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La sangre de las matrias. Mi experiencia en el taller de menstruación sensible

 

Ilustración por Rulo Ag
Ilustración por Rulo Ag

Por Viridiana Becerril

“La sangre de las matrias se derrama en las cosechas durante una danza, donde sus cuerpos brujiles cómplices con la luna opacan los augurios de guerra y destrucción”.

Sangre, cosechas, matria, guerra son algunas de las palabras de la cita mencionada que me parecen fundamentales para entender la fuerte dimensión histórica y política que se esconde todos los días en la normalización de la vida, con respecto a la sangre menstruante y nuestras experiencias.

La curiosidad respecto a ello surgió a partir de la invitación que le hice a mi compañera Iluna para que en la biblioteca comunitaria en la que colaboramos pudiera darnos un taller de menstruación sensible como ella lo llama, taller que forma parte de las actividades que respecto a desmitificar las construcciones de género estamos gestionando.

Y ahí estábamos un grupo conformado en su mayoría por mujeres queriendo hablar, aún con cierto temor y vergüenza de nuestros cuerpos. Las palabras que sonaban al principio son aquellas que hemos aprendido del patriarcado y sus instituciones quienes nos imponen una lucha y una insatisfacción eterna con nuestro cuerpo: “incomodidad, suciedad, silencio, mancha, enfermedad, gasto, dolor, molestia, un ya qué, etc”.

Así iniciamos el diálogo entre las que estábamos presentes, pero también un diálogo con nuestras generaciones pasadas, con nuestras madres, con nuestras abuelas, nuestras primas, amigas, hasta con la mujer que sale en los anuncios de toallas sanitarias pidiéndonos uno solo de nuestros días.

     Sucia e impura fueron dos de las palabras que más se escucharon de nuestras bocas, cuando a manera de provocación Iluna preguntó a qué nos remitía hablar de ello. La sangre menstrual como impura, como un desecho.

     Considero que lo que hay que empezar a desechar, es que esta idea ha sido siempre así y lo será por los siglos de los siglos, haciendo alusión al pensamiento que nos la ha transmitido, el patriarcado envuelto en religión, que nos susurra en su Levítico 16, “Cuando una mujer tenga flujo, si el flujo en su cuerpo es sangre, ella permanecerá en su impureza menstrual por siete días; y cualquiera que la toque quedará inmundo hasta el atardecer”.

     Y así este mandato se va reproduciendo en nuestro cotidiano “shhh solo tú debes saber que estas en tus días”, “no puedes ir al panteón porque estás impura”, “no puedes tener relaciones sexuales con tu pareja por que pueden contaminarse los dos”.

     La sangre de las mujeres como impura, que debe ser escondida frente a una sangre, la bélica, la única reconocida como muestra de triunfo de honor. ¡Vaya herencia! En tono a la idea de desmitificar como un primer ejercicio de crítica feminista me pregunto. ¿Pero qué se sabe de lo que algunas antropólogas como Rianne Eisler y Moreno Sarda señalan respecto al carácter sagrado y mágico de la sangre menstrual al vincularse esta con la sexualidad y como un fertilizante para la tierra? ¿Por qué no, más que rechazarla, esconderla o ponerla en manos de fármacos y médicos vinculamos la menstruación con un ciclo que puede propiciar el escucha y conocimiento de nuestro propio cuerpo?

     Esta pregunta es fundamental si recordamos que ya es histórica esta persecución de mujeres, en un tiempo acusadas de brujas por portar un saber específico en torno a la sexualidad y el cuerpo, representando un desafío y un cuestionamiento a la ciencia moderna androcéntrica.

     Rechazar el control y dominio de los cuerpos y de la naturaleza, por los otros y buscar formas de estar coexistiendo con ella y no explotándola, es una propuesta de la menstruación sensible, por ello nos lleva también a reflexionar sobre el uso desmedido de las toallas y tampones, consecuencia de la publicidad de quienes hacen de nuestros cuerpos un negocio enriquecedor y que en el mismo tono patriarcal y androcéntrico de la religión nos hace pensar que no existen otras opciones ¿qué sabemos de las copas menstruales que recogen nuestra sangre y que pueden durarnos años y que no contaminan el medio ambiente?

