Bordamos Feminicidios. Acompañar bordando

Por Marisol Maza

¿Y si un día yo no vuelvo quién recordará mi nombre? ¿Quién contará mi historia?

Bordamos Feminicidios es un grupo de mujeres que surge ante la impotencia de ver como nos están matando, la tristeza y desesperación de saber que mañana faltarán otras mujeres más…

Quienes en algún momento hemos bordado acudimos a la convocatoria de las compañeras organizadoras con el objetivo de visibilizar y hablar de los casos de feminicidio en México y también como un espacio de acompañamiento entre nosotras para sobrellevar los procesos de duelo, enojo, miedo…

Durante el sexenio de Felipe Calderón se disparó el número de asesinadxs y desparecidxs en el país, producto de su mal llamada “guerra contra el narcotrafico”. A raíz de esto, entre otras formas de protesta, surgieron varios colectivos de bordadorxs exigiendo justicia para las víctimas, con réplicas en distintas ciudades del país y del extranjero. Paralelamente a la ola de violencia generalizada se incrementa también el número de feminicidios, destacándose algunos estados y municipios, entre ellos el Estado de México, donde en ese momento era gobernador Peña Nieto, y quien en el 2012 asumió la presidencia del país.

Bordamos Feminicidios comienza en noviembre de ese año para bordar específicamente los casos de mujeres y niñas asesinadas. Desde esa fecha cada año se han incrementado de manera alarmante las cifras de feminicidios diarios en todo el país.

La importancia de este proyecto no ha radicado en saber bordar; muchas de las participantes no habíamos bordado nunca anteriormente. Lo que se hace no es arte ni artesanía y los bordados no forman parte de ningún proyecto personal ni de lucro.

El bordado es una actividad para dedicar tiempo y atención desde lo individual en tiempos libres, de transporte, en la sobremesa, etc. y desde la colectividad como un espacio para socializar entre todas y acompañarse. En una sociedad que nos dice que las mujeres no podemos hacer cosas juntas y nos enseña a desconfiar y competir, son especialmente valiosas este tipo de propuestas que desmontan en absoluto esas ideas.

También se han organizado bordadas colectivas en lugares públicos como parques para dar a conocer el proyecto, y como acción de ocupación de los espacios públicos. Constantemente se nos dice que las calles no son un espacio seguro para estar, por lo tanto un grupo de mujeres bordando en una plaza es también un acto de resistencia.

NOMBRAR es traer de vuelta, hacer presente… lo que no se nombra no existe pero ¿Desde dónde y de qué manera se nombra?

Paralelamente a la espectacularización que se hace de la violencia feminicida, la revictimización, el morbo y el amarillismo, es importante generar otras narrativas; desde la indignación y la empatía señalando siempre al agresor como culpable.

Uno de los puntos más importantes del proyecto ha sido rescatar la individualidad de cada una de las mujeres que faltan; que sus nombres e historias no se pierdan en las cifras. No es solo una más; es Fátima, es Ingrid, es Valeria…

Los datos para los bordados son tomados de notas de prensa, sin embargo en los textos se escribe en primera persona enfatizando el nombre de la víctima, fecha, lugar y datos relacionados con su vida o actividades. El objeto de esto es “prestarle eso que a ella le fue arrebatado y que nosotras todavía tenemos: vida, tiempo, espacio, voz”  darle la oportunidad de narrar su denuncia desde su voz.

En algunos casos, si se conoce el nombre del asesino (muchas veces familiar o pareja sentimental) a criterio de la bordadora se deja en lápiz sin bordar o se borda tachado en otro color.

Más allá del proceso de hacerlos, los objetos finales son una forma de materializar el dolor, la idea es generar un memorial que también sirva para visibilizar los casos y sensibilizar a la sociedad en general.  Los pañuelos bordados se han montado en varios espacios, llevado a marchas en contra de los feminicidios y se han mostrado en eventos públicos.

Actualmente el proyecto funciona a través de una página en facebook, donde se comparten notas de feminicidios y otras violencias hacia las mujeres. Si estás interesada en colaborar con el proyecto puedes escribir al FB de Bordamos Feminicidios.

En este país feminicida los nombres de nuestras muertas también se escriben con hilo morado, rodeados de flores. Las ausencias también se cuentan desde el amor.

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Marisol Maza (México, D.F) Artista Visual. Trabaja con fotografía e intervenciones al espacio público. Su trabajo se ha presentado en varias ocasiones en México y el extranjero. Actualmente trabaja en el proyecto Cartografías Temporales que consiste en intervenciones a partir del mapeo de las ocupaciones temporales en espacios urbanos.

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