuando el punk se comercializó a niveles masivos, pronto se comenzaron a replicar sistemas de discriminación (muchos de sus fans comenzaron a ser abiertamente homofóbicos).  Esto empujó a que fans del punk no heteronormados (no normados con el canon heteropatriarcal) crearan sus propios espacios.

      El queercore critica tanto a la homofobia de ciertos punketos, como a la identidad gay comercial consumista con la que no se identifica (recuperando una veta importante del movimiento punk en sus inicios).

      Así, aquellos que no se identificaban ni con el gay ideal ni con el heterosexual ideal, encontraron una válvula de escape.

 

El escape al dinero rosa

 

Al final, volvemos a nuestro adolescente que le gusta Madona, los musicales y la ropa. ¿De verdad tendría que ser un hombre que se acueste con hombres para disfrutar de Madona? Y al revés, ¿qué pasa con los homosexuales a los que no les gusta Madona, los musicales y la ropa?

     Parece que si uno quiere liberarse de esta sistematización de los gustos (de los deseos) uno debería lograr desafanarse de este tipo de identidades LGBTTTI (que, como vimos antes, nos sirvieron para dar una visibilización a otro tipo de subjetividades, pero que también sofocan a los individuos que no se comportan como ellas dictan que deberían comportarse).

     Tal vez, para cambiar esta economía rosa y las personas no se sientan sofocadas por esta econmía de las identidades, la estrategia sería tratar de ser una persona singular que sea un agente de sus propios deseos, y no sólo ser dinero (un valor de intercambio) como nos hizo darnos cuenta el chico MC Dinero.

 

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José Clemente Núñez Hernández. Filósofo, participó alguna vez en un proyecto de investigación de la Facultad de Filosofía y Letras sobre procesos y vocabularios de la exclusión. Actualmente colabora con artículos de política y grupos minorizados escritos de manera didáctica en @plumasatomicas de Sopitas.com porque cree que es su manera de colaborar con el mundo…o de destruirlo poco a poco. Ha participado en varios coloquios de distintas escuelas, así como en eventos culturales interdisciplinarios organizados de manera independiente. Ama a Foucault, le encanta estar tocándole las pelotas al Gobierno y es infiel a la academia… todo es en serio.

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Tráfico marica: Notas sobre una falsa cacería del sexo

por Sergio Castellanos a.k.a Sok
por Sergio Castellanos a.k.a Sok

Por Putonésimo Alfaro

A los 16 comencé mi vida sexual. Recuerdo que la dinámica del “encuentro” era en fiestas de amigos y yo siempre iba a la caza de los hombres que me gustaran mucho: chacales, mayates, tira jotos

Esperaba mi turno cuando no había chavas “disponibles” al final de la fiesta o cuando las amigas se iban y no tenían con quién descargar su atención. Yo estaba ahí, atento para escenificar el encuadre de la seducción.

Así fueron muchas noches, en este juego al que parecía adecuarme muy bien; el papel de puñal que debería estar agradecido de probar la verga que le bombearía una y otra vez su terminal intestinal, hasta drenarle un poco de sangre mezclada con semen en una poesía de espasmos de dolor y contoneos de placer.

Una vez leí un texto antropológico de Gayle Rubín, feminista- lésbica- radical que, según Wikipedia, fue catalogada como una de las profesoras más peligrosas de Norteamérica, titulado El tráfico de mujeres (…) en el cual apunta que los cuerpos femeninos han sido objeto y mercancía de intercambio desde tiempos in-me-mo-ria-bles, siempre para los fines del hombre y su supremacía.

Pienso una y otra vez que en este ritual, al cual llamé “de triunfo”, el cazador no era precisamente yo, sino que ésta era ya una tradición consolidada de los hombres heterosexuales para el mantenimiento de su poder sobre el universo y el cuerpo de lo femenino. El cuerpo de lo femenino que se desplaza y yuxtapone casi imperceptible en el cuerpo del maricón, del puñal, del jotito de pluma; un símbolo de lo femenino que transita para circular en esa mercancía de cambio entre los hombres: caballeros, chacales y uno que otro chaval moderno y hipster.

Entonces, ¿quién cazaba a quién?

Me doy cuenta que las experiencias de estos intercambios, que establecieron el inicio de mi vida sexual, estuvieron marcadas por agresiones y abusos de estos tiraputos, y que mi caso no es aislado, pues también lo he escuchado hasta en las historias calientes de muchos amigos.