     Por último, me gustaría señalar que esta aproximación que se propició con el taller, de ser mas sensibles a nuestras menstruaciones y de conocer las formas de vincularnos con un conocimiento de nuestro cuerpo y sus potencialidades creativas para vivir lo que en ese cuerpo se dá, nos da pauta para descubrir o inventar nuevas formas de vincularnos con nuestro entorno, con la naturaleza.

     Incluso podemos hablar de movimientos ecofeministas como los de Vandana Shiva que señalan que la desvalorización y conquista de la mujer y la desvalorización y conquista de la naturaleza y la tierra son del mismo tipo, creando una opción política frente al capitalismo desde nuestros propios cuerpos.

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Reseña del webcomic Nimona

por Pola RG

 Rojo Nimona… bueno, rosa.

Noelle Stevenson es una artista norteamericana que en el 2011 consiguió atraer un gran número de fans gracias a “Broship of the rings”. Su humor y amor por las grandes producciones como “The Avengers” y “Los juegos del Hambre” van de la mano. Ella misma lo dice: “Me burlo de las cosas que amo porque solo así puedo expresar esta gran cantidad de sentimientos que me provocan”. Nimona es el primer cómic que ella escribe completamente, su estilo no presta atención al detalle o al realismo pero es tan expresivo que funciona perfecto para el humor y burlas a los tropos que abundan en la historia.

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Nimona es una adolescente metamorfa que llega a desnivelar la dicotomía que existía entre Lord Ballister Blackheart y Sir Ambrosius Goldenlion; eternos rivales que solían ser mejores amigos en la academia de caballeros pero cuya relación fue destrozada.

nimona2Al unirse Nimona a Lord Ballister como su aliada, se aprecia un interesante contraste entre la estricta moral del villano ( a veces parece que Lord Ballister busca más conseguir un cambio a través del caos que sembrar realmente el caos) con la a veces psicótica amoralidad de la joven y poderosa Nimona. Los personajes son complejos e interesantes de tal modo que uno se pregunta quién es realmente malo y porqué.

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Sinceramente, Nimona es uno de mis cómics favoritos y podría ser debido a que el humor es una muy buena mezcla entre sarcasmo e infantilada, podría ser porque fusiona armas futuristas con una ambientación medieval, quizás sea debido a que el diseño de los personajes refleja diversidad de cuerpos, o quizás sea porque la propia autora juega con sus personajes y sus historias para crear historias alternativas más alegres.

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Reseña de la película Morir de pie

Por Yolotl Cuetlachtli

“Ser revolucionario es problematizar tus propios prejuicios”

En el cine de ficción, cuando nos cuentan historias dramáticas o terroríficas, de alguna manera siempre nos quedamos con un sentimiento de tranquilidad al saber que lo que vemos no es real y a veces hasta nos regalan finales felices, no sucede lo mismo en el cine documental.

La historia de Irina y Nélida pareciera tener tintes de ficción, pues de pronto no podemos creer la carga de drama en la historia. El personaje principal decidió teñir su vida de rojo revolución, y apropiarse la imagen del “Che” Guevara para sí mismo, al no soportar su propia imagen en el espejo.

El desprecio por lo que uno mismo es, puede llevarnos a tomar decisiones radicales que no sólo nos afectan a nosotros, sino también a quienes nos rodean; la condición personal de Irina, ha sido una lucha constante desde el primer momento que llegó a este mundo y este documental nos ofrece una instantánea que retrata su experiencia.

La discapacidad introduce al ser humano en una especie de cápsula que te obliga a ver y vivir el mundo de otra manera en que las personas “normales” difícilmente llegamos siquiera a pensar o preguntarnos alguna vez.

A pesar de todo, Irina y Nélida viven un amor que sobrepasa las fronteras del entendimiento común, va más allá de las normas establecidas y los ideales del amor platónico, demostrándonos el significado de que el verdadero amor no conoce límites.

