En el marco del 25 de Noviembre, día en el que se conmemora la lucha para erradicar la violencia contra las mujeres, en Hysteria queremos enunciar un tipo de violencia en concreto: la violencia gineco-obstétrica.
Con esto, nos referimos a prácticas que atentan la soberanía sobre nuestrx cuerpx, nuestros derechos sexuales y reproductivos. Contra nuestra libertad reproductiva; el derecho a decidir de forma autónoma sobre nuestra reproducción.
Decidir sin ningún tipo de coerción o de violencia de por medio.
¿Cuándo pasa? Más seguido de lo que lo hablamos. Estas actitudes las traducimos como una atención o tratamiento deshumanizado, el uso de procedimientos innecesarios o intencionalmente dolorosos, el abuso de fármacos, la patologización de procesos naturales del cuerpo, y no brindar información o tratamiento suficientes y oportunos.
Al realizar estas prácticas, el aparato médico suscita la pérdida de autonomía de lx paciente y afecta su calidad de vida, lo que en muchas ocasiones deriva en lesiones graves e incluso la muerte
El contexto base de la violencia gineco obstétrica, es la violencia heteropatriarcal machista e institucional. La encontramos “escondida” en las prácticas comunes de los sistemas y servicios de salud. Ejemplos de esto son: el desestimar el nivel de dolor que experimenta una persona ante un procedimiento, los juicios y comentarios estigmatizantes de la vida sexual y los hábitos de una persona; hasta la manipulación descuidada del cuerpo de las pacientes… Sólo por mencionar algunos.
Es necesario exponer la situación que vivimos dentro de consultorios ginecológicos y hospitales para que esto cambie.
¿Y porqué sólo quedarnos ahí?; Volteemos a ver el trabajo de las parteras y médicas tradicionales aún mantienen vivas y sanas a mujeres en comunidades que fueron aisladas por la modernidad y que no tienen acceso a servicios de salud en las ciudades.
No son acciones aisladas o que se den sólo en esos sectores culturales. La autogestión dentro de las grandes urbes también existe y resiste. Proyectos como Gynepunk Lab, con talleres y divulgación de información que cultivan la descolonización visceral para transformar la medicina patriarcal hegemónica.
Es necesario reafirmar lo siguiente:
No importa la cantidad de parejas sexuales con las que hayas compartido; no importa si vives con alguna condición y/o enfermedad; no influye tu etnia, edad o condición económica. No hay justificación para violentar. Todxs tenemos el derecho a recibir atención digna y pertinente en torno a nuestra salud sexual.
Y cuando no es así, ¡Exigirlo!
Enunciamos en alto y sin miedo las violencias vividas por mujeres en consultorios, para que estas no se repitan más:
– Es VIOLENCIA cuando el personal de salud te juzga sobre tu orientación o identidad sexual
– Es VIOLENCIA cuando te juzgan porque tu estilo de vida o identidad no corresponde con los valores o prejuicios personales de quienes te atienden
– Es VIOLENCIA cuando el personal de salud te indica la cantidad de parejas que debes o puedes tener.
– Es VIOLENCIA cuando te intimidan o atemorizan para tratarte por padecimientos que no tienes.
– Es VIOLENCIA cuando asumen tu diagnóstico por tu apariencia física o estilo de vida.
– Es VIOLENCIA cuando lx médicx decide sobre tu diagnóstico y tratamiento, sin haber realizado los estudios correspondientes.
– Es VIOLENCIA cuando lx médicx te toca sin avisarte.
– Es VIOLENCIA cuando lx médicx introduce el material médico en tu cuerpo sin tu consentimiento.
– Es VIOLENCIA cuando lx médicx no te explica el procedimiento que realizará en ti, y comienza sin que estés listx.
– Es VIOLENCIA cuando lx médicx realiza tocamientos por todo tu cuerpo sin razón alguna.
– Es VIOLENCIA si no consentiste lo que está pasando.
– Es VIOLENCIA cuando te imponen un método anticonceptivo con el que no estás cómoda o sus efectos adversos son demasiado para ti, o simplemente no lo deseas.