No es que me esté victimizando o que victimice a otros, sólo es para considerar que quizá el homofóbico no siempre estará esperándonos en las calles para agredirnos: a menudo llegará muy sigiloso a lamernos el cuello, escudriñando en nuestro ano con su lengua o su verga bien parada para luego desecharnos avergonzándose de nosotros, burlándose con sus amigos de cómo gemíamos, poniéndonos en evidencia con su sarcasmo homofóbico, denigrándonos como basura, pero cuando nos ven solos nos piden otro encuentro carnal, o nunca se oponen cuando uno les seduce o los toca.

Todo se acomoda como si cada uno supiera muy bien su papel: el macho y el aplastado. Pero uno nunca logra verlo así hasta que se redirecciona a mirar el suceso con los lentes prestados de un feminismo- lésbico- radical que, de igual forma, podría servir para una lectura de nuestro cotidiano marica y puñal.

Y así pasa, a veces uno se encuentra joven, maricón, y con el verdugo entre las piernas.

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PUTONESIMO ALFARO (México D.F.) Estudié la carrera de Pedagogía con preespecialidad Onesimo_yolandaen Pedagogía Social por la Facultad de Estudios Superiores Acatlán, donde formé parte del grupo de jóvenes CDiverisA enfocado al reconocimiento de las personas LGBT. A su vez incursioné en mi formación de los estudios de género y teorías cuirs por los Diplomados del Programa Universitario de Estudios de Género UNAM y del Programa de Estudios en Disidencia Sexual de la UACM además de distintos cursos y seminarios sobre la materia. Participé en coloquios, conferencias y encuentros académicos locales, nacionales e internacionales para poner sobre la mesa temas tan fundamentales y de debate como la desigualdad y los nuevos paradigmas cuir en la educación. Actualmente me desempeño en la investigación sobre la discriminación de lxs jóvenes LGBT en el espacio universitario, además de reflexionar sobre mi cuerpo y mi sexualidad como un espacio político y deconstrucción continua.

Contacto:

onesimo.alfaro@gmail.com

https://www.facebook.com/onesimo.alfaro

 

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La Bogue… and the Beast

Enrique Landgrave

En el verano del 2009, durante el regreso de un viaje a la ciudad de Morelia, Michoacán; recibí una llamada de Alejandra Bogue (comediante; actriz, bailarina, cantante, profesional… en puntas) concediéndome tomarle unas cuantas fotografías en mi casa; ya que unas semanas antes le había enviado un correo pidiéndole que posara para mí. Coordinamos el día y la hora, y cuando llegó la esperada cita, su agente la dejó a 4 cuadras de mi casa, en la esquina de anillo periférico a un paso de la entrada al Hermanos Vázquez de Cuemanco. Recibí su llamada de auxilio pues estaba perdida; fui a recogerla en mi auto y la encontré en la esquina, paradita, muy mona, con sus lentes de sol, divina, cual gran profesional del sexo.

    Mis roomies de ese entonces y yo preparamos algunos canapés / botanas, y bebidas refrescantes / chelas, para deleitar a la luminaria de la T.V. Armando, uno de ellos, la maquilló y peinó a la usanza tradicional acapulqueña (tierra natal de la Bogue). Después de unas risas, unas cepilladas y unos cuantos jales a mi hiter empezamos la sesión; dinámica, sencilla, divertida. Sólo ella, sin una gran producción, frente al lente, haciendo lo que mejor sabe hacer: ser Alejandra Bogue.

   Al terminar le agradecí su confianza y el permitirme retratarla. Sabiendo que ella había sido musa de Joel-Peter Witkin, le mostré la edición descontinuada del libro Witkin donde aparece la foto que le fue tomada en 1990, posando desnuda junto a un perro chihuahua.
 Muy emocionada nos contó cómo se había dado la sesión con él: un amigo de ella, quien conocía al asistente del norteamericano, y quien sabía que el artista buscaba una transexual femenina antes de su reasignación sexual, la contactó con el afamado fotógrafo, quien entusiasmado y agradecido le pagó la suma de 50dls por aquella sesión y se enamoró de ella. Esto lo hizo regresar dos años después a México y buscarla para realizar una segunda sesión, esta vez junto a dos transexuales más. Una semana después, Witkin intentaría cortejarla, recibiendo sólo la negativa de Alejandra.

Me quedé muy sorprendido al descubrir que la fotografía que me inspiró a buscar y retratar a Alejandra Bogue encerraba tan bella anécdota…y que ahora es parte de mi historia con ella.

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