“Yo creo que el amor no tiene género”

– Nélida –

El relato que nos comparten Irina y Nélida no es fácil de digerir para mentes muy cerradas. Durante toda su vida, Irina ha ido contracorriente, convirtiéndose al principio en un fuerte luchador social y defensor de la Revolución Cubana, llegó a conocer a Fidel Castro y ser reconocido entre los cubanos como el “Che” mexicano. Sus valores naturales lo obligaron a tener un carácter duro, nadie lo ayudó a entender su propia condición e incluso tuvo que soportar el rechazo de su familia, añadiendo a esto la lenta degradación de su organismo que complica de muchas maneras su existencia, ha sido común caer en la desesperación. Sin embargo, Nélida ha sido su compañera, más que eso una especie de ángel guardián que lo ha comprendido y apoyado en todas las maneras posibles, incluso sobrepasando las fronteras de su pensamiento. Nélida es quien persuade a su esposo a descubrir su lado femenino, y cuando él encuentra en éste la mejor manera de lidiar con sus demonios, Irina llega a cambiar por completo sus vidas.

A pesar de que en los últimos años el documental mexicano parece estar realzando el nombre de nuestro país y colocándolo en un buen lugar en la cinematografía internacional, no mentiré al decir que la realización y propuesta estilística de este documental aportan alguna novedad importante, de hecho contiene fallas técnicas y narrativas bastante desafortunadas, sin embargo, logra asomarse a la intimidad de los personajes para que el espectador logre enfrentarse con sus propios prejuicios frente a temas tan controversiales como la sexualidad, la discapacidad y el concepto de la revolución. Esta película multipremiada en nuestro país y en el extranjero por el enorme valor del relato que nos presenta, es una buena elección para quien apetezca cuestionarse sobre lo que significa ser humano.

 

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En números rojos

por Adriana Raggi

Los daños a la La Venus del espejo de Velázquez
Los daños a la La Venus del espejo de Velázquez

El 10 de marzo de 1914 una sufragista llamada Mary Richardson entró en la National Gallery de Londres y atacó con un picador de hielo La Venus del espejo de Velázquez. La obra fue severamente dañada, Richardson declaró:

He tratado de destruir la imagen de la mujer más hermosa de la historia mitológica como una protesta contra el Gobierno por la destrucción de la señora Pankhurst, quien es el personaje más hermoso de la historia moderna. Justicia es un elemento de belleza tanto como el color y contorno en el lienzo. La señora Pankhurst pretende procurar justicia para la mujer, y por ello está siendo asesinada lentamente por un gobierno de políticos traidores. Si hay una protesta en contra de mi hecho, que cada uno recuerde que tal protesta es una hipocresía, siempre y cuando permitan la destrucción de la señora Pankhurst y otras hermosas mujeres vivas, y  hasta que el público deje de tolerar la destrucción humana, las piedras lanzadas en mi contra por la destrucción de esta imagen son cada una una prueba en su contra de las patrañas y la hipocresía artística, así como moral y política.[1]

 Richardson fue detenida y juzgada, permaneció en la cárcel varios meses. Este no fue su único ataque violento, ni la única vez que estuvo en la cárcel. También fue detenida por provocar un incendio, por romper las ventanas de un edificio gubernamental y por poner una bomba en una estación de trenes. La lucha de Richardson, junto con la de las Suffragettes, sufragistas inglesas, era por el derecho al voto de la mujer y por sus derechos políticos.

La historia de Richardson podría verse como la de una mujer que lucha por sus derechos de todas las maneras posibles. En su discurso está la búsqueda de la justicia para la mujer, y en su forma de protesta está la intención de llamar la atención a como de lugar. La destrucción de La Venus del espejo es para ella solamente un medio de protesta, una muestra de su capacidad como mujer que lucha y está en la lucha. La fuerza de su argumento es grande. La primera vez que lo leí me impresionó, sobre todo porque en el contexto feminista en el que lo leí Richardson era una heroína.

Hoy me puedo preguntar ¿qué sería de las mujeres hoy en día sin las sufragistas? Yo entiendo que hay necesidades, formas de lucha, momentos complicados en cuanto a la búsqueda de los derechos de las minorías o las mujeres o la gente en general. Pero también hay elementos, pequeños elementos en esas luchas que rompen los límites. Que dejan de ser luchas por la equidad y se vuelven luchas por el poder político, social y económico. Que olvidan el origen de la lucha social y a quienes se supone que defienden, y muchas veces en donde más se olvida no es en las luchas originales sino en los discursos posteriores, en las formas distorsionadas de contar la historia. Mary Richardson es un ejemplo de eso, esta heroína del feminismo se unió a las Suffragettes y buscó los derechos políticos de las mujeres. Para posteriormente unirse a la BUF (British Union of Fascist). Ella no fue la única que se unió al movimiento fascista inglés, varias de las sufragistas lo hicieron: Nora Elam y Mary Allen, otras como la fundadora del movimiento sufragista Emmeline Pankhurst (a quien Richardson defendió destruyendo La Venus del espejo) fue una ávida defensora del partido conservador y del imperio inglés, su hija Adela Pankhurst  fue una de las fundadoras del partido fascista de Australia (Australia First Movement) y un largo etcétera.

