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MADRES: una mirada sobre lxs desapariciones en México

10 de mayo de 2014- Mientras miles de familias se reunían para festejar -como cada año- el día de las madres, un grupo de mujeres se reunió en el Monumento a la Madre, no para festejar, sino para marchar y con ello exigir la aparición con vida de sus hijas e hijos desaparecidxs y de cuyo paradero el gobierno mexicano no sabe dar razón

¡Por que vivos se los llevaron, vivos los queremos!

¡Por que vivas se las llevaron, vivas las queremos!

«Madres» es una producción de Estudio 42, realizada por Yuli Rodríguez.

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Guía fácil para el aborto espontáneo (y salvaje)

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Por María Llopis

(Londres, 2011)

1.- Definición de términos. ¿Qué es un aborto espontáneo?

Un aborto espontáneo o aborto natural es la pérdida de un embrión por causas no provocadas intencionadamente. Se distingue pues, de un aborto inducido. El término se puede aplicar solo cuando la pérdida se produce antes de la semana 20 del embarazo, a partir de ese momento se denominará parto prematuro.

2.- Antes de abortar

Las causas de los abortos espontáneos son un misterio para la medicina occidental y no hay nada que un médico pueda hacer para impedirlos. Si intentan recetarte progesterona, recházala. No hay pruebas de eficacidad y solo conseguirán ponerte de un humor depresivo y suicida.

Si te prohiben tener relaciones sexuales, desconfía. Se suele desaconsejar el sexo cuando hay amenaza de aborto (como pérdidas de sangre) pero no existe evidencia científica de que el sexo provoque el aborto. Lo que sí puede suceder es que empieces a abortar después de tener relaciones sexuales. Pero las relaciones no son la causa, simplemente estimulan un proceso que YA a empezado en tu interior. Es como cuando te viene la regla después de follar. No te viene la regla porque folles, te viene porque no te has quedado embarazada. Que no te confundan. Algunos ginecólogos tienen vocación de curas.

3.- No vayas a un centro médico

Si te has hecho una ecografía y ya no hay latido (es decir, el embrión ha muerto), vas a sufrir un aborto. Es solo cuestión de tiempo. Tienes que tener paciencia porque la cosa se puede demorar semanas. Prepara tu cuerpo y despídete. Cada caso es distinto. Cuando comience te darás cuenta, empezarás a sangrar y a sufrir calambres. No vayas a un centro médico porque hay muchas posibilidades de que te hagan una intervención muy agresiva y en absoluto necesaria.

Abortar es doloroso y difícil. Es mucho más cómodo hacerlo en la intimidad de tu casa o en un lugar familiar que en un hospital rodeado de extraños. Tú sola puedes hacerlo, solo necesitas la ayuda de un buen amigo. A ser posible, amigos.

Yo personalmente recomiendo la playa (nudista y desértica, para evitar indeseado público) o la montaña. Vas a sentir la necesidad de ponerte en cuclillas y de empujar. Hazlo. Obviamente, hacer esto en el salón de tu casa no es muy práctico, ya que vas a dejar el mobiliario hecho un cristo con la sangre. De ahí que sea infinitamente más práctico hacerlo en la naturaleza, donde el agua del mar y la tierra van a ayudarte a limpiar y a absorber el flujo. Pero claro, la temperatura tiene que acompañar. Si hace frío no va a ser muy buena idea, porque el frío hace que los calambres se intensifiquen y sean más dolorosos.
Pero si es verano, hace calorcito y tienes una playa o el monte cerca, no lo dudes. Pídele a tus amigos o a tu pareja que te suban al coche y que te lleven a la naturaleza. Lo único que necesitas es algún medicamento para el dolor.

Si a pesar de mis recomendaciones por un aborto natural y salvaje has decidido que la naturaleza no es lo tuyo y prefieres quedarte en casa, mi recomendación (y la de muchos manuales) es quedarte sentada en el WC cómodamente. Vas a sangrar tanto que no tiene sentido andar poniéndote compresas, vistiéndote y desvistiéndote. Y lo vas a dejar todo perdido de sangre.