– Es VIOLENCIA cuando te juzgan por no haber tenido hijxs al llegar a “cierta edad”, o si no puedes, o si no quieres
– Es VIOLENCIA cuando a tu consulta entran personas al espacio de revisión sin tu consentimiento
– Es VIOLENCIA, cuando te juzgan por haber abortado
– Es VIOLENCIA cuando los médicos esterilizan a las mujeres sin su consentimiento
– Es VIOLENCIA que desde niñxs nos imponen tabúes sobre nuestrxs cuerpxs y el autoconocimiento
– Es VIOLENCIA que los métodos anticonceptivos solo se enfoquen en las mujeres, y seamos nosotras las que viven con la carga de la salud reproductiva
¿Que implica haber experimentado violencia gineco-obstétrica?
Como cualquier otra situación que implica VIOLENCIA, la persona afectada vive un daño. Ser violentadx duele, deja heridas que se volverán cicatrices, un recordatorio de una mala (o terrible) experiencia. Eso si sobrevivimos al suceso.
Vivir estrés postraumático, secuelas emocionales, ansiedad, depresión… ¿Todo porque fui al doctor?
Ahora entendemos porque hay mujeres que temen ir a los consultorios, y no tratan enfermedades que se pueden prevenir, o diagnosticar antes de ser mortales.
Hoy escribimos para enunciar a las mujeres que murieron como consecuencia de prácticas violentas por parte de personal médico. Profesionales quienes se especializaron en ayudarnos a sentirnos bien, vivir con dignidad. Se supone…
Personal que intimida, se burla, vulnera, revictimiza, infantiliza… O que se vuelve cómplice al notar estas acciones en compañerxs y guardan silencio.
Al acostarte en una mesa de observación, abrir las piernas frente a una persona que acabas de conocer y que esperas que esté para ayudarte porque te ocupa tu salud… No estás esperando ser violentadx.
No deberíamos de prepararnos para saber cómo responder a la violencia en esos casos, sin embargo es tristemente necesario.
Debemos enfocar los esfuerzos en aquellos que utilizan su poder para atentar contra nuestrxs cuerpxs y nuestra dignidad. No es normal que la mayoría de las mujeres que su servidora conoce, hayan vivido violencia, específicamente en el consultorio de algunx medicx.
No podemos seguir invisibilizando nuestras vivencias. Necesitamos terminar con el ciclo del silencio.
Hoy nombramos a las mujeres que murieron en manos de los primeros médicos ginecólogos. Mujeres esclavas negras de EU, quienes fueron usadas para experimentar en la práctica de la ginecología.
Se tienen los diarios del doctor J.M. Sims, el “padre de la ginecología”, donde relata sus experimentos y torturas en mujeres esclavas, con quienes no utilizaba anestesia durante los procedimientos, porque no eran “cuerpos blancos” cuyo dolor interesara mitigar.
Anarcha, Lucy y Betsy. Son nombres de 3 de las esclavas, a quienes Sims no mantuvo en anonimato, por haber sido mujeres que resistieron mucho tiempo a sus prácticas de investigación. En sus diarios hay registro de aproximadamente otras 15 mujeres que murieron como parte de las investigaciones del “padre de la ginecología”.
Hoy te invitamos a conocerte, a descolonizar tu cuerpx.
Partiendo del trabajo de Klau Chinche en Gynepunk, renombramos nuestra anatomía, a la vez que mantenemos viva la memoria de las mujeres torturadas muertas “en pro” de los avances médicos.
Renombramos nuestrxs cuerpxs, dejamos de usar la nomenclatura impuesta por esclavistas y torturadores. Hombres que valuaron como menos la vida de mujeres negras esclavizadas; mujeres con traumas físicos dejados por partos potencialmente mortales, fístulas vesico-vaginales, lesiones usadas para practicar en sus cuerpos vivos, y envenenados con opio para resistir sin necesidad de anestesia.
Retomamos la siguiente nomenclatura propuesta por Klau Chinche para conocernos:
Glándula de Anarcha: Glándula parauretral o eyaculadora. (Antes “Gándulas de Skene”)
Glándulas de Lucy y Betsy: Glándulas lubricantes (Antes “Glándulas de Bartolino”)
Te dejamos el link del documental: Anarcha, Lucy, Betsey y otras chicas del montón. https://vimeo.com/84837293
Erradiquemos la violencia juntxs. Rompamos el silencio. Cambiemos lo impuesto.
Emiasis NxOne1
Gestora Intercultural y periodista amateur
Artista underground autoproclamada
Instagram: @nx1.333