¿Por qué el movimiento sufragista se volvió hacia la derecha, hacia la xenofobía y el autoritarismo? En las estructuras del movimiento sufragista se encuentra una base igual de autoritaria que la del fascismo, dice Julie V. Gottlieb en su libro Feminime Fascism. Women in Britains’ Fascist Movement:

Huellas de proto-fascismo se han identificado en el movimiento sufragista, y el mandato de las Pankhursts sobre la WSPU[2] ha sido caracterizado como una dictadura. Cecily Hamilton argumentó que la WSPU era ‘la primera muestra de los movimientos dictatoriales que son la forma de desplazar la democracia del continente europeo.’ Emmeline Pankhurst fue precursora de Lenin, Hitler y Mussolini – el líder cuyo mandato no debe ser cuestionado, el líder que no podría hacer nada malo.’[3]

 La líder incuestionable es un clásico del feminismo, las luchas por el poder, el sectarismo y la manipulación de información son elementos que se manejan sin ningún cuestionamiento, sin que nadie pueda levantar la voz para decir ya no sin ser acusada de traición, de machista, de misógina. Por supuesto la unión con la derecha no es exclusiva de las Suffragettes. Durante la segunda ola feminista, la unión con la derecha, la promulgación de leyes que limitaban la libertad de expresión (las leyes anti-pornográficas), la condena a quienes pensaban diferente, las luchas de poder eran la característica del movimiento. Pero esa información no es difundida, quienes marcharon en contra de la pornografía ahora lo niegan, porque no está de moda hacerlo. Ahora quienes se dicen luchadoras por los derechos de las mujeres y por los derechos de la prostitución citan a Andrea Dworkin o a Catherine MacKinnon, sin darse cuenta de que estas dos mujeres lucharon por prohibir la prostitución y la pornografía, a tal punto que hacían comparaciones absurdas entre la pornografía y los campos de concentración, y que veían la libertad de expresión como un mal a eliminar.

Katie Roiphe, una feminista disidente que ha sido tachada de traidora y anti-feminista, cuenta en su libro The Morning After, la impresión que tuvo de MacKinnon en una conferencia que dio en su universidad:

 Con grandes florituras metafóricas, MacKinnon compara la pornografía con el Holocausto, la esclavitud, los linchamientos, la tortura, aferrándose a cualquier palabra de la historia del mal le ofrece. En su deseo de establecer la situación desesperada, la urgencia de vida o muerte, de su causa, MacKinnon toma prestados los símbolos de otras instancias, más aceptadas de la opresión. Su envidia del símbolo la lleva a una hipérbole extraña:  ella comparó la supuesta violación en la cita de William Kennedy Smith al linchamiento, en un artículo de opinión en el New York Times. En su conferencia, dice en un momento: «Incluso Hitler no sabía cómo volver la matanza en sexo de la misma forma en que la industria de la pornografía lo hace».[4]

 Roiphe abarca en un capítulo de su libro la impresión que MacKinnon le dejó, y también se pregunta porqué una feminista disidente como Camille Paglia es considerada por las feministas como una loca, mientras MacKinnon es tomada muy en serio. Roiphe, al principio de su libro nos cuenta que se le dijo en varias ocasiones que publicar su crítica al feminismo era darle herramientas al enemigo, ella dice que no puede callar su experiencia negativa en un movimiento que ella creció admirando, y que ha caído en una lucha de poder absurda. De la misma forma Camille Paglia o Christina Hoff Sommers, quienes cuestionan al feminismo en el poder, han sido tachadas de traidoras y misóginas.