Uno de los principales inconvenientes de esta opción es que te va a resultar difícil inspeccionar los tejidos expulsados. Y este paso es muy importante, ya que además de todo el tejido de sangre, vas a expulsar lo que se llama el saco gestacional, que será más o menos grande dependiendo del tiempo de gestación. Tienes que expulsarlo, así que asegúrate de que sale. Cuando lo tengas puedes enterrarlo en la tierra, arrojarlo al mar o realizar cualquier tipo de ritual de despedida.

4.- Ecografía final para asegurarse de que todo ha ido salvajemente bien

Una vez el aborto ha finalizado, debes acudir a un ginecólogo para que te haga una ecografía. Así estás segura de que el aborto se ha completado de forma satisfactoria y de que no queda tejido en el útero. Espera un poco, porque el proceso puede durar hasta diez días. Es una vista ginecológica rutinaria. Genera una ligera frustración en el ginecólogo, ya que con este tipo de visitas se toma plena consciencia de que lo que nos interesa es el cacharro para hacer la ecografía. Fíjate bien en ellas, las ecografías son relativamente fáciles de leer. En este caso el útero debe aparecer liso y hermoso, con una línea fina que es la zona donde estaba implantado el saco gestacional.

5.- No te quedes sola

Asegúrate de tener ayuda durante una semana como mínimo. Alguien que te cocine, que te prepare bebidas calientes, que vaya a por medicamentos para el dolor, que te coja la mano cuando sientas calambres y que te apoye psicológicamente. Si te quedas sola vas a sufrir muchísimo. Piensa que no vas a poder ni andar a causa de los fuertes dolores.

Cancela citas de trabajo y personales en la medida de lo posible. Durante las siguientes semanas vas a encontrarte muy mal. No emprendas cambios de país, de trabajo o de residencia. Vas sentirte muy cansada y triste. Póntelo fácil. Y no te quedes sola. Las semanas después de abortar son como un bajón de pastilla eterno. Crees volverte loca. Si te quedas sola, lo harás. Si te mantienes rodeada de cariño y de amigos, no.

6.- No te culpes.

La ciencia médica occidental desconoce las causas que motivan los abortos espontáneos. Sólo se barajan hipótesis: anormalidades cromosómicas y misterios varios. Así que no te culpes.

La conclusión de uno de los libros más respetados sobre la materia, escrito por la directora del centro de aborto recurrente del hospital St Mary´s de Londres, es que hay más posibilidades de que el embarazo siga adelante si la mujer se siente querida y cuidada. Años y años de investigación y estudio en la materia por parte los mejores profesionales del mundo para llegar a esta conclusión: Lo que necesita una mujer embarazada para poder llevar a cabo su embarazo es tender loving care (cuidado, cariño y amor). Así de simple.

El libro en cuestión se llama Miscarriage: what every woman needs to know, de Lesley Regan y no encuentro traducción del inglés al castellano. Es un libro muy recomendable.

Las cifras de abortos espontáneos son altísimas. De hecho es la complicación más común del embarazo. Por lo visto, uno de cada cinco embarazos termina en aborto espontáneo. Incluso más. Sin embargo es un tema muy poco hablado y de alguna forma esta sociedad lo considera tabú. La costumbre de no hacer público un embarazo hasta el cuarto mes se debe precisamente a las altas posibilidades de abortar en los tres primeros meses. Solo cuando tú haces público tu aborto, empiezan las mujeres a hablar de ello. Madres que nunca confesaron a sus hijos haber sufrido abortos previos, vecinas, colegas, tías, primas desvelan sus abortos cuando tú haces público el tuyo. Habla.

7.- Fíate de tu instinto.

Es lo único que tenemos, nuestro instinto. La ciencia médica intentará convencerte de que tú no sabes nada, de que es imposible sentir la muerte del embrión en tu útero, o el momento en el que te quedas embarazada. Ni caso. Si te escuchas un poquito, puedes ser consciente de todo. Lo más difícil será no hacerle caso a las barbaridades que te van a decir los ginecólogos, amantes, amigos y vecinos. Todo el mundo va a decirte muchas cosas, y lo que es peor, se te va a juzgar y condenar por no seguir las reglas del juego patriarcal.

