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La hijita de Aydee

Videos de la serie “La hijita de Aydeé” de la artista Paola Esquivel

En esta obra, Paola Esquivel aborda desde una perspectiva lúdica un tema tabú pero crítico en su historia personal: el coito que mantuvieron sus padres y dio origen a su concepción.
Ayudada por su madre, Aydeé, Paola reinventa su historia e intenta llenar el vacío que dejó en su vida un padre al que no conoció, reforzando la comunicación y los lazos afectivos con su madre en una interacción que oscila entre lo infantil y lo pornográfico.

 

[tabs type=»horizontal»][tabs_head][tab_title][/tab_title][/tabs_head][tab]Tríptico de Video 2005 1.30 min cada video Autora: Paola Esquivel (sólo dos videos en red)[/tab][/tabs]

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Paola Esquivel Silva. Cuernavaca, Morelos, México, 1979. Vive y trabaja en la Ciudad de México. Se graduó de la maestría en artes de Facultad de Artes de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, donde también curso la licenciatura. De sus exposiciones  destacan: El niño que se comió a su mamá, Centro Morelense de las Artes. Cuernavaca, Morelos; La hijita, Exhibidor Sobre Anaquel, Celda Contemporánea, Claustro de Sor Juana, México D.F.; Carnavalesco, Torre Mayor piso 51, México, D.F.; Sur la mort, Museo Anahuacalli, México, D.F.; (READY) Media: Hacia una arqueología de los medios y la invención en México, Laboratorio Arte Alameda, México. D.F; Contraseñas ciclo 9, Centro Cultural Montehermoso del  Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz, España; Juega, Exposición en línea Museo de Mujeres Artistas Mexicanas, México D.F.; Muestra de verano, Galería Ruta Correa, Freinburg Alemania; Art Frankfurt, Frankfurt, Alemania; Código Local, Centro Cultural Muros, Cuernavaca, Morelos; Recetas de Esperanza, Galería Ojo Atómico, Madrid, En el 2002 recibe una mención honorífica en el Cuarto Concurso de Arte Libertad, Querétaro, México y en 2010 en el XXX Certamen Nacional Arte Joven Aguascalientes. Fue becaraia de las disciplina de Escultura en 2011, Video en 2004 y Medios Alternativos en 2008 del programa de J´venes creadores FONCA y del programa de Jóvenes Creadores del FOECA.

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Hilo de sangre

Ilustración Alex Xavier Aceves Bernal
Ilustración Alex Xavier Aceves Bernal

Por SoniGirl

     Un delgado hilo de sangre escurre de mi entrepierna mientras camino de regreso a casa. Entro a hurtadillas de mi madre directo al baño, me limpio cuidadosamente y reconstruyo:
Entramos al elevador, oprimo el botón del primer piso. En pleno descenso mi novio abre las puertas y coloca un tenis para atorarlo. Lo miro estupefacta y divertida, no sé porqué lo hace, pero tampoco me importa. Me mira con dulzura y con arrebato continua el beso que hicimos tregua.

El beso inocente se transforma en pasión. En cada segundo pierdo un poco de inocencia; mis 15 años no son suficientes para detener sus manos inexpertas que buscan ansiosamente un poco de piel. Al calor de los besos nos deslizamos de la pared al suelo como dos trozos de mantequilla derritiéndose por el calor. Mi vestido es rosa, amplio y floreado. Él desliza sus manos como una serpiente sobre mis piernas y el vuelo de mi vestido llega hasta la cintura. Hábilmente me ha quitado la pantaleta, la sustituye por un par de dedos que juegan con mi sexo. Los besos no cesan, son como llovizna que refresca y despierta mi deseo. Es el paraíso.

Su pene suple los dedos juguetones en mi sexo. Tiene un miembro grande y urgido que me penetra ferozmente. Intentamos que sea el engranaje perfecto. Con dificultad logramos el movimiento rítmico. El espacio en el elevador es muy pequeño. No me acomodo.  Me duele todo y comienzo a angustiarme. Afuera, en algún piso, una voz ajena   pregunta a gritos si alguien se ha quedado atorado. La voz a llama a alguien. Tocan las puertas del elevador en espera de respuesta. El placer desaparece cuando escucho que intentan desatorar el elevador. Él no presta atención, solo se concentra en los movimientos dentro de mí. Lo empujo con fuerza y dejo fuera el monstruo ardiente.