Mi experiencia al respecto es parecida, en el momento que decidí cuestionar esas verdades absolutas se me tachó, por quienes se decían mis amigas, de misógina o neo-machista, de tirar todos los logros del feminismo a la basura, por atreverme a cuestionar actitudes del feminismo que me parecen totalitarias. En alguna ocasión en la que defendí a un hombre atacado y acusado de forma injusta, una de ellas me dijo: yo también creo que es inocente, pero ni modo, la falsa acusación de un inocente a cambio de salvar a muchas mujeres, es un mal necesario.

Yo no creo de ninguna forma que el esconder información histórica acerca del feminismo  valide nada, tampoco creo que el sacrificar a un inocente pueda ser un mal necesario, ni creo que eso salve a ninguna mujer de nada. Mucho menos que sea un argumento válido la acusación de quien piensa diferente como: misógina, neo-machista o traidora. En mi experiencia, el feminismo está en números rojos: las falsas acusaciones, la información histórica que se esconde, la destrucción pública y social de quien piensa diferente o es diferente, las luchas por obtener el poder ante todo, el odio y la culpabilización de los hombres por ser hombres, el deseo de aplastar al otro, la autovictimización de las mujeres por ser mujeres, la facilidad del insulto y la desacreditación del pensamiento disidente, son los elementos que me obligan a decir no más, se acabó. Yo admiro y respeto las ganancias del feminismo, sé que sin ellas no estaría escribiendo este texto, también admiro a quienes están ahí y pueden, desde ese lugar, seguir pensando de forma independiente y crítica, agradezco a quienes me escuchan y son mis amigas. Pero definitivamente los números rojos me han expulsado de ahí, me movieron a otro lugar que no tiene nomenclatura ni límites.


[1] The Times, 11 de marzo de 1914, p.9-10, http://www.heretical.com/suffrage/1914tms2.html, consultado el 17 de diciembre de 2013. (Las traducciones en este texto son mías).

[2] Women’s Social and Political Union, la organización de las sufragistas inglesas, fundada por las Pankhurst en 1903.

[3] Julie V. Gottlieb, Feminime Fascism. Women in Britains’ Fascist Movement, Londres: Tauris, 2000, p. 159.

[4] Katie Roiphe, The Morning After. Sex, Fear and Feminism, Boston, Little, Brown and Company, 1994, p. 141.

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De tal Verdecencia

entreficheras

Ese Chamuko

Ahí están, solas o en grupo. ¡Nel! las que andan solas son más prendidas.

Apenas vas a checar tarjetón, ella apenas viene del baile. Sus tacones sucios en mano, de mirada y perfume tabaco, pies descalzos que siguieron el mal-compás de rucos fiesteros que pagan más cara la pieza, sólo por acariciar una piel de primavera: “de a 20 la pieza, las tamalonas de allá cobran 10”. Divorciados, sancheros, arrepentidos de decir “Si, hasta que la vida nos separe”. Se tatúan a la santísima flaca, sombra que las cuida, las manitas con rosario y las virgencitas se quedan en casa. Sus grandes arracadas saben muchos secretos. Todos quieren volver a los 15; ella escapó de ahí. Ha vivido todos-todos los años, pero (la diferencia) bien vividotes. Corta edad que por densidad daría clases a vuestra católica abuela.

Tan viva, su presencia nos vuelve obsoletas máquinas enajenadas en un disque vivir. Tarde, de regreso a casa; sigue ahí. Tarde empieza la vida y yo voy de bajón. Mientras estabas de fingidas buenas tardes ella estaba de “una pa’la cruda y otra pa’dormir”. Después del ritual ángelface y labios radioactivos, no importa como visten, siempre son de color rojo, rojomadrugada, rojosangre, rojodesmadre, rojopisto, rojonosé, rojobaile, rojohumo, rojotraitelasotras, rojocalle, rojomevaleverga… y yo tan sueña bonito.

Mis aplicaciones recién descargadas parecen barajitas de otaku chaquetero frente a sus risas cagaleras, y tienen razón para reírse. Si alguien las ve mal o les molesta su reggaeton en altavoz, es por pura muy decente envidia verdosa.

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La Huelga de los Putos

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Por Emmanuel Álvarez Brunel[1].