Hace mucho tiempo, en tiempos de brujas y matriarcado, las mujeres sabían mucho más sobre sus cuerpos y sus vidas. Sabían escucharse a sí mismas y eran respetadas en las decisiones que concernían a sus cuerpos y a sus criaturas. Hoy en día una mujer que no quiere acatar las órdenes de un sistema médico incongruente es atacada e insultada. Esperen si no a los comentarios de este post.

En el hospital de St Mary´s, en Londres, en la unidad de abortos recurrentes, pregunté que cuál era el protocolo a seguir ante un aborto espontáneo. La ginecóloga me contestó que en cada caso se procedía según el deseo de la mujer. Que cada mujer tenía unas necesidades distintas. Me sorprendió de sobre manera la lógica de esta respuesta. Les aseguro que esta no es la actitud general del sistema médico en España. Creo que el hospital de St Mary´s es un buen hospital.

Sigue tu instinto y exige que los médicos, amigos y familiares respeten tus necesidades. Esta guía pretende facilitar un proceso relativamente sencillo, para así librarnos de prácticas médicas innecesarias, dolorosas y de probada ineficacia. Como dijo la ginecóloga del St Mary´s, que cada mujer aborte como quiera.

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María Llopis (Valencia, 1975)

Artista, activista, queer, post-pornógrafa, autora del libro El Postporno era Eso. Actualmente se encuentra en el proceso de producir su segundo libro  Maternidades Subversivas.

Puedes contribuir a la campaña de fondeo colectivo del libro Maternidades Subversivas AQUI

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De cuando mujeres activistas clausuraron el Hotel Alcázar de la colonia Doctores

Para Nestora Salgado. Porque la queremos libre.

Texto y foto: Alfredo López Casanova

Era 9 de marzo. Se citaron a mediodía en Eje Central y Dr. Liceaga de la Colonia Doctores. Llegaron discretas y en silencio desde muchos puntos de la ciudad de México. Se juntaron poco a poco. Eran mujeres de distintas edades y también algunos hombres.

Era domingo y andaban vestidas de negro con morado. Muchas llevaban la cara cubierta por seguridad. Iban con un tambor al que le daban un golpe a cada paso. Al inicio parecía un procesión religiosa porque llevaban algunas cruces. Adelante llevaban ramos de rosas, claveles y un pequeño anafre con brasa ardiente del cual salía humo de incienso que lo impregnaba todo.

A lo lejos, una señora las vió y preguntó si rezaban por lo de la semana santa. Pero no, no eran de ninguna la iglesia. “¡Ni Dios lo mande!” dijo una muchacha que la alcanzó a oír. Pero sí rezaban, llevan hojas con un rosario de agravios, no de ahorita, no, sino de todos los tiempos y gritaban: “¡Ni una asesinada más!” “¡Ante la violencia machista, la autodefensa feminista!” A la señora le quedó claro y despejó sus dudas con un ceño fruncido cuando escuchó que gritaban a coro: “¡Verga violadora, a la licuadora!” “¡Despídete de tu verga, violador de mierda!”. Un trío de jóvenas iban apuradas cargando hojas que denunciaban a los hermanos violadores del Hotel Alcázar. Los pegaban con engrudo en los muros, mientras otra brigada los colocaba en los parabrisas de los carros estacionados.

La marcha, llamada La ruta contra la injusticia, era una ruta de dolor y de esperanza. De dolor porque fue el camino que siguieron los hermanos Omar y Miguel Ángel Ramírez Anaya, cuando secuestraron a Yakiri Rubí Rubio Aupart, aquel 9 de diciembre de 2013, cuando amenazándola con un cuchillo la subieron a una moto y la llevaron al Hotel Alcázar y en la habitación número 27, la toruraron y violaron.

