por Nayla Mondragón Urrutia
Cuando era niñx amaba los cuentos de princesas, pero los personajes que más me fascinaron eran las brujas, pues consideraba que sin ellas el cuento no podría desarrollarse, ahora pienso que la oportunidad de encontrarte con estas mujeres sanadoras existe y te rompen por completo referentes de vida, pre conceptos y prejuicios. Que las brujas no siempre son las más maternales y sumisas, por el contrario, nos enseñan a valorar, nos ponen pruebas que no siempre son fáciles de superar.
Pensemos ¿qué sería de Blanca Nieves si no le hubieran dado la oportunidad de renacer?, la oportunidad de transicionar para valorar sus vivencias, esto es una experiencia de reconocimiento y una prueba de amor propio muy extrema.
Yo creo que en el fondo todxs tenemos la oportunidad de desarrollar esos poderes que se activan con la energía femenina, esa instancia chamánica que tenemos todxs para poder reconocer y honrar desde lo más profundo nuestra luz y nuestra sombra, pues sin ella no podríamos conformarnos tal cual somos. Y a propósito de transiciones, esto ocurre cuando unx hace un reconocimiento a consciencia de unx mismx y nos toca reconstruirnos desde lo más herido de nuestro ser, desde esas vivencias dolorosas que nos marcan en la infancia, y considero que una transición de vida para todo individux es ese reconocimiento del niñx interior. Saber que esta lucha y esa resistencia de defender tu identidad surge porque es la manera más honesta y amorosa de subsanar toda esa privación que se vivió en la infancia, esa falta de libertad de elección, ese tiempo perdido de sentirte identificadx con lo que la sociedad relaciona como femenino y que punza en el corazón como espina en la piel.
Ahora solo queda mirarte al espejo y reconocerte no solo física si no emocional y espiritualmente abundante porque ese es el milagro de la feminidad, ese poder de creación de empatía, liberación mutua, representar un ser libre, un ser que, aunque parece tener todo en su contra, sigue con la convicción de ser feliz, tomando en cuenta que la felicidad es una decisión no una meta.
Romper con todas estas ramas torcidas que se encarnan en las lealtades familiares de las mujeres de nuestro clan, esa referencia que muchas veces tienen que ver con culpa, prohibición, injusticia y falta de amor propio. Nos toca cortarla de raíz, nosotrxs como agente de cambio tenemos en nuestra espalda generaciones de mujeres en cautiverio que piden que se corte desde lo más profundo de la tierra este agente nocivo, ese obscurantismo de validez propia. Nos toca lamer nuestras heridas y reconocerlas desde adentro y saber que sin ellas no podríamos retornar en lxs guerrerxs que somos.
No es raro que en esta búsqueda de aceptación «social» y esta herida de rechazo se persiga un ideal corporal que muchas veces hace presa al cuerpo trans apegándose falsamente a un ideal de belleza, una valoración superficial que consume y que hace que se pierda la importancia de lo que ya eres en si y no el de perseguir lo que te gustaría ser.
Por tal motivo yo hoy grito la consigna de «No tengo pechos pero tengo corazón» porque todos los días agradezco la posibilidad de estar vivx para poder aprender de mis errores y aciertos, de descubrir que los sueños sí se cumplen y están al alcance de la mano más de lo que imaginamos, que todxs tenemos la capacidad de construir un ser espiritual, un ritual o un decreto que con fé se cumplirá, que todos tenemos la capacidad de poder dialogar de frente con ese ser superior que te escucha y que acciona porque eres tú mismx. No se trata de hacerlo desde la manera más banal y egocéntrica, por el contrario, tener gratitud de las experiencias y crear redes que puedan replicar tu vibración positiva al universo.
Recuerda que el cambio es fundamental y las transiciones de mente y espíritu nunca terminan afortunadamente, pues estas son el motor que te recarga de vida la vida.
Nayla Mondragón Urrutia (Momo Transchanga) Artista Visual transfeminista nacida en la Ciudad de México. Maestra en formación docente graduada de la licenciatura en psicología por la Universidad de Londres artivista y performer desde hace más de 8 años, su quehacer artístico está basado en temas queer y disidencia de género. Su formación teatral y dancística ha permeado su interés en las técnicas corporales aplicadas en la escena.
Queer, Transfeminismo e Identidad Mexicana son temas fundamentales y bases para su trabajo escénico integrando la interdisciplina, ciencia- arte, psicoanálisis, teatro, danza, cabaret y disidencia de género posibilitando el performance producto de la investigación y experiencia personal.