Con dificultad me levanto, él me secunda cuando se percata de lo que pasa afuera. Nerviosos recuperamos las prendas perdidas durante la batalla. Quita su calzado atorado y el elevador continúa el descenso inicial. Mientras coloca el tenis en su pie, recitas unas palabras que no alcanzo a escuchar. Me da un beso que solo toca el aire, se abren las puertas y corre.
Aún nerviosa salgo y observo a ambos lados del pasillo tratando de cerciorarme que no hay testigos. Sacudo y aliso mi vestido floreado. Con las piernas temblorosas subo cuatro pisos de escaleras hasta llegar a mi casa y descubrir el hilo de sangre, prueba de que perdí mi virginidad en un elevador a medio día.

 

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Primeras veces hay muchas, y con el tiempo son mejores

Por Adriana Raggi

La primera vez que leí un texto feminista sobre el desnudo, me convenció de que las imágenes de mujeres hechas por hombres, eran violentas y denigrantes. La primera vez que dudé de esta afirmación feminista sufrí una especie de shock –o se puede decir que a consecuencia de un shock personal– tuve la suerte de darme la oportunidad de cuestionar, el dogma feminista de la agresión automática de los hombres hacia las mujeres.

La primera vez que pinté un cuadro de desnudo de un hombre, creí estar cuestionando el concepto tradicional de desnudo. La primera vez que me di cuenta de que en realidad de lo que quería hablar era del placer y no del desnudo, fue cuando comencé a leer el Testo yonki de Beatriz Preciado. El primer capítulo me iluminó, me dijo: a mí me gusta el sexo, lo disfruto y no se trata de cuestionar el concepto de desnudo desde la teoría, sino de hablar del placer.

Al placer– no la primera vez que lo viví, eso no lo recuerdo, sino la primera vez que lo puse como un lugar de análisis, de encuentro de mi pensamiento, de desarrollo de ideas– me enfrenté de una forma intuitiva. ¿Disfrutar? Esa era la pregunta, ¿por qué tendría que desterrar de mi ser el disfrutar, para en su lugar, encontrar una lógica que me encasillara dentro de lo políticamente correcto? Es difícil buscar un punto de vista diferente de las cosas, cuando uno está muy encerrado en los ideales obligados.

La primera vez que me di cuenta, de que el buscar el placer en los ideales que me habían llevado a lo «políticamente correcto», no tenía sentido, perdí la orientación. Me quedé parada frente a una pared blanca que crecía hacia el infinito. Mi nariz pegada a la pared y con una gran incapacidad para voltear la vista.

Después de ver fijamente esa pared en blanco. Por horas y sin sentido. Giré mi mirada, después mi cuerpo y decidí que era la hora de tomar un nuevo camino. Por supuesto, eso no fue fácil. Pero, por primera vez, en mucho tiempo, me sentí independiente. Con esa independencia venía un gusto nuevo en mi boca, en mi cuerpo, en mis emociones y en mi piel. Busqué el placer de decir las cosas que antes, la corrección política, me lo impedía. Busqué el placer de ponerme los colores, los atuendos, las palabras, los goces que yo quisiera sin sentir culpa.

Por primera vez pude enfrentar mis dudas. Mis dudas vestidas en papel, en fotografía, en imagen. Me vestí y me disfracé de placer. Me enfrenté a mi propia imagen sin pensarla como una imagen de víctima. Y la utilicé para mostrarme a mí misma que el tema del placer, del goce, tiene muchas vertientes, muchas formas.

La primera vez que enfrenté mis dudas, después de la gran pared blanca, fue cuando las pude pronunciar en voz alta. Me paré enfrente de mi cómplice de pensamiento, y se las dije. Esa primera vez fue la más divertida. Nos reímos sin parar. Y pude ver que mis dudas se parecían mucho a sus dudas. Y compartimos nuestras preguntas, y nos carcajeamos de lo políticamente correcto. Del pensamiento que no deja espacio para el cambio, para las dudas, para el cariño entrañable entre amigos.

Así que después de la pared blanca he recorrido un camino de primeras veces, de encuentros y también de olvidos. Me acordaré siempre de quienes me dieron la espalda, me acordaré de ellas en el olvido. Porque cuando encuentras un nuevo camino, y te das cuenta de que no puedes clasificar o limitar tu pensamiento, siempre hay alguien que por primera vez te muestra su verdadera cara. Y te traiciona, te quiere obligar, te quiere ordenar. Entonces, por primera vez, la pones en el olvido y te volteas para poder ver el placer.