Los nuevos feminismos parecen estar preparando grandes sorpresas en nuestro país. Diversas identidades, adscritas a estas corrientes empiezan a vincularse para preparar nuevas formas de lucha contra el sistema patriarcal capitalista, el modelo heterocéntrico y el Estado y su papel obsoleto.

    Al mismo tiempo vivimos en un contexto mundial de protestas contra los proyectos maquiavélicos que llevan a cabo los grupos más poderosos a través de los distintos gobiernos y poderes de facto. Mejor dicho, la historia de las sociedades capitalistas está repleta de rebeliones, de personas valientes, indignadas e inconformes, pero hoy en día estas luchas se viralizan, se siguen al momento desde cualquier parte del mundo gracias al internet, son globales.

    La situación de violencia, pobreza y militarización, la explotación de los bienes naturales y del trabajo de las personas, el envenenamiento de la comida con agrotóxicos y la venta de tierras a trasnacionales nos dejan muy pocas posibilidades de reacción, entre ellas dos extremos: la enajenación y la rebelión.

    Aunque sabemos sobre la apatía y la poca movilización del grueso de la gente por motivos distintos, quisiera con este artículo hacer un llamado a un grupo en especial, uno que se ha quedado muy cómodo: los putos/jotos/maricones, quien ha preferido traicionar su historia de rebeldía junto a los feminismos y disidencias sexuales, por, las migajas que les ofrecieron las sociedades neoliberales.

    El sistema económico, político y social en el que vivimos es perfectamente capaz de mutar. A pesar de condenar por mucho tiempo las prácticas sexuales que no llevaban a la reproducción, algunas sociedades occidentales han admitido, bajo la premisa de otorgar derechos a todas las personas por igual, que distintos grupos se incorporen a la vida pública, abriendo paso a nuevxs trabajdorxs y consumidorxs. No es casualidad que grandes empresas se hayan declarado “gay friendly” como estrategias de mercado, así como que las más importantes ciudades inviertan en guías para el turismo gay y exista un crecimiento del mercado rosa. Incluso, algunas sociedades “de vanguardia” han legalizado la máxima expresión de amor romántico para las personas del mismo sexo.

    Esto no representa grandes avances para los homosexuales, menos cuando las palabras puto/joto/maricón siguen siendo las groserías más fuertes para insultar a un biohombre en países de habla hispana, así como sus traducciones en francés e inglés y casi todos los idiomas occidentales. Estas palabras, por más difícil que sea aceptarlo para los fanáticos de pronunciarlas como insultos, son una expresión micro de un problema macro de violencia de género.

    La discriminación y la violencia hacia la población gay no es cosa menor, y sus consecuencias van desde el daño emocional hasta el asesinato o el suicidio, pasando por acoso, hostigamiento, violencia física, abandono y rechazo familiar.

    Preocupa que los hombres homosexuales se asimilen tan naturalmente a las sociedades que los han violentado. Esta naturalidad responde a siglos de adoctrinamiento. Responde también a la posibilidad y a la promesa de adquirir un lugar en la sociedad, siempre inferior a otros grupos más amoldados pero ya no en las escalas más inferiores.

    Los gays han creído la idea de que vivimos en un mundo de oportunidades, de posibilidades: todo es cuestión de echarle ganas, de trabajar para “alcanzar tus sueños”. Así, ingresar en el mercado laboral les ha dado mayor proximidad con sus aspiraciones de acumulación de bienes y de inclusión en la sociedad. En este sistema, se piensa que tener dinero es sinónimo de ser libre. La soltura económica permite tener la casa de ensueño, el automóvil último modelo, las cenas en los lugares de moda, la cantidad de ropa para no repetir nunca, la pareja ideal (la posibilidad de formar una familia y consumir más), y una larga lista de ideas que nos vende la publicidad, el arte hegemónico, el gobierno y las empresas.

     Para quien pueda ver un poco fuera de esta burbuja de felicidad individualista podrá reconocer lo costoso que es mantener estos modelos de vida, y no hablamos de dinero, sino del costo humano y ecológico.

    Se ha calculado que un trabajador en México que gana el salario mínimo, produce el dinero que gana en 9 minutos, es decir, dedica 9 minutos al día para generar el dinero que gana en ese mismo día1. El resto del día (7 horas con 51 minutos según la jornada laboral oficial) las dedica a producir riquezas para otras personas. Este dato nos muestra la realidad de millones de humanxs y la inhumanidad e indiferencia de otras millones.