De esperanza, porque su caso logró reunir a una gran cantidad de mujeres feministas y coletivos que lograron, junto con su abogada, la libertad provisional. Y ahora se propusieron clausurar simbólicamente el hotel. Conforme van avanzando, el tambor suena fuerte y las consignas suben de tono. El sol empieza a calar un poco. Caen unas gotas, como que quiere llover pero sólo se nubla. “El tiempo está de nuestro lado” dice una muchacha que parece sonreir a través de la frazada que le cubre medio rostro.

Dos mujeres con un bote de pintura espesa color naranja y con dos sandalias en la mano, van adelante marcando la ruta. Mojan una sandalia, la mujer más grande la aplasta con su cuerpo y la presión marca “Yakiri”. Luego la segunda: “Libre” y así se van todo el camino: “Yaki” “libre” dicen los pasos. Decenas, quizás cientos de pasos.

La marcha llega a su destino: Doctor Liceaga #143. Son las dos de la tarde y el ambiente se respira denso, extraño. De sobra saben que la colonia Doctores no es una perita en dulce. Hay gente a las orillas de la calle que no se atreve a acercarse y otros de plano parecen vigilantes vestidos de civil. A dos cuadras una patrulla de la policía: la P17-07 se estaciona en media calle y cierra el paso. Otra mujer del contingente toma el micrófono y denuncia: “venimos a informar a la colonia, que en este hotel hay un nido de violadores, que antes, mucho antes de lo de Yaki, violaron a un niño y las autoridad no hace nada por atraparlos” y grita una consigna que repiten todas: “¡Vergüenza, vergüenza, justicia sinvergüenza!”. Y esta es la historia consignada en los volantes que son repartidos al paso: “En el mes de mayo de 2013, un niño de diez años desaparece después de que fue a visitar a su mamá al trabajo. Un sujeto le ofrecío dulces y le prometió de regalo una consola, videojuegos y se lo lleva. La madre, al no encontrar a su hijo en casa, lo reporta en CAPEA de la PGJDF. Al amanecer del día siguiente, el niño fue encontrado en la Plaza de Santo Domingo. Al abrirse la Averiguación Previa en la Agencia 59, el niño lleva a las autoridades y señala el Hotel Alcázar donde el hombre lo tuvo retenido. El diagnóstico médico comprueba que el niño fue violado.

La concentración sigue. Una de las más grandes mantas es puesta frente a la entrada del hotel, remite al suceso reciente que ha sido discutido por jueces, ministros,abogados, medios de comunicación, organizaciones y redes sociales. Para algunos la frase resulta polémica, pero para estas mujeres que están aquí no hay duda: ante tantas violaciones torturas y asesinatos, la legítima defensa nunca es, ni será un exceso. Más claro ni el agua. Y la actividad sigue. Brigadas de jóvenes se mueven a los extremos de la entrada del Hotel Alcázar que se encuentra cerrado. Pegan las calcomanías y tiras de plástico. En pocos minutos el hotel es clausurado en medio de aplasusos y gritos contra la violencia. El tambor repica con más fuerza, y en un dos por tres, unas bolsas de pintura roja color sangre se estrellan frente a los muros y puertas de vidrio de la entrada del hotel. Una voz al micrófono sentencia: “No nos van a silenciar porque la resolución que liberó a medias a Yakiri es injusta. Hasta que se le libere sin cargo alguno, hasta que Luis Omar Ramírez esté en la cárcel y hasta que este hotel esté clausurado, entonces podemos decir que se está aplicando la ley».

El contingente se va. Se retira compacto varias cuadras. Se agarran de las manos, se abrazan y luego desaparecen tal como llegaron con la promesa de estar vigilantes.

La calle Liceaga de la colonia Doctores se queda desierta. En el aire estas mujeres activistas y valientes dejaron tres retos inmediatos: ¿Tendrán las autoridades delegacionales valor y disposición para clausurar de manera oficial el Hotel Alcázar? ¿Las autoridades encargadas de impartir justicia girarán orden de aprehensión a Luis Omar Ramírez Anaya? ¿Y Yakiri Rubí Rubio…? Eso ya lo dijo la manta, y ya lo dijeron estas mujeres desde antes, mucho antes que saliera de prisión.

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