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¿Seguimos en el principio?

Por Alan Palma

El tema de la homosexualidad masculina está lleno de tabúes y mitos; aunque cada sociedad maneja este tema de distinta forma los países occidentales se abren cada vez más a la aceptación, tolerancia e incluso establecen leyes para minimizar la discriminación y la satanización que se ejerce sobre este sector de la población.

En lo personal, desde mi niñez hasta mi salida del clóset, tuve que lidiar internamente con los temas tabúes que imperaban en esos momentos (los 90´s), y cuando por fin di ese gran salto intenté, por los medios que tuve, tratar de eliminar esos conceptos e ideas erróneas que giraban en torno al tema.

Debido a que mis círculos más cercanos, amigos y familiares, eran de mentalidad bastante abierta, y por el avance que empezó a tener la sociedad en estos temas, empecé a creer que los tabúes más tontos o más absurdos, a mi parecer, se habían minimizado, o que solo existían en los pueblos más lejanos de la urbanidad y más cercanos al dogma religioso.

Entre los muchos prejuicios que existen, los que más llamaron mi atención fueron dos: que homosexual es sinónimo de afeminado y que el proceso de un homosexual es intentar una transformación a lo transexual o travesti. Mi preocupación hacia estos prejuicios en específico surgió a través de dos comentarios que surgieron en unas charlas, primero la novia de un primo:

—“Se supone que a los gays les gustan los hombres, entonces ¿cómo le hacen para coger si los hombres que les atraen son heterosexuales?”.

Luego una prima me comentó lo que le dijo su papá, sobre mi salida del clóset:

—“No es que no lo acepte; a mí lo que me da miedo es que se empiece a vestir de mujer y comportarse como tal”.

En ambos comentarios casi solté una carcajada, pensé: ¡qué cosa tan absurda!, inmediatamente comprendí que falta un largo camino por recorrer, y que mi consideración de las distinciones que hay entre la urbe y lo rural era muy tonta y muy alejada de la realidad.

Dentro de la homosexualidad masculina se encuentra marcado el estereotipo del homosexual afeminado; sin embargo, ser homosexual no significa que todos sean o tengan que ser afeminados; tampoco por el hecho que exista gente que no empata con el género que nació, o le guste actuar de forma contraria al rol del sexo que pertenece significa que todos los homosexuales busquen una transformación hacia el sexo opuesto.

Para romper este tipo de prejuicios decidí hacer un glosario de lo que significan las iniciales del movimiento L.G.B.T.T.T.I. que tanto se ven en las marchas y carnavales del orgullo gay; sé que algunos saben lo que significa, pero creo que no está de más un repaso y, tal vez, hasta resuelvan alguna duda. Son muy resumidas, por el espacio pero trataré de ser lo más correcto y claro posible:

L= Lésbico/Lesbiana: Mujer homosexual que es atraída sexualmente por otra mujer.

G= Gay: Hombre homosexual es atraído sexualmente hacia otro hombre (la palabra también refiere a la generalidad de la homosexualidad).

B= Bisexual: Mujer/Hombre que son atraídos sexualmente hacia personas de sumismo sexo, y también por las del sexo contrario a distintos niveles.

T= Travestí: Persona que gusta vestirse y actuar de forma contraria al canon estético del sexo al que pertenece; puede, o no, ser homosexual.

T= Transgénero: Persona que no se identifica con el sexo de nacimiento o que se encuentra en una situación de ambigüedad.

T= Transexual: Persona que al no identificarse con el sexo de nacimiento, tiene un proceso de transformación para lograr ser lo más parecido al sexo con el cual se identifica.

I= Intersexual: Persona con características sexuales físicas ambiguas, ya sean a nivel hormonal, genético o genital.

A pesar de los logros sociales y legislativos que se han alcanzado estos últimos años todavía hay mucha gente que le es ajeno al tema de la homosexualidad, ya sea por vivir en una comunidad muy cerrada, por pertenecer a un grupo que condena la homosexualidad, o por diversas razones; Creo que la sociedad todavía no alcanza la madurez en estos temas. Aunque en la capital de la República Mexicana ya se permita la adopción de niños por parte de parejas del mismo sexo, aún existen comunidades que lo siguen viendo como pecado. Por eso creo que la lucha por la aceptación de la mayoría de la población sobre estos temas, es apenas el principio de un largo recorrido que tenemos por caminar.