    Por otro lado, el costo ambiental deja como saldo la sobreexplotación los bienes naturales, la contaminación, la erosión de los suelos, la destrucción de ecosistemas por uso exagerado de estos bienes, por consumir más de lo que nos corresponde, y la extinción de muchas especies animales y vegetales, etc.

    El capitalismo cambiante, que se adapta,  dará respuesta a todo gay que se preocupe “más de lo necesario” por esto, con absurdeces como el Capitalismo Verde y el Capitalismo socialmente responsable. Esto, sin duda, dejará a más de un gay tranquilo y sin remordimiento de conciencia. Otros gays se convertirán a un “activismo LGBTI” bastante superficial, que poco hará por comprender la violencia de fondo y servirán más como un parche frente al enorme problema.

    Sin embargo, la mayoría de los gays sólo aspirarán a este modelo de vida de placer y gozo, y gran parte de ellos se incorporarán a las largas jornadas laborales para tener pocos ratos de disfrute del dinero ganado, para tener algunos destellos de esta vida de ensueño. Muchos otros no verán este modelo de vida jamás.

    Asusta el hecho de pertenecer a una identidad y sexualidad que por tantos siglos ha sido contestataria, mientras que ahora se aspira a amar como lo hacen lxs heterosexuales. El amor romántico ha sido usado como arma del capitalismo para enajenar a la población, para provocar la posesión, los celos, el amor/odio en la pareja, la exclusividad, el drama, el amor imposible. Es la regulación de las relaciones.

    Frente a todas estas cuestiones, la pregunta va siendo más clara: ¿por qué adaptarnos a un sistema tan macabro, inhumano, enfermo, opresivo?

La respuesta me parece aún más evidente: no nos adaptemos más.

    Seamos parte de la lucha. Regresemos a los feminismos radicales y combativos. Construyamos con otros grupos los nuevos feminismos que se preparan para dar la lucha, para acabar con el machismo, el sexismo y el género binario.

    Llenémonos de rabia e indignación y cultivemos la sana rebeldía. Pensemos y reflexionemos en un sistema que nos enseña a no cuestionar, a obedecer y ser disciplinado. Hagamos caos en este mundo basado en la ley y el orden. Amemos libremente frente al amor en el que nos educan, frente al amor que nos esclaviza. Eduquemos niñxs libres de género y sin sexualidades normadas obligatorias. Disfrutemos más del tiempo libre y menos de la acumulación material. Pensemos más en la felicidad y menos en el trabajo que nos hace siervxs.

    Rechacemos al hombre que nos dijeron que éramos, seamos los putos que luchan junto a las putas. Seamos lxs putxs. Sin división binaria, sólo diferenciación múltiple.

Seamos putxs contra el sistema, seamos lesbianas, negrxs, indixs, seamos animales. Seamos locxs por la libertad, la paz con justicia, por la dignidad, por la rebeldía necesaria.

Hagamos la huelga contra la opresión, la regulación, la obligatoriedad. Hagamos la huelga anti capitalista, anti heterocentrista.

Vayamos a la Huelga de los Putos. Sumémonos a las luchas globales por un mundo humano.

1La Jornada, 7 de mayo del 2012, pág. 23

FUENTES

Federici, Silvia. Caliban y la Bruja: mujeres, cuerpo y acumulación originaria. Edit Traficantes de sueños. España, 2010.

Foulcault, Michel. Historia de la sexualidad 2: el uso de los placeres. Edit. Soglo XXI. México, 2009.

Bakunin, Mijail. Dios y el Estado. Edit. Biblioteca Pensamiento Crítico. 2009.

Las técnicas participativas en la Educación Popular, en Mariano Algava coordinador. Jugar, jugarse. Argentina, 2006.

El lugar del cuerpo en la Educación Popular, en Mariano Algava coordinador. Jugar, jugarse. Argentina, 2006.


[1] Miembro activo del Bloque ROSA. Participo en espacios de reflexión y lucha contra la injusticia y la corrupción de nuestros gobiernos. Estudié Derechos Humanos y Gestión de Paz. Soy vegano.

 

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