por Russell Manzo
(Insensible al qué dirán, me encuentro etérea viendo al horizonte inexistente. Admirándome al espejo. Soy bella. Soy neutra. Soy ELLA…)
Miércoles 22 de octubre de 2014, suena el impúdico despertador una vez más. Mi voz áspera, desdichada de la vida que le tocó vivir, emana un bostezo cristalino para dejar salir malas vibras. Me despojo de ropas innecesarias, y decido tomar un baño caliente que penetre hasta el poro más sellado de mi infiel cuerpo. Paso mis brutos dedos por entre las axilas, para recorrerlas hasta debajo de la cintura. Lavo mis hendiduras inferiores pervirtiendo aquel incierto bosque y dejo que el agua simplemente fluya.
Termino de lavarme, y me dirijo a aquella lámina reflejante que me trata como un ser divino. Me miro. Me mira el ser del otro lado. Somos idénticos. Tomo un poco de esa pasta blanquecina y la dirijo hacia mis colmillos. Muevo de arriba abajo, adelante atrás, mientras no pierdo la vista de aquel ser que me tiene sonámbulo como cada día – hoy es un día especial, lo presiento. Directo y osado, tomo del viejo armario un traje sastre que he confeccionado yo mismo para este momento íntimo.
Hoy me mostraré dramático, pero no imposible de palpar y observar. Me encuentro extenuado de intentar ser algo que no soy. Cansado desde crío. Llevo tiempo pensándolo y reflexionándolo, es seria la cosa. La gracia no viene sola, la gracia la crea mi esencia, mi vida, mi efímera sonrisa. Hoy me pondré ese vestido verde turquesa que tanto he soñado encajando en cada rincón de mi afanoso cuerpo; entallándome hasta las arrugas, delimitando mi edad, comprimiendo la vergüenza, y despidiendo al otro ser.
Siguen las mallas que decorarán estas anegadas piernas, seguido de la lencería para este par de jamones trastornados. Minúsculos vellos se asoman – brotan como retoños – entre las rejillas de la ahora penetrable indumentaria. Entre lluvias y rocíos de amapolas que envuelven mi osado cuerpo, doy los últimos toques a mi quimérica cabellera. Toda hebra está en su lugar, estoy más que guapa; sólo falta un detalle – un fragmento para ultimar el rompecabezas – el colorete. Encumbro mis carnosos y áridos labios, directo al espejo, y los relleno de carmín….¡Estoy listo!
Dispuesto, llevo mis pasos a la puerta donde se encuentra una joven de manos finas, piel fresca y mirada desorientada: Ximena, mi prometida. Con pupilas irresolutas queda perpleja ante el inédito cuerpo presente. Me acerco dudoso hacia ella y me despido con un delicado roce entre sus labios, dejando como rastro el labial aún visible en su diente superior:
¿Quién eres tú? ¿Dónde está mi novio? Salte inmediatamente de mi casa o llamo a la policía – señala Ximena con voz frenética.
Cariño, soy Abel, ¿no me reconoces? – le digo con innocua sonrisa.
De repente, aquel monstruo vociferante se hace presente otra vez, carraspeando mi garganta como diminutos clavos. Todo encajaba perfectamente, excepto aquella pavorosa y disonante voz. Recatada ante la sociedad, medrosa ante la muchedumbre, titubeante ante los ojos de desconocidos…ese miedo anegaba mi frágil ser de nuevo. Odiaba tanto que la resonancia de ese tono retumbara dentro de mis oídos, cual convulsión o desgracia para cualquier ser calamitoso.
[…]
Así sin más, despierto a mitad de la madrugada, inerte como una sólida roca echado en la cama. Volteo y miro el despertador; aún faltan 2 horas para ir a trabajar. Hago un ligero movimiento hacia mi regazo y se encuentra Ximena fallecida en sus más íntimos sueños –Algo me incomoda y me hace sudar –. Distingo lentejuelas al final de la cama…¡son unas zapatillas! ¿De dónde aparecieron? Corro hacia el espejo. No me reconozco. Un horrible vestido abraza todo mi cuerpo sin dejar que ninguna capa de piel se haga presente. El ser que casi siempre veía, y que pensé que se había ido, se burlaba una vez más enfrente de mí.
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Russell Manzo (Tapachula, Chiapas; 1989). Reside en Xalapa, Veracruz, donde se graduó como licenciado en Lengua Inglesa en el área de literatura. Su estudio se basa en las múltiples formas de expresión literarias/homoeoróticas del siglo XX, principalmente la figura del chacal. Ha participado en algunos coloquios literarios organizados por la UNAM en los cuales destaca su participación con cuentos como “El tzipe” y “Melomanía de un travestido alma”. Su tesis que lleva por título: A Mundane Beastlike Creature: A Vision of Homoeroticism and the Notion of Chacal in Harold Brodkey’s Profane Friendship, forma parte del Archivo CAMeNA: Gregorio y Marta Selser de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (2013). Actualmente trabaja como corrector de estilo en las revistas Stonefoxx Magazine (http://www.stonefoxxmag.com) y Hojas Necias (http://hojasnecias.com/index.php#&panel1-1).