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Las otras miradas en el cine X

 

M

Por Maria Laura Ise

 

“Porn is a huge part of the culture we’re living in. Women can not just ignore porn, we have to participate and discuss this very influential genre”

Erika Lust

 

[box type=»shadow» align=»aligncenter» ] [dropcap]E[/dropcap]rika Lust (Estocolmo, 1977), guionista, productora, directora de cine erótico y dueña de su propia compañía –Lust Films–, no escribe desde cualquier lugar ni para cualquier público. Su filmografía, inseparable de su escritura, apunta a crear una alternativa del mainstream porno; un porno diferente que forme parte de un discurso contemporáneo más amplio en torno a la sexualidad. Desde el año 2004 su trabajo (cortometraje, largometraje y documental) ha sido ampliamente reconocido y premiado en el ámbito del cine porno feminista en Estados Unidos, Canadá y Europa. Aunque es imposible resumir en pocas líneas la amplitud y variedad de contenidos que el libro abarca en sus 11 capítulos, quiero rescatar tres puntos -más críticos que descriptivos- que desde mi óptica aparecen desplegados y entrelazados en las páginas de Porno para Mujeres.[/box]

 

Monopolio

“Pertenezco a una generación que no ha encontrado una representación de su sexualidad moderna y plural en la pornografía machista y tradicional. Las mujeres debemos tomar medidas inmediatamente y empezar a cambiar la visión que los hombres han impuesto del sexo a través del cine X. De lo contrario, las nuevas generaciones solo tendrán acceso a su visión, más bien pobre, de la sexualidad”. Con esta frase, Lust revela y denuncia una cuestión más amplia y evidente: los hombres productores y directores de cine X han tenido durante décadas el monopolio de la definición de la pornografía, de construirla a partir de sus ideas y deseos, representando solamente su sexualidad con un claro resultado: En la actualidad existe un porno monocolor y monogénero, una especie de estándar universal del porno, que reproduce siempre los mismos clichés y retratan los mismos personajes.

Estas cintas se centran en códigos muy particulares: cosificación y humillación de las mujeres, centralización del placer masculino y mínima importancia del placer femenino, nula elaboración del guión e historia, nula calidad y cuidado por la estética, solo por mencionar algunos rasgos que hacen un producto poco realista y muy predecible. Poco a poco, en los años 80 con cintas como Candida Royalle, llega la producción de las primeras películas eróticas escritas, y dirigidas, desde la perspectiva de la mujer; con esto se le comienza a considerar potencial consumidora de películas X. Actualmente, en particular con más fuerza desde los años 90, muchas directoras pretenden redefinir el porno; lo que es y tiene que ser, centrándolo en el placer y deseos femeninos y cambiando los términos de la representación.

El porno: una herramienta útil

“A mi me gusta ver el cine pornográfico como un subgénero más del mundo del entretenimiento audiovisual -dice Lust- con la particularidad de que, a diferencia del cine de terror o la comedia, este cine busca la excitación de quien lo mira. Como la sexualidad misma, lxs espectadorxs somos todos diferentes, la diversidad de gustos y del cine X responde a este parámetro: cada quien debe encontrar su gusto y placer”.

Así, una de las apuestas más evidentes del libro es la de construir una audiencia que sepa todo sobre lo que rodea al porno, y le es pertinente. Aquí va la lista, muy resumida: la pornohistoria, con breves referencias desde imágenes eróticas del paleolítico hasta Porntube. Las FAQ´s más populares: un diccionario dónde consultar el vocabulario técnico que rodea a este tipo de cine y una larga lista con crítica incluida de lo mejor del cine X desde los años 70 (su época dorada, según la autora) hasta la actualidad. Cuando terminas de leer el libro, sin duda, te siente más informada y entiendes la diversidad dentro del subgénero mucho más que antes.

Nacerá entonces un nuevo tipo de mujer a la que Lust da el nombre de masturbadora informada, una mujer que conoce y puede diferenciar las peculiaridades y sabores del cine para adultas: porno convencional, cine erótico vintage, gay, les, bisex, trans, fetish, hentai,gonzo, amateur, nouvelle vague porno, el movimiento alt, el género documental, y el DIT (do it yourself), entre otros.

Más allá de la lectura obvia (hay que crear consumidoras informadas y cada vez más especializadas para el buen alimento de la industria del porno femenino, que además compre por internet) se dejan entrever algunas preguntas y respuestas sencillas e interesantes a lo largo del libro: ¿Por qué una mujer debería mirar porno? ¿Es el porno una perversión o nos ayuda a aprender sobre la sexualidad?

Los argumentos son varios, comenzando porque las mujeres llevamos poco tiempo teniendo el derecho de disfrutar de nuestro propio cuerpo y nuestra sexualidad. Factores como el patriarcado, la Iglesia e incluso la educación dentro de la familia condiciona y reprime fuertemente la sexualidad de la mujer, reforzando la idea de que el sexo está estrechamente vinculado a la reproducción o a la satisfacción del hombre. El potencial del porno (al menos este tipo que propone y defiende) consiste en que es una herramienta más para seguir desarrollando nuestra revolución sexual, que comenzó en la década de los 70. Las películas explícitas y sus imágenes pueden inspirar la búsqueda del placer y permite explorar con mayor profundidad la sexualidad. Evidentemente, no está la intención de sentar una doctrina sobre cómo debe ser el cine para adultas sino dar más opciones de búsqueda.

 

 Manifiesto por un nuevo cine

 Explícito, inteligente, femenino y feminista. Esa es la propuesta del libro: que el cine para adultas muestre mujeres reales protagonizando historias de sexo reales, que hablen de su sexualidad, que no retrate a la mujer como objetos pasivos o víctimas, sino dando y recibiendo placer; ver a otras mujeres disfrutar. Un cine, además, con otros valores estéticos.

¿Por qué un porno feminista? Como toda expresión artística y cultural, la pornografía también tiene un discurso y es, más allá de un producto comercial, una manera de hablar sobre sexo; de ver y entender lo masculino y lo femenino. Para Lust, todo aquello que tenga un discurso es susceptible de ser abordado y modificado desde una óptica feminista. Por eso se debe participar en este discurso creándolo, expresando otras miradas para explicar cómo somos, cómo es nuestra sexualidad y cómo vivimos la experiencia del sexo, dándole más y mejores contenidos.

Finalmente, la evidencia: “Vivimos en una sociedad que, nos guste o no, está pornificada”. El porno se hace presente en internet, en los medios de comunicación masivos, circulando fuera del armario oscuro donde se encontraba. El cine para adultas que esta directora propone tiene efectivamente una mirada crítica ante lo ya existente y preponderante; busca no solo ampliar la diversidad de opiniones sino una participación activa y protagonista en la creación de este discurso.

El libro es una valiosa interpretación y propuesta sobre el porno como producto cultural con poder para formar e incidir en nuestras prácticas, también podríamos leerlo teniendo presente que no son solamente las nuevas erotic boutiques, las reuniones de tupper sex, los nuevos juguetes de lujo, o el porno para mujeres los elementos en exclusividad liberadores de las mujeres, como sugiere en gran medida el texto. Ser una consumidora activa e informadísima de lo mejor del cine de sexo explícito para mujeres difícilmente nos permita equiparar consumo a liberación en un sentido amplio, menos leyendo esta propuesta en contextos ajenos al europeo. Pensemos en qué otras maneras (más allá de poder o no comprarme el mejor dildo del mercado) existen desde el feminismo, y son muchas: solidaridad entre mujeres, compartir y circular saberes, no cerrar la boca ante cualquier atropello o violencia por cuestiones de género, en cualquier espacio y aunque de golpe nos parezca “fuera de lugar”, no dejarse amedrentar por la violencia cotidiana en la calle, en el metro, en toda la ciudad, responder, platicar con hombres y mujeres al respecto cuando sea posible, y también, por qué no, elegir y mirar una buena película porno

María Laura Ise

marialauraise@gmail.com

**Puedes descargar el libro desde la página: http://store.erikalust.com/es/descargas-digitales/310-porno-para-mujeres-free-download.html

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Tristan Taormino´s Rough sex


Tristan Taormino´s Rough Sex

Esta película es más que una guía, paso a paso, de cómo practicar el sexo rudo; nos muestra cinco escenas de fantasías comunes que coquetean con el intercambio de poder, dolor y sumisión como fuentes de placer sexual.

Lo interesante de esta propuesta, hardcore pornográfica, de la directora Tristan Taormino, son las fantasías sexuales de las actrices, ellas son quienes diseñan la escena: eligen a sus contrapartes masculinas, deciden cómo se desenvolverá la acción, establecen las prácticas sexuales que sucederán y marcan sus límites. La directora transparenta esta parte del proceso de creación de la película entrevistando a las actrices y los actores antes de cada escena, donde revelan su predilección por el sexo rudo; qué los excita, cómo son las relaciones sexuales en su vida personal, y en general nos cuentan cómo logran hacer del sexo rudo algo divertido, seguro y sexy.

Algo que me gustó mucho de la película es que muestra el intercambio de roles de poder como un juego para incrementar el placer y no como una condición social o biológica establecida, hay escenas que muestran un hombre dominante con una mujer sumisa, una mujer dominante con hombre sumiso, y una pareja switch que intercambia el poder varias veces durante la escena. Esto resulta refrescante ante la habitual representación pornográfica que privilegia el placer del hombre y somete a la mujer a este.

En Tristan Taormino´s Rough sex se hace especial énfasis en mostrar el placer de las mujeres como resultado de prácticas sexuales sanas y consensuales; puede ser un buen punto de entrada a para los no iniciados, pero curiosos de los adrenalínicos juegos de poder y dolor, ya que vemos parejas jugando fuerte, siendo consecuentes con la fantasía y disfrutándola bastante.

Esta película pertenece a una serie de guías que produce Taormino entre las que se encuentran Tristan Taormino´s guide to anal sex y Tristan Taormino´s expert guide to female orgasm.

Puedes verla aqui

[author image=»http://media.tumblr.com/tumblr_mejg0qIrxP1rxdqlj.gif» ]Liz Misterio: Directora de Hysteria, pervertida adicta al internet y artista.[/author]

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DAR! Webcómic de Erika Moen

Por Pola RG
What the fuck am I doing?
Al comenzar algo es cuando más miedo tenemos, la incertidumbre de no saber bien lo que estamos haciendo paraliza a más de dos. La primera tira de DAR! ilustra perfectamente esta sensación.

Hace algunos años, mientras revisaba el trabajo de Lucy Knisley (French Milk) me topé con una colaboración que hizo con una chica llamada Erika Moen. El trabajo de Lucy es interesante y divertido de por sí; el que colaborara con alguien me daba la garantía de que me la iba a pasar bien leyendo lo que hiciera esa persona. Nada me preparó para lo que encontré… DAR! A super girly top secret comic diary, un diario ilustrado que comprende desde el 2003 hasta el año 2009, me sorprendió y pasé toda esa semana recomendado el cómic a todos los que tuviera cerca. Cuando lo empecé a leer, Moen ya había dado por concluida la publicación en línea y estaba en trámites para imprimirlo. Me receté las cerca de 170 tiras de un jalón y me sentí tan identificada con Moen que aún ahora, regreso y leo algunas de mis favoritas.


Sin pudor, honesto, vulgar y soez… El humor y la introspección están equilibrados; se habla desde queefs, sexo seguro, dildos y vibradores (todos temas muy importantes en mi opinión) hasta la maduración de la artista tanto técnica como personal; y el proceso el descubrimiento y aceptación de su sexualidad como algo fluido, la llevó a identificarse como queer para resistir los prejuicios de una sociedad tan ansiosa de clasificarnos de acuerdo con quién cogemos, sin tener en cuenta que las personas no somos simplificables, mucho menos cuando de nuestra sexualidad se trata.

Hacer público tu diario y no embellecer los detalles de tu vida requiere valor, es de esperar que no todo se encuentre allí en línea (o impreso) pero lo que hay fue liberador para alguien con tanta ansiedad social como yo.
Erika Moen es una artista norteamericana, que vive en Portland y trabaja en HYPERLINK Periscope Studio. Actualmente participa en el reality show Strip Search, organizado por los creadores de Penny Arcade para encontrar al nuevo artista del webcomic.

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Telalandia

Telalandia es una propuesta  de  la artista Dayana Ligas Garliv que cuestiona la industria de la moda  y la cultura del desperdicio.

Los diseños de Telalandia buscan dar un segundo aire a prendas desechadas mediante diseños únicos,  cercanos al collage pero sencillos en cuanto a la arquitectura de la ropa. Las prendas son unisex y proponen una silueta andrógina en respuesta a la cultura de la belleza y los estereotipos de género con los que la sociedad de consumo nos bombardea para homogenizar la apariencia de los cuerpos y sus identidades.

Con sus diseños Dayana busca dejar abiertas las posibilidades de uso de las prendas independientemente de lo que esté de moda o de las condiciones climatológicas para enfatizar el libre albedrio de los usuarios.

Búscala en su página de Facebook: https://www.facebook.com/Telalandia?fref=ts
O en: telalandia@hotmail.com

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